El 16 de junio de 2023 el presidente Miguel Díaz-Canel vivió un momento incómodo en el municipio granmense Jiguaní mientras recorría barrios afectados por las inundaciones.

A comienzos de junio fuertes lluvias desbordaron los ríos de la cuenca del Cauto, y los que atraviesan la ciudad de Camagüey, al ocasionar seis muertes y pérdidas materiales de consideración. A pesar de la magnitud de los daños, no fue hasta una semana más tarde que el mandatario cubano viajó a par de las provincias afectadas.

Su presencia en Granma y Camagüey no pasó de unas horas en visitas organizadas para enfatizar la «cercanía» entre Díaz-Canel y la población.

El «guion» se cumplía sin problemas hasta que en Jiguaní una señora lo increpó por el abandono que sufre un «combatiente de la Revolución». De acuerdo con la denuncia, el anciano dormía «en una hamaca en una casa que se está cayendo a pedazos».

El reclamo de la señora descolocó al presidente cubano, quien intentó justificarse aduciendo que el Gobierno no cuenta con recursos para ayudar a los cientos de antiguos combatientes y a las 300 000 personas que también viven en situaciones de vulnerabilidad. Al final, aceptó un papel con los datos del afectado y prometió preocuparse por su caso.

Tras aquellos sucesos Díaz-Canel no ha regresado a Granma. En los últimos dos meses la agenda del mandatario cubano ha estado marcada por seis acontecimientos (nacionales e internacionales), la mitad de los cuales han sido giras por el exterior.

En busca de la foto

Tres días después de su visita a Jiguaní, Díaz-Canel emprendió vuelo rumbo a Italia para una gira oficial que además lo llevó al Vaticano, a Serbia y a Francia.

El periplo generó polémica debido a la presencia del hijastro del presidente. Durante la audiencia con el Papa Francisco, Díaz-Canel lo presentó como: «graduado de Derecho, trabaja conmigo y es la oposición de la familia», a causa de su supuesto espíritu crítico. En la noche siguiente, Díaz-Canel y su esposa Lis Cuesta volvieron al foco público tras la publicación de un video en X —otrora Twitter— en el que se les veía saliendo de un lujoso restaurante romano.

Políticamente, el momento más significativo del viaje se produjo en Francia, en ocasión de la Cumbre para un Nuevo Pacto Financiero Mundial, convocada por el presidente Emmanuel Macron. Díaz-Canel asistió a ese foro en la doble condición de representante cubano y del Grupo de los 77+China, motivo probable por el que se decidió sentarlo junto a su homólogo galo, el cual le prodigó atenciones y sonrisas.

El regreso ocurrió el 24 de junio. Al llegar a La Habana calificó la gira de «interesante y fructífera», aunque sin profundizar en los acuerdos suscritos.

Menos de un mes más tarde, el 14 julio, Díaz-Canel y su esposa partieron otra vez hacia Europa para una estancia de cinco días. El periplo contempló visitas oficiales a Portugal y Bélgica, esta última para participar en la Cumbre Celac-UE, que se anunciaba como una oportunidad para «estrechar lazos» con líderes comunitarios.

Así sucedió con el canciller alemán, Olaf Scholz, y el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, quienes escucharon las disquisiciones de Díaz-Canel sobre la importancia de la relación bilateral. Díaz-Canel también se entrevistó en Bruselas con el alto comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Volker Türk.

En noviembre de 2023 el Gobierno cubano se someterá al Examen Periódico Universal del Consejo de Derechos Humanos de la ONU, un mecanismo que evalúa cada cinco años la situación de los derechos humanos en los países miembros. También están previstos para ese mes diálogos sobre derechos humanos entre La Habana y la Unión Europea.

La UE es clave en las inversiones y el mercado para las exportaciones y los servicios turísticos de Cuba. Pero esa relación económica depende del acuerdo político entre ambas partes y de esos diálogos bilaterales.

Por estos días, los cabildeos en el Viejo Continente son contrapesados con la participación de Díaz-Canel en la Cumbre de los Brics (grupo económico, político y social formado por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica). La primera invitación de Cuba a ese encuentro, como vocera del G-77, se enmarca en la tercera gira internacional de Díaz-Canel en los últimos dos meses.

