Foto: Sadiel Mederos.
¿Cómo influye la emigración en la depreciación del peso cubano?
11 / diciembre / 2024
Yayron quiso, una vez, regresar a Cuba. Sobre la base de esos planes compró casa y carro, y convirtió sus dólares en MLC (moneda libremente convertible). Era diciembre de 2020 y todavía vivían en Puerto Padre la mayoría de sus familiares y amigos del barrio. Dos años después, el barrio es aburrido y la casa de Yayron cuesta casi la mitad del precio por el que la compró.
La MLC la ha vuelto a convertir en dólares a través de transferencias: alguien le paga dólares por Zelle en Estados Unidos a cambio de que Yayron pase MLC a personas en Cuba.
Los dos viajes al año a Cuba se han convertido en una visita en años alternos. El dinero que enviaba por Western Union ya no tiene destinatario en Puerto Padre. Casi toda la familia de Yayron emigró. De vez en cuando hacía par de recargas a unos tíos y primos, pero hoy prefiere mandarles «una ayudita» en efectivo cuando alguien viaja.
Desde 2022, Cuba ha experimentado una emigración masiva: solo hacia Estados Unidos, más de 850 000 personas abandonaron el país en busca de nuevas oportunidades.
Con los cubanos se han ido los dólares: para pagar la travesía, para sostenerse en los primeros meses en el exterior, para pagar las deudas, porque ya no quedan familiares a quienes mantener dentro de la isla.
Fuga de capitales
La emigración de cubanos ha provocado una fuga de capitales humanos y financieros del país. «Los profesionales que se van dejan vacíos en el sistema productivo que no se pueden suplir con facilidad. Las empresas estatales, las oficinas públicas, la agricultura y las mipymes sufren la contracción de la población económica activa», explicó a elTOQUE el Doctor en Ciencias Económicas Pavel Vidal. «Además, al trasladar sus activos financieros al extranjero, los emigrantes reducen la disponibilidad de capital en Cuba».
Aunque no es la principal causa de la escasez de divisas, la emigración también tiene consecuencias directas en la economía nacional y en la que fue, en un momento, una de las principales fuentes de ingresos en dólares: las remesas.
Remesas por vías no formales
Un estudio del Laboratorio de Ideas Cuba Siglo 21 informó que el éxodo poblacional en 2023 llevó a una caída del 3.31 % en las remesas en comparación con el año precedente. Para esa fecha se reportaron 1 972 millones de dólares, una cifra significativamente menor a los 2 040 millones de dólares registrados en 2022. Si se compara con 2019, antes de la pandemia y las protestas masivas del 11 de julio de 2021, la caída es del 46.93 %.
La pandemia de 2020, las sanciones de EE. UU. y la reducción de transacciones a través de empresas norteamericanas como Western Union han complicado aún más el escenario. La mayoría de los exiliados prefieren enviar dinero a través de vías informales.
De acuerdo con el reporte de Cuba Siglo 21, el 84 % de las remesas se envían hoy por vías no oficiales, debido a que los emigrantes prefieren el dinero en mano por la ineficiencia del sistema bancario cubano y las distorsiones de la tasa de cambio oficial.
Un reporte de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), coincidió con Cuba Siglo 21 y estimó que los flujos promedios anuales de remesas informales fueron cercanos a los 1 500 millones de dólares entre 2015 y 2019, cifras que han disminuido progresivamente. El informe de la Cepal reconoce que entre el 50 % y el 60 % fueron a través de canales informales.
Un reportaje reciente de El Nuevo Herald reveló que el Gobierno cubano pasó de controlar casi 800 millones de dólares en remesas en 2019 a 35 millones entre enero y mayo de 2024.
«Después de que Western Union se retirara de Cuba tras las sanciones estadounidenses a Fincimex, las remesas disminuyeron un 67 % en 2021 y “nunca” se han recuperado, dice el documento. Western Union pasó de tener el 92 % del mercado de remesas a solo el 12 % hasta mayo de 2024», indicó la nota.
