Más de 60 hospitales han cerrado en Cuba:¿qué revela el presupuesto del Estado sobre la atención médica?

Más de 60 hospitales han cerrado en Cuba:¿qué revela el presupuesto del Estado sobre la atención médica?

24 / enero / 2024

El sistema de Salud cubano es uno de los sectores que más recursos recibe cada año del presupuesto del Estado. Para 2024 se planificó el 26 % del gasto social en el rubro. Sin embargo, ¿son suficientes los recursos para garantizar la prestación de servicios médicos de calidad en el país?

De 2010 a la fecha han cerrado 63 hospitales, 37 consultorios médicos de la familia, 187 hogares maternos y 45 clínicas estomatológicas, según el resumen más actualizado de la Oficina Nacional de Estadística e Información, correspondiente a 2022.

Algunos de los inmuebles se han unido a otros centros de Salud, pero otros han sido arrasados por el deterioro. Un ejemplo es el policlínico José Martí, en Camagüey, que en 2023 suspendió sus servicios ante la amenaza de derrumbe.

Actualmente, hay en funcionamiento 13 454 unidades de asistencia médica en el país. La mayoría muestra señales de abandono. El testimonio de varios pacientes descubre la otra cara de las instalaciones sanitarias; a saber: sistemas eléctricos y de climatización ineficientes; paredes con moho y filtraciones; habitaciones superpobladas; presencia de insectos (cucarachas y mosquitos); ventilación inadecuada; y escasez de agua potable —entre otras condiciones que atentan contra el confort, la seguridad de los enfermos y la calidad de la atención—.

Ailuj Casanova Barreto, jefa del Departamento de Atención Primaria de Salud del Minsap, anunció a mediados de 2023 que 1 626 consultorios no recibían agua corriente; de ellos, solamente 65 habían solucionado la situación. A su vez, reconoció que 3 314 de los centros dedicados a la atención familiar se encontraban en regular o mal estado constructivo.

Además de los problemas estructurales, la falta de inversión en tecnología y el limitado equipamiento médico afectan el servicio sanitario. El Gobierno informó que 801 consultorios comparten más de dos equipos básicos de Salud. La funcionaria del Minsap aclaró: «han sido recuperados 83 equipos de ultrasonidos de 160 que estaban defectuosos. El coeficiente de disponibilidad técnica de los electrocardiógrafos es de 74.34 %, existiendo 149 equipos dañados».

Por otra parte, en 2023 el ministro de Salud Pública, José Ángel Portal Miranda, admitió el prolongado tiempo de respuesta del transporte sanitario, una situación que atribuyó a problemas organizativos y al déficit de ambulancias —cuya disponibilidad en ese momento era apenas del 39.6 % de la demanda—.

En diciembre de 2023, el Gobierno adquirió 99 ambulancias por un valor de 4 millones de dólares, de ellas, 50 son nuevas. Aun así, las autoridades han reconocido que la inversión no es suficiente para satisfacer la demanda en los territorios. De acuerdo con Portal Miranda, está previsto distribuir entre cuatro y cinco vehículos por provincia.

Aunque prometieron que 2023 sería diferente, el primer ministro Manuel Marrero admitió desde el comienzo del año pasado la incapacidad del Gobierno para abordar de manera efectiva los principales problemas que aquejan a los cubanos. Argumentó que la carencia de ingresos en divisas dificultaba la obtención de recursos para satisfacer las necesidades de Salud de la población. Para 2024 no se avizoran cambios.

Las denuncias en redes sociales sobre la escasez de medicamentos, la mala alimentación de los pacientes, la insalubridad en los centros hospitalarios y la falta de ambulancias —que en ocasiones no llegan a tiempo para salvar vidas— son cada vez más frecuentes. A las quejas, se suman las peticiones de visas humanitarias para quienes no tienen tiempo de esperar que el Estado solucione la crisis sistémica y que desean encontrar en otro país una cura o al menos una atención digna.

