La situación de la vivienda en La Habana es uno de los principales problemas sin solución desde mediados del siglo XX. En el 503 aniversario de la ciudad la precariedad se mantiene. La decadencia del fondo habitacional, el desabastecimiento irregular de materiales de la construcción, la excesiva burocracia en torno a la tramitación y legalización de terrenos y hogares han sido dificultades constantes durante varias décadas.
Los resultados catastróficos del paso de huracanes, tormentas tropicales —con sus respectivas lluvias y penetraciones del mar— y otros fenómenos atmosféricos dejan en evidencia la fragilidad de las estructuras.
Inmuebles que se debían demoler o reconstruir desde la base, terminan acomodándose sobre sus ruinas en el paisaje capitalino.
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