La Federación de Rusia invadió a Ucrania en la madrugada del 24 de febrero de 2022. El presidente ruso, Vladímir Putin, calificó la invasión como una «operación militar especial»; pero la comunidad internacional la ha llamado crimen de agresión.

La organización pro derechos humanos Amnistía Internacional (AI) fue de las primeras en catalogar el conflicto como un crimen y pedir que se tomasen medidas con los implicados. A inicios de marzo, AI afirmaba que Rusia violó la Carta de las Naciones Unidas al emplear la fuerza en sus relaciones bilaterales con Ucrania.

La Carta recoge los principios de las relaciones internacionales y norma en el artículo 33 respecto al arreglo pacífico de las controversias. Especifica que el conflicto de las partes «cuya continuación sea susceptible de poner en peligro el mantenimiento de la paz y la seguridad internacionales» debe encontrar una solución pacífica —negociación, investigación, mediación, conciliación, arreglo judicial—.

Para AI, la invasión rusa se define «por una sola característica: la agresión. Rusia está invadiendo el corazón de Ucrania, buscando derribar su Gobierno legítimamente elegido, con un impacto masivo, real y potencial en la vida y el bienestar de la población civil; ninguna de las razones que ha esgrimido Rusia permiten ni remotamente justificar sus actos. Y todo esto lo está cometiendo un miembro permanente del Consejo de Seguridad de la ONU».

La directora de AI en Ucrania, Oksana Pokalchuk, expuso las razones por las cuales la invasión rusa se considera un acto de agresión y cuáles son las implicaciones. Los argumentos de Pokalchuk se basan en la definición de crimen de agresión establecido por el Estatuto de Roma. Este último es un documento constitutivo de la Corte Penal Internacional (CPI) que se adoptó en julio de 1998 en el marco de la Conferencia Diplomática de plenipotenciarios de las Naciones Unidas sobre el establecimiento de la corte.

¿QUÉ ES UN CRIMEN DE AGRESIÓN?

Para muchos, los crímenes de agresión emulan con los crímenes de guerra, pero se trata de dos conceptos que difieren. Aun así, en el contexto actual se ha empleado el término «crímenes de guerra» para calificar lo que acontece en Ucrania debido al trato humano dado durante el conflicto.

Los crímenes de agresión son —según el Estatuto de Roma— aquellos en los que se emplea la fuerza armada por parte de un Gobierno o Estado «contra la soberanía, la integridad territorial o la independencia política de otro Estado, o en cualquier otra forma incompatible con la Carta de las Naciones Unidas». Estos crímenes serán cometidos por una persona que ostente el poder político o militar de un Estado. «Dicha persona planifica, prepara, inicia o realiza un acto de agresión que por sus características, gravedad y escala constituya una violación manifiesta de la Carta de las Naciones Unidas», especifica el Estatuto.

Para cometer un acto de esta índole no es necesaria una declaración expresa de guerra. La Resolución 3314 de la Asamblea General de las Naciones Unidas (del 14 de diciembre de 1974) expone los sucesos que devienen crímenes de agresión:

a) La invasión o el ataque por las fuerzas armadas de un Estado del territorio de otro Estado; o toda ocupación militar, aun temporal, que resulte de dicha invasión o ataque; o toda anexión, mediante el uso de la fuerza, del territorio de otro Estado o de parte de él.

b) El bombardeo, por las fuerzas armadas de un Estado, del territorio de otro Estado, o el empleo de cualquier arma por un Estado contra el territorio de otro Estado.

c) El bloqueo de los puertos o de las costas de un Estado por las fuerzas armadas de otro Estado.

d) El ataque por las fuerzas armadas de un Estado contra las fuerzas armadas terrestres, navales o aéreas de otro Estado, o contra su flota mercante o aérea.

e) La utilización de fuerzas armadas de un Estado que se encuentran en el territorio de otro Estado con el acuerdo del Estado receptor, en violación de las condiciones establecidas en el acuerdo; o toda prolongación de su presencia en dicho territorio después de terminado el acuerdo.

f) La acción de un Estado que permite que su territorio, que ha puesto a disposición de otro Estado, sea utilizado por ese otro Estado para perpetrar un acto de agresión contra un tercer Estado.

g) El envío por un Estado, o en su nombre, de bandas armadas, grupos irregulares o mercenarios que lleven a cabo actos de fuerza armada contra otro Estado de tal gravedad que sean equiparables a los actos antes enumerados; o su sustancial participación en dichos actos.

