En la emisión del 19 de septiembre de 2024 del programa oficialista Mesa Redonda, Ariel Padrón —director de Negocios del Grupo Empresarial de la Industria Pesquera—, afirmó que la estrategia principal para aumentar la producción de pescado en Cuba se basaba en «incrementar la captura bruta». Padrón destacó que la principal fuente para incrementar ese tipo de capturas residía en la acuicultura (cultivo de peces en embalses de agua dulce).

Al explicar por qué el crecimiento de la producción de pescado dependía en gran medida de la acuicultura, Padrón dijo que «las capturas sobre los recursos naturales en el medio marino están limitadas por estudios científicos». Mencionó, además, que «el máximo potencial sostenible de la plataforma insular cubana es de aproximadamente 22 000 toneladas».

De la frase del funcionario se desprenden varias preguntas. Ninguna de ellas se hizo ni se respondió en la Mesa Redonda.

1. ¿HA SIDO SIEMPRE IGUAL EL POTENCIAL PRODUCTIVO DE LA PLATAFORMA INSULAR CUBANA?

La respuesta es no.

La plataforma insular cubana comprende las aguas que rodean el archipiélago de Cuba, incluidas las territoriales (tramo de mar hasta las 12 millas náuticas desde la costa) y la zona económica exclusiva (que se extiende hasta las 200 millas náuticas).

Una investigación científica de 1981, liderada por Julio Beisre —una de las figuras más destacadas en temas de pesca y recursos pesqueros en Cuba—, evidencia que el potencial productivo de la plataforma insular cubana, en ese entonces, era hasta cuatro veces mayor que las estimaciones recientes de las autoridades cubanas. 

¿Por qué no hay pescado en Cuba? (I)

En Cuba, en 1959, se pescaban alrededor de 18 000 toneladas de productos del mar en la plataforma insular (la franja de mar alrededor del archipiélago, hasta las 200 millas náuticas). ¿Qué sucedió después? 

El informe de Beisre —quien por muchos años fue investigador del Centro de Investigaciones Pesqueras, vinculado en un inicio con el desaparecido Ministerio de la Pesca y luego con el Ministerio de la Industria Alimentaria (Minal)—, titulado «Los recursos pesqueros en Cuba», estimaba que el volumen potencial de captura en las aguas alrededor de Cuba rondaba entre 70 y 80 000 toneladas anuales. El cálculo preliminar excluía recursos adicionales como el camarón de profundidad y los calamares oceánicos, por lo cual es probable que el potencial fuera aún mayor.

Las cifras pueden ratificarse con las declaraciones de Ariel Padrón a Cubadebate en 2021. El funcionario aseguró que, en las décadas de los setenta y los ochenta, en la plataforma insular cubana se capturaban 70 000 toneladas de productos marinos.

La conclusión anterior debería conducir a otra pregunta que no se hizo, a pesar de utilizar el estado de los recursos de la plataforma como justificación de la ausencia de pescado y de productos del mar de la mesa de los cubanos.

2. ¿CUÁLES SON LAS CAUSAS DE LA DISMINUCIÓN DEL POTENCIAL PRODUCTIVO DE LA PLATAFORMA INSULAR?

De acuerdo con investigaciones científicas, las causas pueden ser varias. Se incluyen, por ejemplo, la disminución del uso de fertilizantes agrícolas en Cuba, tras la caída de las importaciones soviéticas, y la construcción de presas. Los científicos consideran que ambos elementos pudieron contribuir a la reducción de la cantidad de nutrientes que llegaban a los estuarios y zonas costeras; en consecuencia, la reducción pudo incidir en la disminución de las capturas de especies como camarones, lisas y ostras de mangle.

Pero más allá de los cambios ambientales, la mayoría de las investigaciones consultadas coinciden en que la sobrepesca y el manejo desacertado de los recursos marinos de la plataforma han incidido de forma determinante en su dramática reducción. Ahí puede estar la respuesta al silencio de la propaganda. El Estado cubano es el máximo responsable de ambas situaciones.

El principal explotador de los recursos de la plataforma marina de Cuba es el Estado y sus empresas. La incidencia de los pescadores privados en los recursos de la plataforma es muy inferior a la que tiene la flota estatal. 

Recoger pita a los privados: claves para entender la nueva ley de pesca cubana

Un análisis del Reglamento de la Ley de Pesca y de la Resolución del ministro de la Industria Alimentaria que regula el otorgamiento de las licencias y autorizaciones de pesca; nos permite encontrar pasos positivos, pero también preocupantes, en la nueva legislación.

