En las últimas semanas se ha disparado el precio de las divisas —incluida la moneda libremente convertible (MLC)— en el mercado informal cubano. 

Según la tasa que a diario publica elTOQUE (hallada a partir de la mediana de los números escritos en anuncios de compra y venta de divisas registradas), el dólar estadounidense pasó de tener una tasa cambiaria de 72 CUP el primero de enero de 2022 a 100 CUP hasta la fecha de hoy.

En junio de 2021 el anuncio de la «suspensión temporal» de depósitos en USD en efectivo en los bancos cubanos hizo que la cotización en 50 CUP se mantuviera por debajo de otras monedas como el euro (EUR) y las MLC. 

A partir de ese momento, «comenzaron a aparecer transacciones que involucraban dólares en depósito y estos empezaron a mostrar una cotización superior a la del efectivo, lo que se explica por el uso que podía dársele para adquirir bienes que solo se comercializan en las tiendas establecidas a estos efectos», explicó el economista Mauricio de Miranda. «Las necesidades de bienes llevaron a una preferencia por la liquidez expresada en depósitos y no en efectivo de la moneda estadounidense».

Empresa estatal y ventas en MLC, ni más eficiencia ni mayor productividad

Cuando empresas estatales comercializan en MLC se crean condiciones de exportación artificiales, como si estuvieran exportando, cuando en realidad no han tenido un salto en productividad ni en eficiencia; no han conquistado mercados de exportación.

En octubre de 2021, el economista cubano Pavel Vidal identificó algunos eventos que impactaban la oferta y la demanda de divisas en el mercado informal: 

«La pandemia, la caída del turismo, la recesión económica y la cancelación de vuelos se podrían identificar entre los principales factores que mantienen contraída la cantidad de dólares y divisas que entran al mercado. Mientras, el aumento de salarios estatales y pensiones, la inflación, la creciente dolarización institucionalizada, la ausencia de convertibilidad formal del peso en las casas de cambio y los bancos, y la incertidumbre sobre la política monetaria generan una demanda adicional de divisas; sea porque se necesitan más divisas del mercado informal para hacer transacciones o simplemente porque se busca refugio en monedas más estables en momentos de alta inestabilidad monetaria».

La drástica subida de los últimos días no solo ha provocado que supere el MLC, sino que, por primera vez, se acerque al euro —en Cuba se cotiza a un 0.07 menos que la tasa internacional— y, lo que es más interesante, podría ser el síntoma de la agudización de otros fenómenos. 

Dólares para emigrar

Aunque públicamente no se dispone de números exactos que revelen cuántos cubanos han viajado a Nicaragua desde el anuncio de la exención de visado, la enorme demanda registrada por las aerolíneas y la propia percepción popular indican que la cifra no solo es alta, sino que lo continuará siendo. 

«Se van por tubería», dice Alejandro, joven cuentapropista residente en Santa Clara, al referirse a dólares y personas por igual. «Hay mucha gente que ha hecho o está por hacer la travesía hasta la frontera sur de Estados Unidos, y aprovechan el libre visado para viajar a Nicaragua». Datos del Departamento de Aduanas y Protección de Fronteras (CBP) citados por Cibercuba revelan que durante los tres primeros meses del presente año fiscal 20 476 cubanos entraron a Estados Unidos desde México por vías irregulares, con cifra récord en diciembre.

«Los números sobre ingresos de cubanos en meses recientes comienzan a desafiar los del año fiscal 2021, concluido el pasado 30 de septiembre, cuando arribaron irregularmente por vía terrestre 39 303, de ellos 38 674 por la frontera de México», añade la nota.

Los altos precios de los pasajes La Habana-Managua (en dependencia de las escalas y tiempo de duración superan los 1 200 USD ida y vuelta) y el pago a los coyotes (varios miles de dólares), además de otros gastos de alimentación, habitación y transporte en cada uno de los países a atravesar, hacen que el viaje completo alcance, incluso, más de diez mil USD. Los migrantes también suelen procurarse algún fondo para no llegar a su destino con las manos vacías. Alejandro le llama «la travesía VIP». «Los pocos dólares que hay “vuelan” precisamente por eso: porque son imprescindibles para quien se va».

Tais coincide. Ella prepara su viaje a Nicaragua y ha comprado casi 3 000 USD, en billetes de 100 y 50. Su hermano en Estados Unidos le compró un pasaje para febrero. A pesar de que hará la travesía junto a unos amigos, revela que siente temor al viajar con tanto efectivo en condiciones de inseguridad.

«Cuando nos decidimos a irnos, empecé a comprar todo el USD que podía», cuenta. «Los he tenido que comprar lo mismo a 80 CUP cada uno que a 100. En cuestión de pocos días aumenta el valor en los grupos de Telegram en los que la gente vende». 

«Dónde queda Nicaragua»: cubanos trazan con Internet la ruta de su próxima travesía

«Mapa de Nicaragua», «fronteras de Nicaragua», «mapa de Centroamérica», «mapa de México», «Nicaragua mapamundi», «dónde queda Nicaragua»... Se trata de un destino que, más que despertar interés por sí mismo, atrae por su ubicación y las posibilidades de movimiento en el territorio que ofrecen sus coordenadas.

