Lucendi SRL recibió medalla de oro durante la I Feria de Desarrollo Local La Habana 2022. Foto: Cortesía de los entrevistados.
Mipymes en Cuba: muchas ideas, poco presupuesto
4 / mayo / 2022
El financiamiento sigue siendo un talón de Aquiles en el desarrollo de las mipymes en Cuba. Establecer nexos con inversores extranjeros, acceder a créditos y microcréditos en los bancos cubanos, y obtener fondos en divisas para la importación de materias primas cuentan entre las principales preocupaciones de quienes impulsan las formas de gestión no estatal.
El tema ha encabezado debates en redes sociales y foros de emprendimiento a nivel nacional desde la autorización de las mipymes a mediados de 2021. En días recientes fue una de las inquietudes centrales de Pymelab 2022, evento realizado a finales de abril en La Habana, con el auspicio de la Embajada del Reino de Bélgica en Cuba, la agencia hub.brussels y el Ministerio de Economía y Planificación (MEP), en colaboración con la Delegación de la Unión Europea (UE) y AUGE SRL.
«Los emprendedores cubanos tenemos muchas ideas de negocio que contribuirían a mejorar la economía del país, pero enfrentamos grandes problemas para obtener financiamiento que nos permita iniciar y desarrollar esos proyectos. No todas las formas de financiamiento habilitadas según la ley funcionan en la práctica, o el proceso para acceder a ellas es lento y engorroso», comentó Tamara Hernández, emprendedora habanera que actualmente solicita la aprobación de una pequeña empresa de fabricación de envases.
Hernández agregó que, todo ello, sumado a la inflación actual en el país y a la carencia de materias primas que obliga a importar casi todo en divisas, limita mucho el potencial de las mipymes cubanas.
¿Cómo se financian las mipymes en Cuba? De la teoría a la práctica
Teóricamente, las formas de gestión no estatal en Cuba pueden acceder a diversas fuentes de financiamiento en divisas, entre las que se encuentran los créditos y microcréditos ofertados por el Banco Central de Cuba (BCC), así como «vías de financiamiento disponibles a nivel local, las cuales pueden ir desde el aporte territorial del 1% hasta la cooperación internacional». Otros métodos para la obtención de fondos son la inyección de capital, las remesas, los pagos por concepto de exportación y el cobro en moneda libremente convertible (MLC) por los productos o servicios ofrecidos.
La vía más utilizada hasta el momento son las transferencias a las cuentas MLC por concepto de remesas y la inyección de capital, que no es más que el dinero depositado por parte de propietarios o miembros para estimular el desarrollo de la empresa.
Varios emprendedores entrevistados coinciden en que al resto de las alternativas es difícil acceder por trabas burocráticas, problemas de gestión, morosidad, vacíos de comunicación, falta de asesoramiento a las mipymes y desconocimiento de las propias personas encargadas de implementar los procesos.
Para el otorgamiento de estos fondos, por ejemplo, existen escasas entidades en el país. Entre las más importantes está la Financiera Iberoamericana S.A., que comenzó a operar el 15 de diciembre de 2021, tras la aprobación de la Resolución 249 del Banco Central de Cuba. Según la normativa, «las instituciones financieras pueden conceder créditos en moneda extranjera a las cooperativas no agropecuarias y a las micro, pequeñas y medianas empresas».
De las 69 solicitudes de microcréditos que las mipymes cubanas han realizado a la Financiera Iberoamericana S. A., ninguna ha sido aprobada, y apenas tres están en estudio avanzado, según explicó Arminda García, directora de esa entidad, en el evento PymeLab2022.
A decir de la directiva, en la actualidad se trabaja para agilizar el proceso e instruir a los solicitantes para que puedan presentar una documentación completa que permita avalar los posibles créditos y brinde las lógicas garantías de devolución.
