La represión como política: vigilancia y amenazas contra estudiantes en Cuba

Foto: elTOQUE.
Luego de las declaraciones de protesta en varias universidades de Cuba por el alza de los precios de Internet, han trascendido denuncias de estudiantes sobre la represión institucional y la intimidación para que no se sumen al paro académico. Lo conocido en días recientes coincide con estrategias habituales del autoritarismo cubano para desalentar o reprimir cualquier manifestación de disenso y ejercicio de derechos fundamentales.
Estudiantes de al menos 25 facultades universitarias en Cuba publicaron pronunciamientos críticos contra las nuevas tarifas de Internet impuestas por la Empresa de Telecomunicaciones de Cuba S. A. (Etecsa), que tiene el monopolio del servicio en el país. Se trata de una de las articulaciones estudiantiles más amplias y visibles que han tenido lugar en la isla en décadas.
A pesar de que las peticiones y quejas son legítimas y que buscan defender su acceso a la información y a recursos educativos imprescindibles para un ejercicio efectivo de derechos fundamentales (como el de la libertad de expresión), varios funcionarios gubernamentales y dirigentes de la oficialista Federación de Estudiantil Universitaria (FEU) han rechazado los reclamos estudiantiles. La Policía política también ha amenazado a varios de los alumnos involucrados en las declaraciones contra el tarifazo, según denuncias en redes y testimonios compartidos con elTOQUE.
Denuncias de vigilancia y castigo en universidades cubanas
Jóvenes cuyas identidades se protegen para evitar represalias, contaron a elTOQUE lo que se vivió en sus centros de estudio la pasada semana tras el anuncio de las nuevas tarifas y la reacción negativa de parte del estudiantado. En dos universidades de distintas provincias y diferentes campos del saber, el sentimiento ha sido similar: la medida es injusta para toda la sociedad, no solo para los alumnos. Pero también coinciden en que el miedo es la apuesta de las autoridades para desmovilizarlos y que desistan del paro académico u otras acciones de protesta.
«Las Facultades de Música, Famca [Facultad de Arte de los Medios de Comunicación Audiovisual] y Arte Teatral han sacado comunicados contra los precios de Internet (...). En mi facultad no ha salido ningún comunicado porque el decanato nos tiene reprimidos, no hay unidad y el presidente de la FEU no nos apoya», comentó una estudiante del ISA-Universidad de las Artes, en La Habana.
Según la joven, muchos están asustados, y especifica: porque desde el viernes [que se anunció el tarifazo] nos han tenido vigilados y han hecho análisis en [la] rectoría por subir una opinión a redes. Aquí hay mucha vigilancia y trabajadores de la Seguridad del Estado paseándose por el campus».
Desde Matanzas, un alumno de Ciencias Médicas declaró a elTOQUE: «las autoridades se están reuniendo con los estudiantes, pero muy aisladamente, no convocan a una reunión general con todos. Van a los grupos o aulas donde haya estudiantes, muy pocos, la mayoría de primer año de Medicina, para hablar con ellos y echarles miedo, desalentándolos».
El joven explicó que se oponen «al tarifazo y demás males generales que afectan a la sociedad»; y añadió: «queremos que estén conscientes del descontento que hay, y los universitarios matanceros no nos quedamos atrás, aunque sí hay miedo».
Este domingo 8 de junio de 2025, el Observatorio de Libertad Académica (OLA) emitió en redes sociales «una alarma ante la ofensiva represiva de la Seguridad del Estado contra los estudiantes de la Universidad Tecnológica de La Habana “José Antonio Echeverría” (Cujae) y la Universidad Central “Marta Abreu” de Las Villas (UCLV)».
Según denunció la ONG, «agentes de civil han irrumpido en los campus de ambas universidades y llevan horas sometiendo a varios estudiantes a sesiones de interrogatorios. También se han presentado en las viviendas de los que han identificado como líderes y no se encuentran en la residencias universitarias, amenazándolos con la expulsión en un esquema intimidatorio que incluye a la familia».
OLA también señaló en su publicación que los canales de WhatsApp a través de los que estas comunidades universitarias se mantenían conectadas y gestionaban la dinámica de la protesta, han sido cerrados.
Ese parece ser el caso del canal «Cujae habla», una alternativa a los espacios comunicativos oficiales creada al calor de la protesta contra los nuevos precios, pero que fue cerrado abruptamente el 7 de junio de 2025 luego de denunciar citaciones de agentes del Ministerio del Interior por un presunto cartel contestatario.

Captura del canal Cujae habla, monitoreado por elTOQUE.
elTOQUE también pudo verificar de forma independiente —a partir del testimonio de cuatro estudiantes— lo que ocurre en la UCLV. Según las declaraciones de los jóvenes, obtenidas con la condición de anonimato, la Policía política se presentó en los hogares de, al menos, tres estudiantes y los habría amenazado con expulsarlos de sus carreras y con procesos penales.
Estas versiones coinciden con un testimonio obtenido por el periodista Mario Pentón en el que se advierte que uno de los estudiantes acosados por la Seguridad del Estado, «era el administrador del canal de WhatsApp “La voz de todos”, que buscaba unir a los universitarios y ya tenía más de 500 seguidores en pocas horas. Se estaba organizando una parada universitaria para el lunes, pero lo obligaron a cerrar el canal».

