Foto: elTOQUE.
¿Cómo se convirtió Cuba en una (im)potencia médica? Los datos del sector de la Salud en 2024
3 / enero / 2025
En diciembre de 2024, durante el IX Pleno del Partido Comunista de Cuba, las autoridades gubernamentales reconocieron que la salud, «una de las conquistas sociales», ha sido afectada por la severa crisis que vive la isla.
«Las circunstancias económicas que atravesamos han hecho mella en estas conquistas, estamos conscientes, pero esas dificultades no pueden ser pretexto para el estancamiento y la desidia», dijo el presidente cubano Miguel Díaz-Canel. Días más tarde, durante las sesiones del Parlamento cubano, también los diputados reconocieron que la crisis sanitaria es una de las principales muestras de la decadencia estatal.
Al cierre de 2024, elTOQUE ofrece un resumen de las claves principales para entender cómo funcionó el sistema de Salud en Cuba durante el año.
MENOS MEDICAMENTOS
En días recientes, la Dirección Provincial de Salud en Villa Clara reconoció un incremento de la mortalidad infantil por anomalías congénitas. La publicación informa que la cantidad de muertes de niños menores de un año en 2024 aumentó en ese territorio con relación a 2023.
Según las declaraciones de Liset Caridad O’Farrill, directora del Centro Provincial de Genética en Villa Clara, las causas del aumento de defectos congénitos son multifactoriales, y sobresale de manera especial, en los últimos meses, el contagio de las embarazadas con el virus Oropouche.
Además, la falta de fármacos con ácido fólico y otros suplementos incluidos en las pastillas prenatales ―con abastecimiento irregular en los últimos años―, también podría incidir en el aumento de los problemas congénitos.
Por años el Programa de Atención Materno Infantil (PAMI) ha sido una de las prioridades del Ministerio de Salud Pública (Minsap). Sin embargo, la caída de los indicadores es una clara muestra de la decadencia del sistema sanitario cubano, que muy pocos logros puede celebrar hoy.
La escasez de medicamentos en Cuba no es exclusiva de 2024. Desde hace más de un lustro, elTOQUE ha documentado cómo los estantes vacíos en las farmacias cubanas son una realidad que no ha mejorado con el tiempo.
En diciembre de 2024, el primer ministro, Manuel Marrero, informó a la Asamblea Nacional que la escasez de medicamentos en la red de farmacias continuaría debido a problemas financieros y organizativos.
La situación ha llevado a que aproximadamente el 70 % del cuadro básico de medicamentos esté en falta, afectando tanto a productos de fabricación nacional como a los importados. La carencia de materias primas y materiales necesarios para la producción ha sido identificada como la principal causa del desabastecimiento.
El Gobierno cubano tiene varias deudas con la India, uno de los principales proveedores de materias primas para la industria farmacéutica cubana. Aun así, a mediados de 2024 ese país donó a la isla 80 toneladas de ingredientes farmacéuticos activos, por un valor de 10 millones de euros.
La crisis sostenida con los medicamentos ha llevado a muchos cubanos a recurrir al mercado informal para obtener los fármacos que necesitan. Sin embargo, los precios de gran parte de los medicamentos resultan inalcanzables para la mayoría. Por ejemplo, un blíster de Enalapril, utilizado para tratar la hipertensión, puede costar hasta 200 CUP en el mercado informal.
Hasta octubre de 2024, la Autoridad Reguladora de Medicamentos, Equipos y Dispositivos Médicos cubana (Cecmed) emitió 12 alertas por la venta «en las redes y en la calle» de medicinas falsas o adulteradas.
Los pacientes con enfermedades crónicas, como diabetes o hipertensión, son de los más afectados por la crisis. La falta de medicamentos esenciales para el control de estos padecimientos ha provocado descompensaciones y complicaciones graves en su salud. Además, la escasez de analgésicos y antibióticos ha incrementado el sufrimiento de quienes padecen enfermedades agudas, al no poder acceder a tratamientos adecuados.