No obstante, aún es reducido el número de formas de gestión no estatal que podrá acceder a estos créditos, pues entre los requisitos para solicitarlos se encuentra vender a las cadenas de tiendas en MLC, comercializar en la Zona Especial de Desarrollo Mariel o realizar exportaciones, requisitos que hasta el momento logran una mínima parte de las 3093 mipymes existentes. Desde agosto de 2020 hasta la fecha se han firmado solo 198 contratos de exportación, mientras que los de importación estuvieron por encima de 10 mil.
«En caso de que no se cumpla con ninguno de estos tres requisitos no se puede pedir el préstamo porque, en la lógica en la que esta medida se creó, si ellos no son tus clientes o exportar no es tu finalidad, ¿para qué se quiere? No contemplaron el hecho de que, si una cafetería necesita comprar un queso, por ejemplo, no puede hacerlo porque no tiene acceso al crédito», comenta Ángel Marcelo Rodríguez, consultor privado de empresario e inversores.
Según Rodríguez, en caso de que se cumplan las condiciones, el monto que facilitan es muy bajo, entre los 500 y los 1000 MLC, los que deben devolverse en el período de un año y con un interés negociable con el banco, en dependencia de la cantidad que se solicitó y el destino que tendrá.
«Sin embargo, hay quien no puede acceder ni tan siquiera a esta opción y tiene que acudir al mercado informal, lo que desbarata constantemente su ficha de costo», añade.
La Resolución 222/2021 del Banco Central de Cuba establece que las cuentas corrientes en MLC de las formas de gestión no estatal y las micro, pequeñas y medianas empresas también pueden recibir fondos provenientes de «transferencias desde cuentas en pesos cubanos, con respaldo de CL (capacidad de liquidez), de los actores económicos con los que mantienen una relación contractual, y así lo acuerden las partes contratantes, de conformidad con los procedimientos vigentes».
Sin embargo, establecer este tipo de contratos tampoco es tarea fácil. Aunque existen varios ejemplos exitosos, fundamentalmente en mipymes que venden sus productos a la industria hotelera, persisten barreras en muchos sectores.
«La mayoría de las empresas con las que hemos intentado hacer convenios no pueden pagarnos en MLC porque no se quieren deshacer de su CL, ya que lo necesitan para importar materias primas, al igual que nosotros. Entonces, no hay encadenamiento productivo, no tenemos cómo cobrar en divisas ni a dónde dirigirnos que no sea el mercado informal, donde inflan los valores y eso encarece nuestros productos», explicó Javier Amador Sala, de la empresa Lucendi SRL.
«Ahora mismo estamos tramitando la licencia con el registro comercial para que nos permitan las ventas y el comercio en moneda libremente convertible, pero es un proceso lento y complejo»,agregó.
Sobre las formas de financiamiento disponibles a nivel local (otra de las opciones a las que supuestamente pueden acceder las mipymes), la información en plataformas oficiales es prácticamente nula. Desde elTOQUE se solicitaron datos al respecto a varias sedes de gobierno municipales, pero no se obtuvo respuesta.
Sin divisas no hay paraíso
Desde agosto de 2020, el sector no estatal en Cuba ha firmado 10 295 contratos de importación, de acuerdo con datos publicados por el diario Granma.
Vivian Herrera Cid, directora general de Comercio Exterior del Ministerio del Comercio Exterior y la Inversión Extranjera (Mincex), destacó que la mayor cantidad de contratos firmados para este proceder es por consignación y por depósitos de aduana, siendo otros pocos de importación corriente.
«En nuestro caso, los insumos más empleados son pulóveres, tejidos, tintas y aceite de oliva. Accedemos a ellos a través de importaciones o compras en las tiendas minoristas y mayoristas en MLC. Hemos procesado tres importaciones con EMCOMIL, y la recomiendo mucho, me he sentido acompañada», dijo a elTOQUE Adriana Heredia, cofundadora y CEO de la mipyme Beyond Roots.
