Autor
Isabel Cristina
Mamá de dos hijos varones. Teatróloga. Escritora. Master en Pedagogía del Teatro. Profesora de la Universidad de las Artes. ISA.
"Al principio no creí en esas 'cosas de viejos', 'cosas del campo'. Decía que eran creencias de gente ignorante. Pero siempre terminaba santiguando a mi hijo con una ramita de albahaca, como hacía mi abuela Nilda".
El síndrome del príncipe destronado forma parte de la caterva de síndromes que acompañan el complejo proceso de la maternidad. El rimbombante nombre no es más que los celos que surgen en un niño ante el nacimiento de un nuevo hermano.
Una vez leí que, cuando los hijos están en problemas, a las madres les duele el vientre. No importa cuán lejos estén. No importa cuánto tiempo haya pasado del alumbramiento. Se siente un peso bajo el ombligo, en lo hondo, como un fuego pequeño y permanente.
Muchos bebés y niños pequeños muestran especial cariño por un objeto concreto. El objeto de apego o transicional es un término introducido por primera vez por el pediatra y psicoanalista inglés Donald Winnicott. Esta conducta es la forma de definir la primera posesión del bebé.
A veces estamos los tres amaneciendo, amándonos, riéndonos y sentimos algo tibio y suave que nos abraza. Ya no nos sorprendemos. Es el pipi que se desbordó del culero, porque casi una noche entera pegado a la teta tiene que tener sus consecuencias líquidas.
Yo sabía que aquel muchacho con un nomeolvides detrás de la oreja podía ser un gran padre. Pero no imaginé que el nexo con su bebé sería tan profundo. A medida que Oliver ha ido creciendo y decidiendo, yo me he quedado al margen de varias rutinas que ellos prefieren hacer juntos y solos.
Ser sobreprotectora es una acusación que pesa sobre muchas madres. Casi siempre sobre las madres y mucho menos sobre los padres. Si te dicen que eres descuidada con tu hijo es un insulto, pero cuando te dicen que eres sobreprotectora parecen querer insultarte también.
Un día de enero, mi hijo llegó de la escuela un poco contrariado porque unos tales Reyes Magos no le habían regalado nada y a sus amiguitos sí. Yo le conté que los Reyes Magos no existían, o al menos no en la forma en que sus amiguitos creían.
Amar no es privativo de las madres que amamantan, las que deciden no hacerlo también aman. Por otra parte, creo que lactar es mucho más que amar. Lactar es sacrificio, es dolor, es fuerza de voluntad, es cansancio, es dedicación, es renuncia a muchas cosas, es armonía, equilibrio, apoyo familiar.
Mi hijo mayor sabe que todo el mundo llora, no importa si es hombre, mujer, niño o niña. Él sabe jugar a las casitas y sus primas a los superhéroes. Juntos en sus juegos crean un mundo paralelo donde, sin ningún complejo, Mr. Increíble puede usar sayitas.
Tener un bebé comelotodo es muy complicado, sobre todo cuando en casa hay un niño de 9 años fanático a los Lego. Durante mucho tiempo mi hijo mayor ha coleccionado cajas y cajas de Lego. Algunas piezas se caen al piso y se pierden en las esquinas hasta que alguien las encuentra en una limpieza general.
¿Por qué nuestro bebé duerme bien y otros no tanto? No lo sé. Tampoco puedo aconsejar a otros padres ni hacer un texto con diez consejos para que tu bebé duerma toda la noche. Solo sé que tu hijo será, en gran medida, como tú propicies que sea.
Yo creo en las energías del universo, en las fuerzas naturales y en la incidencia de la familia. Por eso nuestro hijo, nacido en coronavirus, no tendrá en su personalidad los rasgos de la pandemia, será y pensará como hemos sido y como hemos pensado para sobrevivir, como familia, a la crisis.
Ver a un bebé llorar desconsoladamente es de las situaciones más terribles a las que nos enfrentamos las madres y los padres. Casi siempre que llora y no se encuentran causas aparentes, la familia le achaca el llanto a los cólicos del lactante.
Ningún bebé sobre la faz de la tierra es más hermoso que el propio. Ahora, qué sucede cuando se juntan varias madres con sus hijos en una cola del consultorio para ser medidos y pesados.
