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«En Cuba no hay nadie pasando hambre», dijo el canciller Bruno Rodríguez en 2021. El video volvió a circular por estos días, pero la falsa narrativa no ha cambiado: negar lo evidente.
Mientras la oscuridad se abre paso en el país, el Gobierno vuelve a activar la retórica de «resistencia creativa», una narrativa que intenta camuflar la incapacidad estatal ante las múltiples crisis que hoy inciden en la vida de los cubanos.
El reconocimiento de las estadísticas recabadas a partir de observatorios y reportes de la sociedad civil por parte de los organismos internacionales sería necesario para dejar de reproducir una imagen irreal de la situación cubana.
En 1889 Martí publicó «La historia del hombre, contada por sus casas». En 2023, las viviendas cubanas tienen, asimismo, mucho para contar, secretos que develar y lutos que vivir.
Diagnosticar las desigualdades de género en la sociedad cubana requiere producir datos e interpretarlos. Sin embargo, la información que brindan las instituciones gubernamentales es escasa y está marcada por la necesidad de demostrar el avance del Gobierno en temas de género.
Mientras el Gobierno se enfocó durante 2022 en reformas legislativas como vía para abordar el problema de la violencia machista, la sociedad civil independiente posiciona el acceso a la justicia, la reparación y el acompañamiento a las sobrevivientes como una prioridad a atender.
El día antes de las elecciones, el 2 de noviembre, había empezado en La Habana el curso escolar. El problema real para mi es ahora es que mi enano tiene un solo par de tenis y le quedan justos. Justos justísimos.
Qué desconsiderado por parte de la gente evocar con este recorte de periódico aquella frase de Orwell de que “todos somos iguales, pero hay unos más iguales que otros”. O rememorar otras medidas y etapas y procesos, que nos dijeron eran “transitorios”, “temporales”, “necesarios, pero no deseables”.
La red de establecimientos comerciales y la distribución de productos no son equitativas en los diferentes puntos de La Habana, ni está organizada en función de la extensión territorial, la cercanía a las comunidades o el volumen de población residente.
El proceso revolucionario cubano, a partir de 1959, intentó revertir el sistema estructural de desigualdades; sin embargo, persisten brechas sociales y económicas que desplazan hacia los márgenes a las mujeres negras y mestizas en Cuba.
Conversamos sobre el impacto de la COVID-19 en las tramas de desigualdad existentes en Cuba.
En esta entrevista realizada al economista, profesor e investigador cubano Ricardo Torres, para la revista Temas, se discuten interesantes criterios sobre los problemas con la desigualdad creciente en Cuba, las medidas contenidas en la reforma económica y los recientes pasos de “perfeccionamiento” de la llamada Actualización del modelo socialista cubano.
desigualdad

«En Cuba no hay nadie pasando hambre», dijo el canciller Bruno Rodríguez en 2021. El video volvió a circular por estos días, pero la falsa narrativa no ha cambiado: negar lo evidente.
Mientras la oscuridad se abre paso en el país, el Gobierno vuelve a activar la retórica de «resistencia creativa», una narrativa que intenta camuflar la incapacidad estatal ante las múltiples crisis que hoy inciden en la vida de los cubanos.
Diagnosticar las desigualdades de género en la sociedad cubana requiere producir datos e interpretarlos. Sin embargo, la información que brindan las instituciones gubernamentales es escasa y está marcada por la necesidad de demostrar el avance del Gobierno en temas de género.
Qué desconsiderado por parte de la gente evocar con este recorte de periódico aquella frase de Orwell de que “todos somos iguales, pero hay unos más iguales que otros”. O rememorar otras medidas y etapas y procesos, que nos dijeron eran “transitorios”, “temporales”, “necesarios, pero no deseables”.
Conversamos sobre el impacto de la COVID-19 en las tramas de desigualdad existentes en Cuba.
El reconocimiento de las estadísticas recabadas a partir de observatorios y reportes de la sociedad civil por parte de los organismos internacionales sería necesario para dejar de reproducir una imagen irreal de la situación cubana.
Mientras el Gobierno se enfocó durante 2022 en reformas legislativas como vía para abordar el problema de la violencia machista, la sociedad civil independiente posiciona el acceso a la justicia, la reparación y el acompañamiento a las sobrevivientes como una prioridad a atender.
La red de establecimientos comerciales y la distribución de productos no son equitativas en los diferentes puntos de La Habana, ni está organizada en función de la extensión territorial, la cercanía a las comunidades o el volumen de población residente.
En esta entrevista realizada al economista, profesor e investigador cubano Ricardo Torres, para la revista Temas, se discuten interesantes criterios sobre los problemas con la desigualdad creciente en Cuba, las medidas contenidas en la reforma económica y los recientes pasos de “perfeccionamiento” de la llamada Actualización del modelo socialista cubano.
En 1889 Martí publicó «La historia del hombre, contada por sus casas». En 2023, las viviendas cubanas tienen, asimismo, mucho para contar, secretos que develar y lutos que vivir.
El día antes de las elecciones, el 2 de noviembre, había empezado en La Habana el curso escolar. El problema real para mi es ahora es que mi enano tiene un solo par de tenis y le quedan justos. Justos justísimos.
El proceso revolucionario cubano, a partir de 1959, intentó revertir el sistema estructural de desigualdades; sin embargo, persisten brechas sociales y económicas que desplazan hacia los márgenes a las mujeres negras y mestizas en Cuba.