Entre el 19 y 28 de agosto de 2023 buena parte de la plana mayor del Gobierno recorre Sudáfrica (sede de la Cumbre), Angola, Mozambique y Namibia. En el grupo, por supuesto, sienta plaza la «primera dama» Lis Cuesta.

Díaz-Canel: «zenkiu very moch»

Las desafortunadas palabras en inglés de Miguel Díaz-Canel ante el Parlamento de San Vicente y las Granadinas han sido la principal causa de memes y videos esta semana en las redes sociales de los cubanos.

Sin tiempo para el «nacional»

Entre las dos giras europeas, Díaz-Canel realizó una rápida visita gubernamental a Guantánamo y Santiago de Cuba, el 29 y 30 de junio. Allí estuvo en zonas de fomento agrícola y en las obras de la nueva planta de cemento, además de reunirse con dirigentes de ambas provincias. Lo cargado de la agenda supone que no estuvo demasiado tiempo en ningún sitio, como sucedió días antes en los territorios afectados por las inundaciones.

Los otros dos eventos «nacionales» que en los últimos meses contaron con la asistencia del presidente fueron las sesiones de la Asamblea Nacional del Poder —a las que se incorporó recién llegado de Bruselas— y el acto por el aniversario 70 del asalto al Cuartel Moncada.

Significativamente, no participó en el homenaje a los bomberos caídos en la Base de Supertanqueros de Matanzas, organizado el 5 de agosto de 2023, en el primer aniversario de la catástrofe.

Los últimos dos meses han sido la continuación de una tendencia que se perfila desde noviembre de 2022: casi un viaje mensual al exterior por parte del presidente.

La lista de los más recientes es la que sigue:

2022

16 al 26 de noviembre. Argelia, Turquía, Rusia, China.

3 al 8 de diciembre. San Vicente y las Granadinas, Barbados (para asistir a la Octava Cumbre Caricom-Cuba), Granada.

2023

23 al 25 de enero. Argentina (para asistir a la Cumbre de la Celac), Venezuela («encuentro de trabajo» al regreso del foro regional).

10 al 12 de febrero. México (su cuarta visita desde que asumió el cargo. En Campeche, el presidente Andrés Manuel López Obrador impuso a Díaz-Canel la Orden del Águila Azteca, la más alta condecoración otorgada en México a un jefe de Estado extranjero), Belice (primera visita de un presidente cubano).

24 y 25 de marzo. República Dominicana (para asistir a la Vigesimoctava Cumbre Iberoamericana).

Junio, julio y agosto. Los mencionados recorridos por Europa y África.

Sumados, los viajes totalizan 47 días. En otras palabras, del primero de noviembre de 2022 al 31 de agosto de 2023, Díaz-Canel ha pasado uno de cada siete días fuera del país.

Durante el mismo período, su presencia en el interior de la isla ha sido mucho menos constante. Como «recorridos» en toda la extensión de la palabra solo pueden contabilizarse las visitas a Pinar del Río (en noviembre y diciembre de 2022), a Santa Clara (durante la «campaña electoral» de marzo, y en mayo), y los citados a Camagüey, Granma, Guantánamo y Santiago de Cuba.

Su participación en el acto por el 26 de Julio y la inhumación de los restos de los generales Julio Casas Regueiro y Luis Alberto López Callejas tuvo una connotación puramente protocolar.

El antiguo sistema de visitas gubernamentales, que caracterizó la primera Administración de Díaz-Canel, ha sido sustituido por reuniones provinciales (por lo regular en varios territorios en un mismo día). La primera ronda de esos encuentros tuvo lugar en enero de 2023, y la segunda se organizó en mayo de este año. La asistencia de un auditorio seleccionado evita situaciones potencialmente conflictivas, como la ocurrida en Jiguaní.

Hace pocos días, el sitio estadounidense PanAm Post estimó que el alquiler del avión empleado por el mandatario cubano —un Airbus 340-600, con capacidad para 440 pasajeros— superaría los 323 000 dólares, solo en el caso del periplo africano. La nave pertenece a Conviasa, la aerolínea bandera de Venezuela, y se desconoce si fue cedida gratis a Díaz-Canel y su comitiva.

Sin embargo, el dato obliga a cuestionarse la relación costo-beneficio de los nutridos viajes oficiales que parecen desviar la atención del mandatario de la que debería ser su principal preocupación: el día a día de la isla que dice representar.