Foto: Jessica Domínguez.
Trabajadores privados en Cuba, otro sector que el éxodo desangra
28 / agosto / 2023
Abel Milian es un músico villaclareño de 33 años que desde 2022 trabaja en la construcción. Un amigo lo llamó para que se uniera a su empresa y no lo dudó; las pocas actividades culturales, la demora de más de tres meses para cobrar su salario y su novia embarazada inclinaron la balanza. Lo de cantar y tocar la guitarra pasó a ser un hobby de fin de semana.
La historia de Milian respalda la percepción popular de un éxodo de profesionales, en especial en los sectores de la salud y la educación, hacia otros de mayores beneficios económicos como el turismo o el sector privado. El tema ha sido abordado en reportes de la prensa oficial y en reuniones de autoridades de los gobiernos provinciales.
Sin embargo, la Encuesta Nacional de Ocupación correspondiente al período de 2020 a 2022, publicada por la Oficina Nacional de Estadísticas e Información (ONEI), informó que el sector no estatal fue el que más decreció en ocupación laboral. Al cierre del sondeo, los negocios privados empleaban el 27.7 % del total de cubanos con vínculo laboral en la isla, cifra equivalente a 1 298 023 trabajadores. En 2020 este sector representaba el 30.4% del total.
Según el sondeo, el sector no estatal perdió 194 689 personas (13 %), mientras que el estatal perdió apenas 36 675 trabajadores (1.1 %); esto sucede en medio de una de las peores crisis económicas de los últimos 60 años.
La aparente contradicción tiene diferentes lecturas, entre las que se incluyen las consecuencias de la pandemia para el sector privado (muchas personas tuvieron que cerrar sus negocios), las medidas tomadas por el Gobierno en un intento de dinamizar la economía cubana (como la Tarea Ordenamiento, las limitaciones para la adquisición formal de divisas, la bancarización) y la migración.
Migración: ¿emprendedores en estampida?
La migración es uno de los factores que ha desangrado en términos laborales el sector privado. El restaurante Nel Paradiso de La Habana ilustra el fenómeno. Cerró durante la pandemia y reabrió sus puertas en septiembre de 2021, pocos meses antes del comienzo de la ola migratoria por Nicaragua.
En febrero de 2023, Annie Zúñiga, una de las encargadas en el restaurante, declaró a la agencia AFP que de los 60 trabajadores contratados en los últimos 14 meses «en Cuba quedan 10». Otro de sus responsables también se lamentaba por la pérdida de empleados: «No te da tiempo a recuperar el personal que se va», y calificaba como meta casi inalcanzable el hecho de completar su nómina.
«En el año fiscal 2022 en Estados Unidos (del primero de octubre de 2021 hasta el 30 de septiembre último) 224 607 cubanos llegaron a EE. UU. por sus fronteras terrestres, sin contar los más de 10 000 que lo intentaron cruzando el estrecho de la Florida (unos 3 000 lograron tocar tierra), además de los que han emigrado a través de otros países. Se trata del 2 % de los habitantes del país y más del 4 % de su población activa». El recuento del diario español El País, publicado en noviembre de 2022, muestra la preocupación de economistas como Omar Everleny, quien desde hace tiempo advierte sobre el alarmante escenario que compromete el futuro del país. «Los que se van en su mayoría son jóvenes, muchos de ellos personal cualificado o profesionales, que han perdido las esperanzas en que las cosas mejoren».
Por su parte, el economista Pavel Vidal reseñaba el impacto de la emigración en la economía al llevarse capital humano, recursos financieros y experiencias acumuladas. «El espíritu emprendedor no se queda en la isla (…), se va a otra parte», y la fuerza no se revierte en innovación, empresas y empleos.
Este es un «golpe para el crecimiento económico potencial de cualquier país», explica el también doctor en Ciencias Económicas. Puede ser «mucho más agudo cuando se trata de una sociedad extremadamente envejecida como la cubana y que viene presentando tendencias preocupantes en la demografía del mercado laboral».
Los datos del Centro de Estudios Demográficos (Cedem) de la Universidad de La Habana certifican que la mayoría de los cubanos que emigran están entre los 19 y los 49 años.
Los especialistas concuerdan en que el fenómeno de la migración incide más cuando en la fuerza de trabajo que se marcha del país recae el peso de la producción de alimentos y otros bienes y servicios, como sucede en Cuba.
«Estos impactos en el mercado laboral tal vez no se evidencien de inmediato, dada la menor actividad productiva actual. Será mucho más notable cuando sea posible consolidar la recuperación, crezca el turismo y se requiera mano de obra para poner a funcionar a plena capacidad la economía estatal y privada», explicó Vidal.
