De acuerdo con la revista estadounidense de música y entretenimiento Billboard, la guerra musical entre René Pérez (Residente), exmiembro del dúo puertorriqueño de rap fusión y reguetón Calle 13, y el reguetonero colombiano José Osorio (J Balvin) se sitúa entre las cinco peleas más memorables de la historia del reguetón.
Como las que le han precedido y las que le siguen, esta disputa responde a dos rasgos esenciales del fenómeno en la actualidad: resulta atractiva para el público y es rentable para quienes la promueven.
Residente vs. Balvin
La disputa entre Residente y J Balvin, con una amplia repercusión mediática y en redes sociales, se extiende a seis meses en los que los dos artistas han logrado mantener el interés de millones de espectadores en su conflicto.
Las peleas musicales suelen ser protagonizadas por exmiembros de un mismo grupo, artistas de sellos rivales o cantantes que mantuvieron antes, incluso, relaciones cordiales, lo que garantiza el interés de las audiencias.
Sin embargo, en este caso, se trata de artistas que cultivan el mismo género pero con evidentes diferencias de proyección.
Mientras, el colombiano es uno de los artistas de reguetón más comerciales, y no solo por su música, sino también porque ha sido imagen de Nike, McDonaldʼs, Fortnite y Bob Esponja; el boricua defiende un discurso más cercano a los orígenes underground del rap o el hiphop —antecedentes del reguetón—, en el que la lucha obrera, la pobreza, el racismo y la brutalidad policial están presentes.
Todo comenzó el 28 de septiembre de 2021. Tras conocerse las nominaciones a los premios Latin Grammy en su edición 22, J Balvin —nominado en las categorías Canción del Año, Mejor Canción Urbana y Mejor Interpretación de Reguetón— publicó dos tuits (luego eliminados) en los que criticó los premios y llamó al boicot de la ceremonia.
Al día siguiente, 29 de septiembre, Residente respondió a estas declaraciones mediante un video en Instagram (IG) en el que, entre otros criterios, catalogó la música de Balvin como «un carrito de hot dogs».
A Balvin se le acusa de no escribir sus propias canciones y de no interpretarlas sin el uso del autotune (procesador de audio usado para enmascarar inexactitudes y errores de afinación). Esto genera cuestionamientos de otros intérpretes, entre los que se cuenta Residente, que se precia de ser el autor de todos sus textos.
Aunque esta filmación fue eliminada de su perfil en la red social, las palabras del boricua generaron numerosos memes y burlas en las redes sociales.
Para sacar el mejor partido del contexto, el 30 de septiembre Balvin compartió en Instagram dos fotos suyas junto a un carro de venta de perros calientes y, un día después, promocionó en IG prendas de ropa como camisetas, sacos, gorras y bolsas con el logo de hot dog y su nombre artístico «J Balvin» escrito encima en mostaza.
Residente consideró estas imágenes una provocación deliberada, y el 2 de octubre subió una segunda grabación a IG en la que continuó con la polémica.
Tras una pausa, en la que pareció enfriarse la controversia, el 18 de febrero Residente reactivó la disputa en su IG, con un audiovisual que contenía el fragmento de la canción «Camaleón» del cantante panameño Rubén Blades —a quien fueron dedicados los Latin Grammy 2021— acompañado por el mensaje: «Aunque tú cambies de color yo siempre sé por dónde vienes».
El primero de marzo, el cantante boricua anunció en una transmisión en IG la próxima salida de un tema en el que incluía, al final, un fragmento de «tiradera» contra su rival, y denunció que este estaba intentando impedir el estreno.
A pesar de ello dos días después, René sacó en la «Music sessions #49» —transmisión en vivo en YouTube del productor discográfico Bizarrap— una canción de ocho minutos de la que dedicó más de dos a fuertes críticas a Balvin. En las primeras dos semanas tras el estreno, el tema ha acumulado más de 76 millones de visualizaciones, solo en el canal de Bizarrap en YouTube.
El 17 de marzo de 2022, se estrenó el sencillo musical This is not America de Residente. De acuerdo con la revista estadounidense especializada en música y cultura popular The Rolling Stones, el tema «no se centra en otros artistas o en lo que considera un fracaso de la industria musical comercial», sino que «es un rechazo acalorado y contundente al imperialismo estadounidense y a la historia del país de explotar y borrar a los pueblos de toda América Latina y el Caribe». Y en tal sentido, «señala la arrogancia de que Estados Unidos se llame a sí mismo “América”, cuando ese término se aplica también a dos continentes enteros».
El texto puede considerarse una crítica indirecta a todo lo que Balvin representa, quien no ha respondido a las provocaciones de Residente durante 2022. No obstante, aún no puede afirmarse que la «tiradera» haya concluido.
