Foto: Sadiel Mederos.
Nueva exención arancelaria a materias primas e insumos: ¿resolverá el problema alimentario en Cuba?
22 / noviembre / 2024
Durante la Asamblea del Poder Popular que se realizó en diciembre de 2023, el primer ministro Manuel Marrero dijo: «el problema de Cuba es que no producimos alimentos y la producción agropecuaria está en su mayoría en manos del sector no estatal». Para cualquiera que hiciera una lectura rápida de la frase, la conclusión sería: en Cuba no se come por culpa de los privados.
Pero lo que no dijo Marrero fue que los campesinos están hartos. Entre robos, venta de insumos en divisas, falta de fuerza laboral, irregularidad en el acopio, limitaciones para la comercialización, bajos precios de compra estatal e inflación, no hay campo que produzca ni trabajador que se motive.
El paquete de las «63 medidas para dinamizar la agricultura» de 2021 muy poco ha cambiado el panorama productivo del país. Ante esa realidad, el Gobierno toma otras medidas que tampoco son suficientes.
Exoneraciones a aranceles
El jueves 21 de noviembre la Gaceta Oficial de Cuba publicó la Resolución 329/2024, la cual establece que los actores económicos estatales y no estatales en Cuba podrán importar mercancías destinadas a procesos productivos o para garantizar esas producciones sin pagar impuestos aduaneros hasta el 31 de diciembre de 2025.
Las materias primas y productos beneficiados con la exoneración arancelaria incluyen fertilizantes, plaguicidas, piensos y medicamentos veterinarios.
De acuerdo con el diario Granma, el cambio en la legislación responde a la necesidad de ajustar disposiciones anteriores —como la Resolución 7/2024— que redujo a la mitad los impuestos para proyectos aprobados. Según el medio oficialista, la disminución del cobro de dicho impuesto representó un «sacrificio fiscal» de 25 millones de CUP.
Para acceder al nuevo beneficio arancelario, las empresas deben presentar una solicitud formal al ministro de Finanzas y Precios. Los requerimientos para efectuar el trámite, que no aparecían en la Resolución 7, han sido dispuestos por la Resolución 328/2024, publicada en igual edición de la Gaceta Oficial.
Entre los documentos requeridos figuran los datos de las empresas importadoras y destinatarias, contratos internacionales de compraventa, detalles de las mercancías, y una fundamentación del uso de estos insumos en procesos productivos. Además, es obligatorio detallar los productos resultantes y el lugar donde se desarrollarán las actividades productivas.
El plazo con el que contarán las autoridades para evaluar las solicitudes es de 15 días naturales. Si la documentación está incompleta, se devuelve al solicitante, quien dispone de siete días para subsanarla. De no hacerlo en ese tiempo, la solicitud será desestimada.
Quienes se beneficien de la exoneración deberán presentar cada cuatrimestre un informe con el análisis cualitativo y cuantitativo del impacto, que incluya la incidencia en la reducción de precios. Puede interpretarse que el Gobierno espera una reducción general de los costos para la población de los alimentos producidos y comercializados en Cuba, tanto en el mercado estatal como privado. Sin embargo, la norma no especifica un porcentaje o meta concreta para estas rebajas.
Al referirse a la aprobación de las nuevas resoluciones, Vladimir Regueiro Ale, titular de Finanzas y Precios, se alejó de la retórica recurrente del Gobierno cubano que suele señalar al sector privado por distorsiones e irregularidades. En cambio, reconoció que en la generalidad de los casos que aplicaron a la reducción del 50% (Resolución 7/2024), los insumos importados se destinaron a los procesos productivos que se señalaron al solicitar el beneficio.
Entre enero y junio de 2024, el Estado cubano apenas destinó el 2.45 % del presupuesto estatal a la agricultura. Por esta razón, enfrenta críticas de economistas y expertos que, además de la falta de inversión, cuestionan el modelo de propiedad.
Sin embargo, las autoridades insisten en mantener mecanismos centralizados de gestión y el control estatal sobre el comercio exterior, mientras debe importarse más del 80 % de la canasta básica y los precios de los alimentos continúan subiendo.
Medidas insuficientes
Durante un debate en CubaXCuba, al referirse a la Resolución 7/2024 el economista Pedro Monreal aseguró que la crisis agropecuaria de Cuba no será resuelta por ningún arancel. Indicó que a mediano y largo plazo se necesita una reforma que va mucho más allá de las «63 medidas». A corto plazo requiere materias primas y bienes intermedios que deberían ser importados principalmente por el Estado.
«En 2013-2014, años “normales” del agro cubano, se llegó a importar anualmente 175 millones USD de abonos y 100 millones USD de herbicidas. Las razones por las que no se importan hoy es que un porciento alto de los productores cubanos no puede pagarlas en divisas», explicó Monreal.
El acceso a las divisas ha sido un problema para los campesinos cubanos que el Estado parece desconocer; o peor, ignorar.
Un reportaje reciente del periódico local Escambray señaló cómo los campesinos espirituanos deben comprar en dólares los insumos que necesitan: «fertilizantes, productos químicos, maquinaria, implementos».
Aunque muchos «resuelven» a través del sector privado, la mayoría de los recursos se venden en divisas por el Grupo Empresarial de Logística del Ministerio de la Agricultura (GELMA). «Es un esquema que transfiere el riesgo cambiario a productores ya agobiados con otros problemas», dijo Monreal.
Incluso en sectores «priorizados» por sus ingresos por exportación, como la producción tabacalera, el Estado «exprime» a los productores.
Según un reporte de 14yMedio, a mediados de 2024, Tabacuba vendió 13 tractores chinos a vegueros de Pinar del Río por 26 000 dólares cada uno. Ese precio triplica su valor en el mercado internacional ($10 000) y hasta seis veces más que el costo mayorista, según la página de venta Alibaba. Los tractores solo pudieron comprarlos quienes recibieron pagos en MLC provenientes de la venta de tabaco.
Héctor Domínguez Treto, director de la UEB integral de Logística adjunta a GELMA en Sancti Spíritus sugirió que los campesinos parecen estar disminuyendo las compras en esa tienda estatal.
«En los inicios venían 30 o 40 [productores] diariamente, ahora llegan 8 o 10, en dependencia del producto. Unos se llevan una tonelada; otros, un saco. A veces se unen y en una sola tarjeta ponen el dinero y viene uno y compra para todos. Lo que más ha salido son fertilizantes, como urea y NPK, herbicidas; también gomas y machetes, vendidos a más de dos dólares», dijo al medio espirituano.
Dada la falta de oferta estable en el mercado cambiario estatal, los productores deben acudir al mercado informal para obtener los dólares que necesitan y esa inversión se suma luego al precio de los alimentos.
La exención de aranceles por importaciones de materias primas/bienes intermedios asume que un incentivo de comercio exterior lograría contrarrestar el impacto negativo que la situación monetaria y cambiaria tiene en la producción agropecuaria, pero nadie produce para perder.
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