Investigaciones científicas demostraron que en los últimos años, y durante los episodios de calor intenso, murieron más personas de lo normal en Cuba; lo que relaciona un aumento de la mortalidad con el comportamiento térmico extremo.
Según informó al medio estatal Granma el doctor Luis Lecha Estela, experto del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (Citma), investigaciones recientes lideradas confirman que las temperaturas elevadas afectan la salud de la población y provocan un preocupante aumento de la mortalidad, en especial en personas vulnerables.
«Pudimos comprobar un aumento del indicador de mortalidad diaria asociada a esos impactos por encima de los valores promedios (mortalidad en exceso), condición que nunca antes había sido detectada en Cuba», dijo Lecha Estela.
Los más afectados son adultos mayores, niños pequeños, embarazadas y personas con enfermedades crónicas como diabetes o hipertensión. Los síntomas más frecuentes incluyen deshidratación, mareos, calambres, agotamiento y, en los casos más graves, pérdida de conciencia y muerte.
Durante la Convención Cuba-Salud 2025, el doctor Lecha alertó sobre la «urgencia» de incluir los pronósticos biometeorológicos dentro de las estrategias de prevención de desastres del Sistema Nacional de Defensa Civil.
Estos pronósticos permitirían alertar con antelación sobre episodios peligrosos de calor y tomar medidas para proteger a la población.
Aunque por años se creyó que la condición insular de Cuba la protegía de este tipo de fenómenos gracias a las brisas marinas, los patrones meteorológicos registrados desde 2015 muestran una realidad diferente.
Los veranos se han vuelto más intensos, con varios días consecutivos de calor extremo, una condición que encaja con la definición internacional de olas de calor: períodos de al menos tres días con temperaturas anormalmente altas para la zona.
El incremento de estos eventos ha sido notorio en 2017, 2020, y con mayor intensidad y continuidad en 2023 y 2024. Desde junio de 2023 hasta febrero de 2025, las anomalías de la temperatura media global han superado consistentemente los 1.5 grados Celsius respecto a la era preindustrial, umbral que marca una señal crítica del cambio climático. Todo indica que el verano de 2025 en Cuba seguirá esa tendencia.
De acuerdo con los pronósticos biometeorológicos elaborados por el equipo del doctor Lecha, existe una alta probabilidad de que este verano se superen los valores históricos de temperatura para julio y agosto, que oscilan entre los 28 grados Celsius en promedio y más de 33 grados de máxima.
Las proyecciones bioclimáticas indican que en más del 70 % del país podrían ocurrir episodios de calor extremo, prolongados y persistentes.
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