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Embajada de Alemania en Cuba iliminada con los colores de la bandera ucraniana tras la invasión de Rusia. Foto: Sadiel Mederos.

Realpolitik a la cubana, portazo a Ucrania

4 / enero / 2023

Se ha escrito bastante sobre la alta correlación entre los objetivos que persigue un Estado al interior de sus fronteras y los de política exterior. Rara vez existen contradicciones entre unos y otros. Mucho menos en los Estados de regímenes autocráticos o totalitarios.

Casi siempre hay coherencia de estrategias entre lo interno y lo exterior, no solo por la vocación o voluntad de poder inherente a cada Estado, sino porque las políticas que se establecen a nivel doméstico condicionan las que se definen para el espacio internacional.

Si se buscan ejemplos simples, habría que decir que un Estado incentiva y comercia lo que produce; importa lo que le es necesario e inevitable; emplea las ventajas comparativas que como sociedad y espacio económico posee; promueve el marco político e institucional que potencie las prioridades y objetivos que se ha propuesto; y busca apoyos y vínculos estables entre los que favorecen, o al menos no entorpecen, el orden interior en el poder.

La política exterior cubana de las últimas seis décadas ha atravesado variadas circunstancias, pero en todas ha respondido y ha estado condicionada por la voluntad del liderazgo en el poder. Debido a su muy alta discrecionalidad, a la inexistencia de balances y contrapesos, y a su rigidez, en diversas ocasiones ha caído en contradicciones insalvables. Pues, acepta la norma y el derecho cuando les resultan beneficiosos y los relega o ignora cuando no les son funcionales.

Son muchos los ejemplos en los que el poder en ejercicio en Cuba ha dado muestras de frialdad y apego a lo que se denomina en relaciones internacionales realpolitik. El concepto es central para quienes describen la política como una lucha por el poder y parten de análisis y prácticas «realistas». 

La realpolitk, término de origen alemán, consiste en asumir la política desde criterios pragmáticos y al margen de ideologías. Sería lo que hace un Estado que utiliza los medios a su alcance para sostener o aumentar su poder, con independencia de las cuestiones de carácter jurídico, ético, declarativas o de apego a normas.

Un ejemplo de realismo y pragmatismo político lo constituyó el apoyo de Cuba a la invasión soviética a Checoslovaquia en 1968. En aquel momento, el entonces primer ministro Fidel Castro declaró que «el campo socialista tenía derecho a impedir que Checoslovaquia marchara al capitalismo». Además, que asistía el «derecho a impedirlo de una forma o de otra», en abierta contradicción con la retórica antiimperialista y la injerencia de un país en los asuntos internos de otros argumentos y principios que, supuestamente, estaban al centro de la política internacional del Gobierno revolucionario y le servían de justificación y legitimidad frente al orden interno existente. El líder cubano llegó a hablar entonces de la supremacía de los «juicios políticos sobre los juicios legales».

Otro momento en el que Cuba optó por apoyar a su aliado en detrimento de las normas del derecho internacional lo constituyó la invasión soviética a Afganistán en 1979. La isla tuvo que pagar el alto precio por tomar distancia del Movimiento de Países No Alineados (NOAL), organización que para colmo presidía. Además, perdió cuotas de legitimidad como país antiimperialista y del Tercer Mundo, contrario a las zonas de influencias y al uso de la fuerza en la resolución de conflictos. Aquel endoso provocó la renuncia de Cuba a su postulación como miembro del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas a inicios de 1980.

El proceso cubano no ha estado ajeno a eventos y situaciones inexplicables desde los valores que ha declarado defender. Tal es el caso de las relaciones amistosas con la dictadura de Franco, de comercio y coordinación bilateral para evitar denuncias internacionales en materia de derechos humanos con la junta militar argentina, entre otras muchas a lo largo de seis décadas.

En un texto relevante para la política exterior cubana de las últimas décadas titulado «Fundamentos Estratégicos de la Política Exterior de Cuba», de Carlos Rafael Rodríguez, se definen como esenciales y estratégicas (de importancia decisiva e incuestionable para el desarrollo de algo, casi inevitable) las relaciones que mantenía la isla con la Unión Soviética y los países del Campo Socialista. A las relaciones se subordinaban elementos geopolíticos y factuales que podrían haber sido puntos de partida y valores centrales para cualquier política exterior independiente enfocada en los intereses de la nación. Destacan entre esos elementos las obviedades de que Cuba es una isla, ubicada en el Caribe, en el hemisferio occidental, de tradición e idiosincrasia hispano-africana, a escasos kilómetros de la primera potencia mundial y único enemigo declarado.