Muchos atribuyen el aumento del USD en las últimas semanas a un posible éxodo de cubanos. Aunque los vuelos La Habana-Managua acaparan la mayoría de los viajes, no existe un único destino para quien decide emigrar. El lugar dependerá de las facilidades propias y la cifra que se consiga reunir, nunca por debajo de 3 000 USD.

«Es una locura», dice una cienfueguera de 40 años que prefirió el anonimato y que se va de Cuba definitivamente gracias a un pasaje a Nicaragua por el que pagó 2 500 USD. 

Ella ha tenido «la suerte» de comprar los USD a 95 CUP cada uno, porque «algunas almas nobles o que están apuradas ofertan más barato», explica.

El aumento del precio de las divisas en el mercado informal también se debe al desabastecimiento de las tiendas —sea en CUP o MLC—, lo que hace que, ante la falta de competencia, cualquiera con una oferta pueda poner casi cualquier precio.

«Estamos desesperados. Es triste porque sabes que irte es la única salida. Incluso, a veces, sin tener suficiente dinero, te arriesgas», confiesa. Jamás pensé pagar tanto por un pasaje, aunque he visto sumas aún más absurdas; pero no hay de otra. Cuando te estás ahogando, bajo cualquier circunstancia, tratas de respirar».

Los números de la crisis confirman sus palabras. Alejandro Gil, ministro de Economía y Planificación, explicó en la Asamblea Nacional del Poder Popular en diciembre de 2021 que la «afectación de nuestros ingresos» en los últimos 18 meses supera los tres mil millones de dólares. 

Gil reconoció que existen más de 500 empresas estatales que generaron pérdidas en 2021 y admitió la existencia de una dolarización parcial de la economía en las relaciones interempresariales y del sector no estatal. Aportó una medida de la inflación en los precios minoristas de un 70 %; en especial, en alimentos, transporte y materiales de la construcción, debido a «desviaciones del diseño de la Tarea Ordenamiento».

No obstante, varios economistas están en desacuerdo con la cifra oficial del incremento de precios.

«La ONEI reportó hoy que el incremento de precios al consumidor en Cuba fue de 77.33 % en 2021, un dato que tiende a subvalorar la inflación porque el cálculo asume estructuras de consumo de hace más de diez años. Economist Intelligence Unit ha estimado un 740 %», escribió en su cuenta de Twitter Pedro Monreal. 

Su colega Mauricio de Miranda respondió que «habría que ver si [la ONEI] ha considerado el efecto de la devaluación del mercado informal que está golpeando el bolsillo de los cubanos que solo pueden acceder a las tiendas MLC obteniendo la divisa en el mercado informal».

El dominó de la inflación

Por más que se oriente que no puede existir, la inflación no es subordinada de la burocracia, de los gobernantes ni de sus seguidores. La única forma de controlarla es aplicar las medidas apropiadas en el momento y los lugares apropiados; lo cual nos remite a la ciencia, a la experiencia histórica, al estudio y el análisis, nunca al panfleto.

Dólares para comprar mercancía en el extranjero

Daniel viaja a Rusia cada dos o tres meses. Vive de comprar mercancía allá para revenderla después en Cuba. Ante la escasez crónica en la isla, llegó a la conclusión de que cualquier producto que traiga desde Moscú tendrá altas probabilidades de venderse con facilidad en el mercado informal. 

«Yo compro todos los euros, dólares estadounidenses o canadienses que me vendan y allá los cambio a rublos», cuenta. «A Moscú no puedo ir con pesos cubanos, como es lógico, y si en Cadeca no me cambian, tengo que estar “cazando” los precios más bajitos en las redes sociales».

Antes, Daniel solía escoger los billetes que compraba; ahora, ante la poca oferta y la amplia demanda, acepta simplemente cualquiera que no esté roto ni manchado, sin importarle que esté viejo o estrujado.

Toma algunas precauciones y no le compra a cualquiera. «Casi siempre me vende alguien que viene del extranjero, o personas que me parecen decentes. Hay mucho peligro de estafa».

Ailén y Marlén, dos hermanas cienfuegueras con visa de cinco años a Panamá, también buscan divisa para sus viajes y compras.

«Ahora no estamos saliendo del país, pero tenemos el dinero guardado», dice Ailén. «Nos da miedo que se ponga mucho más caro y después sea más difícil de conseguir». 

Cubanos en Rusia «compran» promesas, contagio y estafas

El desabastecimiento y la posibilidad de vender productos de Rusia han pesado más que la COVID-19. Ni el aislamiento ni el pago en MLC ni la posibilidad de quedar varados han detenido la llegada de cubanos al Aeropuerto Internacional de Moscú-Sheremétievo.