El economista cubano también argumentó cómo la ola migratoria ralentiza «la recuperación económica a los niveles prepandemia y reduce el potencial al que puede aspirar la pequeña y mediana empresa privada a pesar de la apertura de su marco legal».
Cuentapropismo: ¿en crisis?
Las cifras del éxodo en el sector privado obligan a mirar al período de la pandemia y a la Tarea Ordenamiento para evaluar sus consecuencias en los pequeños negocios en Cuba. Según una encuesta realizada por la Asociación Sindical Independiente de Cuba (ASIC) y la Asociación Cubana de Trabajadores Autónomos y Emprendedores (ACTAE), el 83 % de los trabajadores privados en Cuba sufrió pérdidas económicas en 2022.
Entre las causas que menciona la investigación se incluyen la carencia de «mecanismos legales y financieros que protejan, redireccionen y estimulen la labor de los trabajadores por cuenta propia (…), trabas absurdas, inexistencia de mercados mayoristas, nulos compromisos del poder con las reglas básicas de la economía de mercado como única vía para el desarrollo y una insolvencia económica generalizada».
Las denuncias de cuentapropistas como Alexis González ilustran las dificultades descritas en el sondeo. El dueño de una pequeña cafetería en el municipio Camajuaní, Villa Clara, explotó en redes sociales al explicar las políticas del régimen que ahogan los pequeños negocios. «Cómo es posible que el Estado no tenga un mercado mayorista».
«Los servicios constituyen el tipo de negocio privado más extendido en Cuba», apuntó también la encuesta. Esto se deriva de la propia deformación estructural de la economía cubana en la que se fortalecen los servicios y el turismo en detrimento de las producciones.
La información divulgada durante el Primer Período Ordinario de la X Legislatura de la Asamblea Nacional del Poder Popular (ANPP) en julio de 2023, sobre el comportamiento de la economía en 2022 y el primer semestre de 2023, ratificó que solo el 1.2 % de los nuevos actores económicos aprobados se dedican a actividades del sector primario (agricultura, pesca, ganadería, etcétera).
El sondeo independiente además contabiliza que el 85 % de los trabajadores del sector no estatal ha sufrido el impacto negativo de la «unificación monetaria». Los encuestados refirieron que la situación social y económica actual complica cada vez más su trabajo. «Antes nos faltaban diez cosas para funcionar, ahora nos faltan todas y lo peor, no vemos fecha probable de un alivio»; «no queremos más justificaciones, ellos tienen que solucionar el problema que crearon. Quiero mantener mi negocio y no voy a regresar a trabajar para el Gobierno», comentaron algunos.
Sobre el tema de las materias primas Zoe Álvarez, dueña de una pequeña cafetería en Centro Habana, declaró en julio de 2022 a Diario de Cuba: «quién podría imaginarse que [la escasez d]el azúcar, con la cual se endulza la base de todo, podría provocar desempleo y quiebre de negocios pequeños como el mío».
Su preocupación es la de muchos dueños de pequeños negocios. «Es imposible insistir en un negocio donde la cuenta no da», indicó a ese medio independiente Marbelis Gallardo, quien elabora dulces caseros para tres pequeñas cafeterías en la barriada de Lawton.
El villaclareño González también hizo un reclamo durante su directa en la red social Facebook sobre la persecución institucional: «Deja que los cuentapropistas vivan. Los precios están altos porque todo está alto. Si tú, como Estado, no eres capaz de mantener este país, deja que el particular lo haga».
Las dificultades que afectan el sector privado, descritas en investigaciones y a través de denuncias en redes sociales, se ocultan en el discurso oficial que ha encontrado un nuevo chivo expiatorio para la inflación que vive el país. «Hay que exigir la ficha de costo y evitar esos precios abusivos», declaraba el primer ministro Manuel Marrero Cruz a la prensa estatal.
Precisamente, sobre este tema el economista cubano Pedro Monreal indicó que resulta incongruente la narrativa oficial que se reserva términos como precios abusivos y especulación para el sector privado, sobre todo cuando en el comercio minorista estatal se concentra el 94.6 % de las ventas totales minoristas de alimentos en moneda nacional (CUP).
El discurso oficial también encuentra culpables para la crisis de alimentos en el sector no estatal. «La producción de alimentos agrícolas del país tiene una estructura cuyo 80 % es producido por formas de gestión privadas, no son empresas estatales», señalaba también el primer ministro Marrero Cruz. Sin embargo, las declaraciones oficiales pocas veces mencionan los impagos a productores que al cierre de diciembre de 2022 alcanzaba el total de 16 842 385 CUP.
«Todo el que hace negocio con el Estado cubano siempre sale perdiendo. Esos trabajadores por cuenta propia tienen un convenio firmado por ambas partes y el Estado se lava las manos. No le importa las afectaciones que sufran los emprendedores. Legalmente tú no puedes hacer una demanda judicial, porque todo está en el mismo plato. Ellos son los que mandan, deciden y disponen», comentó a Radio Televisión Martí el emprendedor villaclareño Yoel Espinosa Medrano.
