El engaño de la «validación popular» en el sistema electoral cubano de la que presume Díaz-Canel
Raúl Castro y Miguel Díaz-Canel en La Habana (2018). Foto: Cubadebate.
Durante una reciente entrevista del comunicador brasileño Breno Altman realizada a Miguel Díaz-Canel en el Palacio de la Revolución, en La Habana, el gobernante cubano dijo varias desinformaciones, entre ellas, declaraciones ENGAÑOSAS relacionadas con el sistema electoral en la isla. Según Díaz-Canel, ningún candidato a un cargo político en el país puede ascender en la escalera del Estado cubano sin pasar por un proceso de validación popular.
«En Cuba, desde las comunidades se postulan los representantes del pueblo en los diferentes órganos de dirección del Estado y del Gobierno; en las Asambleas Municipales y en la Asamblea Nacional [del Poder Popular]. Y después el pueblo es el que vota. En Cuba nadie puede llegar a ser presidente, vicepresidente o miembro del Consejo de Estado si no fue aprobado en al menos una circunscripción y por una Asamblea Municipal del Poder Popular», afirmó (1.07.51 min.).
Estas declaraciones omiten la naturaleza restrictiva y controlada del proceso electoral cubano. En la isla, solo pueden formar parte del entramado gubernamental quienes respondan a los intereses del Partido Comunista de Cuba (PCC), la «fuerza dirigente superior de la sociedad y el Estado», según la Constitución.
En la práctica, ello implica que los candidatos, sin excepción, deben estar alineados con las políticas del PCC. Así, el concepto «representación popular» se convierte en propaganda política, ya que solo quienes están dispuestos a respaldar el sistema unipartidista tienen la oportunidad de ser postulados. No existe espacio dentro del proceso electoral para partidos u organizaciones políticas de opositores ni para voces disidentes, por lo que no hay pluralidad ni una verdadera competencia democrática.
«En regímenes totalitarios, las elecciones se convierten en una forma de legitimación externa y no son un mecanismo que garantice la participación popular, este es el caso cubano. Los procesos electorales son una demostración ante otros Estados y organismos internacionales del control político, y del consenso de la gente en torno al sistema. En ese sentido, tienen siempre una vocación plebiscitaria», se concluye en el artículo «Elecciones locales en Cuba: la abstención como protagonista en la jornada electoral del 27 de noviembre de 2022», de los investigadores Johanna Cilano Pelaez —de Amnistía Internacional— y Eloy Viera Cañive —director de elTOQUE Jurídico—.
En paralelo al control electoral, el Gobierno cubano mantiene una represión constante de la disidencia, como lo evidencian los centenares de presos políticos y los actos de persecución contra quienes se atreven a desafiar al sistema.
Un proceso electoral en el que el PCC decide todo
En Cuba, las personas que resulten electas a nivel barrial se convierten en «delegados de circunscripción», quienes usualmente se ocupan de tramitar quejas por problemas como el suministro de agua u otras situaciones comunitarias, pero con una muy limitada capacidad de gestión.
Como se explica en un artículo de elTOQUE Jurídico, el único espacio del sistema electoral en el que los cubanos pueden elegir entre dos personas es el más básico y que solo define el acceso a órganos sin verdadera influencia en la vida política del país o en sus localidades: las Asambleas Municipales del Poder Popular (AMPP). En los siguientes niveles, en todas las candidaturas, el número de puestos a elegir coincide con el número de nombres en la boleta. Ello incluye los presidentes y vicepresidentes de las AMPP, los diputados a la Asamblea Nacional, los miembros del Consejo de Estado y el presidente y vicepresidente del Gobierno cubano.
De los delegados municipales electos sale el 50 % de los aspirantes a delegados en Asamblea Provincial y a diputados de la Asamblea Nacional. El otro 50 % es propuesto directamente por comisiones de candidatura formadas por organizaciones afines al poder.
En teoría, la Asamblea Nacional del Poder Popular (Parlamento unicameral) elige al presidente del país. Sin embargo, el general de Ejército Raúl Castro, quien estuvo al frente del Consejo de Estado y de Ministros entre 2006 y 2018, afirmó que Miguel Díaz-Canel era el «único sobreviviente» de un grupo de jóvenes funcionarios que la cúpula del PCC preparó para que fueran sus sucesores, lo que indica una alta intervención y poder de decisión final sobre los procesos eleccionarios. En este video se puede observar la afirmación de Castro a partir del minuto 6:54.
