«Disculpe, en estos momentos el equipo presenta dificultades técnicas para entregar efectivo», es la desalentadora respuesta que obtienen muchos cubanos al intentar conseguir efectivo en un cajero automático del Banco Metropolitano (Banmet). Es probable que suceda lo mismo si la solicitud se hace en los de otras instituciones financieras en el país.
La escasez de dinero físico ha provocado críticas de la ciudadanía, y cuestionamientos al silencio institucional y al vacío informativo ante las causas de la nueva crisis.
Imágenes provenientes de la isla muestran multitudes de personas reunidas en torno a los equipos, sentadas en muros o contenes, esperando su turno para adquirir los billetes. Quienes lo necesitan suelen acudir al cajero funcional más cercano. En ocasiones, eso significa viajar varios kilómetros, con la consabida dificultad de movilidad que atraviesa el país por la escasez de combustible. La disponibilidad de cajeros es poca en la mayor parte del territorio nacional.
Cubanos residentes en Pinar del Río y en el municipio San Antonio de los Baños de Artemisa se han visto obligados a viajar a Bauta para buscar dinero en la sucursal local. Así lo declararon trabajadores del Banco de Crédito y Comercio (Bandec) de esa localidad a fuentes ciudadanas de elTOQUE. Los funcionarios mencionaron, además, problemas con el correcto funcionamiento de los cajeros y con la falta de electricidad para hacer las operaciones.
En un recorrido por las calles de la ciudad de Camagüey, colaboradores de elTOQUE vieron colas de cerca de 30 personas en varios cajeros. A partir de intercambios con pobladores, supieron que la situación era peor en los barrios alejados del centro, donde a veces solo hay un cajero disponible. La escasez ha hecho que algunas personas de la provincia decidan retirar todo el dinero del mes en una o dos operaciones.
De acuerdo con testimonios ciudadanos de Vertientes, también en Camagüey, el salario de algunos trabajadores de empresas estatales se ha retrasado. En la provincia, las sucursales de los bancos dan prioridad a las personas que van a depositar dinero, que suelen ser una minoría. Reportes de la prensa independiente coinciden con el relato y aseguran que, en la capital, el límite de extracción en las máquinas se ha fijado en 5 mil pesos cubanos.
En septiembre de 2019, el total de cajeros del país era de 926, de esos más de la mitad (522) se encontraban en La Habana. La cifra no parece haber variado considerablemente. Sobre todo desde que en 2022 Mayra Arevich Marín, ministra de Comunicaciones, asegurara que el país no tenía la «necesidad de comprar más» de estos equipos.
¿Por qué no hay efectivo?
Varias podrían ser las causas del déficit de efectivo. Por lo general, los bancos presentan problemas para suplir la demanda de billetes físicos los días del cobro de determinados sectores, como los jubilados. Esto suele suceder en un momento específico del mes y no parece ser excusa para la reciente escasez.
Una posible explicación a este fenómeno es la inflación. Los precios en el mercado informal ascienden con frecuencia, allí las compras suelen realizarse en efectivo y los clientes deben pagar altas sumas por cualquier producto.
Además, también puede suceder que los billetes de alta denominación se acaben rápidamente en los cajeros. Es probable que una máquina llena con billetes pequeños se agote más rápido debido a la gran cantidad de efectivo que las personas tendrán que retirar. Esto fue confirmado por autoridades financieras locales de Cienfuegos, provincia que tiene solamente 17 equipos disponibles en total, 13 de ellos en la capital provincial.
Por otro lado, la red de cajeros en el país se encuentra en mal estado, lo que representa una sobrecarga para los equipos funcionales. El director del Banco Metropolitano, en respuesta al periodista oficialista Francisco Rodríguez Cruz, afirmaba que solo en la capital hay 150 cajeros fuera de servicio «por falta de piezas de repuesto, roturas del módulo dispensador y teclado», así como otros «que diariamente requieren asistencia».
A pesar de todo esto, el economista Pavel Vidal cree que una de las causas de la crisis podría ser que el Gobierno no tiene recursos para imprimir billetes. El experto considera que los límites impuestos recientemente a la retirada de efectivo para personas naturales (80 mil pesos al día o 120 mil al mes) quizá dispararon la demanda. Los márgenes también se aplican para las transferencias de moneda libremente convertible (MLC), con un máximo de mil al día y 5 mil al mes.
En abril de 2023, en entrevista con el periódico Escambray, María Efigenia Caballero, subdirectora de Bandec en la provinca Sancti Spíritus, dijo que «en el desabastecimiento también nos está golpeando la extracción de volúmenes altos por segmentos particulares como mipymes, trabajadores por cuenta propia, fundamentalmente».
Señaló la directiva que el país impondría nuevas restricciones a los trabajadores privados con el fin de limitar la extracción de altos volúmenes. Hasta el momento, las medidas no han sido publicadas ni implementadas.
