Autor
Armando Chaguaceda
Politólogo por la Universidad de La Habana (Cuba) e historiador por la Universidad Veracruzana (México). Especializado en el estudio de los procesos de democratización y 'autocratización' en Latinoamérica y Rusia.
Creo mucho en el pueblo venezolano, al que he denominado —por su capacidad para la resistencia antiautoritaria— «los polacos del Caribe».
Las personas no tienen por qué ser obligadas a elegir entre el progreso material, la justicia social y la libertad política. Comprender lo anterior es, en simultáneo, la constatación realista de una experiencia histórica y la apuesta utópica por una elección civil.
La excarcelación y deportación hacia Estados Unidos de 222 presos políticos nicaragüenses puede ser una señal para los cubanos que luchan por la liberación de los presos políticos en la isla.
Las comparaciones entre las protestas y manifestaciones en Cuba y las de otros países, no pueden hacerse desde la superficialidad.
¿Es posible otro 11J en Cuba? A un año de las protestas, ¿qué lecciones quedaron de aquellos sucesos?
Las medidas anunciadas por la Administración Biden carecen de creatividad y se producen en un momento políticamente inoportuno. Se trata de una política que, en teoría, es para nosotros; pero que no podemos controlar porque no es nuestra.
Los saldos del 15N y la decisión de salida de Cuba de Yunior García, autor intelectual de Archipiélago, llevan un análisis más profundo y desprejuiciado. En este artículo ofrecemos una perspectiva al respecto.
El único resorte eficaz del Gobierno cubano, en el corto plazo, es el terror. Contra eso deberíamos enfocar nuestras mejores ideas, iniciativas y solidaridades ante posibles escenarios el 15N. O nos salvamos todos o nadie lo hará.
Bajo el autoritarismo, el maridaje entre saber y poder genera resultados perversos. Provoca la corrupción del lenguaje: de ahí que el primero legitime al segundo mediante una neolengua en apariencia técnica, neutra; cuando no apologética.
El «no querer saber» sobre lo sucedido en Cuba el 11J revive los peores lastres de la izquierda global. Semejante actitud solo retrasa la comprensión y solución del problema, solo aviva la ceguera voluntaria.
El texto analiza la nueva propuesta del Cuba Study Group para retomar la agenda, adelantada bajo la administración Obama, de normalización diplomática y comercial entre Estados Unidos y Cuba.
La práctica de los actos de repudio, bajo la lógica milenaria de la fuerza bruta y la sinrazón de Estado, no desapareció jamás del panorama cubano. En los últimos tiempos ha vuelto a cobrar fuerza por su utilización contra artistas y activistas independientes.
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Armando Chaguaceda
Politólogo por la Universidad de La Habana (Cuba) e historiador por la Universidad Veracruzana (México). Especializado en el estudio de los procesos de democratización y 'autocratización' en Latinoamérica y Rusia.
Creo mucho en el pueblo venezolano, al que he denominado —por su capacidad para la resistencia antiautoritaria— «los polacos del Caribe».
Las comparaciones entre las protestas y manifestaciones en Cuba y las de otros países, no pueden hacerse desde la superficialidad.
Los saldos del 15N y la decisión de salida de Cuba de Yunior García, autor intelectual de Archipiélago, llevan un análisis más profundo y desprejuiciado. En este artículo ofrecemos una perspectiva al respecto.
El «no querer saber» sobre lo sucedido en Cuba el 11J revive los peores lastres de la izquierda global. Semejante actitud solo retrasa la comprensión y solución del problema, solo aviva la ceguera voluntaria.
Las personas no tienen por qué ser obligadas a elegir entre el progreso material, la justicia social y la libertad política. Comprender lo anterior es, en simultáneo, la constatación realista de una experiencia histórica y la apuesta utópica por una elección civil.
¿Es posible otro 11J en Cuba? A un año de las protestas, ¿qué lecciones quedaron de aquellos sucesos?
El único resorte eficaz del Gobierno cubano, en el corto plazo, es el terror. Contra eso deberíamos enfocar nuestras mejores ideas, iniciativas y solidaridades ante posibles escenarios el 15N. O nos salvamos todos o nadie lo hará.
El texto analiza la nueva propuesta del Cuba Study Group para retomar la agenda, adelantada bajo la administración Obama, de normalización diplomática y comercial entre Estados Unidos y Cuba.
La excarcelación y deportación hacia Estados Unidos de 222 presos políticos nicaragüenses puede ser una señal para los cubanos que luchan por la liberación de los presos políticos en la isla.
Las medidas anunciadas por la Administración Biden carecen de creatividad y se producen en un momento políticamente inoportuno. Se trata de una política que, en teoría, es para nosotros; pero que no podemos controlar porque no es nuestra.
Bajo el autoritarismo, el maridaje entre saber y poder genera resultados perversos. Provoca la corrupción del lenguaje: de ahí que el primero legitime al segundo mediante una neolengua en apariencia técnica, neutra; cuando no apologética.
La práctica de los actos de repudio, bajo la lógica milenaria de la fuerza bruta y la sinrazón de Estado, no desapareció jamás del panorama cubano. En los últimos tiempos ha vuelto a cobrar fuerza por su utilización contra artistas y activistas independientes.