En la columna pasada hacía un cuestionamiento cuya respuesta adivinaba, pero dejé margen a la duda o al milagro, lo solté como una interrogante a los aficionados cubanos. ¿Otro torneo perdido? Pues claro.
Aunque la dirección de los Leñadores tuneros, cuartos en la recién finalizada Serie de las Américas en Nicaragua, aspiraba al título (porque: «nos hemos preparado bien» y «tenemos un grupo muy compacto en los tres renglones de juego»), el final fue el mismo de los últimos años.
«Queremos regresar con el título», había asegurado antes del torneo el mánager de los orientales, Abeicy Pantoja.
Pero Pantoja no solo regresó a Cuba sin el título de la lid, sino que no puso un pie en el podio y dejó una imagen de muy poca preparación al señalar en conferencia de prensa que todavía les quedaba «el partido por la discusión de la medalla de bronce».
Un juego que no iba a realizarse en ese evento y todos lo sabían (menos Pantoja) de antemano. «Vinimos aquí con un propósito. Todavía nos queda el juego por la medalla de bronce. El objetivo es quedar entre los primeros y todavía lo podemos lograr», dijo.
Antes del viaje a Nicaragua, el mentor tunero estaba seguro de la preparación de los suyos e, incluso, la calificó de fructífera; pero una vez llegaron los golpes en el terreno de juego, comenzaron a aflorar varias justificaciones.
Que si los bates, que si la liga cubana no tiene jugadores extranjeros, que no estaban en la «mejor forma», que el público estaba en contra. Lo de siempre.
No obstante, en la derrota contra los locales en semifinales, por la mínima, de 5 a 4, Pantoja señaló que habían encontrado «la forma». En fin, más contradicciones.
En términos beisboleros, a los cubanos no le funcionó ninguno de los tres renglones del juego que tanto celebró el director de los Leñadores a priori.
La ofensiva estuvo fatal a la hora cero, el picheo con dos KO consecutivos ni se diga, y los errores (los que van al papel y los que no) también tuvieron protagonismo negativo en la Serie de las Américas.
Con los Leñadores hechos leña llegaron los azotes de la prensa oficialista, que para apuntar al meollo del asunto es bastante cauta, pero para cargarle las culpas a un equipo, en concreto de lo «mal parado del béisbol cubano», fue muy rápida.
Desde el diario Granma comentaron que los dirigidos por Pantoja habían caído frente a jugadores que ya habían alcanzado el estrellato; como si muchos de los peloteros tuneros (más los refuerzos de otras provincias) no estuvieran para el retiro.
El béisbol cubano atraviesa una crisis, pero la imagen de Las Tunas en la Serie de las Américas es solo una raya más para ese tigre que está en terapia intensiva hace décadas.
Al menos, desde Juventud Rebelde, el reportero Norland Rosendo fue menos tímido y llamó a «transformaciones radicales en la gestión de nuestro deporte nacional».
«El equipo de Las Tunas reforzado no hizo nada diferente a las selecciones cubanas de mayores que en los últimos años han jugado torneos internacionales. Acumularon más derrotas que victorias y, en un evento que, seamos justos, clasifica de nivel medio a bajo, quedó debiendo un puesto en el podio», escribió en su perfil de Facebook.
No obstante, la cantaleta oficial tampoco se escucha y nos espera otro año con menos torneos internacionales y más vergüenzas en la grama.
Ahora resulta que los Leñadores fueron a jugar la Serie de las Américas para sacar «una buena experiencia», como «una escuela» para «su examen final» que es en abril, en la II Liga de Campeones del béisbol en México.
«El regreso a casa tiene que ser con pensamiento receptivo y analítico para que en México llegue el podio», escribía el periodista tunero Orlando Cruz.
¿Saben qué es lo que realmente pasará en México con la novena tunera? Pues lo mismo que pasó con los Alazanes de Granma en la primera edición: un último puesto, otro fracaso.
Si las cosas no cambian en el sistema deportivo cubano, en las mentalidades de los decisores, los resultados seguirán siendo los mismos en el béisbol nacional o en cualquier otra disciplina.
La pelota está en intensiva, pero otros deportes como el voleibol, el atletismo, el judo y hasta el boxeo van por el mismo camino.
Cuba pasó de ser una potencia envidiable a carne de segunda o tercera para artículos críticos. Y lo peor es que: ¿dónde están los frenos?
ELTOQUE ES UN ESPACIO DE CREACIÓN ABIERTO A DIFERENTES PUNTOS DE VISTA. ESTE MATERIAL RESPONDE A LA OPINIÓN DE SU AUTOR, LA CUAL NO NECESARIAMENTE REFLEJA LA POSTURA EDITORIAL DEL MEDIO.
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