Pago de travesías
Muchas veces las remesas de los familiares se destinan al pago de travesías ―legales o no―, hacia países de Europa, América Latina o Estados Unidos.
Un cubano residente en Houston reveló a elTOQUE que cuando tuvo que pagar, para la travesía de su esposa desde Nicaragua hacia Estados Unidos, estuvo casi un año sin enviarle dinero. Como él, otras personas, tanto en Cuba como fuera, ahorran lo que pueden o piden préstamos «para sacar» a sus familiares. Miles de dólares, que en otro tiempo fueron destinados a mejorar la calidad de vida de las familias, quedan en manos de coyotes, abogados, tramitadores e, incluso, estafadores.
De acuerdo con Cuba Siglo 21, se estima que entre 1 800 y 2 200 millones de dólares se utilizaron en 2023 para financiar la salida de los cubanos y su manutención en Estados Unidos, mientras regularizan su situación legal.
Un reporte del Banco Mundial documentó que el aumento del 7.8 % de las remesas a México en 2023, se debió en parte al envío de dinero a migrantes que hacen la travesía hacia la frontera sur estadounidense. Según el informe, parte de los 66 200 millones de dólares que llegaron a territorio azteca, iban dirigidas a personas de Cuba, China, Ecuador, Haití, India, Nicaragua o Venezuela.
Salidas con dinero en mano
La emigración no solo implica la salida de personas, sino también la fuga de capitales, ya que muchos cubanos logran sacar de la isla más de los 5 000 USD permitidos legalmente, y obtenidos a través de negocios o al vender sus propiedades.
En varias ocasiones, la Aduana General de la República (AGR) ha reportado el decomiso de dinero por sobrepasar los límites permitidos sin justificación.
En el programa Mesa Redonda, el jefe de la AGR, Nelson Cordovés Reyes, dijo que «en 2022 se detectaron 233 infracciones y se decomisaron 5 033 000 CUP y 420 000 USD». En 2024 se han detectado 135 infracciones, y 3.2 millones de pesos cubanos y 91 000 USD detectados por encima del límite permitido.
Según explicaron autoridades de la Aduana a Telecubanacán, en el aeropuerto Abel Santamaría de Villa Clara, en 2024 se han detectado infracciones por tráfico de dinero, joyas y otros valores y un incremento de personas que tratan de «exportar» divisas.
La nueva norma estipula que a la salida del país se pueden exportar libremente hasta 5 000 USD o su equivalente en otras divisas. El Banco Central de Cuba (BCC) autoriza a las personas que soliciten exportar sumas superiores, previa presentación de documentos que acrediten su lícita adquisición.
La Resolución 124 del BCC también establece que, quienes entren al país con más de 5 000 USD, están obligados a declararlo a los funcionarios de la Aduana. «Al declararlo se le hace a los pasajeros un chequeo o entrevista para saber el origen y licitud del dinero», dijo el funcionario villaclareño.
Una nueva forma de remesas
Carmen tiene guardado un billete de 50 EUR que en ningún banco de Camagüey le quieren aceptar. Ya lo sacó de la cartera. Su hijo Pedro le dijo que cuando vaya se lo cambiará.
El primer año de Pedro en Alemania solía recargar la tarjeta en MLC de su mamá y el teléfono móvil. Lo hacía a través de las diferentes páginas online que sirven para eso. Un día decidió no hacerlo más.
Ante la falta de alimentos y el desabastecimiento de las tiendas, comprendió que era mejor comprarle comida a su mamá, productos o combos, a través de tiendas online y pagos directos a campesinos.
Pedro prefiere que su dinero no pase por el sistema bancario cubano al que considera un «ladrón».
Además de los alimentos, cada cierto tiempo le envía a su madre par de cajas con medicamentos, ropa, productos varios que puede necesitar; incluso, cepillos de dientes. Pedro hace los envíos a través de agencias de paquetería.