El diferendo con Washington, vistos los objetivos del modelo desde lo internacional, impone una estrategia de enfrentamiento y sobrevivencia a la amenaza. Desde lo interno, justifica límites a las libertades individuales, civiles y políticas para constituir una «plaza sitiada» bajo condiciones excepcionales. O sea, se tiene una justificación que es funcional y coherente para varios propósitos, internos y externos.

Carlos Rafael, por cierto, era un estratega lo suficientemente instruido como para ignorar el desvarío de anteponer lo táctico a lo objetivo e inevitable. Pero aquello no era un error, sino la lectura más realista que le garantizaba control y gobernabilidad al grupo en el poder. Su función no era la de un librepensador, sino la de alguien que buscaba articular una estrategia exitosa, aunque para ello necesitara elevar las dosis de pragmatismo y reiterar sin descanso la «amistad inquebrantable con la URSS y el campo socialista». Confirma, a su vez, ahora desde una herramienta programática y argumental, que política externa e interna debían ser tan concordantes como sujeto y predicado y que el sostenimiento del sistema era más importante que los valores republicanos, los derechos civiles y políticos y la prosperidad ciudadana.

Algo muy semejante es lo que ha ocurrido después. En especial, luego de la desaparición de la URSS y el socialismo real en Europa, cuando Cuba se quedó sin alianzas estratégicas y buscó refugio internacional en las Cumbres Iberoamericanas, en América Latina, en la reanudación y profundización de los vínculos con varios Estados de la región, y en la actualización del único enfoque posible, de la mano de la inevitable geopolítica, los lazos socioculturales y la historia.

La Cuba de los años noventa era un país que tímidamente se abría al capital extranjero, que aceptaba a regañadientes la iniciativa privada, que buscaba adaptarse moderando su discurso, que negociaba en secreto con Estados Unidos y ampliaba sus vínculos exteriores. La superación de los peores años del Período Especial tuvo reflejo en una política exterior que fue premiada con la visita del papa Juan Pablo II («Que Cuba se abra al mundo y el mundo se abra a Cuba»), con la sede de la Cumbre Iberoamericana y de la primera reunión de alto nivel de la Asociación de Estados del Caribe (AEC), con la derrota de la resolución norteamericana de derechos humanos en Ginebra, y con la visita de decenas de presidentes, primeros ministros y cancilleres.

Con posterioridad al derribo de las avionetas de Hermanos al Rescate y la firma de la Ley Helms-Burton, en medio de la deriva mental de Fidel Castro y de la reconfiguración de un país que comenzaba una nueva alianza y una nueva dependencia, esta vez con Venezuela, se llegó al paroxismo de la Batalla de Ideas y, más tarde, a la llamada Revolución Energética. Las relaciones de privilegio con un inesperado pero muy conveniente socio regional, político, ideológico, comercial y de colaboración definieron las prioridades de la isla ante el mandato superior experimentado en períodos previos. Pero las resoluciones pragmáticas siguieron siendo iguales, al margen de otros criterios, como la defensa y sobrevivencia del proyecto a cualquier costo.

Continuidad, orden de combate y portazo a Ucrania

Los últimos cuatro años han sido muy gráficos para constatar que no son los tiempos en los que Cuba enviaba tropas y colaboradores a varios continentes, gozaba de cierto prestigio y apoyo entre los países del Tercer Mundo, se convertía en un jugador de peso en variados escenarios y formaba parte de un grupo de países con visiones políticas, ideológicas y económicas semejantes. Tampoco son los tiempos en los que pueda «exportar» un modelo que se encuentra en crisis estructural y que, dijo Fidel Castro, «no nos sirve ni a nosotros».

Pero es en tiempos de fragilidad y cuestionamientos, de pérdida creciente de valores simbólicos, de precariedad en la capacidad económica y productiva, y de menos anclajes en el ámbito internacional, en los que le toca actuar a la política exterior. De ahí que la política exterior de Díaz-Canel (como denominación que hace referencia a este momento específico y no a su carácter novedoso o creativo) no ha sido otra que la de la continuidad en medio de una profunda crisis en prácticamente todos los órdenes.

