El régimen de La Habana no respeta los derechos humanos de sus ciudadanos y reprime cualquier atisbo de disidencia política dentro de la isla. Pero ¿qué sucede fuera de las fronteras de la isla? ¿El personal diplomático cubano reproduce la misma línea de acción? Así es, existen casos de acoso y violencia ejercida por el este personal, desde embajadas y consulados, contra disímiles personas por sus ideas políticas.
Breve reseña de agresiones del personal diplomático cubano
1. Uno de los primeros casos que denunció la prensa independiente fue el de Damián Cordero Torres, quien es cónsul general en Valencia, Carabobo, Venezuela —según el Listado de las Representaciones cubanas en el exterior del Ministerio de Relaciones Exteriores—.
En 2023, la Fundación para los Derechos Humanos en Cuba (FHRC, por sus siglas en inglés) expuso que Cordero Torres estuvo implicado en la represión de las protestas ocurridas en Venezuela en 2017, mientras era diplomático en Carabobo.
El Observatorio Venezolano de Conflictividad Social registró en Carabobo —uno de los estados con mayor número de víctimas—, acciones violentas de grupos armados en al menos 523 protestas. Entre abril y julio de 2017 hubo en ellas numerosos heridos de bala y 21 muertos. Según la FHRC, oficiales cubanos asesoraron y participaron en la represión de las protestas de 2014 y 2017 en Venezuela (impartiendo instrucciones a cuerpos de seguridad y grupos paramilitares).
Una misión del Consejo de Derechos Humanos de la ONU que visitó Venezuela en 2020 confirmó la participación de agentes cubanos en actividades de inteligencia y contrainteligencia con los servicios de seguridad venezolanos. Cordero Torres es un exoficial de la Dirección de Inteligencia Militar cubana, de acuerdo con la FHRC.
2. En octubre de 2020, el periodista Rolando Nápoles tuiteó un video del personal de la Embajada cubana en Costa Rica que vociferaba contra un cubano que reclamaba el restablecimiento de la Constitución de 1940 en la isla. Uno de los funcionarios respondía: «Yo no voy a hablar ni pi… contigo», mientras que otros grababan y gritaban: «¡Viva la Revolución!».
3. En 2021, René Bolio, presidente de la Comisión Mexicana de Derechos Humanos (CMDH), interpuso una demanda contra empleados de la Embajada de Cuba en México por amenazas. Según contó Bolio, su equipo de trabajo y él fueron agredidos y amenazados de muerte por personal diplomático cubano en las afueras de la sede consular. Al respecto, el presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador —aliado de Cuba— dijo que Bolio usó frases racistas y homofóbicas contra un funcionario cubano.
4. Entre los hechos más recientes figura la agresión de la excónsul cubana Yahima Martínez Millán, el 26 de julio de 2022, contra las activistas Vania Coelho y Avana de la Torre en Santiago de Compostela, Galicia, España.
Las activistas colocaron flores en un busto de José Martí y gritaron frases contra el régimen cubano. Martínez Millán le arrebató el teléfono a quien grababa y lo arrojó contra el suelo. Tras la agresión, De la Torre interpuso una demanda en España contra la diplomática.
Yahima Martínez Millán regresó a Cuba tiempo después y no se presentó al juicio en la ciudad gallega. Aun así, fue declarada culpable de un delito leve de lesiones y condenada en ausencia en octubre de 2023. La diplomática cubana deberá pagar una multa de 400 EUR e indemnizar a Coelho con 200 EUR «por las lesiones sufridas» y a De la Torre por los daños del teléfono.
Sobre el hecho, la cancillería española respondió a Martí Noticias: «El Ministerio de Exteriores, Unión Europea y Cooperación respeta todas las decisiones judiciales y no hace comentarios sobre las mismas».
5. El 12 de mayo de 2023, Ulises Enrique Oliva Suárez, cónsul de Cuba en Madrid, agredió a los médicos exiliados Lucio Hernández Nodarse y Emilio Arteaga Pérez durante un concierto del dúo Buena Fe en la Sala Galileo Galilei de la capital española. Los activistas gritaron varias consignas y fueron violentados por personas que inicialmente no fueron identificadas. Luego se supo que Oliva Suárez era uno de los agresores. Enríquez Nodarse terminó con lesiones en el rostro (excoriaciones en la nariz y la frente, y el labio inferior partido). La FDHC incluyó a Ulises Enrique Oliva Suárez en su listado de represores violentos.
6. Uno de los últimos hechos represivos registrados ocurrió en febrero de 2024, durante la 44 Edición de la Feria Internacional de Turismo en Milán, Italia. De acuerdo con la prensa independiente, al menos tres activistas fueron agredidos por un trabajador del consulado cubano en la ciudad italiana.