Existe, además, un documento en el cual se explicita la estructura de los crímenes de agresión. El texto pertenece al Estatuto de Roma. El primer componente es que el autor del crimen lo haya planeado, preparado, iniciado o ejecutado. Esta persona será alguien «en posición de ejercer efectivamente el control o dirigir la acción política o militar del Estado que cometió el acto de agresión». Señala el texto que el perpetrador deberá ser «consciente de las circunstancias de hecho que establecían que dicho uso de la fuerza armada era incompatible con la Carta de las Naciones Unidas».

Ucrania y los dilemas del equilibrio de poder

Luego de la Segunda Guerra Mundial, el mundo se salvó de enfrentamientos armados entre grandes naciones. Bien sabemos cuál es la razón de fondo: las armas nucleares. Sin embargo, este orden de cosas comienza a cambiar.

Estos detalles expuestos por Pokalchuk determinan que Valdímir Putin es responsable de un crimen de agresión, pues fue la persona que ordenó y mantiene la intervención en Ucrania a pesar de las sanciones económicas y la oposición internacional desde las Naciones Unidas a la guerra.

IMPOSIBILIDAD DE SANCIONAR A PUTIN POR CRIMEN DE AGRESIÓN

¿Puede la Corte Penal Internacional investigar o sancionar al líder ruso por este conflicto? Pokalchuk ha sido clara al respecto: no. La CPI no tiene jurisdicción, pues ni Rusia ni Ucrania pertenecen a ese tribunal de justicia y ese es uno de los requisitos para poder ajusticiar a los implicados.

Es lícito aclarar que Ucrania está comprometida a cooperar con la corte porque en 2015 aceptó la jurisdicción del tribunal sobre ciertos delitos cometidos en su territorio desde noviembre de 2013. Rusia, por su parte, firmó el Estatuto de Roma en el 2000 para retirar su firma 16 años más tarde y desconocer las competencias de la CPI.

La única probabilidad de que la CPI pueda penalizar a Putin sería si el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas lo solicitase; pero, en ese caso, Rusia tiene derecho al veto, por lo cual parece imposible iniciar acciones penales por responsabilidad de un crimen de agresión.

Aun así, a finales de febrero de 2022, como parte de la presión internacional para detener la guerra, el fiscal de la CPI, Karim Khan, dijo que iniciaría una investigación sobre presuntos crímenes cometidos antes y durante la invasión rusa y que implicasen a cualquiera de las partes.

En diciembre de 2020, Fatou Bensouda, hoy exfiscal de la CPI, declaraba que en Ucrania se cometieron crímenes de guerra y contra la humanidad. Ello a raíz de los resultados de una investigación preliminar de la CPI sobre delitos perpetrados en Ucrania durante la represión de las protestas en Kiev entre 2013 y 2014.

Asimismo, ante la imposibilidad de la CPI de tomar acciones penales contra Putin por crímenes de agresión, Pokalchuk dijo que «debería establecerse un mecanismo especial (es decir, un tribunal internacional) para procesar a todos los responsables del crimen de agresión en Ucrania». La defensora de los derechos humanos enfatizó en la responsabilidad de la comunidad internacional para encontrar vías que posibiliten el ajusticiamiento. «Una vez más, es importante que los autores rindan cuentas por los crímenes de guerra. Pero la rendición de cuentas por la agresión —la causa de los crímenes de guerra— no es menos importante. Solo podremos cumplir la promesa de “nunca más” si, como comunidad internacional, hacemos responsables a los autores del crimen de agresión», concluyó.

Hasta el momento, la guerra en Ucrania ha dejado bajas en ambos bandos y un país en crisis. Los ataques en zonas residenciales han provocado la migración masiva de la población, incluido el desplazamiento de 4.3 millones de niños. De ese total, más de 1.8 millones cruzaron fronteras como refugiados a países vecinos; mientras, 2.5 millones de infantes se movieron internamente en territorio ucraniano.

Un informe de la Misión de Observación de los Derechos Humanos de la ONU en Ucrania asegura que «más de 1 035 civiles han muerto y al menos 1 650 han resultado heridos»; aunque estas cifras podrían estar desajustadas.

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