Si se toman en cuenta los antecedentes mencionados, la pérdida o debilidad relativa de los elementos de negociación con que ha contado el régimen cubano, la existencia de alianzas de menor peso relativo que en períodos previos, sumado a la falta de talento y de valentía política del liderazgo, no es extraordinario que Cuba sacrifique a Ucrania. De tal modo, da continuidad al apoyo de Fidel Castro a la invasión soviética a Checoslovaquia en 1968 y a la de Afganistán en 1979, así como a lo expuesto en los «Fundamentos…» de Carlos Rafael Rodríguez. El realismo político, que sería el camino más corto para quien se resiste al cambio, deviene postura incuestionable, inevitable.

El 24 de febrero de 2022 Rusia invadió Ucrania. Durante los días previos y posteriores al ataque a Kiev, los medios oficiales cubanos emplearon la retórica rusa que calificaba el numeroso despliegue militar, los bombardeos y la entrada de tropas en tierras ucranianas con el eufemismo de «operación militar especial».

Durante las jornadas siguientes, en medio del conflicto armado, La Habana se abstuvo de condenar el uso de la fuerza, la violación de la soberanía ucraniana y la no observancia de buena parte de las principales normas del derecho internacional en todos los ámbitos en los que se ha debatido o presentado el tema. Ha responsabilizado a Estados Unidos y a la OTAN por el quiebre de la paz bajo la escandalosa frase de «Rusia tiene derecho a defenderse».

La justificación de los propósitos rusos y el apoyo de la isla a Moscú, sin embargo, no fueron una sorpresa. Ocurrió durante la anexión rusa de Crimea en 2014, posicionamiento que provocó un deterioro significativo en las relaciones entre Cuba y Ucrania.

Tampoco es casual ni gratuito que en 2014 Rusia condonara el 90 % de la deuda contraída por Cuba con su anterior aliado estratégico, valorada en 35 300 millones de dólares; y que los nuevos préstamos a los que accedió la isla entre 2006 y 2019, por un valor de 2 300 millones de dólares para proyectos de energía, industria metalúrgica y transporte, fueran reestructurados y sus pagos prorrogados hasta 2027.

Rusia también ha enviado ayuda humanitaria a Cuba durante los últimos dos años: 200 toneladas en 2021 y alrededor de 100 en el primer semestre de 2022.

O sea, sin llegar al nivel de las relaciones de Cuba y la URSS, Rusia es hoy uno de los principales aliados políticos, económicos, comerciales y de emisión de crédito de la isla.

El apoyo político y diplomático de Cuba a la invasión rusa a Ucrania, a través de declaraciones, posicionamientos en organismos internacionales, eventos políticos y tergiversaciones y mentiras en televisión nacional se inscribe en la infame lista del cálculo de conveniencias por sobre la justicia y el derecho. También demuestra que las alianzas que ha tenido el sistema cubano han sido pragmáticas, utilitarias e instrumentales, no necesariamente ideológicas ni de principios.

La Tarea Ordenamiento, «la orden de combate está dada» y «Rusia tiene derecho a defenderse» poseen una coherencia que se corresponde con la visión totalitaria de administración de las responsabilidades públicas referidas a diversos ámbitos, ya sea la política económica, las cuestiones de seguridad y orden interior o la política internacional: la necesidad de no ceder cuotas de discrecionalidad y poder.

Son inseparables los elementos de continuidad, la orden de combate y el abandono a Ucrania, porque hay un mal de fondo en la política exterior cubana, congénito, que es coincidente con las deudas republicanas, democráticas, de renovación real del sistema y de elaboración de objetivos internacionales que respondan a los intereses de una nación y no a los de un Partido único que se impone como fuerza superior y única de la sociedad y el Estado.

