El primer ministro Manuel Marrero Cruz ―como es habitual― presentó una actualización del plan de Gobierno y las proyecciones para 2025 durante el Cuarto Período Ordinario de la Asamblea Nacional del Poder Popular (ANPP), el 18 de diciembre de 2024. En su intervención, de más de dos horas, insistió en el aumento de la dolarización como estrategia para recaudar divisas.
«Este es un proceso necesario para poder adquirir divisas y que haya un control del Gobierno sobre las mismas y ponerlas en función del bienestar de la población. Pero se ratifica que en todos los programas del Gobierno el camino a seguir es la desdolarización de la economía», dijo el mandatario.
Aunque el tono general de su discurso intenta mostrar una visión positiva, basado en la idea de que «si bien se muestran resultados, no se ha avanzado lo necesario»; la contradicción con respecto a la dolarización es evidente. Por una parte, continúan tomando medidas que profundizan la dolarización ―algunas de ellas habían sido anunciadas en la sesión de la ANPP en julio― y, por otra, la presentan como un mal necesario y algo que no constituye un objetivo a largo plazo.
Sobre este tema, el economista Pedro Monreal publicó en su cuenta en la red social X: «es una notoria incongruencia que se declare en un mismo discurso que funcionarán “esquemas de dolarización parcial” en determinadas actividades, al mismo tiempo que se afirma que “se ratifica la política del Gobierno de avanzar en la desdolarización de la economía”».
Las palabras de Manuel Marrero sobre la dolarización y las medidas anunciadas son ENGAÑOSAS y reflejan los cambios en el discurso del Gobierno. La retórica oficial sobre este tema pasó de la negación a la aceptación; ahora, continúan dolarizando la economía, mientras minimizan el impacto de esta medida y la presentan como una necesidad.
La dolarización, una decisión del Gobierno
Marrero afirmó que el mercado informal de cambio de divisas ha provocado la dolarización de la economía. Según dijo, «el mercado fija su propio tipo de cambio, que actualmente es de 1 USD por 320 CUP [coincidente con el que publica elTOQUE], lo que significa que los precios se fijan en dólares, aunque la moneda oficial sea el peso cubano».
Sin embargo, han transcurrido cinco años desde que regresó el uso de divisas en operaciones internas en la isla. El 16 de octubre de 2019, el entonces ministro de economía, Alejandro Gil anunció la apertura de tiendas en MLC para «venta de electrodomésticos, partes y piezas de carros y otras mercancías de gama media y alta». Pronto quedó demostrado que esta sería la forma de venta casi exclusiva de productos por parte del Estado.
Entre 2020 y 2023 se dolarizaron otros sectores. Se permitió, por ejemplo, que algunos establecimientos ofrecieran ciertos servicios en moneda extranjera: establecimientos turísticos, Casas del Habano, farmacias, ópticas, clínicas internacionales y aeropuertos. Otros servicios turísticos y de transportación, aunque no de manera exclusiva, también han privilegiado el uso de tarjetas en divisas para el pago de sus servicios.
En diciembre de 2023, el propio Marrero Cruz anunció una mayor dolarización con medidas como la implementación de un nuevo mecanismo para la gestión, control y asignación de divisas a los actores económicos, y la autorización del pago de aranceles en divisas y servicios asociados a las operaciones de comercio exterior para formas de gestión no estatal.
En marzo de 2024, la Gaceta Oficial publicó un Acuerdo del Consejo de Ministros para actualizar los precios de los combustibles en moneda nacional y en dólares. La venta en dólares se presentó como una forma de obtener ingresos para reabastecer los depósitos nacionales.
Así llegamos a diciembre de 2024. Seguir dolarizando la economía es una salida rápida para ingresar divisas en las cuentas estatales, perjudicadas por la falta de exportaciones y, en particular, por los incumplimientos del turismo.
Las medidas anunciadas el 18 de diciembre de 2024 fueron:
- Se establecerá «una tasa variable» para intervenir en el mercado de divisas. Marrero no precisó detalles sobre su funcionamiento.
- Se autorizará de forma temporal a ciertos sectores, en particular a los exportadores, a utilizar dólares en sus transacciones, incluyendo ventas al por mayor y al por menor, y en operaciones relacionadas con el comercio exterior.
-Se permitirá que determinadas empresas, como establecimientos turísticos, farmacias y clínicas, acepten pagos en efectivo en moneda extranjera.
-Se aprobarán pagos directos a algunos productores en moneda extranjera para que puedan adquirir los insumos necesarios.
Estas medidas amplían las operaciones con divisas en el país, en un contexto de escasez, y contradicen el discurso oficial anterior que aseguraba que la forma de captar divisas no era venderlas a la población, sino a través de las exportaciones.
Un discurso que muta a conveniencia
El discurso oficial sobre la dolarización ha cambiado.
En 2019, ante la interrogante: ¿el país está regresando a una dolarización de su economía? Alejandro Gil Fernández, exministro de economía, respondió: «esto no es dolarización de la economía».
El 10 de octubre de 2020, un año después del inicio de las tiendas en MLC y a las puertas del inicio del ordenamiento monetario, el presidente Miguel Díaz-Canel admitió que se necesitó «introducir una necesaria y no deseable parcial dolarización en la economía». Esta declaración marcó un punto de inflexión en la narrativa oficial, reconociendo la existencia de una dolarización parcial.
Posteriormente, el 22 de julio de 2023, Gil Fernández fue más explícito: «Tenemos una tendencia a la dolarización, a cobrarnos y pagarnos en dólares, tanto entre actores económicos estatales como entre estatales y no estatales». Gil también mencionó la existencia de una «demanda artificial de divisas» que necesitaba corrección.
El 20 de diciembre de 2023, Marrero dio un paso más allá al declarar: «La visión no es dolarizar la economía, todo lo contrario, pero para transitar ese camino hay que pasar por dolarizaciones parciales». Algo que repite en 2024, mientras se dan nuevos pasos en ese camino.
Consecuencias de la dolarización para la economía
Varios economistas han alertado desde 2019 sobre las consecuencias de la dolarización para la economía cubana: distorsiona el sistema de precios (porque los precios se fijan en dólares, aunque la moneda oficial sea el peso cubano) y provoca una pérdida de control monetario, lo que dificulta que el Gobierno pueda intervenir para regular la economía.
En general, la coexistencia de múltiples monedas (peso cubano, dólar, MLC) complica la gestión económica del país.
El economista cubano Ricardo Torres explicó a elTOQUE que «la dolarización es más un síntoma que el problema en sí mismo, aunque tiene efectos sobre el funcionamiento de la economía. Lo que ahora hace el Gobierno cubano es reconocer institucionalmente lo que ocurre en la práctica en vastos sectores de la economía, ante la debacle monetaria y la notoria pérdida de confianza en los bancos; pero lo hace con un claro criterio recaudador. Que el Gobierno ponga sus manos en esas divisas, no garantiza que se usen adecuadamente. De hecho, la evidencia indica que son tremendamente ineficientes. Durante más de dos décadas tuvieron tiendas recaudadoras de divisas y CADECA y eso no evitó la crisis actual».
«No hay nada en las medidas expuestas por Marrero ante el parlamento cubano que fomenten la producción. Esas dolarizaciones selectivas crean silos internos y exacerban la disfuncionalidad de la economía», concluye el economista.
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Manuel