La emprendedora añadió que siempre trata de solicitar mercancías que estén en Cuba (por consignación) para agilizar el proceso, y porque esto les permite comprar cantidades más pequeñas, sin tener que financiar un contenedor completo.
«El financiamiento para las importaciones en MLC sigue siendo uno de nuestros principales problemas. Hasta ahora lo hemos resuelto con inyección de capital, pero es algo que nos golpea», explicó Heredia.
Las barreras para acceder a divisas y, por tanto, las limitaciones para importar los productos necesarios, reducen también el rango de acción de algunas mipymes, que se ven obligadas a realizar contratos únicamente con personas o entidades que puedan garantizar la materia prima.
«En el caso nuestro, con los tipos de clientes que trabajamos, hemos decidido la mayoría de las veces que los inversionistas pongan el material. Hacemos órdenes de compra y es el cliente el que se encarga, mientras nosotros lo asesoramos en ese sentido. Así ha fluido, pero estamos hablando de obras grandes y bien organizadas que permiten este tipo de gestión», comenta Javier Amador Sala, de Lucendi SRL.
Reconoce que si tuvieran que poner el material sería un problema debido a la escasez actual.
La emprendedora Tamara Hernández se refirió a otros problemas que afectan de manera directa a sus clientes: «al comprar MLC en el mercado informal (la única manera que tenemos para acceder a ellas y poder importar), nuestros costos de producción aumentan, y aumenta por tanto el precio final que se le da al consumidor. Todos salimos perjudicados».
Reclamos por una empresa económicamente sostenible
Una de las alternativas de financiamiento del sector no estatal debatida varias veces es la inversión extranjera directa, algo que, aunque no está prohibido explícitamente, sí está limitado por el Decreto Ley 46, que regula la creación y funcionamiento de las micro, pequeñas y medianas empresas.
Aldo Álvarez, abogado y miembro de Cuba Study Group, considera que «se trata de una oportunidad no aprovechada completamente (...), al no haberse concebido este paquete normativo desde la perspectiva del potencial que tiene el sector en la promoción de la Inversión Extranjera Directa (IED)».
En un artículo publicado en el portal de la Columbia Law School, Álvarez señala como una de las mayores barreras para la IED el hecho de que solo puedan ser socios de mipymes privadas las personas naturales residentes permanentemente en Cuba, mayores de 18 años.
«Dicho de otra manera, significa que no pueden ser socios de las empresas de propiedad privada cubanas las personas físicas extranjeras, no residentes en Cuba; las personas físicas cubanas, no residentes en Cuba (la emigración cubana), las personas jurídicas extranjeras, las personas jurídicas cubanas», apuntó.
De acuerdo con Álvarez este artículo anula la posibilidad de que las mipymes privadas aspiren —de la manera más simple posible— a una de las formas clásicas y más habituales que adopta la IED: la adquisición de participaciones sociales (en el caso de las S. R. L.) o de acciones (en el caso de las S.A.) de empresas nacionales por parte de un inversionista extranjero.
Otra demanda de los empresarios es el acceso a fondos de riesgo y fomento que permitan el impulso inicial a quienes comienzan sus negocios, y por tiempos más propicios para los trámites y para amortizar los préstamos.
De acuerdo con un reporte del periódico Invasor, persisten también insatisfacciones respecto a otros temas como «la negativa a arrendar locales estatales ociosos con el pretexto de luchar contra la concentración de la propiedad, la inexistencia de empresas privadas o estatales que brinden servicios de contabilidad, y la falta de acompañamiento y superación para los nuevos empresarios en cuanto a normas cubanas de contabilidad, control interno, etcétera».
«El sector privado ha generado miles de empleos, ha mejorado la calidad de los productos y servicios, y ha representado un paso importante en la reanimación económica del país, pero nunca alcanzaremos un desarrollo real si no se eliminan las trabas y si nuestras empresas no son financieramente sostenibles», concluyó Tamara Hernández.
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