Mercado de 23 y 26, Vedado, La Habana. Foto: Jessica Dominguez
La inflación: una estadística conveniente
1 / abril / 2022
En enero de 2022, la Oficina Nacional de Estadísticas e Información de Cuba (ONEI) reportó que el incremento de precios al consumidor en 2021 fue de 77.33 %. Sin embargo, respetados economistas como Pedro Monreal, Omar Everleny y Pavel Vidal coinciden en que estos datos subestiman de forma considerable la inflación real y aseguran que es superior, en el orden de las tres cifras.
Con ello, los números se ajustan a lo que había pronosticado Alejandro Gil Fernández, ministro de Economía y Planificación, poco antes del cierre del año anterior, cuando aseguró que la inflación en 2021 estaría por encima de lo diseñado en la Tarea Ordenamiento, que fue solo un «modesto» 60 %.
Sin embargo, Marino Murillo Jorge, quien fuera jefe de la Comisión Permanente para la Implementación y Desarrollo, ha reconocido que «la gente está viviendo precios siete, diez veces más grandes». El diseño de la Tarea Ordenamiento previó que las ventas totales debían crecer 1.6 veces y los ingresos 5 veces, de ahí que la meta de inflación minorista fuera de un 60 %. Es decir, los precios minoristas debían crecer mucho menos que los ingresos. Pero, en la práctica pasó lo contrario.
Como lo ha expresado Murillo, los costos de la canasta de bienes y servicios de referencia casi duplican los números diseñados (el 60 % de inflación), «el costo de la canasta viene subiendo mes a mes y no se ha logrado detener».
¿Qué tipo de inflación tenemos?
En términos económicos, la inflación es el incremento de precios que se produce en los bienes o servicios de un país durante un determinado período de tiempo. Refleja la disminución del poder adquisitivo de la moneda y la depreciación del valor del dinero. A mayor inflación, menos bienes podemos consumir con la misma cantidad de dinero.
Según la magnitud del porcentaje de aumento, la inflación suele clasificarse en distintas categorías:
Deflación: disminución de los precios, o lo que también se denomina inflación negativa.
Moderada: incremento de forma lenta de los precios, la subida es gradual y, habitualmente, no supera el 10 % anual.
Galopante: los precios incrementan las tasas porcentuales de dos o tres dígitos de 30, 120 o 240 % en un plazo promedio de un año, lo que hace que disminuya el poder adquisitivo de los potenciales consumidores, hecho que afecta directamente la economía de un país.
Hiperinflación: inflación en la cual el índice de precios aumenta en un 50 % mensual, esto es, una inflación anual de casi 13 000 %. Como consecuencia, el dinero de un país pierde su valor ocasionando una grave crisis económica.
En junio de 2021, Pavel Vidal explicó que en Cuba existía «una “inflación galopante” que no llega aún a los niveles de hiperinflación, según se define técnicamente esta última, en la cual la inflación está por encima del 40 o 50 % cada mes».
¿Cómo se calcula la inflación en Cuba?
Sin embargo, el principal problema para saber con exactitud qué inflación tenemos depende de los datos que se utilizan para calcularla. Esto impide obtener cifras verificables y estandarizadas.
Para medir la tasa de inflación de una economía, uno de los métodos más usados es el índice de precios al consumidor (IPC). Este es el que se emplea en Cuba. El IPC es un indicador que mide la variación promedio experimentada por los precios de una canasta de bienes y servicios, en un período de tiempo determinado y lo realiza la Oficina Nacional de Estadística e Información.
El cálculo de la inflación mediante el IPC se rige por un proceso de cuatro pasos:
1) Fijación de la canasta básica
La canasta del IPC representa los bienes y servicios que una población específica compra para el consumo. En Cuba, la canasta de bienes y servicios «cuenta con 298 artículos, y representan más del 90 % del gasto de los hogares», de acuerdo con la ONEI.
Según explica el economista cubano Mauricio de Miranda, su determinación «es crucial», porque «expresa qué bienes y servicios se incluyen en la estructura de gastos promedio». Sin embargo, alerta que no existe «información oficial de cómo se ha construido en Cuba esa canasta de bienes».
Según Omar Everleny, la canasta básica cubana «debe haberse calculado teniendo en cuenta la tasa oficial de CUP a USD de 1 por 24». Su valor previsto por la Tarea Ordenamiento fue de solo 1 528 pesos mensuales.