Por su parte Yaxis Ciresel, abogado y asesor del Observatorio Cubano de Derechos Humanos, resalta que muchos de los emprendedores cubanos hoy «tienen que hacer grandes sacrificios para financiarse, para producir los bienes y servicios para poder venderlos». Un panorama restrictivo en el que cada día al sector privado cubano le resulta más difícil sobrevivir.
Mipymes: ¿una respuesta para el mercado laboral?
La reducción de la ocupación en el sector no estatal también se produjo durante el proceso de creación de las pequeñas y medianas empresas privadas cubanas (mipymes), dictaminadas en el Decreto Ley 46, de 2021. De ahí que economistas como Elías Amor insistan en el impacto reducido de los cambios en favor de las formas no estatales. «Las medidas no dan resultados», subrayó en su blog Cuba Economía.
Alejandro Gil Fernández, vice primer ministro y titular de Economía y Planificación, informó que las más de 4 000 mipymes aprobadas desde septiembre de 2021 hasta finales de junio de 2022 habían generado 70 514 nuevos puestos de trabajo.
En el análisis del comportamiento de la economía en 2022 y el primer semestre de 2023 durante el Primer Período Ordinario de la X Legislatura de la ANPP se apuntó que las 1 857 mipymes privadas y las 4 cooperativas no agropecuarias aprobadas durante 2023 habían generado empleos para otras 29 561 personas.
Sin embargo, el camino de los nuevos actores económicos, que suman más de 8 000 hasta el momento, no está exento de obstáculos. La dilación en su aprobación y las limitaciones a aquellas de tipo profesional figuran entre las trabas que menciona un reportaje del periódico camagüeyano Adelante. «Aquí vienen con muy buenas ideas, pero o las prohíbe el decreto o el calificador nacional de actividades económicas, o no pueden realizar el comercio exterior directo», apuntó Ernesto Figueredo Castellanos, uno de los funcionarios que atiende estos temas en la Dirección Municipal de Economía de Camagüey.
En noviembre de 2022, solo 58 mipymes se encontraban operativas de un total de 180 aprobadas en esa provincia. «Se conoce que 123 no producen, entre otras causas por estar formalizando su estatus, acondicionando locales o por falta de materias primas», publicó Adelante.
Aunque es común que muchas pequeñas empresas fracasen, y las cubanas no son la excepción de la regla, sus probabilidades de supervivencia disminuyen al nacer con distorsiones como la falta de estudios de mercado, la dificultad para acceder al capital o de adquirir formalmente divisas, el encarecimiento de los locales de arrendamiento y la falta de mercados de abasto y materias primas.
A estos impedimentos se suman las recientes medidas anunciadas por el Banco Nacional de Cuba sobre el límite máximo de 5 000 CUP por operación para los cobros y pagos en efectivo entre empresas, mipymes, trabajadores por cuenta propia, cooperativas y demás formas de gestión, y la necesidad de contar con mecanismos para el pago online de los bienes o los servicios.
El economista Oscar Fernández, en su perfil de Facebook, apuntó entre las consecuencias directas de las medidas «el impacto sobre el empleo y la estabilidad de muchas familias, dado que numerosos emprendimientos privados (no solo los comerciantes de productos importados) van a cerrar o se verán severamente afectados, y otros con idea de iniciar negocios la van a abortar».
Tampoco ayuda al sector empresarial que sus actividades estén vetadas en sectores estratégicos (salud, telecomunicaciones, energía, defensa, prensa), y que estén sujetas a políticas tributarias diseñadas para recaudar y no para incentivar el crecimiento, al exigir un 35 % sobre las utilidades.
Sobre este particular no se puede obviar la medida adoptada por el Gobierno cubano de eliminar la «exoneración de impuestos a las mipymes, por un período de seis meses cuando surgen de una reconversión, y de un año cuando son de nueva creación». La información divulgada durante una sesión de la ANPP, en diciembre de 2022, confirma la falta de incentivos para los emprendimientos privados en el panorama cubano.
En aquel momento, el emprendedor Oniel Díaz Castellanos criticó la decisión y explicó en la red social Facebook los incentivos fiscales que sí reciben los inversores de la Zona Especial de Desarrollo del Mariel. «Para el capital extranjero que va al Mariel, hay 10 años libres de impuestos sobre utilidades y otras facilidades. Para nosotros los cubanos, ni un solo día», subrayó.
Tales dificultades figuran entre las causas que esgrimen muchos de los que abortaron el empeño y también aquellos que aún tratan de sobrevivir en un momento de crisis de la economía, que complica mucho su futuro.
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