Protestas en Cuba / Foto: Captura de video
Un café bien cargado para despedir el año
24 / diciembre / 2021
Luego de tres meses al aire, el podcast La Colada despide el año con el final de su primera temporada. Sus conductores, el escritor y periodista Jorge De Armas y el politólogo Enrique Guzmán Karell, hacen un repaso por algunos de los acontecimientos que marcaron el convulso año 2021 en Cuba.
Durante aproximadamente una hora, ambos debatieron sobre las protestas del 11 de julio, el 15 de noviembre, las diferencias entre el Movimiento San Isidro y la plataforma Archipiélago, la figura de Miguel Díaz-Canel como representación de un sistema en decadencia y de la mujer cubana en la lucha por la libertad y la democracia en la isla.
11 de julio: Los gritos por la libertad y la orden de combate
El 11 de julio es una fecha que pasará a la historia de Cuba por sus proporciones. La llama que se encendió con una protesta masiva en San Antonio de los Baños se multiplicó en decenas de poblados y ciudades del país. Miles de cubanos salieron a las calles a protestar, una suerte de efecto dominó de un pueblo desesperado por libertad y harto de vivir en crisis.
Lo que durante 62 años el Gobierno intentó castrar se desbordó ese domingo. Cubanos de todas las edades exigieron a viva voz sus derechos y le mostraron su rechazo explícito a las autoridades, cuya respuesta represiva tuvo su punto álgido en la orden de combate dada por el presidente Miguel Díaz-Canel al pueblo para que enfrentara a los manifestantes.
«La orden de combate está dada, a la calle los revolucionarios», dijo el mandatario en la televisión nacional ese día. «Se trata de una frase fascista, una frase que, de cierta manera, incita al genocidio entre cubanos, a una guerra civil, y que vino dada desde un puesto de legitimidad que Díaz-Canel no tiene», comenta Jorge De Armas.
«Esta orden dada por alguien con un carácter netamente fascista como Fidel Castro pudo haber tenido una respuesta mucho peor», advierte.
Para el escritor y periodista, Díaz-Canel simboliza la falta de dirección integral de la política gubernamental cubana, mientras Guzmán Karell añade que también es la expresión de una especie de decrepitud de un sistema que ya está al límite.
«No deja de ser triste que un tipo tan gris, con tan pocas luces, esté en frente de un país con crisis por todas partes, de ahí no puede salir nada bueno», explica.
Los moderadores de La Colada recordaron cómo Díaz-Canel dijo después que no se arrepentía de echar a pelear al pueblo y cómo mintió cuando aseguró que no había desaparecidos ni torturados tras del 11 de julio; que en Cuba no había presos políticos y que «las personas que no están con la revolución pueden manifestarse libremente», cuando organizaciones no gubernamentales reportaron más de 1300 detenciones relacionadas a los hechos.
Cinco meses después de las protestas, más de 700 cubanos continúan presos, entre ellos varios menores de edad. Decenas de manifestantes han sido juzgados en juicios sumarios, acusados de delitos como desorden público, atentado, incitación a delinquir y desacato.
San Isidro y Archipiélago
El Movimiento San Isidro (MSI) nació a finales de 2018 como respuesta directa al gubernamental Decreto 349, una amenaza contra la libertad de creación artística y de expresión en Cuba. Tomó su nombre del barrio habanero, pobre y marginalizado en el que tiene su sede y reúne a un conjunto de artistas y activistas que abogan por los derechos civiles y la democracia en la isla.
El MSI comenzó a retumbar con fuerza en toda Cuba en noviembre de 2020, cuando un grupo de artistas, activistas y periodistas se acuartelaron en la sede para exigir la liberación de uno de sus miembros, el rapero contestatario Denis Solís, quien había sido condenado a prisión en un juicio sumario y sin defensa.
