Foto: Sadiel Mederos.
¿Cómo (sobre) vive los apagones el sector privado en Cuba?
6 / noviembre / 2024
El bar Ley Seca en la capital cubana se hizo viral en redes sociales por repartir comida entre sus vecinos de La Habana Vieja.
«Voy a regalar la comida a los vecinos. Pasen y recojan su pedacito de queso, jamón, cerdo», dijo el 20 de octubre de 2024 el dueño del negocio en su cuenta de Instagram. «No se me va a echar a perder la comida porque se la tienen que comer ustedes».
Como Ley Seca, varios emprendimientos privados, productores o comercializadores de alimentos tuvieron que aplicar alternativas para disminuir al máximo sus pérdidas durante los días que duró el apagón masivo que se produjo el 18 de octubre de 2024.
En Camagüey, el bar deportivo Podio Cuba también puso a disposición de la gente los alimentos perecederos que tenía.
Durante cuatro días vendieron 873 «completas» a precio de costo (150 y 170 CUP), y a través de donaciones pudieron entregarlas a varias personas en situación de vulnerabilidad. Además, publicaron en sus redes sociales que, mientras tuvieran servicio eléctrico, quien quisiera podía cargar allí su celular, lámpara o bombillo.
«No hay en lo hecho mérito, sino que apenas descubrimos el camino hacia el desempeño de nuestra responsabilidad social empresarial», dijeron en sus redes sociales.
El bar restaurante Twins House, en el municipio avileño Pina, también vendió «completas» entre 200 y 400 CUP, y regalaron sopa a niños y ancianos.
Paralización de servicios
Tras el apagón masivo del 18 de octubre de 2024 algunos negocios tuvieron que parar sus servicios. En sus redes sociales, el comercio Tuambia informó que para proteger la conservación de los alimentos congelados detendrían las entregas habituales.
«En cuanto la situación energética se estabilice, retomaremos las entregas y trabajaremos horas extras para ponernos al día con los pedidos pendientes. No obstante, pedimos su comprensión, ya que la velocidad de la recuperación dependerá de cuánto se prolongue esta situación, y los tiempos de entrega podrían variar según la región», especificaron.
A pesar de tomar esa medida, algunos clientes se quejaron de que les habían entregado los envíos pocas horas después del anuncio del apagón.
«El viernes al mediodía me entregaron la comida descongelada», se quejó una cliente de Las Tunas. «Por suerte una parte la cociné con el poquito de gas licuado que me quedaba y la otra la metí rápido en la nevera y no se me echó a perder».
Otros agradecieron que se detuvieran las entregas, aunque sus familias recibieran los envíos con retraso. «Por lo menos no se les va a echar a perder si se los llevan ahora», comentó a elTOQUE una cubana residente en Uruguay.
El servicio Moto Taxi también suspendió sus servicios durante los días de apagón total.
«No vamos a poner en peligro ni a nuestros motoristas ni a nuestros clientes», explicaron en sus redes sociales.
Apagón y pérdida
Los empresarios privados enfrentan desafíos diarios para mantener sus negocios operativos ante la crisis energética en Cuba. Los cortes prolongados de electricidad ―que afectan tanto a los sectores productivos como a los de servicios― han obligado a los privados a implementar estrategias para reducir pérdidas.
Entre las más comunes, se encuentra el uso de generadores eléctricos a base de combustible. Aunque representan un costo adicional significativo, las «plantas» brindan una fuente alternativa de energía para evitar interrupciones en la actividad económica, garantizan la conservación de productos perecederos y el funcionamiento de equipos esenciales.
«El problema es conseguir la gasolina para la planta», explicó un trabajador por cuenta propia de la ciudad de Cienfuegos.
Otra estrategia es la reducción de horarios y ajustes operacionales. Por ejemplo, en Las Tunas algunos restaurantes y cafeterías han limitado sus horarios de apertura para alinearlos con los períodos de disponibilidad eléctrica. El problema radica, no obstante, en que muchas veces «la programación de apagones» no se cumple y los cortes de electricidad los toman por sorpresa.
Amaris Bou, emprendedor privado en La Habana, dijo a El País que normalmente se adaptan a los horarios de apagones que informan en los medios de comunicación y para esos momentos usan una planta eléctrica.
A pesar de las «adaptaciones», algunos negocios comercializadores de alimentos han tenido que tomar «medidas drásticas» como la disminución de los precios para vender más rápido sus productos.
«Si nos llega un camión [de cajas] de pollo y no tenemos disponibilidad para refrigerarlo, bajamos un poquito el precio y “salimos rápido” de él», explicó el dependiente de un punto de venta en el reparto Casa Piedra en Las Tunas. «Es mejor vender un poco más barato, aunque sean menos las ganancias, a que se eche a perder y se pierda la inversión». Según comenta, ante esta situación y el desabastecimiento, algunas personas «reservan» la mercancía y hasta pagan por adelantado.
En algunos sitios también han optado por cocinar con carbón para mantener sus servicios. Aunque es más sucio ―y más lento― y hasta requiere adaptaciones estructurales en el establecimiento, les permite garantizar la venta de comida.
Para otros, como quienes se dedican a la pastelería y heladería, es mucho más difícil porque se les afecta la cadena de frío. Así sucedió con un negocio habanero, que vendió sus helados con un descuento del 70 % durante las horas siguientes al apagón total de octubre de 2024.
Según publicó en sus redes el músico cubano Dagoberto Pedraja, una mipyme del municipio capitalino Plaza, tuvo que vender sus helados «a precios de remate por descongelamiento».
Energías renovables para disminuir pérdidas
«Generan riqueza y tienen dinero para pagar. Muchas de las FGNE (formas de gestión no estatal) son altos consumidores y están pagando tarifas subsidiadas, sin un plan y sin un control», dijo Marrero.
Cuba no parece que vaya a resolver a corto o mediano plazo la crisis energética, y las declaraciones del primer ministro Manuel Marrero el 17 de octubre de 2024 suponen que las medidas de «ahorro» del Gobierno incluyen el aumento de las tarifas eléctricas para el sector privado.
Para reducir las pérdidas y riesgos, asociados con los apagones, es esencial que los empresarios en Cuba desarrollen un enfoque preventivo. Una de las principales soluciones es la inversión en sistemas de energía renovable, como paneles solares.
Aunque el costo de estos sistemas es elevado, puede amortizarse en pocos años y son una fuente estable de electricidad. Con una infraestructura solar básica, un negocio podría cubrir sus necesidades de iluminación y operación de equipos esenciales, lo que disminuiría su dependencia de la red eléctrica.
Por el momento, la importación de sistemas fotovoltaicos y otras energías renovables son según la voluntad de los cubanos, pero en un futuro podría ser un requisito obligatorio para quienes deseen emprender en el país.
Durante la misma comparecencia de Marrero, el director de la UNE, Alfredo López Valdés, dijo que todo aquel que hiciera inversiones en Cuba debía usar fuentes renovables de energía.
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