Los profesionales de la salud también enfrentan enormes desafíos debido a la falta de insumos y medicamentos. Tales carencias limitan la capacidad para brindar una atención de calidad, que no solo genera frustración y desmotivación entre el personal médico, sino también el abandono de sus labores.
MENOS TRATAMIENTOS
La disminución de tratamientos y medios diagnósticos en Cuba, durante 2024, ha afectado significativamente la calidad de la atención médica en el país. La escasez de insumos y equipos esenciales ha limitado la capacidad de los profesionales de la Salud para realizar diagnósticos precisos y ofrecer tratamientos oportunos, lo que ha repercutido de forma negativa en la salud de la población.
También se ha reducido el acceso a servicios médicos especializados, esto ha obligado a los pacientes a desplazarse largas distancias para recibir atención, lo que en muchos casos resulta inviable, debido a las dificultades de transporte y los costos asociados.
En Santiago de Cuba, por ejemplo, la prensa oficial celebró que en diciembre de 2024 se restableció el servicio de radioterapia para los pacientes oncológicos, tras un año de interrupción por los equipos rotos.
Aunque algunos servicios se han mantenido, como los tratamientos por hemodiálisis, la escasez de medios diagnósticos como ultrasonidos, equipos de rayos X y endoscopios ha limitado la capacidad de detección temprana de enfermedades.
Tal escenario ha provocado un aumento en los diagnósticos tardíos, especialmente en enfermedades crónicas y oncológicas, lo que disminuye las posibilidades de tratamiento efectivo y aumenta la mortalidad asociada.
La falta de tratamientos adecuados también ha llevado a un incremento en el uso de la medicina natural y tradicional como alternativa. Aunque estas prácticas forman parte de la cultura médica cubana, su uso se ha intensificado debido a la falta de medicamentos convencionales, lo que en algunos casos puede no ser suficiente para tratar enfermedades graves.
Ante estas dificultades, muchas personas han optado por solicitar visas humanitarias para tratar a sus familiares en el extranjero. Algunos casos han trascendido por el éxito de las operaciones tras salir de Cuba, pero otros no han corrido con igual suerte.
En 2024, varias madres de niños enfermos han denunciado y exigido al Gobierno, respuestas ante la desprotección sanitaria de sus pequeños. En algunos casos, las autoridades del Minsap han reconocido que no cuentan con todos los recursos materiales o humanos para atender a los pacientes.
DESPLOME DEL PERSONAL MÉDICO
Aún no se disponen de datos oficiales sobre el personal médico que brindó atención en la isla en 2024. Sin embargo, en los últimos años fue un factor que impactó de forma negativa la calidad de los servicios de Salud. Tan solo en 2023 casi 43 000 trabajadores abandonaron el rubro, según cifras de la Oficina Nacional de Estadísticas e Información (ONEI).
El número total de empleados de la Salud pasó de 464 118 en 2022 a 421 120 ese año. Entre las especialidades que registraron mayor disminución figuran médicos, enfermeros, estomatólogos y personal auxiliar, lo que redujo la capacidad de atención en un sistema tensionado por la escasez de recursos.
Los galenos fueron particularmente afectados, con un decrecimiento de 13 303 profesionales. De esa manera, la tasa de médicos por cada 10 000 habitantes se redujo de 88 a 79. Especialidades clave como Medicina General Integral, Pediatría, Obstetricia y Ginecología también sufrieron bajas significativas.
La migración internacional y la búsqueda de empleos más lucrativos dentro de la isla destacan entre las causas del éxodo masivo. La especialidad de Medicina General Integral registra el mayor descenso, con 10 723 médicos menos. La tendencia puede deberse a que la mayoría de los especialistas en otras áreas enfrentan regulaciones migratorias. Sin embargo, el Gobierno no ha divulgado datos exactos sobre la migración de los profesionales sanitarios.
