Foto: elToque
Sin pastillas ni saneamiento: ¿Cómo afecta la crisis económica la expansión del virus oropouche en Cuba?
8 / agosto / 2024
Jorge es chófer, tiene 55 años y reside en La Habana. Acudió al Hospital Universitario «General Calixto García» por insistencia de su mujer. Llevaba días con dolor en los ojos, decaimiento y diarrea. También tuvo una erupción en la piel. Sospechaba que tenía dengue, pero al llegar al centro hospitalario el diagnóstico fue otro, fiebre de oropouche. Luego, lo enviaron de regreso a su casa.
«Me dijeron que tomara té de raíces y té negro. Ahora mandan medicina verde porque no hay pastillas en las farmacias», explica a elTOQUE. «Después [del diagnóstico] no se han realizado acciones de saneamiento en mi barrio. Yo vivo por El Lido. Aquí, o te adaptas a la basura y a las aguas de fosa, o te vuelves loco».
El virus oropouche (OROV) está presente en las 15 provincias del país, según informó la doctora Carilda Peña García —viceministra del Ministerio de Salud Pública (Minsap)— el miércoles 31 de julio de 2024.
Tal como alertó la Organización Mundial de la Salud a principios de junio, la isla se ha convertido en un foco de propagación internacional del virus, al ser un destino turístico. Al menos diez personas se contagiaron tras visitar Cuba, según el Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades (ECDC). Los casos están distribuidos entre España, Italia y Alemania.
El virus oropouche llega a Cuba en un momento de profunda crisis económica que tiene repercusiones directas en la sostenibilidad de la vida.
Diagnóstico y seguimiento:«Hoy todavía no sé qué fue lo que tuve»
María Aurora, de 45 años, acudió al Hospital General Docente «Iván Portuondo» en San Antonio de los Baños, La Habana, tras tener fiebre, dolor de cabeza y decaimiento. Para Aurora, la atención en el centro fue «deficiente». Los médicos, sobrecargados con el número de pacientes, no podían seguir los casos de manera adecuada.
«Me sentí como un número más en una lista que no iba a resolver nada», comenta. «Ni siquiera me hicieron la PCR. Me sentí abandonada después de la consulta, sin ningún tipo de seguimiento. Hoy todavía no sé qué fue lo que tuve», dijo en conversación con elTOQUE
Elena, de 28 años, acudió a un centro médico en La Lisa porque tenía tos y fiebre. No le hicieron la prueba de PCR porque «no era necesario», según le dijeron. Aun así, le diagnosticaron fiebre de oropouche. No tuvo seguimiento después de la consulta.
Existen dos elementos que la OPS y la OMS han calificado de «esencial» en la prevención y atención del virus oropouche y sus transmisores (el jején Culicoides y mosquito Culex). A saber: el diagnóstico de laboratorio para la confirmación de los casos y la caracterización del brote y el seguimiento de la tendencia de la enfermedad.
En junio de 2024, el Minsap anunció la activación del sistema sanitario ante la expansión de la fiebre de oropouche y el aumento paralelo de los casos de dengue. Pero el Gobierno de la isla no detalló cuál es su plan de acción.
La falta de detalles en relación con las medidas levanta algunos cuestionamientos. Se trata de un país donde existe una reducción de más de 12 000 médicos en 2022, según datos de la Oficina Nacional de Estadística e Información (ONEI). Una cifra que va en ascenso debido a la persistente ola migratoria.
El proceso de diagnóstico del virus oropouche consta de tres partes. (1) Una valoración clínica basada en la sintomatología del paciente (fiebre alta, cefalea, diarrea, vómitos y dolores musculares intensos); (2) la evaluación definitiva mediante pruebas moleculares de RT-PCR; y (3) un análisis metagenómico para conocer si entre la población infectada existen diferentes cepas o mutaciones del virus.
La falta de reactivos en el país —causa de reiteradas denuncias en los últimos años— podría condicionar los diagnósticos y, por lo tanto, la obtención de registros inexactos. Sobre todo, porque las autoridades sanitarias han afirmado que los síntomas del virus oropouche se confunden con otras infecciones co-circulantes.
En agosto de 2022, José Ramón León denunció en redes sociales la situación de su hija, una menor de edad ingresada en el Hospital Pediátrico Docente Centro Habana a causa de un dengue hemorrágico. Según explicó, la falta de reactivos imposibilitó seguir con los estudios y el debido tratamiento. «Faltan pruebas por terminar, los médicos quieren, pero en verdad no pueden», precisó. La publicación recibió cientos de comentarios de usuarios que describieron situaciones similares en otras localidades del país.
