Ni fraude ni secuestro de las recargas internacionales. Cómo Etecsa se mordió su cola

Foto: captura de pantalla.
Funcionarios gubernamentales dijeron que el «fraude» fue la causa principal de que Etecsa cesara de ingresar los dólares que solía por concepto de pago de Internet móvil desde el extranjero entre 2018 y 2024. Dijeron, también, que había ocurrido un «secuestro de las recargas internacionales» y que, por ese motivo, el promedio mensual de ganancias de la empresa se desplomó de 130 USD por línea celular a 31 USD.
«Se han aprovechado de las brechas que hemos tenido», aseguró Ernesto Hernández, viceministro del Ministerio de Comunicaciones (Mincom), quien afirmó que debido a la supuesta «red fraudulenta» el consumidor cubano había dejado de «gozar» de las «bondades de las recargas internacionales». Como consecuencia, dijo Hernández, las divisas «no había[n] entrado al país».
En el siguiente texto explicamos por qué miente Etecsa y el Mincom al afirmar que hubo un secuestro de las recargas internacionales; por qué es falso que ocurriera un fraude contra la empresa; a qué brecha se refiere el viceministro; y cómo han funcionado los esquemas de venta de recarga móvil a nivel oficial y en el mercado informal.
No hay fraude
En rigor, ninguna persona natural o empresa proveedora de servicios de recarga de datos móviles ha cometido fraude contra Etecsa. El fraude hubiese ocurrido si, mediante engaño, alguien se hubiera apoderado o sustraído bienes capitales del emporio de las telecomunicaciones de la isla. Eso no ha ocurrido.
¿A qué llama fraude Etecsa? Califica así al surgimiento de un mercado paralelo de recargas de Internet móvil que funcionaba en coordinación con personas fuera y dentro de Cuba. Estas personas, luego de un razonamiento de mercado, advirtieron que se podía comprar una mayor cantidad de paquetes móviles con pesos cubanos que el que ofrecía una recarga internacional por igual cantidad de dinero. Entraron, entonces, a competir en un mercado capitalizado por Etecsa y le ganaron.
¿Qué hacían? Por un precio menor al coste de la recarga internacional, ofrecían en Cuba una mayor cantidad de saldo telefónico que le proporcionaba a los clientes la posibilidad de comprar numerosos paquetes de datos. Aun así, las compras finales seguían pagándose a Etecsa —sin fraude—, solo que en moneda nacional, mientras una persona fuera del país recibía el pago en dólares.
Según fuentes conocedoras de ese negocio consultadas por elTOQUE, este mercado paralelo creció sostenidamente tras el ordenamiento monetario en 2020. A pesar de la eliminación del CUC en aquel momento, Etecsa mantuvo para las recargas internacionales la tasa de cambio 1 USD x 25 CUP; lo cual quería decir que si una persona pagaba en el exterior 20 USD, el cliente en Cuba recibía 500 CUP de saldo (más una determinada promoción).
Con los mismos 20 USD, sin embargo, en el mercado informal cubano la persona podía adquirir hasta 6 000 CUP, o lo que es lo mismo, más de diez recargas de 500 CUP. Este diferencial cambiario, creado por la política económica del Gobierno cubano, abrió el espacio para un negocio fuera de las manos del conglomerado militar Gaesa al que Etecsa pertenece. A eso es a lo que las autoridades llaman «brecha».
Las fuentes consultadas sospechan —aunque es un hecho casi imposible de comprobar debido al casi nulo acceso a la información en Cuba— que la empresa de telecomunicaciones podía saber qué operadores dentro del país recargaban con frecuencia altas cantidades de saldo hacia otros clientes y que no hicieron nada (que sepamos) para investigarlo, frenarlo o comunicar al respecto.
¿Qué hizo Etecsa para eliminar el mercado paralelo que le hacía competencia? Con su reciente paquetazo, el monopolio estatal quiere eliminar la «brecha»; es decir, limitar el «beneficio» para quienes compraban datos móviles dentro de Cuba, haciendo imposible que puedan continuar adquiriéndolos a bajos precios.
Este movimiento será exitoso en la medida en que vuelva a crecer la demanda y el interés por recargar datos móviles a la isla desde el extranjero.