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Isabel Cristina
Mamá de dos hijos varones. Teatróloga. Escritora. Master en Pedagogía del Teatro. Profesora de la Universidad de las Artes. ISA.
"Al principio no creí en esas 'cosas de viejos', 'cosas del campo'. Decía que eran creencias de gente ignorante. Pero siempre terminaba santiguando a mi hijo con una ramita de albahaca, como hacía mi abuela Nilda".
Muchos bebés y niños pequeños muestran especial cariño por un objeto concreto. El objeto de apego o transicional es un término introducido por primera vez por el pediatra y psicoanalista inglés Donald Winnicott. Esta conducta es la forma de definir la primera posesión del bebé.
Ser sobreprotectora es una acusación que pesa sobre muchas madres. Casi siempre sobre las madres y mucho menos sobre los padres. Si te dicen que eres descuidada con tu hijo es un insulto, pero cuando te dicen que eres sobreprotectora parecen querer insultarte también.
Mi hijo mayor sabe que todo el mundo llora, no importa si es hombre, mujer, niño o niña. Él sabe jugar a las casitas y sus primas a los superhéroes. Juntos en sus juegos crean un mundo paralelo donde, sin ningún complejo, Mr. Increíble puede usar sayitas.
Yo creo en las energías del universo, en las fuerzas naturales y en la incidencia de la familia. Por eso nuestro hijo, nacido en coronavirus, no tendrá en su personalidad los rasgos de la pandemia, será y pensará como hemos sido y como hemos pensado para sobrevivir, como familia, a la crisis.
El síndrome del príncipe destronado forma parte de la caterva de síndromes que acompañan el complejo proceso de la maternidad. El rimbombante nombre no es más que los celos que surgen en un niño ante el nacimiento de un nuevo hermano.
A veces estamos los tres amaneciendo, amándonos, riéndonos y sentimos algo tibio y suave que nos abraza. Ya no nos sorprendemos. Es el pipi que se desbordó del culero, porque casi una noche entera pegado a la teta tiene que tener sus consecuencias líquidas.
Un día de enero, mi hijo llegó de la escuela un poco contrariado porque unos tales Reyes Magos no le habían regalado nada y a sus amiguitos sí. Yo le conté que los Reyes Magos no existían, o al menos no en la forma en que sus amiguitos creían.
Tener un bebé comelotodo es muy complicado, sobre todo cuando en casa hay un niño de 9 años fanático a los Lego. Durante mucho tiempo mi hijo mayor ha coleccionado cajas y cajas de Lego. Algunas piezas se caen al piso y se pierden en las esquinas hasta que alguien las encuentra en una limpieza general.
Ver a un bebé llorar desconsoladamente es de las situaciones más terribles a las que nos enfrentamos las madres y los padres. Casi siempre que llora y no se encuentran causas aparentes, la familia le achaca el llanto a los cólicos del lactante.
Una vez leí que, cuando los hijos están en problemas, a las madres les duele el vientre. No importa cuán lejos estén. No importa cuánto tiempo haya pasado del alumbramiento. Se siente un peso bajo el ombligo, en lo hondo, como un fuego pequeño y permanente.
Yo sabía que aquel muchacho con un nomeolvides detrás de la oreja podía ser un gran padre. Pero no imaginé que el nexo con su bebé sería tan profundo. A medida que Oliver ha ido creciendo y decidiendo, yo me he quedado al margen de varias rutinas que ellos prefieren hacer juntos y solos.
Amar no es privativo de las madres que amamantan, las que deciden no hacerlo también aman. Por otra parte, creo que lactar es mucho más que amar. Lactar es sacrificio, es dolor, es fuerza de voluntad, es cansancio, es dedicación, es renuncia a muchas cosas, es armonía, equilibrio, apoyo familiar.
¿Por qué nuestro bebé duerme bien y otros no tanto? No lo sé. Tampoco puedo aconsejar a otros padres ni hacer un texto con diez consejos para que tu bebé duerma toda la noche. Solo sé que tu hijo será, en gran medida, como tú propicies que sea.
Ningún bebé sobre la faz de la tierra es más hermoso que el propio. Ahora, qué sucede cuando se juntan varias madres con sus hijos en una cola del consultorio para ser medidos y pesados.
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