Yipsi Moreno cambió de bandera, pero no de talento: nuevo récord para Albania

Yipsi Moreno. Foto: tomada de la cuenta de X de European Athletics.
En tiempos en los que las noticias deportivas de Cuba se parecen cada vez más a una tragicomedia con tintes de exilio, redención y martillazos simbólicos, lo de Yipsi Moreno es una joya.
La excomisionada, exparlamentaria, exídolo nacional —y, desde hace poco, exciudadana exclusiva de la isla— volvió a la competencia mundial del lanzamiento del martillo con 44 años, una nueva bandera en la mano y como si el tiempo solo pesara para los mortales.
Esta semana, la «Furia de Agramonte», lanzó 67.96 metros en el Campeonato Europeo de Atletismo (Tercera División, no lo olvidemos) y se llevó el oro… para Albania.
Sí, Albania. Ese país balcánico cuya historia deportiva en lanzamiento de martillo era, hasta ahora, tan conocida como la receta original del picadillo de soya.
Pero gracias a Yipsi, ahora tienen récord nacional nuevo y la certeza de que su federación de atletismo está dispuesta a aceptar talentos sin importar la edad o de dónde vienen mientras los ubiquen en el mapa del deporte mundial.
No es un error ni una confusión de nombres. No es otra Yipsi Moreno. Es la Yipsi Moreno: campeona olímpica, tres veces medallista mundial, exautoridad del deporte cubano y, durante un tiempo, voz institucional del atletismo.
Sí, la misma que fue destituida por la televisión cubana, según contó ella misma, como si se tratara de una telenovela del mediodía. Al parecer, en Cuba ni los grandes tienen derecho a un mensaje de despedida.
Yipsi se enteró de su destitución sentada en su casa, frente al televisor. Una situación que resume perfectamente el estado de las cosas: la falta de respeto a quienes dedicaron su vida a brillar en nombre de la patria.
Su gestión, según algunos, fue «déspota y grosera», aunque en un país donde los adjetivos suelen usarse como armas políticas, eso puede significar desde que no se dejó mangonear hasta que exigía entrenamientos con disciplina.
En cualquier caso, pagó su precio. La dejaron sola. Como a muchos otros atletas que antes brillaban por la isla.
Pero cuidado con enterrar a la Furia. Que si algo sabe hacer Yipsi es reinventarse con la misma potencia con la que lanza el martillo.
Se fue a Albania con su esposo e hijo, consiguió ciudadanía en tiempo récord (¡saludos a Erion Veliajel, el alcalde más rápido del oeste balcánico!) y decidió que, por qué no, era momento de volver al ruedo. Y lo hizo con estilo. No solo compite: gana, rompe récords y pone al atletismo albanés en el mapa.
¿Quién lo vio venir? Nadie. Ni siquiera quienes la creían enterrada en el olvido deportivo cubano. Mucho menos quienes imaginaron que su destino sería dirigir un equipo juvenil o enseñar a lanzar el martillo en una EIDE deteriorada.
Pero Moreno no está para andar recogiendo migajas de nostalgia. No se fue con la cabeza baja. Se fue con martillo en mano. Y no para usarlo en un acto simbólico de resistencia, sino para seguir compitiendo. Por Albania, claro está.
Ahora bien, ¿qué nos dice esta historia? Que el éxodo deportivo cubano ya no es solo cosa de promesas frustradas de 20 años. También se van las leyendas, las glorias olímpicas, las que alguna vez fueron parte del aparato político-deportivo. Y cuando lo hacen, no huyen: se reinventan, se nacionalizan y baten récords.
Mientras tanto, en Cuba, siguen debatiendo si la culpa es del «bloqueo», del carácter de la comisionada o de los astros.
Lo cierto es que la «tacita de oro» que no le cayó bien a todos (según sus palabras), hoy brilla como una medalla recién lustrada. Quizá no en la vitrina de la Comisión Nacional de Atletismo, pero sí en las listas de marcas europeas del año.
Mientras muchos deportistas cubanos se ven obligados a vender sus medallas para sobrevivir, Yipsi —más astuta que muchos— facturó con su pasaporte y compró una segunda oportunidad.
Desde luego, eso le duele a quienes aún creen que patria y mérito son sinónimos eternos. Pero el mundo ha cambiado. Y el deporte también.
Hoy, Albania sonríe con el martillo de Moreno. Y Cuba, una vez más, pierde. Porque no solo se le fue una atleta: se le escapó un símbolo que ahora lanza desde otro podio.
Si alguien se siente traicionado, quizá debería preguntarse: ¿quién fue el primero en traicionar a quién? Y sí, Yipsi cambió de bandera, pero mantiene el talento intacto. No dudo que dará más titulares en los próximos meses.
ELTOQUE ES UN ESPACIO DE CREACIÓN ABIERTO A DIFERENTES PUNTOS DE VISTA. ESTE MATERIAL RESPONDE A LA OPINIÓN DE SU AUTOR, LA CUAL NO NECESARIAMENTE REFLEJA LA POSTURA EDITORIAL DEL MEDIO.


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Vidal González