Cuba reportó 626 personas enfermas con oropouche y 23 639 sospechosas de portar el virus hasta el 10 de enero de 2025, de acuerdo con autoridades sanitarias.
De los enfermos, 13 588 son mujeres y 10 676 hombres. Además, alrededor de 76 pacientes tenían Síndrome de Guillain-Barré, 25 encefalitis y 15 meningoencefalitis, según informó el Dr. José Raúl de Armas, jefe del Departamento de Enfermedades Trasmisibles del Ministerio de Salud (Minsap) durante el webinar «Actualización de oropouche en las Américas: experiencia de la respuesta al brote en Cuba».
El virus, que afecta al 73.8 % de los municipios y a la totalidad de las provincias cubanas, ha tenido una mayor incidencia en Pinar del Río, Artemisa, Santiago de Cuba, La Habana, Matanzas y en el municipio especial Isla de la Juventud. En particular, Pinar del Río registra una tasa de 769.3 por cada 105 habitantes; mientras que Artemisa y Santiago de Cuba presentan tasas de 702.3 y 499.5, respectivamente.
Los pacientes han presentado varios síntomas que incluso pueden confundirse con los del dengue: fiebre intensa, dolores musculares y de cabeza, náuseas y vómitos. De acuerdo con un informe de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), también se registraron casos con neuropatía autonómica y con manifestaciones clínicas relacionadas con el sistema nervioso neurovegetativo.
Asimismo, especialistas del Instituto de Medicina Tropical Pedro Kourí (IPK) observaron una alta tasa de recaídas en pacientes. Más del 30 % de los casos recayeron a los 16 días del inicio de la enfermedad. En septiembre de 2024, el Gobierno cubano reconoció la existencia de más de 12 000 casos de oropouche en el país. En diciembre, el virus se extendía por las 15 provincias y había dengue en 13.
Varios visitantes a la isla importaron el virus a sus países de residencia. Hasta agosto de 2024, Estados Unidos confirmó 21 casos importados entre viajeros procedentes de Cuba, lo que llevó a la emisión de una alerta de viaje de nivel 2 para la isla. En Europa, España reportó 14 casos importados y otros 21 el resto de Europa.
El Laboratorio Nacional de Referencia de Arbovirus del IPK determinó que la introducción de oropouche en Cuba ocurrió en el primer trimestre de 2024, posiblemente desde el estado brasileño Acre. Se estima que la zona central del país fue el epicentro inicial de la transmisión, con propagación posterior hacia las regiones occidental y oriental. Al cierre de 2024, se habían registrado 44 municipios sin casos confirmados por laboratorio.
Las autoridades sanitarias han identificado al jején Culicoides paraensis como el vector principal del virus en el país. Se han capturado ejemplares en diez localidades con transmisión activa, especialmente en Santiago de Cuba, Cienfuegos y La Habana.
Una de las poblaciones más vulnerables ante la enfermedad son las mujeres embarazadas que pueden transmitir el virus al feto. Al respecto, el Programa Materno-infantil en Cuba ha diseñado protocolos específicos para embarazadas, incluidos flujogramas de diagnóstico y seguimiento de las afectadas.
La situación epidemiológica en Cuba es compleja desde hace meses. Pero una de las condicionantes para la aparición de enfermedades es la acumulación de basura en las calles, un problema para el cual el Gobierno no tiene respuestas. Desde hace meses hay un incremento en la isla de enfermedades como dengue, oropouche y hepatitis A, esta última en ascenso en el centro del país, con más de 1 000 casos confirmados.
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