«En Cuba no hay mendigos»: la FALSA declaración de la ministra de Trabajo y Seguridad Social

Foto: elTOQUE.
Marta Elena Feitó Cabrera, titular del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social (MTSS) de Cuba, afirmó el 14 de julio de 2025 en la Asamblea Nacional del Poder Popular (ANPP) que en el país «no hay mendigos». En sus palabras, la mendicidad y los trabajos precarios y ambulantes serían una invención o un «modo de vida fácil» adoptado por algunas personas para evitar emplearse de manera formal o pagar impuestos. Sin embargo, estas declaraciones absolutas contradicen no solo las estadísticas oficiales del país, sino también la realidad visible en las calles de la isla y los pronunciamientos de otros altos funcionarios gubernamentales.
Durante los debates en la ANPP (Parlamento unicameral), previo al Quinto Período Ordinario de Sesiones de su X Legislatura, la funcionaria aseguró: «Están disfrazadas de mendigos [estas personas]. No son mendigos. En Cuba no hay mendigos. Encontraron un modo de vida fácil para ganar dinero y no trabajar (...) con las formalidades que corresponde. También se dice que hay “buzos”. (...) Esas personas que están en los tanques de basura, tirando la basura hacia el piso, revolviendo la basura, buscando latas –que algunos dicen que están buscando comida en los basureros–; eso tampoco es verdad. (...) Esas personas están recuperando materia prima y son ilegales del trabajo por cuenta propia. Lo que están es violando el fisco».
Las declaraciones de Feitó Cabrera desinforman y se contradicen con otras ofrecidas por el MTSS en junio de 2024, durante una reunión del Consejo de Ministros, cuando se reconoció que hay más de 3 700 «pacientes» internados en «centros de Protección Social» por su supuesta «conducta deambulante». El eufemismo oficial, que incluye la mendicidad, es utilizado para describir a personas con «un modo de vida caracterizado por inestabilidad e inseguridad del lugar de permanencia, carencia de autocuidado y autonomía económica».
Las cifras podrían ser incluso mayores, pero no pueden ser contrastadas por expertos independientes.
La mendicidad es una realidad conocida y aceptada por el Gobierno cubano a pesar de la propaganda oficial. Varios ejemplos del discurso público así lo demuestran.
En abril de 2025, durante una visita oficial a la provincia Granma, el gobernante Miguel Díaz-Canel admitió la existencia de mendigos y llamó a evitar su aumento: «no podemos dejar que en esta etapa de crisis económica, eso prolifere, que son los menesterosos, los mendigos, pordioseros, el trabajo informal con niños, el asedio a turistas».
También, en marzo de este año, un titular publicado en el diario Granma afirmaba que «La mendicidad no es compatible con el proyecto social cubano», para presentar un artículo de Isabel Acosta Sánchez, magistrada del Tribunal Supremo Popular (TSP), en el que se hace una velada amenaza a personas involucradas en hechos de este tipo.
El citado texto es una versión de un artículo anterior publicado por Acosta Sánchez en la web oficial del TSP, en el cual admite: «la mendicidad es un fenómeno social que está ligado a problemas como la desigualdad y la pobreza, y supone un desafío para el Estado, las familias y la sociedad en general».
La alta funcionaria judicial afirma, además, que «en Cuba las complejas condiciones económicas (...) provocan un impacto superior en algunos segmentos de la población, colocándolos en ocasiones en situaciones de vulnerabilidad, lo que es aprovechado por personas inescrupulosas para conducirlos a la práctica de actos de mendicidad (...)».
La republicación de esa nota en el diario de mayor circulación en el país generó polémica y rechazo hace unos meses. La profesora, ensayista e historiadora cubana Alina Bárbara López Hernández señaló en redes sociales: «Al grupo de poder le molesta la “fea publicidad” que dan al Gobierno los mendigos y personas hambrientas que pululan en nuestras calles. Sin embargo, son los máximos culpables de esta situación. Diseñaron el desastre. Tengan al menos el valor de reconocerlo».
Los expertos y la ciudadanía contradicen la versión de la ministra de Trabajo y Seguridad Social
La socióloga Elaine Acosta González, doctora en Estudios Internacionales e Interculturales e investigadora asociada al Cuban Research Institute de la Universidad Internacional de Florida (FIU, por sus siglas en inglés), declaró a elTOQUE, a propósito de la afirmación de la ministra de Trabajo y Seguridad Social: «continuar desconociendo, minimizando o encubriendo los impactos del aumento del empobrecimiento de la población, hace al Gobierno cubano doblemente responsable de la actual situación de deterioro de la calidad de vida y aumento de las personas en situación de calle. Responsable por ocasionarla y también por ocultarla, y no buscar posibles vías de solución».
Acosta González, quien también dirige el Observatorio de Envejecimiento, Cuidados y Derechos Cuido60, no tiene dudas sobre «el aumento de personas en situación de calle o que tienen que recurrir a la solidaridad callejera para conseguir apoyos básicos para sobrevivir cotidianamente. Las cifras oficiales reconocieron, después de una década sin datos, que se ha más que duplicado el número de personas en situación de calle».
Varios especialistas han advertido que el aumento de la pobreza y la mendicidad en la isla es reflejo de la crisis económica que atraviesa el país, exacerbada por las dificultades en el acceso a recursos básicos.