En el texto «Tres cosas que debes saber sobre el sistema electoral cubano», publicado en el elTOQUE, se explica por qué en la isla «no se celebran elecciones, sino ejercicios de ratificación»; que «el Partido Comunista no postula ni elige porque no lo necesita», y que «no hay competencia, por eso se apela a la participación».
La falta de pluralismo y de libertad electoral
Jesús Delgado Valery, director ejecutivo de Transparencia Electoral, ha señalado que la falta de pluralismo democrático y la ausencia de un voto directo y secreto son las limitaciones principales de la participación política en Cuba.
«Hemos visto a personas que tenían intención de postularse como candidatos alternativos en las asambleas de nominación ser detenidos con cualquier excusa», comentó Delgado Valery. Para este experto, al impedir la participación de voces críticas, el poder se asegura la representación total.
Algo que diferencia al sistema electoral cubano de otros sistemas de regímenes autoritarios, como Venezuela o Nicaragua, es la existencia en estos países de múltiples Partidos. Si bien algunas de estas organizaciones son percibidas como satélites del oficialismo, Delgado Valery apuntó que otras veces el poder deja espacio para la competición electoral a nivel subnacional, como en alcaldías o gobernaciones locales, pero no para acceder a la presidencia.
En Cuba el control es más férreo. «Es un sistema totalitario que establece un Partido único, así que por ese lado está impedido el acceso al poder de todo ciudadano que tenga una visión alternativa», concluyó.
Según el programa DemoAmlat, que pertenece a la organización latinoamericana Transparencia Electoral, los comicios cubanos son fáciles de controlar por la Seguridad del Estado y por las organizaciones de masas del Gobierno en el poder, lo cual hace que candidaturas independientes rara vez prosperen.
Activistas que fueron excluidos del proceso electoral
No todos los cubanos pueden ser elegidos para asumir cargos políticos en la ANPP ni en sus instancias regionales.
En 2015, varios medios de comunicación internacionales publicaron la historia de dos opositores al Gobierno cubano que lograron ser nominados como candidatos a la Asamblea Municipal. Fueron el abogado independiente Hildebrando Chaviano y el informático Yuniel López, del partido Cuba Independiente y Democrática (CID).
Tanto Chaviano como López estuvieron bajo la presión de la Seguridad del Estado desde el momento en que fueron seleccionados como candidatos. Según sus testimonios, las autoridades cuestionaron cómo pudieron ser nominados en esa primera instancia.
Ambos activistas denunciaron irregularidades en el proceso. La única forma de promoción permitida por la Ley Electoral cubana es la publicación de la biografía del candidato. Esta biografía se coloca en un lugar visible dentro de los centros de votación y es aprobada por la comisión electoral correspondiente.
En el caso de Chaviano, su biografía aseguraba que se había unido a «grupúsculos contrarrevolucionarios», que recibía «adiestramiento en computación y periodismo en la Sección de Intereses de EE. UU. [representación diplomática estadounidense en La Habana], y que se dedicaba «a publicar artículos contrarrevolucionarios financiados por organizaciones del exterior». La de López afirmaba que mantenía «vínculos con organizaciones contrarrevolucionarias radicadas en el exterior», que no tenía empleo conocido y que realizaba «trabajos ilegales» de informática. Esta práctica estigmatizante podría indicar que las autoridades intervinieron para intentar desacreditar a los opositores y alterar el proceso eleccionario.
Finalmente, ni Chaviano ni López resultaron electos.
En el período electoral 2017-2018, el grupo #Otro18 intentó postular a los comicios municipales un total de 170 candidatos, de los cuales solo 53 aparecieron en registros públicos. El portavoz de esta plataforma ciudadana independiente, Manuel Cuesta Morúa, dijo a la prensa que algunos de los candidatos «fueron detenidos para [que no pudieran] acudir a las asambleas de nominación donde se iban a postular; a otros las autoridades municipales no les avisaron del día de la asamblea para que no se presentaran e, incluso, tampoco a sus vecinos más cercanos para que no se enteraran por otras vías».
Otros recibieron amenazas de la Seguridad del Estado. Según Cuesta Morúa, a cinco les «fabricaron delitos para evitar que pudieran entrar en el juego electoral». Y las actas de una reunión de nominación en Cienfuegos fueron adulteradas para cambiar el nombre del legítimo ganador.