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Jorge

Tienes razon, si queremos ver mentiras solo tenemos q leer este articulo... es q hablas d mentiras, pero tienes q decir cuales... ucrania bombardeo o no a dombas por 8 años matando a miles d rusos?... solo dime, si o no?, el batallón azok tienen o no tatuajes nazis?, si o no??

raule

La pregunta es: ud. apoya o no la invasión rusa a Ucrania, yo NO la apoyo, contesteme Ud. SI o No. Quiero decirle primero respetando como ud. piense y tiene todo el derecho de hacerlo, que apoyando a Rusia, o sea contestando SI tiene que estar preparado para aceptar que con el mismo derecho que Rusia considera que la entrada de Ucrania a la OTAN es un peligro para su seguridad, los Estados Unidos tienen el derecho a pensar lo mismo en el caso de una presencia militar rusa en Cuba, la reactivación de la Base de Lourdes por ejemplo, ya Nicaragua aceptó la presencia de militares rusos en su territorio, eso es jugar con fuego, y contraprudecente con las denuncias durante 60 años de una posible invasión de USA a Cuba, entonces espero su respuesta.
raule

Raule

La pregunta es: ud. apoya o no la invasión rusa a Ucrania, yo NO la apoyo, contesteme Ud. SI o No. Quiero decirle primero respetando como ud. piense y tiene todo el derecho de hacerlo, que apoyando a Rusia, o sea contestando SI tiene que estar preparado para aceptar que con el mismo derecho que Rusia considera que la entrada de Ucrania a la OTAN es un peligro para su seguridad, los Estados Unidos tienen el derecho a pensar lo mismo en el caso de una presencia militar rusa en Cuba, la reactivación de la Base de Lourdes por ejemplo, ya Nicaragua aceptó la presencia de militares rusos en su territorio, eso es jugar con fuego, y contraprudecente con las denuncias durante 60 años de una posible invasión de USA a Cuba, entonces espero su respuesta.
Raule

Ángel

Este es un artículo muy sensato, es coherente, realiza una breve síntesis histórica, sobre las veces que los gobernantes de la isla han renunciado a su supuesta ideología "revolucionaria" para apoyar políticas netamente imperialistas y de rapiña. Describe con acierto y conocimientos de causa, esas ocasiones en que se aprecian claramente los colmillos al lobo... Los gobernantes de la isla desde 1959 han dejado claro que no les importa la vida del pueblo cubano, ni la de ningún pueblo del mundo, su único objetivo es mantenerse en el poder a como de lugar, para continuar desangrando a la isla y saboteandola; que es en definitiva, el contrato que firmó Fidel Castro con el imperialismo para que le permitieran estar en el poder local como un sátrapa más del globalismo y la traición...
Ángel

Josep Nosferatus

Mire señor bot ruso, ciberclaria made in UCI o peor que eso cerebrero lavado. Estudie historia pero no la que nos enseñaron en la escuela, si no beba de todas las fuentes y abra los ojos de una vez, la URSS, Rusia o como se llame es un imperio tan descarado, opresor y asesino como cualquier otro imperio, mire su país y culpese de la situación que se vive ¡Claro! A menos que usted sea alguno de los acomodados, no creo que alguien con hambre pueda seguir adoctrinado, por favor revise su tarjetón y vaya a la farmacia a ver si entró el captopril.
Josep Nosferatus
Jorge

Guille Álvarez

Utiliza por ahí la palabra Infame. Infame es su pensamiento, se lo digo con el mayor respeto posible. Es increíble como una parte del mundo se ha olvidado de la página más triste de la humanidad, el fascismo, Un presidente Fascista con un ejército fascista gobierna Ucrania, los americanos siempre jugando con ventaja, se dieron cuenta que podían usar a esos extremistas para acercarse a Rusia, peligrosamente. Una tercera guerra mundial a la vuelta de la esquina y ud hablando de la política exterior de Cuba. Leo en ocasiones "El Toque" para ver que nueva barbaridad se inventan detrás de unos dólares, y siempre se superan

raule

La pregunta es: ud. apoya o no la invasión rusa a Ucrania, yo NO la apoyo, contesteme Ud. SI o No. Quiero decirle primero respetando como ud. piense y tiene todo el derecho de hacerlo, que apoyando a Rusia, o sea contestando SI tiene que estar preparado para aceptar que con el mismo derecho que Rusia considera que la entrada de Ucrania a la OTAN es un peligro para su seguridad, los Estados Unidos tienen el derecho a pensar lo mismo en el caso de una presencia militar rusa en Cuba, la reactivación de la Base de Lourdes por ejemplo, ya Nicaragua aceptó la presencia de militares rusos en su territorio, eso es jugar con fuego, y contraprudecente con las denuncias durante 60 años de una posible invasión de USA a Cuba, entonces espero su respuesta.
raule