Otra arista del problema es la renuncia del personal decepcionado por los bajos salarios y por las condiciones laborales desfavorables. Tanto la falta de medicinas como el mal funcionamiento y la obsolescencia de los medios técnicos hace que brindar un servicio eficiente sea prácticamente un acto de magia, por lo que a menudo se requieren los recursos que el paciente sea capaz de proveer. Desde ese momento, la atención médica en Cuba deja de ser gratuita y universal.

¿En qué se gasta el dinero en Salud Pública?

El Gobierno central define las prioridades del sistema Salud cubano. El Ministerio de Salud Pública es el responsable de determinar cómo ejecuta los recursos financieros que le asignan. Entre ellos, el gasto de hospitales, policlínicos, hogares maternos, bancos de sangre, consultorios, la compra de medicamentos, equipos médicos, la adquisición de transporte sanitario e insumos esenciales y el pago a los médicos y los trabajadores del personal de Salud.

El sector ha sido el mayor beneficiario de los fondos asignados al gasto social. Durante la última década, la inversión en Salud Pública ha aumentado gradualmente, aunque no de manera uniforme. A partir de 2015, los montos ascendieron a más de 10 millones de pesos y sobrepasaron los 12 millones en 2020; pero la mayor contribución ocurrió en 2021 cuando los recursos representaron el 14.3 % del producto interno bruto (PIB), la mayor inversión que ha recibido el sector.

Sin embargo, el incremento no respondió a la voluntad del Gobierno para resolver los problemas del sector. Estuvo condicionado por los recursos sanitarios que demandó la pandemia de la COVID-19 y por el aumento nominal de los fondos estatales tras la unificación monetaria en enero de 2021. Para el enfrentamiento de la enfermedad se destinaron 1 676 millones de pesos en 2020 y 17 000 millones en 2021.

En 2022, el gasto en Salud disminuyó en más de 17 millones de pesos, equivalente a una caída del 22.5 % con respecto al año anterior. Si se compara el descenso con el PIB, ese año el gasto de Salud representó el 9.6 % del PIB —la cobertura más baja desde 2014 hasta ese momento—. No obstante, el resultado es notable para los estándares de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que recomienda un gasto público por encima del 6 % del PIB como condición necesaria para reducir las inequidades en la cobertura sanitaria.

Informes de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Panamericana de la Salud (OPS) sitúan el gasto per cápita en Salud de la isla entre los más altos de la región, un indicador que muestra cuánto dinero destina el Estado para la atención médica de cada ciudadano.

De acuerdo con el informe «Panorama de la Salud: Latinoamérica y el Caribe» (2020), en 2017 Cuba gastó 2 484 dólares por persona según la paridad de poder adquisitivo (PPA) —una tasa que convierte una cantidad determinada a dólar internacional para igualar el poder adquisitivo de diferentes monedas, lo que elimina las diferencias en los niveles de precios entre los países—.

A nivel regional, entre 2010 y 2017 el gasto promedio en Salud en América Latina y el Caribe fue de 1 251 USD por persona. Sin embargo, las cifras analizadas a partir de los datos públicos que proporciona la Oficina Nacional de Estadística e Información (ONEI) revelan otra realidad.

Entre 2015 y 2019, Cuba mantuvo un promedio de inversión anual de 924 CUP por persona. A partir de ese período, se registró un crecimiento que alcanzó cifras récords en 2021, luego del incremento de los gastos totales a escala nominal tras la implementación de la Tarea Ordenamiento. En 2021, el gasto por habitante fue 7 030.8 CUP. En cambio, en 2022 hubo una disminución del 22.4 %, con un monto anual equivalente a 5 454.2 CUP por persona.

Si se contrasta la cantidad que se gastó en 2022 con su equivalente en dólares estadounidenses, se revela el valor real. Según la tasa oficial vigente a finales de 2022 (1 USD = 123.6 CUP), el gasto per cápita en Salud fue 44 USD aproximadamente; mientras que bajo la tasa informal (1 USD = 173) representó apenas 14.2 USD. 

Medicamentos

El acceso a medicamentos ha sido un desafío recurrente en el país. Los cubanos se han visto obligados a acudir a familiares en el extranjero, al mercado negro o a la publicación de mensajes a través de las redes sociales para encontrar medicinas e insumos que escasean en farmacias y hospitales.