La huelga generó gran apoyo de cubanos dentro y fuera de la isla y una repulsiva campaña mediática de descrédito e intimidación por parte del régimen, cuyos agentes disfrazados de médicos sacaron a la fuerza a los acuartelados y los arrestaron. Esto condujo a que el 27 de noviembre de 2020, más de 300 artistas de varias generaciones se concentraran en las afueras del Ministerio de Cultura para exigir una explicación y que se respetara el derecho de expresión y libre creación en el arte en Cuba.
El principal líder del MSI, el artista Luis Manuel Otero Alcántara, está preso desde el pasado 11 de julio. Se ha convertido en uno de los rostros más representativos de la Cuba de hoy y en una de las principales amenazas para el gobierno, por su cercanía a los sectores marginados durante años y su poder de convocatoria.
«El gran peligro que tuvo San Isidro es lo parecido que es al pueblo cubano. El peligro no estaba tanto en el 27 de noviembre. Creo que San Isidro representa a la mayoría de lo que Cuba es hoy, a lo mejor no lo que fue hace 70 años, pero hoy Cuba se parece mucho más a San Isidro que a cualquier otra cosa», considera De Armas.
En 2021 surgió en Cuba una plataforma ciudadana impulsada por el dramaturgo Yunior García Aguilera, uno de los artistas que lideró la concentración del 27 de noviembre. La propuesta fue nombrada Archipiélago y su principal convocatoria fue una marcha cívica por el cambio en Cuba el 15 de noviembre pasado para exigir, entre otras demandas, la liberación de los presos políticos. La iniciativa finalmente fue frustrada por las autoridades y poco después García Aguilera se exilió en España, lo que generó una fractura dentro de la plataforma, y varios de sus miembros abandonaron el proyecto.
Guzmán Karell se refirió a quienes definen a la plataforma ciudadana Archipiélago como un grupo de izquierda, idea que él no comparte «justamente por esa simbología que hacía referencia a una Cuba más clasista, más universitaria, más blanca, más ordenada, que se aleja bastante de la Cuba que nosotros vimos el 11 de julio en los pueblos y barrios cubanos».
Una de las cosas que más le duelen a De Armas en relación con el abrupto proceso de desarticulación de Archipiélago no es la decepción de muchos de sus miembros –que señala como válida–, sino la de quienes creyeron y siguieron la propuesta de la plataforma.
«Hay una responsabilidad en la esperanza y hay una tragedia en la desesperanza, y es a lo que ha jugado siempre el totalitarismo, el régimen cubano con su pueblo», acota.
Lo positivo del 15N, resaltó, fue la ola de solidaridad que desató. El pronunciamiento de artistas cubanos como Leo Brouwer, José María Vitier, Chucho Valdés, y figuras reconocidas del espacio público internacional como Rubén Blades o Mario Vargas Llosa.
El fenómeno «Patria y Vida»
En febrero de 2021, los artistas cubanos Yotuel Romero, Alexander Delgado, Randy Malcom, Descemer Bueno, Maykel Osorbo y El Funky lanzaron el tema «Patria y Vida», que se convirtió en un himno por la libertad de Cuba y devino banda sonora de protestas de cubanos alrededor del mundo.
Más que una canción, «Patria y Vida» se convirtió en un fenómeno social y sirvió de impulso para amplificar los gritos de libertad de los cubanos en varias plataformas.
El valor simbólico que se le otorga a lo visible depende mucho también de la situación social que representa. De Armas apunta que lo más significativo de este tema es que una canción como «Patria y Vida» se haya constituido en el símbolo de una necesidad social.
El tema musical se alzó con los premios Canción Urbana y Canción del Año en la reciente ceremonia de los Grammy Latinos en Las Vegas. Durante la gala, los artistas cubanos realizaron una interpretación acústica de «Patria y Vida» y la dedicaron a los presos políticos, en espacial a Luis Manuel Otero Alcántara –quien aparece en el videoclip– y a Maykel «Osorbo» Castillo, uno de sus compositores, preso en Cuba desde mayo pasado.
