El Aeropuerto Internacional José Martí, en La Habana, figura entre los más congestionados de América Latina. De acuerdo con la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA), el aeropuerto ha alcanzado el nivel 3 de saturación, una categoría reservada para las terminales aéreas más colapsadas de la región.
Alejandro Muñoz, subdirector de Miembros y Relaciones Externas de la IATA para las Américas, explicó a Reportur que la congestión en los aeropuertos caribeños se debe a que muchas aerolíneas programan sus vuelos para coincidir con las horas de entrada y salida de los hoteles. «Lo que está congestionado son algunas horas del aeropuerto que ameritan la implementación de un sistema de slots [permisos para aterrizaje o despegue en horarios específicos]», precisó. La situación genera cuellos de botella que impactan de forma negativa la experiencia de los pasajeros.
Paradójicamente, las razones que esgrime Muñoz no explican del todo el colapso del aeropuerto internacional de La Habana, debido a que la afluencia turística hacia la isla ha ido en picada en los últimos años. En el primer trimestre de 2025, Cuba recibió apenas 571 772 visitantes internacionales, lo que representa una caída del 29.3 % respecto a igual período de 2024. Los turistas canadienses —el mayor mercado emisor hacia la isla— disminuyeron en un 31.8 %. Pasaron de 399 254 visitantes provenientes de ese país a 272 274.
La congestión del principal aeropuerto del país podría deberse a factores como la deficiente infraestructura y la baja calidad de los servicios. Un joven cubano de 27 años que viajó recientemente a España desde La Habana describió su experiencia como «caótica» y contó a elTOQUE: «Había como 40 personas que quedaron del vuelo anterior a España sin poder abordar su avión. Mi esposa embarazada de cinco meses casi recibe golpes en la cola de la Aduana. A mí me dieron golpes en la espalda en medio del tumulto». Según relató, algunas personas ni siquiera pudieron abordar pese a tener boletos confirmados.
Otro viajero cubano residente en España narró que visitó Cuba por última vez a mediados de 2024. «El vuelo salió en tiempo, pero a la hora de aterrizar, el avión estuvo dando vueltas encima de La Habana porque había congestión. Cuando aterrizamos, la recogida del equipaje fue muy demorada porque todos regresamos cargados de cosas», afirmó.
La fuente dijo al medio que la peor experiencia no fue la anteriormente descrita, sino que el vuelo de conexión entre La Habana y Holguín (su destino final) nunca se efectuó. En el aeropuerto no le dieron mayores detalles, sino que lo enviaron en autobús. Al regreso, ocurrió un episodio similar. «Hasta la fecha, nunca recibí un reembolso», lamentó.
En redes sociales, las críticas se multiplican. Una turista panameña compartió en TikTok sus impresiones tras llegar a La Habana: «Olía mal y no había papel», comentó sobre los baños del aeropuerto. En otro video, mostró imágenes del exterior de la terminal, que describió como «precaria».
La crisis migratoria que atraviesa la isla ha contribuido además al colapso del «José Martí». A diario, cientos de cubanos embarcan en vuelos hacia destinos como Managua o Georgetown —convertidos en rutas de escape hacia Estados Unidos, México o Brasil—, lo que genera un tráfico constante de salidas.
Los arribos también desbordan la capacidad de gestión en las terminales. La profunda escasez de alimentos, medicinas y productos básicos en Cuba obliga a miles de cubanos residentes en el exterior a regresar al país cargados con grandes cantidades de equipaje, en un intento por aliviar las carencias que viven sus familiares. La situación se ha intensificado desde que el Gobierno autorizó la libre importación de estos productos tras las protestas del 11 de julio de 2021 y que ha renovado de forma periódica cada tres meses.
Pese al congestionamiento de la terminal aérea, el presidente de la Corporación de la Aviación Cubana S. A. (Cacsa), Joel Beltrán Archer Santos, declaró en abril de 2025 que las autoridades comenzaron remodelaciones para transformar a Cuba en «el hub aéreo más competitivo en el Caribe, capaz de atraer mayor inversión nacional y extranjera». Según el funcionario, las mejoras contemplan arreglos en pistas, plataformas y terminales, incluyendo una nueva sala en la Terminal 3 con capacidad para 300 pasajeros y procesamiento automatizado de equipajes.
Las autoridades también prometieron cambios en otras terminales aéreas que reciben vuelos con turistas. Por ejemplo, Varadero, Holguín, Camagüey, Cayo Largo del Sur y Cayo Coco, así como el Aeropuerto Internacional Antonio Maceo Grajales, de Santiago de Cuba.
El ministro de Transporte, Eduardo Rodríguez Dávila, confirmó que las reformas son un hecho y aseguró que las nuevas instalaciones «cuentan con una nueva estera y equipamiento para el procesamiento automatizado de los equipajes». Sin embargo, el impacto real de estas mejoras aún está por verse, especialmente cuando aerolíneas como la suiza Edelweiss suspendió sus operaciones hacia La Habana en marzo de 2025.
En el momento en que la compañía anunció el fin de los vuelos a la isla, declaró que se debía a «la disminución de la demanda» y a «las condiciones actuales del Aeropuerto Internacional José Martí de La Habana». El diario 20Minuten se hizo eco de la noticia y publicó que «una inspección in situ realizada por Edelweiss ha demostrado que mantener operaciones estables y confiables de larga distancia a la capital cubana no sería factible a largo plazo». Otras compañías de vuelos como la alemana Cóndor y la española Iberojet también cancelaron viajes a la Mayor de las Antillas.
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