Uno de los casos que trascendió fue el de Sarai Martines, una madre residente en Holguín que recurrió a Facebook para pedir valproato de sodio y lamotrigina, dos medicamentos esenciales para tratar las crisis de epilepsia que padece su hijo. «Ya no sé qué hacer. Por el Estado no hay, está en falta. Yo no entiendo, si la vida de mi niño depende de ese medicamento», escribió desesperada.

La solicitud de ayuda relacionada con el valproato de sodio es común. Desde 2018, Cristina Lara Bastanzuri, jefa del Departamento de Análisis y Planificación de medicamentos y Farmacoepidemiología del Minsap, anunció el déficit del fármaco.

En septiembre de 2023, BioCubaFarma informó que retomaría la producción del valporato en jarabe; sin embargo, los pacientes epilépticos demandan el medicamento en su presentación de tabletas de 500 mg que se obtienen por importación. En Revolico, sitio de anuncios clasificados de venta informal, un pomo de 100 tabletas se oferta a precios que oscilan entre 2 000 y 3 000 CUP.

El presidente de BioCubaFarma, el Dr. C. Eduardo Martínez Díaz, justificó la falta de medicamentos en 2021 argumentando que aproximadamente la mitad de los recursos financieros y materiales se destinaron a la fabricación de fármacos conforme al protocolo de atención de la COVID-19 y al desarrollo de vacunas. El directivo añadió otras causas (carencia de materias primas y envases, interrupciones en las plantas de producción debido a roturas o mantenimiento y la situación financiera del país).

Como resultado, no se cumplió con la producción del cuadro básico de medicamentos (CBM) ese año ni el siguiente. En el primer semestre de 2022, un promedio de 142 medicamentos de los que aporta el grupo empresarial biofarmacéutico estuvieron en falta.

Según Martínez Díaz, para asegurar el suministro de los 63 productos controlados por tarjeta orientados al tratamiento de enfermedades crónicas, se necesitan 43 millones de dólares anuales. El grupo incluye una docena de medicamentos de alta demanda que son consumidos por 5.9 millones de personas; entre ellos, atenolol, captopril, amlodipino, enalapril, nifedipino, warfarina, metformina, salbutamol y fluticasona.

La producción de salbutamol y fluticasona ha estado afectada debido a la interrupción del suministro por parte del principal proveedor de gas 134a, esencial para la fabricación de aerosoles. Así lo informó a la prensa estatal en julio de 2022, Tania Urquiza Rodríguez, vicepresidenta de BioCubaFarma. Durante este período, BioCubaFarma adquirió los medicamentos terminados de una empresa europea por un valor de 4 millones de dólares.

El presupuesto del Estado se expresa en pesos cubanos y su conversión a dólares para acceder al mercado internacional depende de la disponibilidad de divisas del país. La tasa de cambio, así como la forma de gestionar el dinero, no se expresa en la Ley del Presupuesto, por lo que no se sabe en realidad de cuántos dólares o monedas extranjeras dispone el sistema de Salud que se puedan utilizar en el mercado mundial.

Otros faltantes esenciales han sido las medicinas destinadas a tratamientos oncológicos y analgésicos de uso común (dipirona, aspirina y paracetamol). Igualmente, las tabletas prenatales y el ácido fólico para las mujeres embarazadas se han dejado de fabricar por la ausencia de vitamina C.

A mediados de 2023, Martínez Díaz reveló ante la Comisión de Salud y Deporte de la Asamblea Nacional del Poder Popular, la escasez de 251 medicamentos, tanto de los fabricados en el país como de los importados. El déficit representa el 40 % del cuadro básico. Las causas subyacentes son las mismas que han afectado la disponibilidad de medicamentos en años anteriores.

En septiembre de 2023, BioCubaFarma anunció la obtención de financiamiento y la adquisición de los insumos esenciales para reiniciar la producción de 16 medicamentos claves. La lista incluía el clonazepan, la metformina, la sertralina, la triamcinolona, el clobetasol, el latanoprost y el propanolol, los cuales serían eventualmente distribuidos.

