Monumento a las madres en Santiago de las Vegas. Foto: Rachel Pereda.
Día de las Madres en Cuba: historia de una tradición
9 / mayo / 2021
Ahí está la madre, con su bebé en brazos, luchando contra el tiempo. El blanco de su ropa se confunde entre las nubes. El parque florecido le da la bienvenida a mayo.
Muchas de las viejas farolas no funcionan. La tarja perdió las letras que contaban parte de esta historia. Dos jóvenes sentados en el banco más cercano se conectan a la wifi sin percatarse de la estatua de blanco que recoge una tradición y representa a la madre cubana.
Recorro el parque con mi hijo cargado y siento que, de cierto modo, ahora soy ella. Abrazo a mi pequeño y le doy un beso en la frente. Por primera vez camino el parque desde que me convertí en mamá. Me invade cierta nostalgia. Ya no soy esa niña que se abrazaba a las viejas farolas y corría dentro de la fuente que nunca más ha tenido agua.
En mi pueblo a veces parece que nos detuvimos en el tiempo. Por un lado, sus calles vacías son el rostro de la pandemia; y, por otro, muchos de sus hijos han emigrado en busca de un futuro mejor.
Todo ha cambiado, se han perdido tradiciones, se ha olvidado el patrimonio. La mujer vestida de blanco con su bebé en brazos sigue ahí, insistiendo en recordar que en Santiago de Las Vegas se celebró, por vez primera de forma oficial y masiva, el Día de las Madres en Cuba.
El Día de las Madres en el mundo
Las celebraciones dedicadas a las madres en la era moderna se remontan a la Inglaterra del siglo XVII, donde se estableció el Mothering Day el cuarto domingo luego de Pascua. En esta fecha los sirvientes recibían el día libre y se les sugería volver a sus pueblos natales, para compartir con sus madres y realizar una jornada de festividades y agradecimiento en la iglesia local.
En 1872, Julia Ward Howe celebró en Boston el Día de la Paz, considerado el primer antecedente contemporáneo del Día de la Madre. La poeta y activista social fue la primera mujer en la Academia Estadounidense de las Artes y las Letras, en 1908. En 1870 escribió su Proclama por el día de las madres:
«¡Levántense, mujeres de hoy! ¡Levántense todas las que tienen corazones, sin importar que su bautismo haya sido de agua o lágrimas! Digan con firmeza: “No permitiremos que los asuntos sean decididos por agencias irrelevantes. Nuestros maridos no regresarán a nosotras en busca de caricias y aplausos, apestando a matanzas. No se llevarán a nuestros hijos para que desaprendan todo lo que hemos podido enseñarles acerca de la caridad, la compasión y la paciencia”. Nosotras, mujeres de un país, tendremos demasiada compasión hacia aquellas de otro país, como para permitir que nuestros hijos sean entrenados para herir a los suyos. Desde el seno de una tierra devastada, una voz se alza con la nuestra y dice “¡Desarma! ¡Desarma!”. La espada del asesinato no es la balanza de la justicia. La sangre no limpia el deshonor, ni la violencia es señal de posesión. En nombre de la maternidad y la humanidad, les pido solemnemente que sea designado un congreso general de mujeres, sin importar nacionalidad, y que se lleve a cabo en algún lugar que resulte conveniente, a la brevedad posible, para promover la alianza de diferentes nacionalidades, el arreglo amistoso de cuestiones internacionales».
Luego, la maestra estadounidense Anna Jarvis creó en Filadelfia una asociación para impulsar el festejo a la figura materna.
Jarvis quería oficializar un día especial para las madres, y rendir honor a la suya para aliviar el dolor de haberla perdido. Luego de tres años de esfuerzos, el domingo 10 de mayo de 1908 tuvo su origen la fiesta del Día de las Madres durante una ceremonia religiosa.