Tras la conformación de la canasta básica en Cuba, Francisco Silva Herrera, director general de Venta de Mercancías del Ministerio de Comercio Interior (Mincin), declaró que esta se estableció como «el consumo mínimo de una persona en un mes», calculado según «los precios minoristas aprobados para “productos de línea económica”».
No obstante, según reconoció en octubre de 2021 Marino Murillo —entonces jefe de la Comisión de Implantación de los Lineamientos—, ante la Asamblea Nacional del Poder Popular, el valor real promedio de la canasta básica en Cuba, hasta agosto pasado, era de 2 821 pesos; en La Habana, de 3 250 y en las provincias orientales, de 3 057. Mientras, el salario mínimo es de 2 100 pesos y el promedio es de 3 838.
La canasta básica mínima que cada mes vende el Estado a todos los núcleos familiares a precios más bajos que en el mercado informal no cubre las necesidades de las personas en el plazo de un mes. Everleny asegura que «se estima que, como promedio, esa canasta alcanza para unos diez días».
«El resto del mes se completa con los mercados exiguos en CUP o MLC o con los mercados de libre oferta o demanda, tanto agrícolas como industriales, e incluso con los mercados informales que satisfacen determinadas necesidades. Los precios de los alimentos y otros productos en estos mercados han subido hasta un 500 %», explica el experto.
2) Cálculo de la canasta básica
Una vez fijada la canasta, el siguiente paso en el cálculo del IPC es encontrar los precios actuales y anteriores de todos los bienes y servicios. Los precios se recogen de una amplia gama de fuentes.
La ONEI define que mensualmente se recolectan cerca de «31 300 precios, en alrededor de 7 900 establecimientos, ubicados en 18 municipios de toda Cuba (la zona urbana de los municipios cabecera de 14 provincias y cuatro municipios de la provincia La Habana (Playa, Plaza de la Revolución, Centro Habana y La Habana Vieja).
Esos datos no son accesibles.
3) Cómputo del índice
En tercer lugar debe definirse un año base que sirve como punto de referencia para comparar. El índice se calcula mediante la división del precio de la canasta de bienes y servicios en un determinado año entre el precio de la misma canasta en el año base. Esta relación se multiplica por 100, lo que da como resultado el IPC.
Sin embargo, en el informe de índice de precios al consumidor publicado en enero de 2022, la ONEI establece que el año base empleado para el cálculo de la inflación fue 2010, ya que los gastos de consumo final de los hogares «fueron obtenidos a partir de la información de la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH), que se realizó entre agosto de 2009 y febrero de 2010, de ahí que las ponderaciones de los bienes y servicios respondan a los gastos de consumo a que accedían los hogares en esa fecha».
Por este motivo, Everleny y Vidal reafirman que «los datos actuales oficiales de inflación están basados en un IPC que tiene una base muy desactualizada, de 2010». La actividad del trabajo por cuenta propia y del mercado no estatal representaban en 2010 un 18 %. Por lo que al tomar este año como base, «no permite capturar la expansión que ha tenido el sector privado durante la última década y no se ajusta a la situación actual de crisis, que obliga a recurrir de forma creciente al mercado informal para adquirir bienes de primera necesidad y productos y servicios de todo tipo», subrayan los especialistas.
4) Cálculo final de la inflación
Cuando se conoce el IPC, se puede calcular la tasa de inflación. Concretamente, la tasa de inflación es la variación porcentual del índice de un período respecto al anterior.
La ONEI en diciembre de 2021, con respecto al año base (2010), situó la variación interanual de los precios (entre diciembre de 2020 y diciembre de 2021) en 77.33 %.
Sin embargo, Monreal ha citado los cálculos aportados por el Economist Intelligence Unit, unidad de negocios independiente, que ha estimado la inflación en Cuba en 740 %. Everleny y Vidal, por su parte, afirman que con la aplicación de una metodología internacional (curva de Phillips), que considera el efecto de la devaluación del peso, de la escasez de productos y del aumento de salarios, el estimado de la inflación es de alrededor de 500 %.
Para De Miranda, «resulta difícil aceptar una u otra cifra sin conocer la estructura de la canasta y el comportamiento real de los precios en cada uno de los ítems». En este sentido, subraya que «es imprescindible contar con información sistemática y pertinente respecto a la estructura del gasto de los hogares».
Mientras, Everleny insiste en que «la complejidad de dar un número demuestra lo complicada que es la economía cubana, en la que coexisten varios mercados, muy segmentados, todos con diferentes precios y monedas».
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Jose