Foto: Ernesto Verdecia

«Deltacron» y «flurona» no son nuevas variantes del SARS-CoV-2

12 / enero / 2022

En los últimos días se han expandido numerosas desinformaciones en las redes sociales y los medios de prensa sobre la aparición de supuestas nuevas variantes del virus del SARS-CoV-2. Han recibido los nombres «deltacron» y «flurona».

Sin embargo, los expertos han explicado en qué consiste cada una y han desmentido los titulares engañosos. No son nuevas variantes del coronavirus que produce la enfermedad de la COVID-19.

Así lo confirmó en días recientes en Twitter Maria Van Kerkhove, líder técnica de la respuesta a la pandemia de la COVID-19 de la Organización Mundial de la Salud (OMS), al solicitar que no se empleen los términos deltacron, flurona ni flurone en relación con la actual pandemia. «Estas palabras implican la combinación de virus y variantes y esto no está ocurriendo», subrayó la especialista.

El reconocido doctor en Ciencias Biológicas Amílcar Pérez Riverol ha catalogado el surgimiento y expansión de las denominaciones como «otro invento para titulares».

¿Por qué surgen estos términos y qué refieren? ¿Existen motivos para temer? ¿Cuáles son las variantes del SARS-CoV-2 reconocidas de forma oficial por los organismos sanitarios internacionales?

«DELTACRON»: SOLO UN ERROR DE LABORATORIO

Fue la Universidad de Chipre la que reportó el supuesto hallazgo, tras la identificación de «25 casos de infección», según explicó el profesor de Biología de la Universidad de Chipre y director del Laboratorio de Biotecnología y Virología Molecular Leondios Kostrikis.

Este fue el experto que la definió como una nueva variante portadora de la firma genética de ómicron y los genomas de delta, lo cual dio origen al nombre.

Sin embargo, el miembro del comité de expertos de Atenas, Gkikas Magiorkinis, ha asegurado que «los primeros análisis independientes muestran que se trata de un error técnico del laboratorio chipriota en el proceso de lectura del genoma».

La epidemióloga Van Kerkhove respaldó lo anterior al sostener que «deltacron» es una probable contaminación durante la secuenciación.

Mientras, el Dr. Pérez Riverol explicitó en su más reciente publicación sobre el tema el 9 de enero de 2022 que «hasta que algún dato sólido muestre lo contrario, NO EXISTE».

«Toda la evidencia disponible hoy indica que “deltacron” es el resultado de una contaminación en el secuenciamiento, lo cual por cierto es común en laboratorios de Biología Molecular. Las 25 secuencias depositadas sobre esta supuesta cosa con nombre de Transformer no se agrupan en un clúster que sería lo esperado para una nueva variante», apuntó el especialista.

FLURONA: NI NUEVA VARIANTE NI MÁS MORTAL

«Flurona» es el nombre que ha recibido el fenómeno del doble contagio con el virus del SARS-CoV-2 y la influenza, de forma simultánea. El término se extendió a partir de que el Ministerio de Sanidad de Israel confirmase el 2 de enero de 2021 un caso de esta coinfección.

Sobre el fenómeno, el Dr. Pérez Riverol ha destacado: «No es una nueva variante de SARS-CoV-2. No es un híbrido entre el SARS-CoV-2 y el virus influenza. No es un nuevo supervirus». Y lo ha resumido como «apenas una coinfección por dos virus respiratorios que están circulando simultáneamente».

Al respecto resulta preciso aclarar que no es la primera vez que se observa la ocurrencia de un contagio múltiple. En abril de 2020 el Hospital Clínico de San Carlos en Madrid, España, notificó el caso de una paciente que fue positiva para el SARS-CoV-2 y el virus de la influenza A. También en diciembre de 2021 se notificaron casos similares en Galicia. Además de los citados, hace dos años también se detectaron pacientes con el doble contagio en Estados Unidos.

Por ahora estos casos de coinfección no son frecuentes, según señaló África González, catedrática de Inmunología en la Universidad de Vigo, España. Aunque, en el criterio de los expertos no se trata de un fenómeno extraordinario, sino que es un efecto lógico de la pandemia.