Las autoridades han achacado el déficit sostenido de insumos médicos a la falta de divisas; lo cual, según el oficialismo, ha impactado en el volumen de las importaciones y en el presupuesto que asigna el Estado al sector de la Salud. Cuba gastó cerca de 372 400 000 USD en la compra de productos farmacéuticos entre 2018 y 2021. Del total de insumos, el 25.9 % eran reactivos de laboratorios.
Desde que se conocieron los primeros casos de fiebre de oropouche, el doctor Francisco Durán ha reiterado que el tratamiento para el virus es sintomático; es decir, «se basa en aliviar el malestar del paciente». No existe un tratamiento específico, solo medidas generales para disminuir los síntomas.
Sin embargo, el actual contexto sanitario de la isla no garantiza que los ciudadanos tengan acceso a los medicamentos que necesitan. Sobre todo, en las zonas más alejadas del país.
«El policlínico estaba lleno. Tuve que esperar una hora para ser atendido en el Cuerpo de Guardia. Los pocos médicos hacen lo que pueden, pero no es suficiente. Me sentí desesperado, ellos también estaban cansados. Parece que el virus lo tiene todo el mundo», dijo a elTOQUE Carlos Alberto, de 32 años, de Bauta, Artemisa.
«Me dijeron que tomara ibuprofeno, mucha agua, gelatina, y si encontraba, té de cereza. Pero no encontré el té en ninguna parte», agregó.
«Me recetaron dipirona y colirio de gentamicina para el dolor de los ojos, obviamente no pude encontrarlos en ninguna farmacia de mi zona», cuenta Luisa, vecina de 50 años del capitalino La Lisa. «Tuve que recurrir a amigos para conseguirlo, lo cual fue muy estresante».
En julio de 2024, la doctora Daritza Rodríguez Olivares, responsable del Programa de Atención Materno Infantil en Santiago de Cuba, compareció en el canal oficialista Tele Turquino para alertar sobre padres que suministraban a sus hijos «té de diversas plantas» para prevenir el contagio. El consumo de las plantas —algunas de naturaleza tóxica— puede agravar el estado de los menores de edad y devenir ingreso en cuidados intensivos.
Cuba tiene afectada la línea de producción de antihipertensivos, antiarrítmicos, citostáticos, anticonceptivos, orales, antibióticos, antiparasitarios, psicofármacos y antialérgicos hace años. En julio de 2022, el 38.4 % de los medicamentos del Grupo Empresarial BioCubaFarma no se encontraban disponibles. Las autoridades anunciaron un restablecimiento para 2023, pero no especificaron en qué cantidades o cuándo se terminaría de cubrir el déficit. Sin embargo, 2023 sería conocido como uno de los años más complejos para el sistema sanitario cubano. José Ángel Portal Miranda, titular del Minsap, reconoció la crisis sistémica del sector. Situación que —a entender de Portal Miranda— continuaría hasta 2024.
Entre la basura y las aguas de fosa. La propagación acelerada del virus
La viceministra Carilda Peña García, durante la comparecencia del 4 de junio de 2024, habló sobre la diferencia entre el Aedes aegypti, transmisor del dengue, y el mosquito Culex. Mientras que el primero vive dentro de la vivienda y en aguas limpias, el Culex se posa en los charcos, zanjas y arbustos, lo que dificulta su control y erradicación
La Oficina de Regulación y Seguridad Ambiental (ORSA) también comunicó sobre medidas de control vectorial enfocadas —principalmente— en la eliminación de los lugares de desarrollo y reposo del mosquito (acciones de drenaje de colecciones de agua y charcas y la eliminación de la maleza alrededor de los predios). Hay que eliminar los focos, pero ¿cómo hacerlo en un país donde la acumulación de residuos y la insalubridad es enorme?
Un dosier del Observatorio Cubano de Auditoría Ciudadana reveló que en la capital cubana se acumula a diario más de 7 600 metros cúbicos de basura en espacios públicos cercanos a las viviendas y centros que los generaron. «Es el equivalente a algo más de tres piscinas olímpicas de basura por día», refiere el informe. Como promedio, solamente se recoge el 68 %.