Aunque las autoridades reconocen un incremento de la demanda y de la necesidad de reducir el flujo de efectivo en la red de comercios del país, en la práctica no parecen estar implementando ninguna estrategia que alivie la situación.
¿Plataformas digitales? Mucha gente dice: «No, gracias»
Venezuela, socio comercial y aliado político de Cuba, también sufre la inflación. En 2021 el efectivo en ese país latinoamericano era solo el 2 % de la liquidez monetaria de la nación.
Ante la mala gestión económica, el poder impulsó sistemas de pago digital, como Patria o Billetera móvil. Quien tuviera acceso a dólares podía contar con Zelle, plataforma de pago con sede en Estados Unidos.
En un intento de gestión de daños, las autoridades cubanas han propuesto sus propias soluciones tecnológicas a la crisis. Representantes de Bandec hicieron un llamado en el periódico Venceremos, de Guantánamo, a que la ciudadanía de ese territorio utilizara el servicio Caja Extra, presente en las aplicaciones Transfermóvil y EnZona. El servicio, en teoría, permite solicitar la extracción de efectivo a través de un código QR en establecimientos como bodegas o tiendas.
Además, la herramienta digital tiene un límite de 5 mil pesos diarios y solo puede efectuarse en entidades que tengan acuerdos con Bandec o con el Banco Popular de Ahorro (BPA).
Sin embargo, los propios representantes de Bandec reconocieron como problemas la lentitud del proceso para habilitar el servicio, los atrasos en la generación de los QR y la «apatía de algunos dependientes».
Las autoridades de Comercio Interior de Ciego de Ávila también llamaron a la utilización en la provincia de Caja Extra. Aunque allí, de 1 078 unidades disponibles, el servicio solo estaba presente en 56.
Es probable que sea la ciudadanía la que rechace este tipo de aplicaciones, más allá de que se trate de un asunto de alfabetización tecnológica o de falta de agilidad en la digitalización de estos trámites. Desde su lanzamiento, Transfermóvil y EnZona han presentado constantemente problemas en su funcionamiento, además de ineficiencia y dificultad con los reembolsos de compras que no se han concretado.
elTOQUE realizó una encuesta en redes sociales para determinar tendencias sobre el uso de plataformas digitales como vía para efectuar operaciones financieras. La mayoría de las personas encuestadas dijo conocer y emplear las plataformas, especialmente Transfermóvil.
«Transfermóvil es muy útil y fácil de operar», aseguró Vicky Peña. «EnZona es tremendamente complicada». Una opinión que también manifestaron otros lectores.
Asimismo, un 66 % de los encuestados en Facebook (de 923 votos) y un 56 % en Telegram (de 606 votos) indicaron utilizarlas cada vez que necesitaban hacer una transacción.
Ahora bien, en Facebook el 75 % (de 291 votos) relató que tenía dificultades con las plataformas al realizar operaciones cotidianas por los límites impuestos; el 13 % declaró lo mismo, pero referido a operaciones de negocios. En Telegram, el 38 % de los votantes (de un total de 565) señaló complicaciones en las operaciones cotidianas, mientras el 156 % lo hizo refiriéndose a las de negocio.
«El problema (…) es que, para cafeterías, restaurantes, tiendas privadas es un mecanismo lento. No existe la forma de un servicio de lectura de tarjetas (…). Llegas a una cafetería y tienes que pagar en cash porque los dueños de estos lugares desconfían. Muchas veces no les llega el SMS de confirmación o las plataformas tienen problemas técnicos y dan muchos errores», escribió Joel Castillo.
A la pregunta «Si no utilizas plataformas de pago o comercio digital, ¿cuál es la razón?», la mayoría de las personas de la audiencia que votó en Facebook (47 % de 246 votos) declaró tener dificultad para llevar a cabo operaciones sencillas y el 24 % especificó problemas con la conexión a Internet. El 13 % dijo: «no me gustan».
«No confío en ningún método del banco. Ya que, o no hay conexión o qué sé yo. Siempre hay algo», comentó Walter Delgado.
A pesar de que la narrativa oficial enuncia que la «informatización de la sociedad» es una prioridad del Gobierno cubano, los fallos en este tipo de apps parecen condicionar negativamente a las personas a seguir utilizando métodos tradicionales para adquirir insumos o hacer gestiones.
La nueva crisis es, en parte, reflejo de la pobre inversión en tecnología, uno de los sectores más olvidados por el Estado cubano en 2022. Es probable que la llamada informatización siga siendo parte del discurso del poder, pero los hechos apuntan a que no es una política prioritaria. Mientras tanto, entre la mala conexión y los fallos técnicos, la ciudadanía camina en dirección a otro cajero y se une a otra cola.
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