Ante la subida de las monedas extranjeras en el mercado informal, Marlén sacó de su cuenta en CUP parte del dinero de la venta de una casa, y lo «invierte» en divisas. «Luego, cuando salga y regrese a Cuba con mercancía, la vendo y le saco la diferencia por el aumento de los precios», cuenta.

Según un reporte de la agencia Efe, entre enero y septiembre de 2019 ingresaron a la Zona Libre de Colón en Panamá unos 34 500 cubanos, cuyos gastos en mercancías —en ese y otros años anteriores— superaron los 100 millones de dólares anuales. 

Sin embargo, los cubanos no solo realizan compras en territorio panameño. Cifras del Havana Consulting Group estimaron que en 2017 más de 48 mil cubanos salieron al exterior como promedio 11.5 veces para realizar compras. Se estiman en más de 1 000 millones de dólares «el total de compras de mercancías efectuadas por emprendedores cubanos en ese año, de las cuales el 61.5 % (620 millones de dólares) se realizaron en Estados Unidos, seguidas por Panamá (14.9 %), México (8.4 %), República Dominicana (4.9 %) y Guyana (4.5 %)».

Dólares para revender

Un joven ingeniero, que prefirió no dar su nombre, cuenta que entre las ciudades en las que suele comprar divisas en el centro del país es en Santa Clara donde más caras las ha encontrado. «Está a 100 y 105 CUP por cada USD; mientras en Cienfuegos no pasa de noventipico, y en Matanzas he visto a 80».

«Si hace un tiempo 60 CUP por cada USD nos parecía caro, realmente fue un error no comprar a ese precio. ¡Seríamos millonetas!», bromea.

Lo que él dice en forma de broma lo asumieron otros como negocio. Al notar la tendencia al aumento del precio del USD, acumularon grandes cantidades a la espera de que superara la barrera de los 100 pesos.

Claudio, un tunero que vive «del invento», tiene una «tierrita» guardada para cuando el USD alcance una tasa de cambio mayor. 

«Los compré a 80 CUP a inicios de enero a un socio que llegó de Texas. Pensaba venderlos cuando pasara de los 103 CUP por cada USD, pero algo me dice que va a seguir subiendo», sospecha este tecnólogo de la salud de 32 años.

«No tengo planes de viajar, así que voy a esperar a que suba para venderlos y luego, cuando baje, tendré suficiente dinero para comprar más que la primera vez. Negocio redondo», remata.

Ordenamiento: Es la producción lo que determina, no los precios

Cualquier cubano conoce los peligros que acechan tras la fórmula de los precios topados —sea en el cambio de monedas o la venta de artículos de consumo—, por lo que el profesor Mauricio de Miranda Parrondo no los considera una alternativa, si de fundar un proceso de recuperación económica se trata.

Regular el mercado

Muchos se preguntan si el USD alcanzará los 150 CUP como tasa cambiaria en el mercado informal, como sucedió en la década del noventa.

Oscar Fernández, economista y profesor de la Universidad de La Habana, explica que la diferencia entre la tasa oficial de 24 x 1 y la informal (hoy cuatro veces superior a aquella), sumada a la incapacidad del Estado para garantizar la venta de divisas en los bancos, ha sido una de las causas de la devaluación de la moneda nacional.

Fernández aclaró que el proceso inflacionario que vive Cuba iba a suceder inevitablemente porque es un fenómeno mundial que ha provocado la pandemia y en el caso nacional se exacerba por las sanciones de EE. UU. 

No obstante, señala que la «Tarea Ordenamiento produjo un reseteo en la economía: se intervinieron las variables monetarias en un momento muy delicado. Esos niveles de inflación que más nos golpean están asociados a las fluctuaciones del mercado cambiario informal, porque los precios que maneja el Estado no están creciendo dinámicamente».

Para demostrar su punto, el profesor mencionó que los precios de la gasolina se han mantenido intactos, pero aún así los choferes de taxi han aumentado el precio de sus servicios. 

«El costo de la vida de los transportistas privados aumentó, porque todo aquello que está ofreciéndose en mercados de libre formación de precios está siguiendo patrones caóticos; no está siguiendo un patrón de referencia, ya que hay una ruptura en los patrones de referencia de las funciones del dinero. Por tanto, el resultado es un caos monetario por la pérdida de referentes», añadió.

Por qué la Tarea Ordenamiento había fracasado antes de comenzar

¿Qué salió mal? ¿Pudieron evitarse algunas consecuencias negativas de la reforma? elTOQUE acude a expertos en economía que, antes de enero de 2021, hicieron públicas algunas advertencias y recomendaciones.

Al referirse a posibles soluciones, Fernández apuntó que es urgente que el Estado encuentre la manera de intervenir y gestionar el mercado cambiario informal de divisas, tal como hizo en los años noventa cuando la tasa cambiaria llegó a 150 CUP por cada USD y se pudo disminuir a 20 x 1.

«Fue posible regularlo con instrumentos de mercado y una política económica», destacó el profesor. «Si el dólar del mercado informal se mantiene como referente, los precios informales nunca van a bajar y el salario nunca más va a alcanzar».

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