Antes incluso de finalizar 2020, la residente de Medicina Preventiva y Salud Pública del Hospital General Universitario Gregorio Marañón, Elena Plans Beriso, publicó en la Revista Española de Salud Pública un artículo en el que destacaba que el virus de SARS-CoV-2 «convive con la circulación de otros microorganismos respiratorios», tales como el virus influenza (A y B), que es el que causa la gripe en su período estacional.

El microbiólogo José Antonio López Guerrero, director del Departamento de Cultura Científica del Centro de Biología Molecular Severo Ochoa y director del Grupo de Neurovirología de la Universidad Autónoma de Madrid, ha explicado que es temporada de gripe en todo nuestro hemisferio y que la infección mixta «se dará a menudo», aunque serán «casos poco detectables»; habría que buscar en particular el genoma del virus de la gripe y, lo normal, ante un resultado positivo al coronavirus es dejar «de buscar otros patógenos», por lo que las infecciones mixtas no se están diagnosticando.

NO HAY QUE TEMER, SOLO HAY QUE CUIDARSE

Lo fundamental es que los expertos enfatizan que no hay motivo para alarmarse. Las medidas para hacer frente al coronavirus, como el uso de mascarilla, el distanciamiento social, la ventilación de los espacios cerrados y la vacunación, son eficaces para proteger a todos contra los virus respiratorios que circulan.

La posibilidad de la coinfección antes descrita no tiene por qué resultar más grave. Su afectación puede ser más o menos significativa según cada paciente, sus patologías previas del paciente, estado inmunitario, edad o carga viral, de acuerdo con el microbiólogo José Antonio López.

El llamado de los expertos es a la vacunación tanto contra la COVID-19 como contra la gripe, de ser posible, para evitar los casos más graves.

Maria Van Kerkhove reafirmó que las vacunas son increíblemente útiles para proteger contra la enfermedad grave y la muerte; que es importante que los países tengan sistemas capaces de detectar casos y aplicar pruebas y de garantizar que las personas sigan las vías de atención clínica; y que todos debemos cumplir con la responsabilidad personal de mantenernos a salvo.

La OMS sostiene en su sitio oficial que «las estrategias y las medidas que recomienda siguen funcionando contra las variantes del virus detectadas desde el comienzo de la pandemia. Se ha demostrado en muchos países con amplia transmisión de variantes preocupantes que las medidas sociales y de salud pública, como las de prevención y control de la infección, reducen eficazmente el número de casos, hospitalizaciones y muertes por COVID-19».

VARIANTES DEL SARS-CoV-2 RECONOCIDAS POR LA OMS

La OMS reconoce como variantes de interés (VOI, por sus siglas en inglés) aquellas que presentan cambios en el genoma y afectan características del virus como su transmisibilidad, la gravedad de la enfermedad que causa y su capacidad para escapar a la acción del sistema inmunitario, ser detectado por medios diagnósticos o ser atacado por medicamentos. Además, son las que dan lugar a una transmisión significativa en medio extrahospitalario o causan varios conglomerados de COVID-19 en distintos países. Solo dos cumplen hasta el momento con estos requisitos:

1. Lambda (C.37)

2. Mu (B.1.621)

El organismo internacional designa como variante preocupante (VOC, por sus siglas en inglés) a las que cumplen con los referidos criterios de una VOI y que, además, se asocian a uno o más de los siguientes cambios en un grado que resulte significativo para la salud pública mundial:

-Aumento de la transmisibilidad o cambio perjudicial en la epidemiología de la COVID-19; o

-Aumento de la virulencia o cambio en la presentación clínica de la enfermedad; o

-Disminución de la eficacia de las medidas sociales y de salud pública o de los medios de diagnóstico, las vacunas y los tratamientos disponibles.

En ajuste a lo anterior, las variantes preocupantes designadas por la OMS hasta noviembre de 2021 son:

1. Alpha (B.1.1.7)

2. Beta (B.1.351)

3. Gamma (P.1)

4. Delta (B.1.617.2)

5. Ómicron (B.1.1.529)

La OMS declara que, junto a sus redes internacionales de expertos, mantiene un seguimiento de los cambios que experimenta el SARS-CoV-2 para que, en caso de que se detecten sustituciones significativas en aminoácidos, se pueda informar a los países y a la población acerca de las medidas que se deben adoptar ante una variante para prevenir su propagación.