Han transcurrido nueve años desde que un grupo de 32 cubanos subieron a un bote improvisado con la intención de llegar a la península de Yucatán y de ahí continuar su viaje hasta Estados Unidos. Sin esperarlo, la travesía se convirtió en una lucha desesperada por sobrevivir.

Dos días después de haber partido, el motor del bote falló y quedaron a la deriva en medio del océano. La angustia, el hambre, la sed y la incertidumbre se prolongaron durante 23 angustiosos días.

Desesperados, los migrantes intentaron llamar la atención de los barcos que pasaron a su alrededor. Sin embargo, fueron ignorados por las embarcaciones que los avistaron.

La barcaza medía apenas seis metros de longitud, lo que equivalía a cinco personas por metro. Para sobrevivir, algunos se vieron obligados a beber agua salada o su propia sangre y orina. Hacinados y desesperados, varios de ellos decidieron nadar en busca de tierra firme en un intento por encontrar ayuda, pero nunca regresaron.

Tres semanas más tarde, pescadores mexicanos rescataron a 15 sobrevivientes. Las autoridades confirmaron la muerte de 11 tripulantes y seis desaparecidos.

Testimonios como este se han repetido durante décadas. Cambian los nombres y los rostros, las rutas y los destinos, pero permanece el dolor de la pérdida y el horror en el recuerdo de quienes sobreviven. 

Según el registro del proyecto «Migrar: una decisión de vida y muerte», desde agosto de 2014 hasta la fecha han ocurrido, al menos, 961 situaciones y eventos que involucran a migrantes cubanos que transitan de forma irregular en busca de un futuro prometedor en Estados Unidos.

Inicialmente, el proyecto estuvo enfocado en los eventos ocurridos en las rutas migratorias a partir de 2021 y, en particular, desde que se estableció la exención de visado para viajar a Nicaragua en noviembre de ese año. Luego, decidió ampliar el período de análisis al incluir casos que datan de 2014, cuando inició el «deshielo» de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos.

Tras la búsqueda de información en la web, colaboraciones de la ciudadanía a través de las redes sociales y la triangulación de datos con proyectos como Missing Migrant Project de la Organización Internacional de las Migraciones o Cuba Archive, se recopilaron 70 eventos ocurridos entre 2014 y 2020. En este período fallecieron al menos 73 cubanos y otros 163 quedaron en paradero desconocido. Solo 36 de las personas que murieron y 34 de las que se encuentran desaparecidas han podido ser identificadas.

Mientras se continúa con el registro histórico de sucesos, siguen llegando noticias y reportes de hechos recientes que involucran a migrantes cubanos. 

El 28 de febrero de 2023, cuando se publicó el especial «Migrar: una decisión de vida y muerte», 733 sucesos migratorios ocurridos en las distintas rutas desde Cuba hasta EE. UU. habían sido registrados; entre ellos, intercepciones, desapariciones, muertes, rescates, transferencias, repatriaciones y expulsiones. En ese momento se contabilizaban, al menos, 98 fallecidos y 340 desaparecidos, de los cuales se conocía solo la identidad de 60 y 184 personas, respectivamente. Ahora suman 887 eventos migratorios, 157 fallecidos y 461 desaparecidos. En total se les ha puesto rostro y nombre a 97 víctimas mortales y a 284 personas cuyo paradero aún se desconoce.

La vía marítima constituye la principal trayectoria irregular en la que ocurren eventos trágicos. Los migrantes zarpan en balsas improvisadas y se exponen a grandes peligros para llegar a las costas de Florida o de Yucatán.

A partir de 2021 hay un aumento de reportes de cubanos que han fallecido o desaparecido tras abandonar el archipiélago rumbo a Estados Unidos, así como un incremento en las detenciones por parte de las autoridades migratorias. 

Sin embargo, es necesario apuntar que un menor número de reportes entre 2014 y 2020 también puede relacionarse con menos acceso a Internet de las familias cubanas en esos años (no fue hasta 2018 que se abrió el servicio de datos móviles en la isla). A pesar de esto, no todos los familiares de los migrantes desaparecidos o fallecidos tienen acceso a las redes sociales o la fortaleza emocional para hacer la denuncia.

En los últimos tres años, los eventos más frecuentes han sido las detenciones, lo que representa cerca del 36 % de los casos registrados. También destaca por su recurrencia la intercepción de 61 embarcaciones por parte de guardacostas y el rescate de 33 grupos de migrantes en trayectorias terrestres. 

Aunque los eventos de intercepción y rescate pueden considerarse sucesos positivos debido al nivel de vulnerabilidad de los migrantes, la interrupción de la ruta irregular trae otros riesgos. A menudo implica la detención de los migrantes por parte de las autoridades migratorias, seguida de su repatriación. Según los datos compilados, de libre acceso, desde 2014 hasta la fecha se han registrado 262 devoluciones de migrantes irregulares a Cuba.

En términos de distribución geográfica de los eventos migratorios, en territorio de Estados Unidos se localiza el mayor número de casos (526), seguido de México (180). Otros lugares donde frecuentemente ocurren incidentes que involucran a migrantes cubanos son Bahamas, Islas Caimán y Guatemala. 

También se han reportado en la última década 19 eventos de los cuales se desconoce en qué territorios ocurrieron. En su mayoría, estos incidentes se relacionan con tragedias en rutas marítimas donde resulta difícil determinar a qué nación corresponden las aguas internacionales en las que los migrantes perdieron la vida o desaparecieron.

La migración irregular, a menudo vinculada al crimen organizado, forja un camino plagado de incertidumbre y tragedias.

Los registros de estas historias y las denuncias son una poderosa herramienta para abogar por políticas migratorias que reduzcan riesgos y humanicen el proceso. Su función principal es dar visibilidad al costo humano detrás de las travesías. Por ello, es fundamental que la ciudadanía contribuya en la documentación de incidentes en estas rutas. Puede hacerlo a partir de experiencias propias o compartiendo testimonios de familiares o conocidos. La contribución permitirá que quienes consideran emigrar conozcan lo que sucede y puedan tomar decisiones informadas.