Raule

La pregunta es: ud. apoya o no la invasión rusa a Ucrania, yo NO la apoyo, contesteme Ud. SI o No. Quiero decirle primero respetando como ud. piense y tiene todo el derecho de hacerlo, que apoyando a Rusia, o sea contestando SI tiene que estar preparado para aceptar que con el mismo derecho que Rusia considera que la entrada de Ucrania a la OTAN es un peligro para su seguridad, los Estados Unidos tienen el derecho a pensar lo mismo en el caso de una presencia militar rusa en Cuba, la reactivación de la Base de Lourdes por ejemplo, ya Nicaragua aceptó la presencia de militares rusos en su territorio, eso es jugar con fuego, y contraprudecente con las denuncias durante 60 años de una posible invasión de USA a Cuba, entonces espero su respuesta.
Raule
Guille Álvarez

Jose

Es verdad que Cuba critica la guerra que le da la gana y con los que les conviene se hace el de la vista gorda. Lo de Rusia en Ucrania se llama guerra e invasión y se llama injerencia en los asuntos internos, se llama no dejar a los países a la autodeterminación. Si fuera Cuba la que fuera a ser invadida por EE. UU. Por todos los atropellos que existen aquí si fuera por los presos políticos que hay, si fuera por la falta de democracia que tenemos y por miles de arbitrariedades ....entonces ahí si cabia el discurso a la libre autodeterminación. Además porque no mencionar la crisis de octubre donde permitimos usar nuestro suelo para amenazar y poner el mundo al borde de y una guerra nuclear.....ahhh pero estaba justificado...más bien pareciera que la razón la ponen del lado que mas convenga ... no existe peor ciego que los cubanos y si son de a pie mucho mas

Josep Nosferatus

El que tenga dos dedos de frente debe recordar lo que lelevó cierta vez en La Habana MCNamara, una carta donde "el marqués de Comillas" le mando a decir a Nikita Jrushchov más o menos: "Suenale el cohetazo que el que da primero da dos veces y mándanos más que estamos ganando..."
Josep Nosferatus
Jose

Ángel

Este es un artículo muy sensato, es coherente, realiza una breve síntesis histórica, sobre las veces que los gobernantes de la isla han renunciado a su supuesta ideología "revolucionaria" para apoyar políticas netamente imperialistas y de rapiña. Describe con acierto y conocimientos de causa, esas ocasiones en que se aprecian claramente los colmillos al lobo... Los gobernantes de la isla desde 1959 han dejado claro que no les importa la vida del pueblo cubano, ni la de ningún pueblo del mundo, su único objetivo es mantenerse en el poder a como de lugar, para continuar desangrando a la isla y saboteandola; que es en definitiva, el contrato que firmó Fidel Castro con el imperialismo para que le permitieran estar en el poder local como un sátrapa más del globalismo y la traición...
Ángel

René Gómez Manzano

Con respecto a lo expresado por Fidel Castro al apoyar la invasión a Checoslovaquia, conviene señalar y aun destacar que él, en aquella ocasión, reconoció con absoluto desparpajo que el zarpazo de la URSS y sus satélites "no tenía los menores visos de legalidad" (o algo por el estilo; estoy citando de memoria). René Gómez Manzano
René Gómez Manzano

Josep Nosferatus

Me parece un muy buen artículo, retrata los retruecanos de nuestra cantinflistica política exterior, si la interior es un caos ¿Qué se puede esperar?
Josep Nosferatus

Teodoro

Coincido plenamente con el comentario expuesto anteriormente. Los valores y la nesecidades primeras de muestra nacion han estado subordinadas a los intereses politicos y de poder de un partido o de una elite o figura en el poder ignorando que esas nesecidades ya sean sociales, economicas y propiamente politicas ,( democracia), van mas alla' de las pretensiones estrategicas de un partido pues lo alejan de esa realidad y al final desemboca en un desenlace traumatico y de crisis para la nacion.La historia lo demuestra.Gracias por la oportunidad.
Teodoro