A pesar del deterioro interno, Cuba mantiene su política de exportación de servicios médicos, una práctica que en 2022 generó más de 5 000 millones de dólares y al cierre de 2024 se convirtió en el rubro de exportación más rentable. Mientras el discurso oficial resalta su carácter «humanista», organismos de derechos humanos denuncian las misiones como una forma de explotación laboral.
EL PROBLEMA DE LA INFRAESTRUCTURA
A la falta de personal médico se suma la calidad deficiente de las instalaciones hospitalarias. Techos deteriorados, filtraciones, cortes de electricidad, escasez de materiales y de agua potable, rotura de equipamientos y salas fuera de servicio figuran entre las afectaciones citadas en medios independientes y en denuncias de usuarios en redes sociales en 2024.
Sin embargo, se trata de una problemática de larga data, pues desde 2010 a 2022 cerraron 63 hospitales, 37 consultorios médicos de la familia, 187 hogares maternos y 45 clínicas estomatológicas. Si bien el cierre se debe a que algunas unidades se fusionaron, en otros casos la causa radica en el deterioro.
El mal estado y la baja disponibilidad de las ambulancias afecta también la atención de emergencias. Al respecto, el ministro de Salud, José Ángel Portal Miranda, comentó que en 2023 el sistema apenas cubría el 39.6 % de la demanda.
Las inversiones que el Estado cubano destinó a Salud Pública es otro de los factores que tener en cuenta al evaluar la calidad de los servicios y la infraestructura. Según la ONEI, entre enero y septiembre de 2024, el país destinó más de 1 205 millones de pesos al sector, casi un 12 % más que en igual periodo en 2023. No obstante, el monto asignado a la Salud y la asistencia social representa menos del 2 % del total de dinero dirigido a las inversiones.
SALUD MENTAL, ADICCIONES Y AUMENTO DE LA VULNERABILIDAD
La crisis económica y sanitaria en Cuba tiene un impacto profundo en la calidad de vida. En el país, casi uno de cada cuatro habitantes tiene más de 60 años, de ahí que los ancianos figuran entre los grupos de mayor vulnerabilidad. Así se autopercibió el 89 % encuestado por el Observatorio Cubano de Derechos Humanos (OCDH) en un estudio publicado en 2024.
La situación también afecta de manera crítica al desarrollo de los niños, quienes padecen deficiencias nutricionales que comprometen su crecimiento físico y el desarrollo cognitivo. Este año por primera vez el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) incluyó a Cuba en su informe «La pobreza alimentaria infantil. Privación nutricional en la primera infancia».
Según Unicef, el 9 % de la población infantil en la isla solo tiene acceso a dos de los ocho alimentos considerados necesarios para una vida sana. Sin embargo, Food Monitor Program y el OCDH advirtieron que el dato de Unicef podría ser una cifra bastante conservadora.
La crisis alimentaria ha reducido la calidad nutricional de la dieta de varios sectores de la población. Entre 2022 y 2023, el número de personas fallecidas por desnutrición aumentó en 74.42 %.
El país registra también un incremento en el consumo de drogas, particularmente entre adolescentes y jóvenes, de acuerdo con agentes del Ministerio del Interior. Una de las sustancias más populares se conoce como «el químico». Tania Adriana Peón Valdés, jefa del Grupo Nacional de Psiquiatría Infantil y de Salud Mental y Adicciones de la Dirección de Salud en La Habana, explicó a Cubadebate que las personas con dependencia a estas sustancias pueden enfrentar crisis psicóticas, intentos de suicidio y trastornos de ansiedad y depresión.
La crisis del sector de la Salud ha sido uno de los mayores desafíos del país en años recientes y lo será en el futuro próximo. El ministro Portal Miranda calificó 2023 como uno de los años más complejos para el sistema sanitario cubano y reconoció las deficiencias en la organización de los servicios, así como los problemas estructurales. La situación no fue mejor en 2024, y nada parece indicar que 2025 traiga un escenario diferente.
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