Una entrevista publicada recientemente en el periódico Granma hace alusión a la depreciación de las monedas nacionales en Cuba y Venezuela y señala la guerra económica estadounidense como una de las causas principales de la devaluación monetaria.
La entrevistada Pasqualina Curcio Curcio, doctora en Ciencias Económicas y profesora titular del Departamento de Economía de la Universidad «Simón Bolívar» de Venezuela, asegura que portales web que publican tipos de cambio en el mercado informal de divisas condicionan todos los precios de la economía, manipulan el valor de las monedas nacionales y son un arma para la desestabilización política.
De acuerdo con la venezolana, el mercado paralelo del dólar en su país y en Cuba «no guarda relación con el mercado ni con la demanda ni con la oferta ni con las reservas internacionales; es totalmente político (…)».
La afirmación de Pasqualina Curcio es engañosa. Un análisis de datos históricos, económicos y políticos, así como la revisión de fuentes de información especializadas en economía y en relaciones internacionales, lo demuestra claramente.
Las fluctuaciones en el mercado paralelo del dólar (tanto en Cuba como en Venezuela) han estado influenciadas por múltiples factores, incluidos desequilibrios económicos internos, sanciones internacionales y políticas gubernamentales.
Si bien las acciones políticas y las sanciones económicas de Estados Unidos pueden haber tenido un impacto, atribuir la totalidad del fenómeno a una manipulación política externa simplifica excesivamente la complejidad de la situación económica en ambos países.
Mercados paralelos de divisas
Los mercados paralelos de divisas surgen principalmente debido a condiciones adversas en la balanza de pagos, cuando la demanda de divisas supera la oferta. En un régimen de tipo de cambio fijo, como el que trata de sostener el Banco Central cubano, este puede llegar a exhibir un valor que no refleja el equilibrio real del mercado de divisas. Esto implica, de hecho, una sobrevaloración de la moneda local.
Los mercados de divisas informales pueden ser reconducidos hacia mecanismos oficiales, como fue el caso en Cuba desde aproximadamente 1994 hasta 2019. Durante este tiempo, el tipo de cambio oficial, usado en la contabilidad del sector público y en ciertas transacciones (1 x 1), coexistía con otro mercado (1 x 24) manejado por las Casas de Cambio (Cadecas), encargado de las operaciones en el ámbito doméstico.
Sin embargo, cuando se generan demandas en ciertos segmentos del mercado que las opciones formales no satisfacen, las condiciones aparecen para que prolifere otra vez el mercado informal.
«En el caso de Cuba, desde 2019 se manifestó una tendencia hacia la inconvertibilidad del CUC a la tasa oficial de 25 pesos por unidad», comenta el doctor en Ciencias Económicas por la Universidad de La Habana Ricardo Torres. «Con la Tarea Ordenamiento, la tasa oficial se devaluó hasta los 24 pesos, pero ese valor ya no reflejaba el equilibrio del mercado de divisas. La prueba es que si las personas iban a los bancos no encontraban dólares a ese tipo de cambio. Ni las empresas podían comprar cantidades ilimitadas a esa tasa», explica.
Ante la inexistencia de un mercado formal para las transacciones de los hogares, emergen intercambios de divisas entre diversos participantes en el mercado, incluidos algunos trabajadores por cuenta propia y micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes) que se han involucrado en operaciones de comercio exterior.
En el contexto de una profunda crisis económica, caracterizada principalmente por una aguda escasez de divisas en la economía en su conjunto, el desenlace inevitable es la depreciación de la moneda nacional.
La evolución del valor del peso cubano (CUP) desde 2021, e incluso desde 2019, refleja de manera clara la situación de las finanzas externas de la economía cubana. Aunque no se puede afirmar que el valor estimado por diversas fuentes represente con precisión el conjunto de las transacciones en la economía cubana, sí constituye un indicador que se acerca al equilibrio en las transacciones dentro del sector de los hogares.
