El peso cubano continuó depreciándose marcadamente en febrero de 2024 en el mercado informal de divisas; los modelos del Observatorio Cubano de Monedas y Finanzas (OMFi) pronostican otra notable caída de alrededor del 9 % frente al dólar estadounidense para marzo.
Según la tasa representativa del mercado informal que monitorea OMFi, en febrero de 2024 el dólar llegó a cotizar hasta 314 CUP, el euro 320 CUP y la moneda libremente convertible (MLC) 268 CUP. El peso cubano acumuló así una depreciación mensual de más del 8 % frente al dólar y el euro y de 5.1 % frente a la MLC, lo cual moderó ligeramente la velocidad de la desvalorización que ocurrió en enero.
La brecha entre los tipos de cambio oficiales y el informal continúa ampliándose debido a la constante depreciación informal del peso y a la inacción de las autoridades en materia cambiaria.
Actualmente, coexisten dos tasas oficiales (24 CUP / USD y 120 CUP / USD) que el Gobierno maneja discrecionalmente, mientras que el sector privado utiliza precios con una tasa cercana a los 315 CUP / USD. La disparidad de tipos de cambio genera enormes distorsiones y desigualdades en la economía insular.
Pronósticos para marzo
Según el escenario central de sus modelos, OMFi pronostica que para finales de marzo de 2024 el valor del dólar y del euro en el mercado informal podría sobrepasar los 340 CUP, lo cual supone una depreciación del peso cubano de más del 9 % frente al dólar y de cerca del 8 % frente al euro —una caída similar a la de enero y febrero de 2024—.
Pavel Vidal, economista e investigador principal del OMFi, explica que la constancia con que se viene dando la depreciación del peso en los primeros meses del año —sin sobresaltos en la trayectoria de la oferta y de la demanda de divisas— sugiere que los factores especulativos, por ahora, no son los principales responsables en la evolución de la tasa de cambio (como en algún momento parecía que iba a ocurrir). La principal causa es la permanencia de desequilibrios fundamentales conectados con la crisis en la producción nacional, las presiones inflacionarias y los limitados ingresos de divisas en la economía.
Los datos que monitorea el OMFi en espacios virtuales evidenciaron desde enero un incremento de la demanda de divisas por encima de la oferta, lo cual aceleró la depreciación del peso cubano. En febrero, el desequilibrio se mantuvo, con una demanda de dólares que permaneció alta a pesar del encarecimiento de la divisa.
El peso cubano se ha depreciado alrededor de un 18 % en los últimos tres meses, pero no ha sido suficiente para corregir el desequilibrio en el mercado informal. Se mantiene una alta cantidad de compradores dispuestos a pagar el precio, sin que se haya incentivado una expansión de la oferta de divisas que modere la tendencia.
OMFi indica que el comportamiento del mercado es coherente con el panorama macroeconómico cubano de exceso de pesos en circulación, de alta dependencia de las importaciones, de avance de la dolarización tanto oficial como de facto, de alta inflación y de limitadas exportaciones y remesas. El cierre temporal de las operaciones de Western Union también debió empeorar el flujo de remesas en las últimas semanas.
La MLC (el equivalente al dólar en cuentas bancarias) se depreció en febrero un 3.2 % frente al dólar en efectivo. En el último año, la MLC acumula una depreciación del 10.7 % respecto al billete verde, en línea con la redolarización parcial que avanza en la economía y con el futuro incierto de la divisa virtual.
Entorno macroecnonómico cubano
El análisis del OMFi destaca que en marzo de 2024 se implementaron aumentos notables en los precios de los combustibles líquidos y de la electricidad, lo cual tendrá impactos inflacionarios a corto plazo —impactos que han sido, incluso, reconocidos por las autoridades—.
Se profundizó, además, el proceso de dolarización parcial al establecerse desde el primero de marzo una red de gasolineras que comercializan en dólares estadounidenses, una nueva medida que ahonda en la pérdida de la soberanía monetaria.
Asimismo, hubo cambios en el equipo económico gubernamental con la salida del ministro de Economía y Planificación Alejandro Gil y el nombramiento en su lugar de Joaquín Alonso Vázquez, hasta entonces presidente del Banco Central de Cuba. Lo anterior pudiera indicar un período de mayor activismo en la oficina del primer ministro, quien se supone diseñará nuevas políticas económicas.
Sin embargo, el OMFi considera que más allá de declaraciones puntuales, las autoridades no han logrado articular un plan de medidas con objetivos claros y a la altura de la gravedad de la crisis económica, social y migratoria que atraviesa el país.
A todas luces, los cambios gubernamentales sugieren que la valoración oficial de la marcha económica es muy desalentadora, en un contexto en el que el producto interno bruto volvió a retroceder en 2023.
comentarios
En este sitio moderamos los comentarios. Si quiere conocer más detalles, lea nuestra Política de Privacidad.
Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *
Cubanito
Sanson
JUAN
Neylin
Daniel
Granma