Los pescadores privados en Cuba han enfrentado serias limitaciones tanto legales como materiales para mejorar sus embarcaciones. La mayoría de los barcos de los pescadores privados cubanos tienen décadas y son de pequeño calado. Fue recién, en 2024, cuando se les permitió importar motores de hasta 60 caballos de fuerza para sus naves. Hasta marzo de 2024, no podían tampoco obtener una licencia de pesca a menos que firmaran un contrato con el Estado, lo que los obligaba a vender la mayor parte de sus capturas a las entidades estatales. Aunque se ha eliminado la restricción para algunas especies, aún persisten limitaciones en productos clave como la langosta, cuyo comercio sigue siendo controlado exclusivamente por las empresas vinculadas al Grupo Empresarial de la Industria Pesquera.

Pero el Estado cubano no solo ha sido el mayor explotador de la plataforma en las últimas décadas. También ha sido, y es, el máximo responsable de la regulación y del manejo sostenible de los recursos naturales del país. Sin embargo, ha incumplido con esa obligación.

En 2017, Jorge Beisre publicó otra investigación en la que afirmó que la sobrepesca y el mal manejo de la actividad pesquera en el archipiélago habían afectado gravemente los recursos pesqueros de la plataforma insular. Como ejemplos de los malos manejos, el investigador señaló que algunas especies (como la biajaiba y el pargo criollo) han sido reducidas de manera severa porque por décadas se ha permitido la pesca intensiva durante sus períodos de reproducción. Mencionó que, en Cuba, entre el 60 % y el 70 % de las capturas anuales de biajaiba se realizan en solo 10 o 12 días, justo en el pico de su período de reproducción; y que entre el 35 % y el 40 % de las capturas anuales de pargo criollo se llevan a cabo entre mayo y junio, que también son meses en los que la especie se reúne en grandes grupos para desovar.

La pesca durante el período de desove es, por lo general, regulada o prohibida en muchos países, sobre todo para proteger a las especies en riesgo durante su fase más vulnerable y asegurar la sostenibilidad de las poblaciones. El objetivo principal es evitar la sobreexplotación en momentos críticos como el desove. Sin embargo, y de acuerdo con la conclusión de Baisre, en Cuba no ha funcionado así.

Ni dinero ni pesca'o ni ná

¿No basta con la justificación del bloqueo y ahora una supuesta fatalidad geográfica es el nuevo leitmotiv de nuestras desgracias?

Jorge Beisre estima que la sobrepesca, el mal manejo de los recursos y los cambios ambientales han provocado que en la actualidad el 20.2 % de los recursos pesqueros de la plataforma insular están totalmente explotados, el 74.4 % sobreexplotados, el 5.2 % colapsados, y solo las lisas han dado muestras de recuperación en los últimos años. Para revertir la situación, en 2017 recomendaba «controlar y reducir el esfuerzo pesquero (pescar menos), restablecer una estricta aplicación de las regulaciones pesqueras y cambiar las prácticas de pesca dañinas». 

A pesar de las recomendaciones de Beisre, en la Mesa Redonda en la que Ariel Padrón afirmó que el potencial productivo actual de la plataforma insular era de 22 000 toneladas anuales, también señaló que uno de los planes de la entidad de la que forma parte era «aumentar el esfuerzo pesquero». Explicó que, para lograrlo, el Grupo Empresarial de la Industria Pesquera trabajaba en incrementar el número de embarcaciones que operan en la plataforma insular, y en intensificar los niveles de las artes de pesca.

Pero lo más relevante que Ariel Padrón admitió es que, debido a los problemas que enfrentaban y la necesidad de aumentar el esfuerzo pesquero, el Grupo Empresarial de la Industria Pesquera estaba convencido de que debían «aprovechar las corridas». Es decir, reconoció que —contrario a lo recomendado por los científicos— su plan era sacar provecho de los momentos en los que las especies se agrupan, ya sea para reproducirse o para alimentarse. Según Padrón, en esos momentos era crucial «intensificar el esfuerzo pesquero» porque representaba una oportunidad para que sus empresas «con la misma unidad de esfuerzo pesquero incrementen la producción, reduzcan los costos y hagan la pesca más eficiente».

¿Cómo es posible que cuando los científicos están recomendando reducir el esfuerzo pesquero, las autoridades hablen de aumentarlo? ¿Cómo es posible que incluso con planes de aumento del esfuerzo pesquero, los cubanos sigan sin tener acceso a productos del mar?