Ninguno de los 170 miembros de #Otro18 fue nominado. Otras organizaciones que presentaron candidatos fueron Ciudadanos por el Cambio y el Movimiento Somos +.
Cuesta Morúa declaró que organizaciones independientes también propusieron candidatos a las elecciones de 2022. Uno de ellos fue el panadero José Antonio Cabrera Parada, quien se presentó en su barrio de Palma Soriano, en Santiago de Cuba, respaldado por el Frente Democrático de Concertación, D Frente. Al principio, el nombre del candidato se mantuvo oculto, sobre todo para evitar repetir experiencias pasadas.
Después de concluido el proceso electoral, la plataforma política a la que pertenecía Cabrera Parada hizo públicas las amenazas de la Policía política y las irregularidades que vivió este ciudadano; entre ellas: cerco policial, chantaje a su familia y despido del trabajo.
D Frente explicó que Cabrera Parada cumplía todos los requisitos para ser nominado, pero su candidatura estuvo en desventaja. «Nunca se confeccionó ni se dio a conocer el acta de la Asamblea de Nominación, como estipula su artículo 94, con todos los particulares que exige, donde se consignan los actos de la Asamblea, incluyendo el nombre del nominado. También, el artículo 95, por el cual se debe publicar su biografía con [sic] al menos 15 días antes de la votación», afirmó la plataforma.
Para D Frente, el propósito era claro: las autoridades buscaban «borrar de cualquier registro la nominación de Cabrera Parada y cancelar, ilegalmente, una candidatura (…) elegida y propuesta por sus vecinos».
«La narrativa detrás de estos actos de supresión política de derechos ciudadanos es la de no permitir que los que el Gobierno llama contrarrevolucionarios accedan a posiciones de representación», opinó el grupo político. Lo anterior fue confirmado en una grabación de Miguel Díaz-Canel, cuando aún ocupaba el cargo de vicepresidente. «Estamos dando todos los pasos para desacreditar eso, para que la gente tenga percepción de riesgo», sentenció el político.
El día de la elección, además, las autoridades impidieron el derecho al voto de Cabrera Parada y de otros activistas respaldados por D Frente —como Elsa Isaac Reyes y María Elena Mir Marrero—. En el caso particular de Isaac y Mir, ni siquiera les permitieron presentarse a las reuniones para ser nominadas. Isaac Reyes, quien reside en Santiago de Cuba, también lo había intentado en 2017.
Más del 70 % de los cubanos no confían en las «elecciones» en su país
Una encuesta de la plataforma independiente Cuba Data de cara a los comicios del 26 de marzo de 2023, mostró que más del 70 % de los cubanos contactados para el estudio no cree legítimas las elecciones en la isla. Los resultados muestran la indiferencia que generan en los electores las votaciones para conformar la ANPP.
La encuesta arrojó que el 51.7 % de los entrevistados creen que su voto electoral es poco importante y el 43.6 % admitió haber perdido el interés en temas políticos o en las elecciones.
Asimismo, el 48.5 % dijo que el Gobierno cubano no acepta la opinión del pueblo, mientras que el 42.1 % está «renuente» a participar en actividades de carácter político o electoral. Más del 76 % de los encuestados se sienten superados por la política porque se ha convertido en un «tema complicado».
Los resultados de la investigación de Cuba Data coincidieron con la realidad. Las elecciones de marzo de 2023 registraron la menor participación de unas parlamentarias en Cuba desde 1959, según los datos oficiales —que no pueden ser contrastados por organizaciones independientes, por lo que algunos expertos advirtieron que el panorama podría ser peor—.
Sobre estas «elecciones», el doctor en Ciencias Jurídicas, Julio Fernández Estrada, declaró en elTOQUE que Cuba contaría con los legisladores más viejos del mundo en la historia de la humanidad. Legisladores, además, «elegidos» en votaciones organizadas por uno de los peores sistemas electorales del mundo, en un contexto de crisis total (…).
En 2022, durante las elecciones municipales, también se registró un abstencionismo inédito. El Consejo Electoral Nacional (CEN) cubano informó que de los 8.3 millones de ciudadanos que estaban habilitados para votar, el 68.58 % acudió a las urnas, lo cual significó un 31.42 % de abstención —récord en el país caribeño—.
En un informe de Transparencia Electoral de julio de 2024, la organización «propone una serie de medidas para una transición democrática en Cuba, entre ellas la independencia del Consejo Nacional Electoral, la legalización de la oposición política y la implementación de auditorías electorales independientes».
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