Guglielmo Tell

La carnicería en Afghanistan la montaron Carter y Brzezinski, y BIDEN YA ESTABA ALLÍ. Los soviéticos mataron a Hafizullah Amin, un carnicero "socialista", en realidad un agente de la CIA, y después intentaron la primera retirada en el verano de 1980, justo antes de los Juegos Olímpicos de Moscú, pero allí comenzaron los ataques contra las tropas soviéticas de los Mojaheddines, empleados gringos. Fueron LOS GRINGOS quienes necesitaban mantener a los soviéticos en Afghanistan, ya que si no, y después de la Revolución Islámica en Irán, LOS GRINGOS no tendrían nada de que agarrarse en el Medio Oriente. Los Nazis Ucranianos estaban preparando el asalto al poder desde 1991 para lo cual recibieron 5 mil millones de dólares de los gringos antes de 2014, según fuera admitido después por Victoria Nuland. Su momento estelar vino con la crisis de 2008 cuando quedó claro que Grecia no iba a salvar a todos los banqueros-imbeciles occidentales de la bancarrota. El objetivo final, por supuesto, siempre fueron los recursos naturales de Rusia. Hoy día los necesitan para sostener la pirámide de deudas de 35 TRILLONES - millones de millones - de los Estados Unidos. Y con ello salvar ya EL DÓLAR COMO TAL DEL COLAPSO. LOS Biden se aliaron con Igor Kolomoiski, multimillonario y mafioso ucraniano, dueño de Burisma Holdings, donde Hunter consiguió puesto de ejecutivo al producirse el golpe de Estado de 2014. Los Nazis les habrán dejado en claro que para reciclar un préstamo del FMI a través de Ucrania había que mantener el Sureste como parte del país a la fuerza, y que era una manera segura de provocar a Putin. A Biden a las claras le gustó la idea: se había enrolado como enemigo de los rusos en 1978, y en 1997 dijo que para provocar a Rusia había que expandir la OTAN hacia el Este. La creación de una Federación en Ucrania había sido descartada de antemano. Igual de antemano todos sabían que Yanukovitch iba a rechazar el paquete de la Troika, no porque era un "corrupto pro-ruso", sino porque el paquete significaba una devastación, como todos los paquetes del FMI. Y mientras Biden hablaba con Yanukovitch por teléfono diciéndole que todo iba a estar bien, John McCain, el que POSÓ PARA FOTOS con AL-BAGHDADI, EL JEFE DEL DAESH O EL ESTADO ISLÁMICO (publicadas por Voltairenet y reproducidas por la prensa cubana), estuvo allí en el Maidan instigando las protestas. Entre las apariciones de McCain unos francotiradores dispararon contra todo el mundo desde los edificios alrededor de lo cual culparon a Yanukovitch - LO MISMITICO que hicieron durante el Golpe de Estado en Venezuela en 2002. Después el Ministro de Exteriores de Estonia dijo que los francotiradores del Maidan debieron haber venido desde el Occidente, pero esto nunca fue investigado. Así comenzó el genocidio de la población ruso-parlante en Donbass. Gente que vive allí desde hace siglos fue presentada como "invasora terrorista y asesina" igual que los palestinos. Después vino la pandemia: una vez que terminó más o menos, y después del "accidente" Trump, LA INFLACIÓN tenía que ser REINICIADA, no parada, IMPERATIVAMENTE. La inflación es la que paga las deudas de los ricos, y la maquinaria estadounidense no puede funcionar SIN CREAR MÁS Y MAS DEUDA constantemente. El ojo del huracán es el presupuesto del Pentágono. Si no funciona hunde la economía mundial entera. El mundo está pagando por su propia destrucción. Una vez en la Presidencia Biden cierra apurado la carpeta de Afghanistan. Su contacto principal allí, a juzgar por la información asequible, es Gulbuddin Hekmatyar, un sicópata homosexual (prohibido por el Islam) y uno de los peores terroristas y narcotraficantes del mundo de los últimos 50 años. En los Estados Unidos terminaba en el corredor de la muerte. En 1979, y antes de ser asesinado por los soviéticos, Hafizullah Amin tenía planificado un segundo Golpe de Estado en el cual pensaba liquidar no solo una de las facciones del Partido PDPA, sino al Partido entero, establecer un Gobierno Islamista en Afghanistan junto a Hekmatyar, y cambiar la orientación geo-politica de Moscú a Washington como lo hiciera Anwar al-Sadat en