Pese a la inmensa brecha digital existente en Cuba, la enajenación tecnológica está provocando sigilosos cambios en los comportamientos de niños y jóvenes.
Esta situación es cada vez más recurrente en Cuba, y curiosamente son muchos los padres que pasan por alto la influencia de computadoras, videojuegos, teléfonos inteligentes o DVDs en la psiquis de sus hijos, sobre todo, si desde pequeñas edades existe una sobre exposición y descontrol en la calidad de los contenidos que consumen.
En nuestro país, la paulatina apropiación de nuevos entornos tecnológicos a pesar de la evidente brecha digital existente, muestra un notable incremento de acceso a estos medios. Últimamente, se ha hecho una tendencia casi colectiva que niños y jóvenes interactúen durante largas horas ante videojuegos o audiovisuales, un fenómeno que especialistas de la comunicación suelen llamar “enajenación tecnológica”.
“Nadie está exento de la enajenación tecnológica, sobre todo las nuevas generaciones. Los jóvenes cada vez se vuelven más dependientes de los dispositivos móviles y computadoras, y esto por los efecto colaterales que pueden traer es algo realmente preocupante”, comentó Anamaris Solórzano, directora nacional de Comunicación Institucional de los Joven Club de Computación, organización que cuenta con centenares de centros en toda la isla.
Autismo inducido: ¿dura realidad o suposiciones?
Ileana Amalia Sánchez es enfermera de profesión, pero desde hace ocho años decidió dedicar su vida al cuidado especial de su hijo autista.
Nadie podría decir si el temprano acercamiento de José Antonio a las nuevas tecnologías pudo provocar su estado actual, aunque sus síntomas indican una fuerte relación entre tecnología e inducción autista.
No obstante a los hechos, Ileana se asegura de que su hijo no acceda a videojuegos violentos y controla su tiempo frente a la computadora, medidas que, si bien no pueden revertir su estado, ayudan en gran medida a su salud mental y tratamiento.
También lo lleva al teatro para que socialice con otros niños, o confecciona juegos didácticos para estimular su aprendizaje en familia, pero no deja de cuestionarse cómo hubiera sido su hijo si no hubiese tenido acceso alguno a las nuevas tecnologías, ¿habría marcado esto alguna diferencia?
La “niñera”digital
Pero más alarmante resulta que muchos padres ni siquiera sospechen lo que se esconde tras la inocencia de algunos dibujos animados, o de la sana recreación frente a una PC o consola de videojuego.
En ejemplo claro es Midiala Rosabal, contadora de un Banco Metropolitano en La Habana y madre de dos hijos, quien dice sentirse “feliz desde que pudo adquirir un DVD y una computadora”, pues sentar a sus hijos frente a estos medios “es la única manera que tiene para adelantar los menesteres de la casa sin que la molesten”, una dosis que se multiplica cada fin de semana, ya que “tenerlos entretenidos es la mejor forma de mantenerlos controlados dentro de casa”.
Contradictoriamente a esto y a diferencia de muchos países, Cuba siempre se ha caracterizado por ofrecer seguridad a los niños que juegan en barrios y parques, sin embargo, la falta de opciones y alternativas reales de ocio y entretenimiento han contribuido a que los pequeños y sus padres, prefieran los juegos digitales, haciendo propensas a las nuevas generaciones a posturas de auto encierro y negación del contacto social, e incluso en los casos más graves, a suprimir principios básicos como hablar, comer o dormir.
En opinión de Carlos Ramón Sanabria, profesor de psicología de la Universidad Martha Abreu en el centro de la isla, “la enajenación tecnológica puede modificar significativamente la forma de comprender y responder ante estímulos del entorno social, o sea, de socializar, por lo que se recomienda alternar las tareas con intercambios físicos y juegos reales”, ya que esto ayuda a mantener activo el necesario ciclo de interacción social.
El especialista descartó que en Cuba exista una tendencia generalizada a la enajenación tecnológica, aunque dijo conocer algunos casos, pero aseguró que “hasta la actualidad este hecho no se comporta como un fenómeno social”.
De todas formas no se trata de enfrentar las nuevas tecnologías como enemigo público, sino todo lo contrario. En nuestro país diversas iniciativas estatales han demostrado que siempre que se tenga el conocimiento y debido control, es posible lograr cosas muy interesantes.
Ejemplo de esto son las “Fiestas del Videojuego” realizadas en todo el país por los Joven Club, que a decir de Solórzano, tienen como objetivo “proporcionar una recreación con videojuegos de factura nacional, en un ambiente de intercambio de conocimientos, desarrollo de habilidades tecnológicas, y la estimulación de destrezas”.
Mientras tanto, las tecnologías continuarán su indetenible evolución, imponiendo cada vez más un mayor reto a la sociedad para evitar que casos como los José Antonio se multipliquen. Y Cuba podría convertir, en este caso, su “brecha digital”, en una ventaja para atacar a tiempo la llamada enajenación tecnológica.
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