La narrativa en torno a las protestas del 11 de julio (11J) en Cuba cambia con los días. El discurso oficial pasó del llamado al enfrentamiento directo a intentar disminuir la magnitud del estallido social. De calificativos como «disturbios» y considerar «delincuentes» y «mercenarios» a los participantes, los principales líderes políticos del país pasaron a reconocer cierta heterogeneidad en los manifestantes, siendo algunos, incluso, «revolucionarios confundidos». Se niega la violencia estatal, las detenciones arbitrarias y los juicios sin garantías procesales que han ocurrido después. Los pronunciamientos de «orden de combate» desescalaron hasta llegar a abogar por el entendimiento y el diálogo en los barrios.
Las protestas del 11J se vivieron en dos escenarios: el de la calle y el virtual. En las redes sociales, recurso clave para la expansión de las manifestaciones y su visibilización, han circulado también informaciones no verificadas y descontextualizadas que intentan extender los hechos más allá de la realidad para dar una idea de acontecimientos más prolongados en el tiempo; incluso, desde reconocidos medios internacionales.
El carácter espontáneo de las protestas, la falta de experiencia en Cuba en estos eventos —en más de sesenta años no había ocurrido nada de esta magnitud—, los cortes de Internet, la manipulación del discurso público y la alta polarización política de la sociedad cubana, dentro y fuera del país, favorecen la desinformación.
Los hechos, vistos en perspectiva, contribuyen a evitar la manipulación de la historia o desaparecer los obstáculos impuestos al derecho a la protesta pacífica. Las causas que originaron el estallido permanecen latentes y algunas de ellas están a la vista. Organizar los registros, fechas, fuentes, declaraciones y otros datos relevantes sobre lo ocurrido este julio en Cuba, permitirá sacar lecciones que puedan promover, en el futuro, nuevos mecanismos políticos para encauzar el disenso y gestionar públicamente la crisis.
Primero, te proponemos un repaso por las principales zonas del país donde los ciudadanos salieron a las calles para comprender el alcance espacial y la heterogeneidad de lo que ocurrió en la isla el 11 de julio de 2021.
También ponemos a tu disposición una lista de videos verificados que se compartieron en redes sociales para facilitar la búsqueda.
Además, organizamos los principales hechos en torno a las recientes protestas en una la línea de tiempo que va desde el día 11 al 30 de julio. Aunque los principales acontecimientos ocurrieron el 11, durante todo el mes, y todavía hoy, se puede afirmar que continúa la estela de acciones derivabas de esos hechos. No es un asunto cerrado.
Tuvimos en cuenta tres actores: la ciudadanía en Cuba, el Estado cubano y actores internacionales.
Esperamos que estas herramientas sean útiles para comprender el 11 de julio en su complejidad, con realidades tan múltiples como los participantes. Si crees que debemos añadir otra información, o deseas contribuir con algún registro gráfico de tu localidad, te invitamos a dejarlo en los comentarios.
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Yurisbel Martínez Suárez