El área quirúrgica ha sido una de las más afectadas por la falta de insumos, algunos de los cuales son básicos en las intervenciones (guantes, equipos de esterilización, pinzas, material de sutura, gasa y anestésicos). La situación obligó al Minsap a plantearse permitir el uso de suministros provenientes del exterior, explicó al medio Visión Tunera la Dra. Marianela Zapata Romero, directora del Hospital Ernesto Guevara.

A pesar de la escasez de fármacos, el Gobierno vendió medicinas a México por un valor de 84 millones de dólares. De acuerdo con el secretario de Salud, Jorge Alcocer Varela, «derivado de la compra consolidada de medicamentos realizada por México para 2023-2024, fueron adjudicadas a Cuba 19 claves en los rubros de anestesiología, neumología, oftalmología y para el tratamiento del cáncer, con un monto máximo de 1 576 millones 113 359 pesos mexicanos (84 853 215 USD)».

Hoy, la situación es igual de compleja. Como advirtió el ministro de Salud Pública, José Angel Portal Miranda, la escasez de medicamentos no se resolverá a corto plazo.

Profesionales de la salud

De acuerdo con el Anuario Estadístico de Salud correspondiente a 2022, en ese año se registraron 46 663 trabajadores de la Salud menos con respecto a 2021. Cuba perdió más de 12 000 médicos, 7 000 enfermeros y 3 000 estomatólogos; es decir, un 10 % menos de profesionales disponibles para la atención.

En la Comisión de Salud y Deporte del Parlamento cubano, en julio de 2023, se señaló la preocupación por la inestabilidad en la permanencia de los médicos y enfermeras como un problema que socava la calidad del servicio.

Ailuj Casanova Barreto, jefa del Departamento de Atención Primaria de Salud del Minsap, subrayó que el programa originalmente diseñado para atender a 120 personas se triplica en muchos casos porque se ve desbordado.

El salario es un componente importante que se respalda con los fondos del presupuesto del Estado. El Gobierno no publica cuánto dinero se destina a cada grupo de profesionales de la Salud; en su lugar, ofrece la cifra de salario mensual por actividad económica —en la que se encuentra el sector de la Salud y la asistencia social—.

En la presentación de los recursos financieros previstos para 2024, la viceministra de Finanzas y Precios, Maritza Cruz, anunció que el país aprobó un «incentivo monetario» que beneficiará al sector de la Salud. No obstante, confesó: «[la medida está condicionada por] «una economía con un crecimiento muy discreto y que no obtiene los ingresos necesarios para respaldar el gasto social. Por esa razón, no se ha podido respaldar un incremento salarial en todo el sector presupuestado, porque no hay capacidad de ingreso en este ejercicio fiscal».

Para cumplir la promesa, el Estado dijo que es necesario desembolsar 13 785 millones en gasto del personal e impuestos. Con ese fin, elaboró 22 medidas (no detalladas), las cuatro más importantes están asociadas a la exportación de servicios médicos para generar ganancias.

El aumento salarial implica un pago adicional mensual según la cantidad de años de servicio. Quienes acumulan cinco años recibirán 1 000 CUP por encima de su salario básico. A partir de ese monto, cada quinquenio de experiencia se sumarán 400 CUP. Para quienes cuenten con más de 30 años de servicio, el incentivo será de 3 000 CUP. 

Crecerá, además, la tarifa horaria (pesos por hora) y se realizará un pago extra por condiciones especiales de trabajo para quienes laboren en centros de Salud de mayor demanda asistencial, para quienes tengan un nivel de responsabilidad superior o asuman una carga laboral que sobrepase sus actividades ante la falta de personal.

La medida responde a la necesidad de incentivar a los profesionales, de frenar la emigración hacia el extranjero y de evitar que busquen empleos mejor remunerados dentro del país. Sin embargo, para muchos, el incremento resulta insuficiente y poco gratificante.