En la jugada, además, la empresa de telecomunicaciones perjudicó de manera notable a los clientes de la isla, para quienes ahora es muy difícil adquirir más de 6 GB a precios asequibles. El costo de los planes de datos extra, luego del básico «subvencionado», ya sabemos que supera bastante el salario mínimo. Pero sabemos también que eso no le interesa. Le interesan los dólares.
El negocio de la (re)venta de recargas
En la página oficial de Etecsa, la empresa cubana lista los proveedores oficiales que están autorizados para comerciar sus recargas internacionales. Eso significa que solo a ellos Etecsa les vende una cantidad determinada de recargas a precios más bajos.
Según las fuentes consultadas por elTOQUE, el precio de venta de una recarga al por mayor solía estar sobre los 18 USD. Así, Etecsa lograba captar divisas por ventas mayoristas de recargas que luego seguían comercializándose.
La empresa de telecomunicaciones cubana declara en su página web que tiene convenios con los siguientes proveedores: Ding, DTone, Recargas a Cuba, Recharge Phones, Moviles.compra_dtodo, Globaldsd, BossRevolution y Cubacel.etopuponline.
Algunas de estas plataformas, a su vez, tienen licencias para ofertar de manera directa las recargas; otras, las revenden a negocios que emergieron, sobre todo en Estados Unidos, con ese propósito. Al final de la cadena, las personas comunes terminan pagando un precio para cubrir, al menos, a dos intermediarios.
Por la razón anterior, los pagos de recargas de datos móviles a Cuba desde el exterior varían según con quién recargues. Los precios también oscilan entre las empresas que tienen convenio directo con Etecsa. Por ejemplo, por la promoción actual activa por el Día de los padres (500 CUP + 25 GB), si recargas con Bossrevolution debes desembolsar 20.49 USD; si lo haces con Recargas a Cuba pagarás 21.99 USD; si es con Globaldsd pagarás 20 USD; y si es con Ding, 21 USD.
Existen otros negocios que actúan como segundos intermediarios —entre los que están Islacel, Fonoma, Cuballama…— comprándole a los proveedores que tienen convenio con Etecsa las recargas que los primeros ya le habían pagado al monopolio estatal. Los precios de recarga a Cuba en estas segundas plataformas también varían, según las ganancias que calculen para ellos.
De esta forma, saquemos cuentas, Etecsa se lleva la mayor parte al vender un cúmulo de recargas —que tampoco podemos saber cuántas son ni cuántas de ellas se hacen efectivas ni qué sucede con las que no se ejecutan— a un precio cercano a los 18 USD, un primer intermediario que venda a 20 USD el producto gana 2 USD por cada uno; y un tercero que lo comercialice a 21.99 se llevaría 1.99 USD de ganancia.
A Etecsa le conviene que prevalezca este esquema de venta, compra y reventa de remesas porque es el que le garantiza que los dólares entren a sus arcas. Hasta antes del 30 de mayo de 2025, el monopolio estatal había mantenido cierto «privilegio» con sus clientes en la isla permitiéndoles comprar datos móviles en moneda nacional a precios asequibles. Este beneficio se dio por terminado con el tarifazo y porque, como afirmó Tania Velázquez, presidenta de Etecsa, la empresa había perdido el 60 % de sus ingresos al no lograr que le compraran sus recargas.
Como ha escrito el economista cubano Pedro Monreal, que Etecsa declare la existencia de un supuesto fraude sin presentar un dictamen oficial se asemeja más a una «maniobra política de higienización» que a un hecho comprobable.
«Hay dos problemas con esa cadena de causalidades basada en la prolongada permanencia del “fraude”: la ineptitud de Etecsa e indolencia del Gobierno para custodiar ingresos en divisas del pueblo, y la insolencia de dar el tarifazo sin explicar cómo se detendría el “fraude”», precisó Monreal.
Las explicaciones oficiales, como es costumbre y como asevera el economista cubano, «dejan espacios en blanco». «¿Pudieran otros factores, aparte del “fraude”, explicar la evaporación de ingresos por exportaciones de servicios de comunicaciones? ¿Pudiera haber existido traspaso de facturación de Etecsa a otras entidades en el exterior?».


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