Avana de la Torre declaró que los agresores seguían órdenes de Marcos Hernández Sosa, cónsul general de Cuba en Milán. Entre los atacantes estuvieron el cónsul de tercera Fidel Ajuria Domínguez, su esposa Anabel Díaz y Ada Noidis Galano Estiven, quien vive en Milán desde hace más de 30 años y coordina donaciones para el régimen cubano.
De la Torre junto a Yuliet Suárez y Leidis Peñalver asistieron a la Feria y desplegaron una bandera con imágenes sobre la precaria situación de los hospitales cubanos, la migración y el derroche de algunos funcionarios estatales. También denunciaron las penurias que vive la población cubana dentro de la isla.
«Todo refleja el miedo que tienen a la verdad, a la confrontación, fueron exclusivamente 8 metros de verdad en una bandera, porque el mundo tiene que ver la controversia entre lo que vende el régimen y la realidad cubana. Por eso confeccionamos esa bandera y cuando la desplegamos, Marcos Hernández Sosa, cónsul general de Cuba en Milán, se acercó y levantó su mano pidiendo refuerzos para que nos la arrebataran», contó De la Torre a Martí Noticias.
De la Torre interpuso una demanda por agresión contra Ajuria Domínguez ante las autoridades. La Fundación para los Derechos Humanos en Cuba incluyó a Fidel Ajuria Domínguez en el listado de represores violentos.
¿La inmunidad diplomática permite las agresiones?
Según el Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba, el Estado cubano «reconoce los privilegios e inmunidades contenidos en las Convenciones de Viena sobre Relaciones Diplomáticas del 18 de abril de 1961 y sobre Relaciones Consulares del 24 de abril de 1963, de las cuales es signataria, siempre que no contravengan la legislación nacional».
La Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas —adoptada en 1961, y que entró en vigor en 1964— establece en el artículo 31, inciso 1, que el agente diplomático gozará de inmunidad de la jurisdicción penal del Estado receptor y también de inmunidad de su jurisdicción civil y administrativa salvo si se trata de:
- una acción real sobre bienes inmuebles particulares radicados en el territorio del Estado receptor, a menos que el agente diplomático los posea por cuenta del Estado acreditante para los fines de la misión;
- una acción sucesoria en la que el agente diplomático figure, a título privado y no en nombre del Estado acreditante, como ejecutor testamentario, administrador, heredero o legatario;
- una acción referente a cualquier actividad profesional o comercial ejercida por el agente diplomático en el Estado receptor fuera de sus funciones oficiales.
Por otro lado, la Convención de Viena sobre Relaciones Consulares de 1963, que entró en vigor en marzo de 1967, estipula en el artículo 41 que los funcionarios consulares «no podrán ser detenidos o puestos en prisión preventiva sino cuando se trate de un delito grave y por decisión de la autoridad judicial competente». No obstante, los funcionarios consulares están obligados a comparecer ante las autoridades competentes, pero de manera que estas perturben lo menos posible el ejercicio de sus funciones.
El artículo 43 expone que los funcionarios y empleados consulares no están sometidos a las autoridades judiciales y administrativas del Estado receptor por los actos ejecutados en el ejercicio de las funciones. Pero agredir a quienes piensan diferente no es una función consular. En España se han perpetrado algunas de las agresiones reportadas. Las víctimas han mostrado lesiones físicas y varias de las demandas contra diplomáticos cubanos han sido por esa causa. El Código Penal español establece: «el que, por cualquier medio o procedimiento, causare a otro una lesión que menoscabe su integridad corporal o su salud física o mental, será castigado, como reo del delito de lesiones con la pena de prisión de tres meses a tres años o multa de seis a doce meses».
Con respecto a la inmunidad diplomática existe, además, una ley española que pudiera afectar los privilegios de los funcionarios y empleados consulares cubanos. El artículo 11 de la Ley Orgánica 16/2015 —sobre privilegios e inmunidades de los Estados extranjeros, las Organizaciones Internacionales con sede u oficina en España y las Conferencias y Reuniones internacionales celebradas en España— explica que en procesos relativos a indemnización por lesiones a personas y por daños de los bienes cometidos en territorio español no vale la inmunidad, con excepción de un acuerdo entre España y el Estado extranjero.
La sentencia contra Yahima Martínez Millán, excónsul cubana en Galicia, por agredir a dos activistas, y la respuesta del Gobierno español ante la decisión judicial, indica que las agresiones de los diplomáticos cubanos, al menos en España, no quedarán impunes.
El régimen cubano contabiliza las supuestas agresiones que se cometen contra sus representaciones en el exterior. En 2020, el Centro de Investigaciones Históricas de la Seguridad del Estado (Cihse) documentó 581 agresiones contra «representaciones y objetivos de naciones que mantienen relaciones diplomáticas con Cuba». Las cifras aparecen en la prensa estatal y en el sitio oficial del Minrex. Pero lo que no aparece dentro de la historia contada por el poder cubano, al menos de forma pública, son las agresiones de su cuerpo diplomático a activistas y opositores fuera de la isla; una historia que parece repetirse allá donde vayan.
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