Abel Machado Conde, de 25 años de edad, fue condenado a nueve años de prisión por manifestarse en Güines, Mayabeque, en julio de 2021. La justicia cubana lo juzgó por los delitos de «sabotaje» y de «desórdenes públicos». Abel padece de depresión y de trastornos psiquiátricos desde niño a raíz de una lesión en el cerebro.
Desde los 10 años, Abel fue diagnosticado con trastorno orgánico de la personalidad, por ello sufre déficit de atención y ha intentado quitarse la vida en varias ocasiones, también en la cárcel.
El joven fue declarado no apto para el Servicio Militar Activo (SMA) tras un chequeo médico; sin embargo, su condición no le eximió de ser apresado el 25 de agosto de 2021 y condenado a privación de libertad.
«A mi hermano lo estaba vigilando la Fiscalía militar desde el 11 de julio y sabían que no era compatible para estar en la cárcel, que tenía problemas. Él anda con niños chiquitos del barrio, entonces, no lo tocaron. Cuando se lo llevaron, el jefe de la Fiscalía de San José de las Lajas le dijo a mi mamá que no sabía qué hacía allí, porque a él no lo habían tocado por sus problemas mentales. Entonces, le dijo que lo había acusado alguien de la Seguridad del Estado o de la Policía, y ahí ellos tenían que proceder», explicó su hermano Guillermo Sierra Conde a la prensa independiente.
En palabras de Guillermo, el peritaje médico que le hicieron a Abel antes del juicio fue «una fachada». «Se efectuó detrás de un hospital en San José de las Lajas, en un cuartico de 4x4 con un médico, que no era médico, era fiscal, y en el juicio se demostró que la comisión de médicos que le pusieron fue una mentira».
Abusos, arbitrariedades y violencia contra Abel en la cárcel de Quivicán
Abel continúa encarcelado, a pesar de que las autoridades de la prisión cuentan con todo su historial médico. También fue evaluado por una psiquiatra que concluyó que no es compatible para estar en una cárcel. «Yo me siento muy mal de los nervios porque me acuesto a dormir esperando que me vengan a decir que mi hijito se quitó la vida», dijo Beatriz Conde, su madre.
En enero de 2023, Beatriz denunció que en la prisión carecían de los medicamentos para el padecimiento de su hijo, que este no soportaba la prisión y que escuchaba voces que le decían que se suicidara.
«Yo fui el día 6 de enero a ver a mi hijo, lo encontré muy ansioso y muy alterado. Le miré la cabeza y tenía pérdida de pelo», declaró la cubana.
Con preocupación, Beatriz llamó al Penal y se dirigió a Atención a la Ciudadanía para solicitar que una comisión médica lo evaluara. Le respondieron que a Abel le habían recetado Carbamazepina, medicamento indicado para pacientes que convulsionan por epilepsia, pero no le habían suministrado antidepresivos.
Dos meses después, la familia contó que Yuliesky Méndez Montero, segundo jefe de la Unidad del Penal de Quivicán, agredió al joven: «Lo metió contra una reja y le provocó varios hematomas; los vi, que soy su madre, porque soy su testigo», dijo Beatriz. Fue acusado de resistirse a los oficiales y trasladado a una celda de castigo donde tuvo que dormir una semana en el suelo.
La madre dijo haber entregado una queja formal contra el oficial en la Fiscalía Militar de la Región de Güines y añadió que presentará otro reclamo por maltrato físico ante la Dirección Nacional de Establecimientos Penitenciarios del Ministerio del Interior en La Habana.
«Responsabilizo desde la Policía de Güines, a la Seguridad del Estado y el jefe de la prisión. Les he estado advirtiendo hace rato que a mí nadie se me pare a decirme que al chiquito le pasó algo, porque cuando yo me paré en la Fiscalía de la Región, a mí se me dijo que a ese niño nadie lo iba a tocar. Responsabilizo en este país a todo el que ha tenido que ver con él, con la vida de mi hijo», afirmó.
En abril de 2023, el preso político envió una misiva a su madre en la que expresaba su deseo de quitarse la vida si lo seguían acosando en la cárcel. «Mamá, lo siento, te amo con toda el alma, pero si me echan un día más sin haber hecho nada, te juro que me voy a quitar la vida… ya estoy cansado de tanto sufrimiento», escribió.
Abel ha intentado suicidarse dos veces desde su encarcelamiento. Su hermano, Guillermo Sierra Conde, considera que el último intento fue debido a los golpes que le dio el segundo jefe de la Unidad, Yuliesky Méndez Montero.
«Mi hermano ha intentado quitarse la vida siete veces, cinco desde chiquitico y dos estando preso. En la prisión, después de haberse intentado ahorcar, lo impidieron los mismos guardias, lo llevaron con unas chaquiras [cadenas en manos y pies] para una litera, lo acostaron y le cayeron a golpes con el tablón de debajo de la litera. Ahí lo volvieron a meter para una celda de castigo», declaró Guillermo Sierra Conde a ADN Cuba.
La Seguridad del Estado también hostiga a Beatriz por las publicaciones de Guillermo que exigen la libertad de su hermano.
«Tienen más de diez presos cuidándolo día y noche, porque saben que se va a matar de verdad, entonces tienen miedo de que se mate. Pero no le hacen un peritaje médico donde hay que hacerlo, en una clínica psiquiátrica; ahí es donde se hace un peritaje médico con una comisión completa de médicos», apuntó.
En agosto último, Beatriz Conde volvió a denunciar otra violación a los derechos humanos de su hijo encarcelado. Abel está sufriendo crisis de asma y de gastritis crónica en la prisión sin recibir atención médica ni medicamentos. Su madre relató que las crisis de asma han regresado luego de años sin sufrirlas debido a las condiciones en la prisión.
«No tiene un spray de Salbutamol, no le están dando atención médica, no le sacan un botiquín, no lo llevan a ninguna parte», afirmó. Tampoco le han suministrado Omeprazol, Ranitidina ni otro medicamento para los padecimientos de la gastritis.
En una visita el pasado 15 de agosto, Beatriz lo encontró sumido en una crisis depresiva sin atención psiquiátrica ni medicamentos.
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