Egipto. En una de sus primeras fotos públicas Biden aparece junto a al-Sadat. Amin, por su parte, comenzó el primer Golpe de Estado mientras Noor Mohammad Taraki, el primer Presidente revolucionario, se encontraba en La Habana en la cumbre de los No Alineados precisamente, y lo terminó cuando Taraki regresó a Kabul, allí Amin lo asesinó. La Revolución que comenzó con una brutal Reforma Agraria, la liquidación de la usura que liberó a 11 millones de campesinos pobres de la esclavitud de deudas, igualdad de derechos entre el hombre y la mujer, la liquidación de la dote, la separación entre la Iglesia y el Estado - nada de esto jamás visto en un país Islámico - se sumergió en unos de los peores genocidios de la Historia. En apenas 104 días en el poder Amin mató a no se sabe cuántas miles de personas, a pesar de lo cual LA CASA BLANCA DE CARTER LLEGÓ A SER EL ÚNICO GOBIERNO EN EL MUNDO EN RECONOCER A AMIN COMO GOBERNANTE LEGÍTIMO DE AFGHANISTAN. Los soviéticos asesinaron a Amin (y al médico soviético de Amin también en el proceso) 2 DÍAS ANTES de su segundo Golpe, a causa de lo cual la Casa Blanca se puso histérica. Más tarde Hekmatyar sobrevivió el primer Gobierno Taliban como refugiado en Irán. Irán lo expulsó POR HABER PARTICIPADO O HABER ORGANIZADO LA FUGA DE OSAMA BIN-LADEN DE TORA BORA en Diciembre de 2001, cuando los gringos habían invadido Afghanistan al cabo de los ataques de 11 de Septiembre. Ahmad Shah Massoud, líder de los Mojaheddines de los 80 y de la Alianza del Norte de los 90, para la cual Rusia en tránsito de Yeltsin a Putin había imprimido dinero, fue asesinado en un extraño ataque suicida 2 DÍAS ANTES DEL 9/11. Massoud quizá pudo haber liquidado a bin-Laden allí mismo, y quizá lo habría hecho si AL GORE, y NO LA MAFIA DE LOS BUSH estuviera en la Casa Blanca. Dicho sea de paso, en los 90 bin-Laden estuvo en la guerra de BOSNIA donde fue utilizado por la Administración Clinton. Clinton se divorció de bin-Laden después de los ataques contra las Embajadas americanas en Kenya y Tanzania y echó su nombre a los medios, pero los Republicanos no lo hicieron, y todo parece indicar que Biden, Demócrata, tampoco. En 2016, cuando todos en Washington pensaban que Hillary Clinton iba a ganar, Hekmatyar recibió una amnistía INTERNACIONAL. Formalmente la recibió del Gobierno de Ashraf Ghani en Afghanistan, pero fue removido de todas las listas de los más buscados, se suspendieron las órdenes de captura contra él y le fue permitido de nuevo tener cuentas bancarias internacionales. Y esto después de que el propio Pentágono llegó a decir en 2002-2003 que Hekmatyar era un enemigo peor que los Talibanes. Según últimas informaciones disponibles, Hekmatyar sigue vivo en Kabul. Parte de los fondos para la campaña de Biden en 2020 vino del Pentágono a través de los laboratorios de guerra biológica en Ucrania, otro negocio manejado por su hijo drogadicto Hunter. Como es bien sabido, Trump quería investigar los negocios de los Biden en Ucrania, y amenazó a Zelensky con cancelar la ayuda si no lo hacía. Estando todavía tras bambalinas, Biden y la cúpula corrupta del Partido Demócrata le formaron una campaña de satanización a Shokin, el Fiscal General de Ucrania, quién iba a hacer la investigación, y forzaron a Zelensky a destituirlo. En 2020, la Justicia estadounidense, y a petición de fiscales cercanos a Trump, confiscó las propiedades de Igor Kolomoiski en los Estados Unidos, que eran corporativas y que el mafioso ucraniano utilizaba para lavado de dinero. A Kolomoiski y a su familia le fue prohibida la entrada al país. Eso fue demasiado apresurado, como todo por parte de Trump: ES OBVIO que si Kolomoiski fuera arrestado en los Estados Unidos, Biden NO sería Presidente. Otra nota de pasada: resulta que Hamas consiguió las armas para su acción contra Israel del 7 de Octubre pasado con los mafiosos-traficantes de armas de Odessa a través del mercado negro. Y como dice Taladrid, lea, infórmese, comprueben toda la información expuesta aquí por Ustedes mismos, para que al final saquen Ustedes sus propias conclusiones.
Guglielmo Tell

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