«El fallo en la seguridad fue obvio y ha habido mucha improvisación durante la emergencia», aseguró Amauris Betharte Chapeaux, ex inspector de Seguridad Química, sobre el incendio en la Base de Supertanqueros de Matanzas —aún incontrolable— durante una trasmisión en vivo de elTOQUE. En sucesos como este no se puede hablar de un solo factor desencadenante de la tragedia, sino de una cadena en la que también influye la inefectividad de la respuesta de las fuerzas implicadas según los protocolos descritos —agregó Betharte.
Varias experiencias inmediatas pueden extraerse tras el accidente. Una de ellas se centra en la necesidad de invertir en la seguridad, aunque los recursos del país sean escasos. «Es inaceptable que empresas que tienen años de explotación tengan una gestión de la seguridad tan precaria y deficiente», comentó Amauris Betharte sobre este particular.
En segundo lugar, la sociedad cubana debe exigir que el Gobierno haga público, como está estipulado en la ley nacional, el informe sobre el siniestro; también que dé a conocer cuál era la implementación del sistema de seguridad que tenía la empresa de supertanqueros. «Tenemos el derecho de conocer qué sucedió, qué falló, quiénes son los responsables», dijo Betharte.
Asimismo, Michel Fernández, ex asesor jurídico de la Oficina de Regulación Ambiental y Seguridad Nuclear, insistió en prestar atención al escenario que vendrá después del accidente. En específico, ello servirá para educar en la necesidad de que los cubanos tengan acceso a información verídica, confiable y oportuna sobre las cuestiones que los afectan.
«Por desgracia, a pesar de que estas cuestiones están previstas en la ley, no se implementan. Es imprescindible que haya cambios profundos en la estructura del sistema económico cubano que le dé autonomía y responsabilidad a las empresas para que decidan cómo van a invertir su capital también en temas de seguridad», especificó Fernández.
¿Quiénes son los responsables de certificar que el sistema de seguridad funcione correctamente en estas instalaciones?
El Decreto Ley 309 «De la seguridad química» es claro en este sentido: el responsable primario en una instalación de peligro mayor es el operador. «La responsabilidad no se puede desplazar hacia otros sujetos que no están en el lugar. Entonces, la Base de Supertanqueros es la máxima responsable de garantizar todas las condiciones de seguridad para el ejercicio de su función social. La responsabilidad no es del Cuerpo de Bomberos ni del Citma [Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente] ni de la Defensa Civil», agregó Michel Fernández. Desde el primer momento, además, se percibió que la magnitud del suceso superaba la capacidad de respuesta.
Por otro lado, quedan preguntas que solo se responderán si el Gobierno cubano publica el informe del siniestro: ¿funcionaba de manera correcta el sistema de pararrayos? ¿Se le había dado mantenimiento? ¿Había un diseño de respuesta en la Base de Supertanqueros para este tipo de catástrofe?
Sobre el personal que debe enfrentar estos accidentes, insistió Amauris Betharte Chapeaux en que debe contar con una preparación especializada; en ningún caso pueden ser bomberos inexpertos porque incurren en que no sepan sobre las consecuencias o mejores maneras de actuación. «En casos de esta magnitud no se puede improvisar», dijo.
Michel Fernández conversó sobre lo imprescindible que era que los bomberos contaran con la técnica y recursos adecuados. «La capacidad tecnológica ha sido menor que la potencia del incendio», agregó.
La transmisión completa se puede encontrar en el siguiente enlace.
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Mario Mho