«Para mí ya eso tiene un mérito, y que la ceremonia de los Grammy con todo lo controversial que pudo haber sido y lo que generó en las redes sociales fue un hecho tan importante como que el mundo latino viera un Rubén Blades, un Residente, un Mario Vargas Llosa hablar de Cuba. Yo creo que ‘Patria y Vida’ en cierto grado sí colocó la reflexión sobre Cuba en ese espacio de la cultura popular», señala De Armas.
«El fenómeno Patria y Vida logró unificar el espacio cultural de la nación cubana, tanto los residentes en la isla como su diáspora», añade; criterio que Guzmán comparte porque «si un pueblo abraza una representación artística, ese es el mayor logro que se puede tener».
El politólogo recalcó que «Patria y Vida» como canción y como fenómeno se parece también al pueblo cubano. El Movimiento San Isidro, de todo lo que ha ocurrido en los últimos años en Cuba, tiene mucha cercanía a buena parte de lo que salió el 11 de julio, en el caso de los que hacen Patria y Vida también.
«Esto parece muy trivial, pero no es casual. Es tremendamente significativo que todos los muchachos sean mulatos, sean negros. Responden a una historia y a una tradición peculiar», refiere.
La mujer cubana en la lucha contra el sistema
Uno de los temas importantes al que le dio especial atención este último episodio de La Colada fue al papel de las mujeres cubanas en la lucha por el cambio en Cuba. El que ha venido jugando desde hace años con las Damas de Blanco o con la creciente representación femenina en el periodismo independiente y las diversas plataformas de denuncia.
Los anfitriones del podcast dedicaron una mención especial a las activistas cubanas Saily González, Daniela Rojo, Camila Lobón, Anamely Ramos, Omara Ruiz Urquiola, Thais Mailén Franco, Katherine Bisquet y Tania Bruguera, cuyos nombres, sus denuncias y su trabajo por la libertad han marcado este año.
«Desde hace más de 20 años, si alguien está enfrente de esa posición contra un sistema que oprime a toda la sociedad son las mujeres. Con toda claridad, con mucha fuerza. Se ve desde antes de las Damas de Blanco, pero sobre todo con las Damas de Blanco. Cómo ellas lograron abrazar un discurso con mucha firmeza, pero con una idea que lo que proponía era paz», resalta Guzmán Karell.
A inicios de diciembre, la revista independiente El Estornudo publicó un reportaje con cinco denuncias de abusos sexuales contra el trovador Fernando Bécquer. La publicación generó un fuerte debate en las redes sociales y animó más de veinte víctimas del músico a querer contar historias similares.
A partir de los debates que han generado las recientes denuncias de abuso sexual contra Bécquer, han vuelto con fuerza a estar sobre la mesa, además de la desprotección legal en la que viven las mujeres en la isla, dos temas centrales de la sociedad cubana desde la formación de Cuba como Estado independiente, como país: el tema raza y el tema género.
«Hasta que nosotros como sociedad no entendamos eso con toda la responsabilidad que lleva, ese país no va a ser libre, aún cuando nos despojemos del totalitarismo, si no miramos esos temas de frente no vamos a ser libres ni vamos a vivir en una sociedad libre y próspera», asegura Guzmán.
Puntualmente sobre el tema del acoso, abuso sexual y violencia contra las mujeres, De Armas resaltó que el problema es que en el Estado cubano no existe representación alguna que proteja a las mujeres cubanas de esos acosos, abusos y violaciones. «No es cultura, es falta de interés social».
A pesar del crecimiento de casos de este tipo en el país y de un país que tiene un alto por ciento de diputadas mujeres y de profesionales mujeres, el programa legislativo aprobado hasta 2028 deja fuera una ley integral contra la violencia de género.
«El poder en Cuba sigue siendo asquerosamente macho, y blanco», resalta Enrique Guzmán. «Y claro que es un problema sistémico porque después que has logrado sobrepasar un montón de conflictos y vas a la policía a hacer la denuncia, no te hacen caso, no te toman en cuenta, se burlan de ti, es terrible».
«Yo creo que el cambio en Cuba será femenino, o no será», destaca De Armas.
Puedes escuchar el capítulo completo La Colada es la base de todo.
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