Como parte de los homenajes surgió la tradición de los claveles rojos y blancos; los primeros representaban a las madres vivas y los segundos eran en honor a las fallecidas. En 1914, el Congreso de los Estados Unidos aprobó la fecha como el Día de las Madres y se declaró fiesta nacional.
Hoy gran parte del mundo dedica a las madres el segundo domingo de mayo, tal es el caso de Cuba, aunque la fecha varía según la región.
El primer domingo de mayo se realizan los festejos a las madres en Hungría, Lituania, Portugal, Sudáfrica y España. También en mayo, pero el día 8, lo festejan Bosnia y Herzegovina, Croacia, Serbia, Montenegro, Eslovenia, Eslovaquia, Macedonia, Albania, Bulgaria y Rumanía. En Noruega, por ejemplo, se celebra el segundo domingo de febrero y en Georgia, el tres de marzo. El primer día de primavera lo hacen Baréin, Egipto, Siria, Palestina, Jordania, Kuwait, Emiratos Árabes y Yemen. En Rusia las fiestas acontecen el último domingo de noviembre, en Panamá el ocho de diciembre y en Indonesia el 22 del último mes del año.
El Día de las Madres llega a Cuba: historia de una tradición
Esta celebración llegó muy temprano a Cuba y a Santiago de las Vegas, pueblo situado al sur de la capital, que es precursor de esta tradición en la Isla.
Algunos relatos históricos sitúan la primera vez de esta iniciativa en la localidad tunera de Puerto Padre, promovida por el doctor Eduardo Queral, el 6 de abril de 1920. Recientes revelaciones ubican esta celebración temprana en Santiago de Cuba.
No obstante, los festejos en mayo, tal como se conocen actualmente, sucedieron por primera vez en 1920 en el Centro de Instrucción y Recreo de la localidad habanera de Santiago de las Vegas, por iniciativa del maestro y escritor Francisco Montoto.
Varias semanas antes, Montoto había sugerido realizar cada año esta celebración, y consiguió el apoyo del periodista Víctor Muñoz, quien escribió el artículo «Mi clavel blanco» en el periódico El Mundo, de La Habana.
«Cuando se logre llegar a la conclusión del propósito perseguido por los que han trabajado a favor de que se cree el Día de las Madres en Cuba, lograrán, como los americanos, que disminuya el número de los malos hijos a nuestro alrededor y con eso habrán prestado un gran servicio a la Patria y a la Humanidad», escribió Muñoz en su columna.
Meses después, Víctor Muñoz fue electo concejal por el Ayuntamiento de La Habana, mediante las elecciones del 1ro de noviembre de 1920. Fue en ese mismo concejo que el 22 de abril del año siguiente propuso realizar estos festejos en toda La Habana.
No fue hasta 1928 que recibió carácter de ley y se extendió a todo el país. Muñoz no pudo presenciar su sueño porque había fallecido seis años antes. Finalmente, el Día de las Madres se convirtió en tradición nacional.
El paso de los años: claveles para mayo
Para rendir homenaje a la fecha, el pueblo de Santiago de las Vegas decidió construir un hermoso monumento en el parque Martí, antigua Plaza de Armas. Artesanos, profesores y obreros de la localidad reunieron los fondos y en mayo de 1945 se levantó la obra del escultor Plácido Crespo.
El monumento estaba acompañado de una tarja que rendía honores a Francisco Montoto y su grupo de jóvenes, quienes ayudaron a materializar la celebración del Día de las Madres en Cuba.
De este modo, la mujer vestida de blanco con su bebé en brazos llegó a ocupar el espacio que hasta hoy conserva entre las viejas farolas y los árboles florecidos.
Un siglo después de las primeras celebraciones en el pueblo habanero, el parque que honra esta tradición nacional está descuidado. La tarja se convirtió en un pedazo de cemento de donde se ha borrado tan importante legado. Cualquier visitante que llegue a ese lugar no tendrá forma de saber lo que representa ni la historia que recoge en honor a las madres cubanas.
A pesar de todo, el monumento parece tocar el cielo.
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