Cada diciembre, en la última semana del año, desde el día 24 (Nochebuena) hasta el 31 (Nochevieja), la mayor parte del mundo se enfoca en las festividades y el descanso. Son fechas en las que las niñas y niños están de vacaciones escolares, el clima es menos caluroso y la familia se reúne. El año 2023 ha sido convulso y agotador para los cubanos. La crisis económica, alimentaria y política sigue incrementándose, pero la esperanza de un nuevo comienzo que llega con el final de cada año se mantiene.
Navidad Verde Olivo
Agustín La Cruz, 71 años: «Yo nací en el 52 y mi familia no era de clase alta, pero la alegría con que se vivía Nochebuena, Navidad y fin de año, eso se perdió. Al parecer quisieron quitarle fama a eso, no sé si porque era una celebración capitalista, americana o algo por el estilo. Al final el cubano sale a flote y celebra igual».
El canal CBS interrumpió un partido de la National Football League (NFL) para mostrar el planeta visto desde la cabina de una nave espacial. El 24 de diciembre de 1968, Frank Borman, Jim Lovell y William Anders, astronautas de la misión Apolo 8, desearon una Nochebuena, Navidad y año nuevo próspero a todos.
El 2 de enero de 1969, una semana después de este acontecimiento que dio ventaja a Estados Unidos sobre la Unión Soviética en la carrera espacial, Fidel Castro «prohibió la Navidad en Cuba». No fue una prohibición oficial o instituida por acuerdo, sino que eliminó las festividades, declarando días laborables Navidad, Año Nuevo y también Día de Reyes (6 de enero). Los días festivos se celebrarían en torno al 26 de julio, declarado Día de la Rebeldía Nacional.
Las autoridades cubanas justificaron su decisión con razones económicas. 1969 fue denominado «Año del esfuerzo decisivo», porque todo el pueblo debía esforzarse y prepararse para el año 1970, en el que se pretendía realizar una zafra azucarera de 10 millones de toneladas (las cuales no se alcanzaron), y el invierno, cuando menos llueve en Cuba, era la mejor estación para trabajar sin perder ni un día.
Asimismo, cada 31 de diciembre a las doce de la noche, con el cambio de año, la televisión nacional, no promueve la celebración efusiva del inicio de año, sino un aniversario más del triunfo de la Revolución.
Durante veintiocho años, el 25 de diciembre pasó como otro día cualquiera, un día laborable, salvo para un grupo reducido de creyentes que mantuvieron su práctica de fe, unos más públicamente que otros.
En 1997, poco antes de la visita programada por el Papa Juan Pablo II a la isla, el Gobierno cubano declaró feriado el 25 de diciembre. A partir de ese año, comenzaron a verse otra vez símbolos de la Navidad en Cuba de forma más abierta: arbolitos artificiales, luces navideñas, y decoración temática en algunas casas.
No obstante, la celebración de la Nochebuena continúa siendo más importante y simbólica para la mayoría de las familias.
Festejos en tiempos de crisis
Raquel Heredia, 64 años: «Tengo gratos recuerdos de muchas cenas familiares. Mi casa es católica y siempre después de la cena íbamos a la iglesia del parque para la misa correspondiente. Yo siempre fui la encargada de comprar los turrones de Navidad y Fin de año. En las tiendas había siempre, incluso cuando el CUC también podías comprarlo, aunque era un lujo. Ahora ni lujo. Si compras un turrón de Alicante o Jijona, cuesta más que todo el dinero de mi jubilación».
En Cuba, el salario mínimo es de 2100 pesos cubanos, y la mayoría de licenciados e ingenieros cobran alrededor de 5000 pesos cubanos. Desde hace mucho los salarios que ofrece el Gobierno no son suficientes para cubrir los gastos básicos, incluyendo los alimentos del mes.
La inflación cada vez más pronunciada ha asfixiado a muchas familias este fin de año. Desde el pasado 20 de diciembre, el dólar estadounidense ha superado los 270 pesos cubanos en el mercado informal, marcando récords históricos.
A ello se une la escasez, disparando considerablemente productos básicos en la dieta de los cubanos como el arrozz, que puede llegar a valer cerca de los 200 pesos la libra. El frijol varía entre los 250 pesos y los 600 pesos como valor máximo en el mercado informal. La unidad de aceite (un Litro) puede hallarse en Mypimes, tiendas en MLC y también en el mercado informal. Su precio varía considerablemente en dependencia de donde se adquiera, y oscila entre 750 y 1100 pesos cubanos.
La carne de cerdo representa sin dudas el alimento producto más codiciado en fechas de festejos. El Food Monitor Program muestra este alimento como casi nulo en su disponibilidad, con un precio que ronda los 650 pesos la libra (con inclinación a subir por la demanda). Sin contar el costo de vegetales, viandas, bebidas y refrescos, los ingredientes básicos de una cena de Nochevieja para dos personas sobrepasa el salario mínimo del país.
Teresa Méndez, 44 años: «La crisis es grande, y el cubano ha sabido gestionarla, pero cada vez es más complejo. 2023 ha sido un año de dolor y despedidas. A mi se me fueron mis dos hijos, uno por parole y la niña por una beca. Yo sé que así están muchas familias, pero no me imagino un fin de año sin abrazarlos y felicitarlos. Más que no tener una cena digna en Nochebuena y Nochevieja, lo que más arde, son las sillas vacías alrededor de la mesa».
Las tradiciones y la alegría
Alberto Muñiz, 50 años: «Cada diciembre, desde que empieza el mes, uno ve a los muchachos lanzando petardos, o las llamadas “bombitas” que hacen con bujías inservibles que se rellenan con fósforos, y su único objetivo es hacer ruido. Al principio me alegré porque no soporto esa bulla innecesaria, pero después me puse triste, porque ese ruido constante era sinónimo de niños alegres, de espíritu de Fin de año. Ya eso es cosa del pasado».
La víspera del año nuevo suele estar llena de rituales. A las 12 en punto cada familia hace su ritual particular. La quema de un muñeco de trapo, muñecón o “año viejo”, que simboliza el año que se va, es quizás la tradición más conocida. Este acto simboliza la quema de las dificultades del año pasado y la esperanza de que el que llega será mejor.
También es común lanzar agua a la calle para eliminar las energías negativas y la apertura a nuevas posibilidades. Algunos cubanos también optan por dar un paseo alrededor de su manzana con una maleta llena, en un intento de atraer los viajes y la posibilidad de emigrar. Y aquellos que desean mejorar su situación financiera colocan dinero en los zapatos y caminan o pisan un billete a la medianoche.
Los rituales son testimonio de los deseos, esperanzas, e incluso añoranzas, de las familias cubanas. Y aunque la dureza de 2023 por momentos parece haber borrado el espíritu festivo muchas personas aún esperan ese momento en que se abre un año de posibilidades.
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