Declaraciones engañosas
En la entrevista publicada por Granma a Pasqualina Curcio, se insiste en cómo la plataforma Dólar Today distorsiona la economía venezolana.
«Este ataque [de Estados Unidos] consiste en posicionar portales web, a través de canales de comunicación (en nuestro caso Dólar Today), en el cual fijan tipos de cambio ficticios, muy superiores al cambio oficial, pero que, negativamente, se usan como referencias para determinar los precios de los bienes y los servicios nacionales», indica la profesora venezolana.
Aunque muy pocos artículos académicos confirman la influencia que ejerce en el mercado cambiario la sola publicación de una tasa de cambio informal, existe un enfrentamiento a estas más que económico, político.
La mayoría de los bancos centrales, tanto en la región como en otros lugares del mundo, suelen calcular y anunciar una tasa de cambio referencial basada en los valores de mercado del día anterior.
Aunque las metodologías empleadas puedan variar ligeramente, todas persiguen el objetivo común de proporcionar un valor de referencia central que represente las diversas tasas existentes en el mercado.
Generalmente, se utiliza un promedio ponderado de las tasas de cambio de un conjunto representativo de participantes en el mercado cambiario para determinar este valor.
«Es un error grave de política económica de parte de las autoridades tratar como ilegal a transacciones que reflejan la oferta y demanda de divisas en un sector de la economía. Por el contrario, las mismas autoridades podrían empezar por crear los mecanismos para regularizar ese mercado», reflexiona el economista e investigador cubano Ricardo Torres.
«La disponibilidad de información sobre los precios relevantes en un mercado es un fenómeno que, lejos de distorsionarlo, mejora su funcionamiento. Cada vez que el valor de la tasa se ha alejado injustificadamente del valor reconocido en el mercado, ha tenido lugar una corrección posterior».
La emergencia del mercado informal de divisas y la evolución del valor del peso cubano frente a monedas extranjeras son reflejo de la crisis económica de Cuba y de las decisiones gubernamentales. La crisis tiene raíces múltiples, incluidas políticas pasadas y actuales.
Los estudios empíricos indican que los mercados paralelos no solucionan a largo plazo los problemas que motivan su creación.
Cualquier beneficio inmediato que proporcionen es transitorio, a menos que se atiendan las causas subyacentes, como la fragilidad de la situación financiera externa del país y las políticas fiscales y monetarias poco rigurosas.
«Seguir alimentando la ficción de que el valor del tipo de cambio del mercado informal que se publica por diversas fuentes responde a una conspiración internacional o a una campaña de los “enemigos” de la Revolución es solo otra fase de un modo de actuar mantenido por décadas en la que se culpa sistemáticamente a actores externos de los errores propios», concluye Torres.
¿Qué pasa en Venezuela?
Aunque desde hace años Pasqualina Curcio insiste en la manipulación de la tasa de cambio entre el bolívar y el dólar a través de Dólar Today, ella misma reconoce que algunas medidas del Banco Central Venezolano (BCV) contribuyeron a la depreciación de la moneda nacional.
«Es lo más asombroso y lamentable, que la política del BCV desde 2018 haya contribuido al logro de los planes imperiales de dolarización, no solo por no prohibir las transacciones, sino por potenciar sus efectos, y es que, con la decisión monetarista de disminuir la cantidad de bolívares en la economía, dieron mayor espacio al dólar».
Según las estadísticas del BCV, en 2017, de cada 100 bolívares generados y utilizados en la economía, solo 63 estaban en circulación, ya sea en forma de efectivo o de dinero electrónico. La cifra disminuyó a 43 en 2018, a 32 en 2019, y alcanzó su punto más bajo en 2020, con solo 19 bolívares circulando por cada 100 producidos. Para 2021, la situación empeoró significativamente, con tan solo dos bolívares en circulación por cada 100 generados.
En 2022 aseguró que «está más que demostrado que el tipo de cambio en Venezuela ha estado siendo manipulado con criterios políticos a través de publicaciones diarias en las redes sociales». No obstante, también reconocía que colegas de derecha, e incluso de «izquierda», no coincidían con sus afirmaciones.