A veces le pide a sus amigos que le llenen una caja con productos, o él mismo aprovecha algún viaje a Madrid para mandar los paquetes, porque con agencias independientes le sale más barato, y confiable, que enviarlo a través del correo.
La «decisión» de Pedro es cada vez más frecuente entre los cubanos, como muestran los datos oficiales.
Según autoridades de la Empresa de Correos de Cuba, en 2024 ha habido una disminución en los volúmenes de paquetería operados por la Empresa de Mensajería y Cambio Internacional. A ello se suma que el 90 % de las insatisfacciones de los clientes de Correos es por los retrasos en la entrega. La crisis con el combustible ―solo recibieron en 2024 el 30 % de lo que necesitaban para la transportación― es la principal causa de las demoras.
Además, las vías alternativas de acceso a productos (tiendas online, equipaje no acompañado) y la aparición de negocios privados como «competencia», han hecho que las personas prefieran usar los servicios del sector no estatal. En estos casos, los pagos se realizan directamente a las agencias y la empresa de correos no recibe ninguna comisión, como sí sucedía con los envíos internacionales a través de su entidad.
Medios de Cienfuegos y Villa Clara también confirmaron que han disminuido de forma considerable los envíos internacionales a través de Correos de Cuba. Una funcionaria de la Perla del Sur informó que, de 3 000 envíos mensuales en años anteriores, ahora solo reciben entre 700 y 800.
Por su parte, en Villa Clara, autoridades de Correos dijeron que también ha disminuido el envío de paquetería desde el exterior. Hay meses en los que ni siquiera llegan a procesar 500 bultos, en comparación con los miles que antes se entregaban.
Exprimir a la diáspora
Los cálculos económicos del Gobierno cubano y sus medidas «corrige distorsiones» pasan casi todos por un actor clave: la comunidad cubana en el exterior. La manera más rápida de ingresar divisas no es aumentando las producciones, sino exprimiendo a la diáspora.
Así, no solo han aumentado los llamados a la «inversión extranjera de la comunidad cubana», además han aumentado las «iniciativas» para motivar el ingreso de divisas en las cuentas del Gobierno: tarjeta Clásica, tarjeta en dólares prepago de Bandec, servicios de transportación y ofertas de telecomunicaciones en dólares.
No se trata de incentivar la maquinaria productiva interna ni de abrir nuevas vías de comercio, sino de apelar directamente al bolsillo y al sentimiento de millones de cubanos que hoy viven más allá de las costas que los vieron nacer y que sufren con las penurias de sus amigos y familiares.
«Ingresar divisas, ingresar divisas, ingresar divisas», parece ser el mantra que resuena en los pasillos del Gobierno cubano, donde la urgencia de alimentar las arcas estatales los ha llevado a exprimir la familiaridad de la comunidad cubana en el exterior.
Sin embargo, ya la mayoría de los cubanos no gastan sus ingresos ayudando a sus familiares y amigos a vivir dignamente en Cuba, sino a salir de ella. Y con los cubanos, también se van los dólares.
El profesor asociado del Departamento de Economía de la Pontificia Universidad Javeriana Cali, Pavel Vidal explicó que como en muchos casos se van familias enteras y son cada vez menos los que quedan en la isla, los flujos de remesas ya no son necesarios, y ello explica su disminución. «Las remesas también se han utilizado en el pasado reciente para financiar a las mipymes, pero este es un sector que no escapa a la recesión económica y al exceso de regulaciones. Las interrupciones del canal de entrada de capital para financiar al sector privado también explican que estén entrando menos divisas al mercado cubano».
Vidal concluye que hay menos dólares entrando y más saliendo, creando un desequilibrio en el mercado cambiario informal que mantiene al peso cubano depreciado. Una situación que crea una competencia por recursos financieros y oportunidades económicas limitadas, que puede aumentar el desempleo y la precariedad económica para quienes se quedan, exacerbando las desigualdades sociales y generando tensiones en la sociedad cubana.
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