El aumento de las cifras no se percibe como solución integral, pues no hace frente a la constante depreciación de la moneda ni cubre el insostenible costo de vida en la isla. Además, las pésimas condiciones laborales son razón suficiente para que un grupo de profesionales decidan abandonar el sistema sanitario. De ahí que la medida sea solo un parche en la herida.

Idealmente, el presupuesto debe garantizar los salarios —que son bajos—, los medicamentos que están en falta, las ambulancias que son insuficientes y la calidad de los servicios. La pandemia de la COVID-19 llevó al colapso a un sistema de Salud deteriorado y que no ha logrado recuperarse. A pesar de haber conseguido producir vacunas nacionales, el sistema no es capaz de suministrar medicamentos básicos para las personas que lo necesitan. Las deficiencias actuales son la acumulación de problemas no resueltos a lo largo de los años.

A lo anterior, se suman los costos directos e indirectos que deben asumir las familias que necesitan atención sanitaria. Adquirir medicamentos que escasean en los centros de Salud, pero que se encuentran en el mercado informal a precios más elevados; insumos médicos para análisis; diagnósticos o tratamientos; alimentación; transporte; cuidados extrahospitalarios; y regalos hacen menos accesible y más costosa la posibilidad de recibir en Cuba una Salud de calidad.


Puedes acceder al especial multimedia Nuestro dinero:¿qué hace el Estado con él?


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Isabel

En Cuba la situación de la salud pública no está al alcance de los cubanos de nada sirve si vamos a un hospital o ha un policlínico y nos diagnostican alguna enfermedad y no hay medicamentos para enfrentarlo de igual manera si vamos a un estomatólogo y no hay amalgama ni anestesia pienso q la salud pública está muy lejos de alcanzar un buen servicio por el estado cubano

Iván

Pero no vemos a nadie morirse
Iván
Isabel

Jose

Y siguen pregonando q Cuba es una potencia médica cuando no hay nada en los hospitales ni para pacientes con cáncer
Jose

El Profe

En Cuba no ha cerrado ningún hospital,eso es una GRAN MENTIRA DE USTEDES
El Profe

Yisney Mendez Quintero

Es una realidad que contamos con un decadente sistema de salud... es inevitable ante la situación económica y la inflación monetaria actual que el personal de salud decida buscar otra forma de trabajo para adquirir una mejor calidad de vida!!!! La vida en nuestro país es cada vez más cara y difícil, para poder adquirir los productos de primera necesidad hay que ser prácticamente magos!!!! En los hospitales no hay insumos ni equipamiento para las crecientes necesidades asistenciales que demanda una población que cada vez se encuentra más estresada y envejecida, incluso ... tampoco con los recursos humanos (médicos) para atender a los enfermos...ni hablar del pésimo estado de las instalaciones sanitarias, desde consultas hasta salas hospitalarias y baños. y la falta de exigencias ante la limpieza y el orden .... tampoco se cuenta con las medicinas necesarias!!!! Es muy duro todo esto, este sector está destruido y se cae en pedazos!!! Es muy triste ir al hospital porque tienes un padecimiento y que te digan que supuestamente debes tener tal enfermedad pero que no es un diagnostico certero porque no se te puede practicar análisis por falta de reactivo o no se te puede practicar tal o tal examen (ultrasonido, placas con o sin contraste, resonancias magnéticas, EKG, Ecografía, endoscopía, etc...) porque no existen los recursos o el equipamiento está roto o es interminable la lista de pacientes esperando por un servicio que cdo llega ya la enfermedad que probablemente tengas ganó fuerza en tu organismo y ya no hay solución para mejorar tu salud y tu calidad de vida. 😭😭😭
Yisney Mendez Quintero

Iván

Al final siempre hay quienes se creen todo esto
Iván

Maria

No creo que las cifras de profesionales que han abandonado el sector sean reales, yo pienso que son mayores, y lo digo solo por el entorno en que vivo. Y seran mayores cada vez, no solo por el salario sino por las crecientes necesidades de recursos que es lo peor, no poder hacer para lo que estudiaste, a los dirigentes de salud no les importa, sonrien y te dicen: todo el pais esta igual...es la coyuntura economica...sin palabras.
Maria

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