El fenómeno de la «tiradera»
La palabra «tiradera» dentro del espectro musical latino traduce el vocablo inglés beef, procedente del rap, que refiere la práctica cultural en la que dos o más cantantes se enfrentan, de manera directa o indirecta; mediante las diss o diss track (disrecpect track), término del hip hop, que nombra las canciones cuyo propósito principal es atacar verbalmente al rival.
Los enfrentamientos artísticos entre intérpretes de rap y hiphop son los antecedentes de lo que conocemos hoy como «tiraderas» y se remontan a los años ochenta del siglo anterior en Estados Unidos. Fueron asumidas por otros estilos dentro de la denominada música urbana, como el trap y el reguetón en los 2000.
Las batallas musicales originarias del freestyle en el hiphop ponían a prueba las capacidades de síntesis, imaginación y de resistencia de los participantes —en términos de improvisación—. Y de eso se trataban también al ser asimiladas por el reguetón.
Sin embargo, en la segunda década del siglo actual, con la explosión comercial global de este ritmo se instituyeron como show mediático y negocio promocional, un asunto de entretenimiento masivo que termina impulsando ventas. Hasta hoy, constituyen una estrategia de cantantes populares —y sus patrocinadores— para aumentar su publicidad y mantenerse en el foco de atención.
Aunque no existen códigos claros que las delimiten, casi todas tienen en común la composición de canciones que emplean un lenguaje violento y muchas veces obsceno; el hecho de que ventilan disgustos personales o tensiones profesionales; la licencia para develar información privada sobre el rival, y; un espíritu de batalla despiadada en el que solo una parte será declara vencedora por la opinión pública.
La ampliación del enfrentamiento al contexto de las redes sociales ha garantizado el alcance de un mayor número de personas. Un elemento esencial en vista de que, aunque pueda partir de diferencias genuinas entre las partes involucradas, es imperativo que se transforme con rapidez en un espectáculo de masas.
Otras «tiraderas» memorables. El caso de Cuba
La «tiradera» entre Residente y Balvin es solo el ejemplo más reciente de una larga serie protagonizada por diversos cultores del género urbano a nivel global. Por ello, en la lista de las cinco grandes peleas de la historia del reguetón confeccionada por la Billboard se sitúan también otras protagonizas por:
- Tego Calderón vs. Lito y Polanco, 2003. Se recuerda porque colaboraron antes en la música y porque la disputa cerró con la canción de Calderón «Guasa, guasa». El tema trascendió el enfrentamiento y se convirtió en un clásico del género, además de ser un hit en su momento. Hasta hoy, es la «tiradera» más larga de la historia.
-Daddy Yankee vs. Nicky Jam, 2004. Exmiembros del grupo de reguetón Los Cangris, se batieron como enemigos en un duelo con base personal motivado, en parte, por la adicción de Nicky a las drogas. Se reconciliaron 10 años después.
- Residente vs. Tempo, 2017. Sin antecedentes de enemistad, Tempo atacó a Residente dando inicio a varias rondas de canciones que concluyeron con el tema «La cátedra», del exmiembro de Calle 13, que batió el récord mundial de la canción de rap más larga.
- Cosculluela vs. Anuel AA, 2018. Tras haber sido cercanos y mantener colaboraciones musicales, su pelea se recuerda porque se inició en las redes sociales, lo que constató que ese medio se había convertido en la principal forma de promocionarse; y porque Anuel debió pedir disculpas públicas por su canción «Intocable», una de las incluidas en el duelo.
Este tipo de controversias no son patrimonio de los artistas internacionales. Dentro del mundo de la música urbana nacional también son habituales.
Sobre las «tiraderas» dentro del marco de este género en Cuba —a pesar de que se traducen en ganancias para los involucrados—, para la revista argentina de cultura, negocios y otros temas de interés general Panamerican World, «poco bien hacen al movimiento urbano».
Las tres más recientes son las desarrolladas entre Chocolate MC y El Chulo en 2020 que se extendió por más de cuatro meses y fue motivada por rencillas profesionales, donde Chocolate acusó a su opuesto de robo de temas musicales y compra de seguidores; la del rapero Al2 El Aldeano y el reguetonero Yomil en 2021, que basó en asuntos personales pues Al2 ventiló la adicción a las drogas de su rival y la que tiene lugar en marzo de 2022 e involucra a Lenier Mesa y Yulien Oviedo que ha partido de los cuestionamientos del primero en relación con el talento y la postura política de su contrincante.
Desde luego, hemos listado algunas de las guerras musicales más conocidas o recientes en el tiempo. Pero, si recuerdas alguna «tiradera», tanto entre intérpretes cubanos o foráneos, que no se halle incluida en este texto y, en tu opinión, ha trascendido, no dudes en compartirla con nosotros en los comentarios. Te leemos.
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