La referencia a «personas con conducta deambulante» por parte de otros funcionarios cubanos y en varios reportes de la prensa estatal contrastan con la afirmación de Feitó Cabrera de que en Cuba no existen mendigos. Este reconocimiento de la situación también confirma que las autoridades cubanas están al tanto de la existencia de personas que, por diversas razones económicas y sociales, no cuentan con un acceso a recursos básicos y recurren a formas precarias de subsistir, incluido pedir dinero en las calles o la recolección de residuos.
También dan cuenta de un aumento de la mendicidad en la isla numerosas imágenes compartidas en redes sociales por ciudadanos y varios reportajes recientes de la prensa que no está controlada por el PCC.
La activista María López, residente en el municipio Centro Habana, expresó en declaraciones a Radio Martí: «es una situación muy dura en todos los casos, pero cuando ves a jóvenes pidiendo comida en la calle, la gravedad del problema se hace más evidente. La situación ha empeorado tanto que en cada esquina pueden verse siete u ocho de ellos».
Otra residente en la capital cubana, Dunia Medina, dijo a Radio Martí: «la mendicidad ha aumentado debido a la inflación. Es incomprensible que, después de haber trabajado más de 40 años consecutivos, muchas personas tengan que vivir en condiciones tan miserables (...). Y no solo los adultos, sino también los niños. En calles muy transitadas, como Monte, en La Habana Vieja, o Galiano, se ven a diario grandes cantidades de mendigos, incluidos muchos ancianos».
Sobre las recientes afirmaciones de la ministra Feitó Cabrera en el Parlamento, la socióloga Elaine Acosta agregó en sus declaraciones a elTOQUE: «la mayoría de las personas que se dedican a recolectar latas para vender (muchas de ellas mayores de 60 años) no pueden cubrir sus gastos básicos con las exiguas pensiones que reciben. Estamos hablando de actividades de sobrevivencia, por eso criminalizarlas refiriéndose a evasión de impuestos o a conductas negativas es no comprender cuáles son las necesidades básicas que no están siendo atendidas por el Estado ni por cualquier otra institución en Cuba».
De acuerdo con la experta, «el Gobierno cubano con estas reiteradas declaraciones, sigue criminalizando la pobreza en lugar de buscar alternativas para compensar los impactos de todas las políticas de ajuste que han venido realizando».
Sobre la mendicidad, Acosta González declaró anteriormente a Martí Verifica: «en el caso cubano, la compleja crisis estructural y sistémica explica, en buena medida, el aumento de las personas en esta situación de calle, debido —entre otras razones— a la disminución de la participación del Estado en la protección social».
Una investigación publicada en 2024 por el Observatorio Cubano de Derechos Humanos (OCDH) —realizada en todas las provincias del país— reveló que la pobreza extrema afecta, al menos, al 89 % de la población encuestada.
«En Cuba no solamente se violan los derechos civiles y políticos, sino —entre otros— los sociales. Por eso siempre decimos que el régimen cubano no solamente reprime, sino que también empobrece», declaró el abogado Yaxys Cires, director de Estrategias del OCDH.
Tras las recientes declaraciones de la ministra del MTSS, la ONG se pronunció contra «la criminalización de las personas sin recursos» y criticó a las autoridades por «pedir a la ciudadanía que “combata y denuncie” a los mendigos a través de un teléfono, además de deportar de La Habana a personas de las provincias orientales, después de “caracterizarlas”».
Por su parte, el doctor en Economía Pedro Monreal ha aclarado: «en Cuba, la pobreza, vulnerabilidad, (...) no es (...) un infortunio por edad, enfermedad o circunstancia familiar, sino el resultado de un mercado laboral y de un sistema de pensiones completamente disfuncionales».
Casi la mitad de los pensionados cubanos se encuentra en «situación de vulnerabilidad», con un ingreso igual o inferior a la mínima de 1 528 CUP, según datos oficiales.
Monreal también ha señalado en redes sociales, respecto a la narrativa oficial, que «el problema no es pregonar que la mendicidad no sea “compatible” con algo que llaman “proyecto social cubano”, sino que no se reconozcan sus causas internas ni el fracaso institucional en ese tema (...)».
Según el economista, «la mendicidad es una vertiente específica de la “normalización” del empobrecimiento masivo que impulsó el programa del “ordenamiento” y el tratamiento del problema no debe consistir en un enfoque reduccionista para castigar legalmente aristas de la mendicidad».
A propósito de la reciente negativa de Feitó Cabrera a reconocer la existencia de mendigos en el país, el Dr. Pedro Monreal tildó su discurso de «reaccionario» y le respondió en X: «Parece que a la “ministra” no le importan los pobres, sino que se vean. Los tilda de borrachos, simuladores e ilegales. Señora, el combate es contra la pobreza, no contra los pobres. Detenga esos desvaríos y proponga salarios y pensiones decentes».
De acuerdo con un estudio de la fundación 4Métrica, «el Estado cubano durante décadas ha presumido internacionalmente que en Cuba se realizan plenamente los derechos sociales, sin embargo, la realidad del país es otra: la mayor parte de la población cubana vive en la pobreza extrema; situación que se manifiesta en los bajos de la mayoría de los hogares y su baja capacidad adquisitiva, la grave y prolongada crisis alimentaria, el deterioro del sistema de salud, el problema de la vivienda, los deficientes servicios públicos de electricidad, agua y transporte, entre otros elementos concretos».
Los expertos coinciden en que la mendicidad no es una cuestión de moralidad individual, sino el resultado directo de un sistema económico colapsado. La falta de empleo digno, la crisis en los servicios públicos y la desprotección social han empujado a muchas personas a sobrevivir en condiciones extremas. Sin embargo, este es un tema de recurrente desinformación por parte de las autoridades cubanas.


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