Mensajes publicados por el Observatorio de Libertad Académica.
También han trascendido otras denuncias de estudiantes de la Universidad de las Artes sobre el acoso institucional en ese centro de altos estudios. Martí Noticias obtuvo el testimonio de un estudiante de Famca que participó en una manifestación de descontento y fue presionado por expresarse.
«Parece que el decano y el rector recibieron la noticia de que habíamos sido la primera facultad del ISA en pronunciarse en contra de lo de Etecsa. Ya otras universidades lo venían haciendo. Esto llevó a que a los estudiantes becados, a las diez de la noche, se les sacara de sus cuartos y se les llevara a rectoría del ISA».
Según el alumno: «se hizo una reunión con ellos en la que explicaron que estaban muy decepcionados de que hubiéramos sacado ese comunicado, que a dónde queríamos llegar, que nos iban a demandar por usar de manera ilegal el logo de nuestra Universidad en un comunicado que ellos no habían aprobado ni emitido».
De acuerdo con el joven, en esa reunión las autoridades del centro de altos estudios «intentaron minimizar la situación» al decirles que lo estaban haciendo porque otras universidades también lo hacían. Además, argumentaron que «cuando no había Internet también se hacía cine» y utilizaron a representantes de la FEU para imponer en las aulas la versión oficial y neutralizar el descontento del alumnado.
En un audio filtrado a nuestro medio, también se escucha denunciar a un estudiante de la Facultad de Lenguas Extranjeras (FLEX) de la Universidad de La Habana (UH): «FEU nacional, FEU UH y la dirección de la universidad están violentando ese derecho [a la huelga]».
«¿Tenemos que alinearnos de forma cómplice a la violación de legítimos derechos?». Asimismo, alegó que la dirigencia universitaria pretende mostrar a los más radicales como resultado de la «influencia externa», una retórica que el régimen cubano empleó en otros escenarios de protesta, como las ocurridas en julio de 2021.
También se conoció que la decana de la Facultad de Comunicación y Letras de la Universidad de Holguín (UHO) citó a una estudiante de cuarto año de Periodismo luego que se publicara una declaración por parte de alumnos de esa facultad en contra de las medidas de Etecsa.
Estudiantes de la Universidad de Ciencias Médicas de Cienfuegos también contaron a elTOQUE que, tras una protesta por los largos apagones y las declaraciones públicas contra el tarifazo de Etecsa, varios alumnos fueron amenazados por la Seguridad del Estado con la complicidad de profesores de la institución educativa; y a algunos se les había obligado a borrar los videos de la protesta realizada en la residencia estudiantil. Además, circularon imágenes de una persona de la sede universitaria que intentaba intimidar a los estudiantes y gritaba la consigna oficialista «patria o muerte».
La amenaza pública del Partido Comunista
En medio de la repercusión de las declaraciones de los estudiantes, el Partido Comunista de Cuba (PCC) publicó en sus redes sociales la siguiente frase que Fidel Castro dijo en 1959: «Y recuerden esto, recuerden esto que nos enseña la historia: que estos procesos revolucionarios no tienen término medio, y que o triunfan plenamente o son derrotados, que la historia enseña que se pasa de la extrema revolución a la extrema reacción. Y que, desde luego, entre los derrotados tengan la seguridad de que a nosotros no nos contarán».
Sobre esta publicación, la académica e historiadora cubana, la Dra. Alina Barbara López, señaló: «La sutileza no es una virtud del Partido único. Desde la estratósfera en que vive, siente amenazado el poder absoluto del que un día disfrutó, y nos amenaza».
La exprofesora universitaria agregó: «Como buenos escolásticos, apelan al principio de autoridad que es para ellos una cita de Fidel Castro. Sería bueno recordarles el discurso pronunciado por él en 2005, en la Universidad de La Habana, donde afirmó que la revolución solo podría ser derrotada desde dentro. Pues bien, en ese punto estamos. A ustedes se les debe, a su exclusión, corrupción y prepotencia. Sin nuestro miedo, ustedes ya no tienen poder. Eso también lo enseña la historia».
La represión institucional en Cuba no es un fenómeno aislado ni esporádico, sino una estrategia sistemática que busca sofocar cualquier forma de disenso que amenace la estabilidad del régimen. En este contexto, el aparato represivo del Estado cubano ha desplegado toda su fuerza a través de la Seguridad del Estado y funcionarios gubernamentales para atemorizar a los estudiantes, el sector social que más fuerte ha respondido al tarifazo de Etecsa.
La represión institucional en Cuba responde a una lógica sistemática, no a episodios aislados. Lo que hoy enfrentan los estudiantes es parte de la continuidad represiva que atraviesa décadas de control estatal. En lugar de atender las legítimas demandas de los alumnos por el acceso a un servicio básico como lo es Internet, las autoridades optan por reforzar el miedo a través de la persecución.
Este ataque directo a la autonomía universitaria es, además, un recordatorio de las formas en las que el sistema cubano ha mantenido durante décadas un aparato de control social que ahoga cualquier intento de cambio. Las universidades, en su potencial de ser espacios de libre pensamiento y disenso, se han convertido en centros de constante vigilancia.


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