La crisis de hiperinflación de Venezuela, analizada en un estudio de septiembre de 2021 por Lakshmi Iyer y Francisco Rodríguez, fue el resultado de fallos políticos, la disminución de los ingresos del petróleo y las sanciones económicas.
En 2020, la inflación anual alcanzó el 2.960 %, al provocar un grave colapso económico. Los intentos del presidente Nicolás Maduro, incluida la redenominación de la moneda y el control de precios, fracasaron.
La disminución de los ingresos, las sanciones de EE. UU. y la caída de los precios del petróleo paralizaron aún más la nación.
También un artículo del economista Juan Barredo-Zurriarain analiza la hiperinflación en Venezuela, al atribuirla a efectos distributivos motivados políticamente.
El estudio concluye que la diferencia entre la inflación históricamente alta y la reciente hiperinflación en el país radica en la financiación de déficits de PDVSA con préstamos monetizados del Banco Central de Venezuela, una decisión política iniciada en 2009.
Aunque ambos fenómenos comparten características, la hiperinflación se agravó entre 2016 y 2017 cuando los préstamos monetizados excedieron la escala de la economía nacional.
La economía no se arregla en Internet
Pasqualina Curcio asegura que el «fenómeno» de la «manipulación de la moneda local» a través del mercado informal de divisas «no tiene ninguna explicación económica, ni aunque se contraste con reservas internacionales, incluso con la caída del producto interno bruto (PIB) o de las exportaciones, pues los números son desproporcionados. No se trata de un asunto económico, sino de guerra política».
Olvida que los sistemas de tipo de cambio dual suelen ser una respuesta a una crisis en la balanza de pagos o a situaciones adversas, acompañados de una política de tipo de cambio fijo por parte del banco central.
En circunstancias como la fuga de capitales o una disminución de las exportaciones, se genera un desequilibrio cambiario en el que la demanda de divisas supera la oferta.
Los bancos centrales, al tratar de mantener un tipo de cambio fijo, terminan estableciendo una tasa oficial que no refleja la realidad del mercado de divisas, lo que resulta en una sobrevaloración de la moneda nacional y propicia la creación de mercados paralelos.
Por esta razón —explica el profesor titular del Departamento de Economía de la Pontificia Universidad Javeriana Cali Pavel Vidal—, actualmente la mayoría de las economías optan por tipos de cambio flexibles, que se ajustan de forma más eficiente a las condiciones macroeconómicas y a la balanza de pagos.
La flexibilidad ayuda a mitigar los impactos de los choques internacionales, proporciona mayor independencia a la política monetaria y previene la formación de mercados cambiarios paralelos.
En el caso de Cuba, las condiciones actuales son propicias para que estos desequilibrios se manifiesten. Los desajustes internos, como la monetización del déficit fiscal, aumentan la cantidad de moneda nacional disponible para la compra de divisas y la demanda de importaciones.
La adquisición de divisas se convierte en una estrategia para protegerse de una inflación descontrolada. Además, la reducción de la producción nacional intensifica la necesidad de importar y la demanda de dólares.
«Los modelos económicos cubanos y venezolanos tienen fallos estructurales y distorsiones muy notables y visibles en sus principales indicadores macroeconómicos y en la eficiencia y competitividad del sistema productivo nacional. Las respuestas y estrategias de política económica de ambos Gobiernos en todos estos años dejan mucho que desear. No es creíble justificar todos estos errores con el argumento de las sanciones y de la “guerra política”», concluye Pavel Vidal.
Suscríbete al boletín de OMFi para leer más sobre este tema
comentarios
En este sitio moderamos los comentarios. Si quiere conocer más detalles, lea nuestra Política de Privacidad.
Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *
Manuel Ignacio Alonso Machado
Luis Martínez
Alexis
Julio
Ram Mrguez
Alberto
Jorge
Antonio Velásquez Álvarez
roberto.cardenas
Silvano
Ernesto
Rigo
Daniel
Alex Pons
Sonia González