En julio de 2024, datos de la Dirección Provincial de Servicios Comunales de La Habana alertaron sobre la acumulación de basura a un ritmo de 30 108 metros cúbicos diarios. Una cifra superior a los 23 814 metros cúbicos por jornada que generaba el territorio en 2023, de los cuales el 69 % provenía de los servicios y desechos domiciliarios.
«Es muy grande la falta de higiene ambiental, los basureros en casi todas las esquinas, las aguas albañales por el mismo estilo, no se fumiga, escasez de medicamentos, no siempre la atención médica es la mejor, muy difícil para los cubanos la situación de salud», comentó una usuaria en una nota del portal oficialista Cubadebate sobre la fiebre de oropouche.
«Nos quieren culpar de lo que está pasando», comentó un usuario a elTOQUE. «Las autoridades son las primeras irresponsables, ¿cuándo van a fumigar?», dijo.
El oficialismo asegura que la situación con la basura es «un problema compartido». La viceministra del Minsap dijo el 31 de julio de 2024: «si yo quiero, en mi casa no hay mosquitos».
Onelio de Jesús Ojeda López, director de Servicios de Comunales de La Habana, en un artículo del periódico Granma colocó la culpa en la «indisciplina creciente de la ciudadanía». El funcionario mencionó «actitudes» como el amontonamiento de cajas de pollo cerca de negocios no estatales y el incumplimiento de los horarios para botar la basura.
Sin embargo, Ojeda no pudo dejar de mencionar la baja disponibilidad técnica de los equipos para la recogida de desechos, hoy al 57 % de su capacidad en la capital.
Entre 2018 y 2019, Cuba recibió, gracias a una donación japonesa, 100 camiones colectores, 40 de volteo, 25 minicargadores, 50 podadoras de motor dirigidas, 25 motosierras y 15 camionetas. En 2023, los camiones —marca Hino— empezaron a presentar averías en partes, piezas y agregados, sin posibilidades de encontrar soluciones rápidas. Según explicó Ojeda López, la empresa suministradora se marchó de la isla y, debido al bloqueo, no hay insumos para la reparación de los equipos.
La causa de la basura en las calles cubanas responde a varios factores. A saber: la limitada existencia de vehículos colectores; la falta de contenedores; malas prácticas de las empresas estatales de Comunales; que se priorizan zonas céntricas y turísticas; y la desidia de los órganos rectores de Salud y de los Gobiernos provinciales y locales.
Un análisis del portal Martí Verifica refiere el impago de entidades estatales a los trabajadores contratados para el saneamiento de los espacios públicos; lo cual, sumado al alza de los precios de la gasolina y el diésel y el cambio del régimen de tributación, hace que cada vez menos personas se encarguen de las labores de recogida de la basura y los escombros.
Una «lucha antivectorial» sin combustible
El doctor Fransisco Durán habló de las limitaciones en las campañas de fumigación producto de la falta de combustible e insecticidas en el país.
La situación no es nueva. En marzo de 2024, el doctor Leonel Heredia Carpintrú, subdirector de epidemiología del Centro de Higiene, Epidemiología y Microbiología de Guantánamo, catalogó de «deficientes» los recursos para realizar las campañas antivectoriales. «Carecemos de petróleo, gasolina, insecticidas, de los equipos de fumigación», dijo en conversación con el diario local Venceremos.
Las limitaciones económicas del país y las condiciones climatológicas de la temporada junio-noviembre son la combinación perfecta para el desarrollo del mosquito Culex.
El doctor Durán resaltó en una nota del Minsap el 24 de junio de 2024 que «lo más importante» para frenar la ola de contagios era la «participación y cooperación de la población». Habló de «apoyar y realizar iniciativas propias de saneamiento en viviendas, centros laborales y sus alrededores; así como contribuir con los operarios de la campaña en cada localidad ante la ejecución de acciones de tratamiento focal y adulticida».
Radio Revolución, emisora de Santiago de Cuba, incluía otras recomendaciones. A saber: el uso de mosquiteros y de ropa adecuada para prevenir las picaduras y repelentes. No obstante, indicaba que las medidas, aunque vitales, no eran suficientes. Aris Arias Batalla, responsable de Operaciones y Socorro de Cruz Roja en la provincia oriental, recomendaba a «posibles pacientes» en un post de Facebook ingerir abundantes líquidos (agua, jugos, batidos, refrescos, gelatinas y caldo de pata de gallina) «para mantener niveles estables de plaquetas en sangre».
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