El choque verbal entre Luis Lacalle Pou (LCP), presidente de Uruguay, y el presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel el 18 de septiembre de 2021, en la VI Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), que reunió a jefas y jefes de Estado de la región en México, ha avivado el debate entre defensores y detractores del Gobierno cubano.
En su intervención el gobernante uruguayo dijo: «Uno ve que en países no hay una democracia plena, cuando desde el poder se usa el aparato represor para acallar las protestas, cuando se encarcelan a opositores. Debemos decir que vemos con preocupación lo que ocurre en Cuba, en Nicaragua y en Venezuela» y luego citó fragmentos de la canción «Patria y Vida».
La polarizada opinión política que rodea a Cuba ha considerado al presidente de Uruguay, por sus palabras en la Cumbre, «lacayo» de la Organización de Estados Americanos (OEA) por una parte y por otra «el mandatario latinoamericano más congruente y valiente de la cumbre».
Pero, ¿quién es Luis Lacalle Pou y qué elementos han caracterizado su política hacia Cuba?
Luis Alberto Aparicio Alejandro Lacalle Pou, hijo del expresidente Luis Alberto Lacalle (1990 a 1995) y de la exsenadora Julia Pou, comenzó el 1 de marzo de 2020 su mandato presidencial en la República Oriental del Uruguay, como líder del Partido Nacional (PN) también llamado Blanco, para el período 2020-2025. Tenía 46 años cuando asumió el poder y había sido diputado entre 2000 y 2015 y senador desde 2015.
En marzo de 2020, Lacalle inauguró su mandato gobernando en coalición con cuatro formaciones que aceptaron respaldarle, entre ellas, el Partido Colorado —rival histórico del PN, pero con el que ha compartido también una larga trayectoria de mutua colaboración— y el Cabildo Abierto, nueva formación de la derecha promilitar.
Lacalle Pou, ¿un nuevo «enemigo»?
No es la primera vez que LCP emplaza en público al Gobierno cubano y alude a la importancia de denunciar en foros internacionales «lo que sucede en la isla». El 12 de julio, luego de las protestas en Cuba, declaró que «el pueblo cubano está demostrando un coraje digno de elogiar» y que «Cuba es una dictadura que, obviamente, no respeta los derechos humanos».
«Ustedes saben cuál es nuestro concepto al respecto y creo que la comunidad internacional debe ayudar y debe manifestarse sin entrometerse en los asuntos del país, pero está claro que, en los estrados internacionales en los cuales participa Uruguay, este tipo de cosas hay que manifestarlas claramente», dijo
Durante la Cumbre de la CELAC el mandatario uruguayo volvió a hacer una referencia explícita a las protestas del 11 de julio de 2021. «Estas demostraciones, resultado del agravamiento de las condiciones sociales, económicas, sanitarias y políticas en la isla, fueron reprimidas por las fuerzas del orden con la anuencia de las autoridades, dejando como saldo un gran número de manifestantes encarcelados y procesados», dijo. El discurso oficial cubano condenó sus «intereses ligados a Washington», su «desconocimiento de la realidad cubana» y su defensa «del neoliberalismo, el monroísmo y la OEA».
El periódico Granma, órgano oficial del Partido Comunista, respaldó las ideas referidas por Díaz-Canel, cuando recordó a Lacalle que su programa de gobierno, y particularmente la Ley de Urgente Consideración, generó más de 700 000 firmas en contra. Dicha Ley «impuso y cambió las condiciones para ajustar precios de combustible, desalojo, disminuir el rol de las empresas públicas y modificar el proceso penal».
Lo expresado en Granma es VERDADERO, pues la Ley ha resultado polémica. Un mes antes de su aprobación, tres relatores especiales de Naciones Unidas manifestaron su «preocupación» por algunos contenidos del proyecto:
«Nos preocupan las disposiciones sobre el uso de la fuerza por parte de funcionarios encargados de hacer cumplir la ley, y aquellas que regulan el derecho de reunión y manifestación pacífica», expresan los firmantes de la misiva. Y advierten: «De ser aprobadas, estas disposiciones serían incompatibles con las obligaciones» del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos que Uruguay ratificó en 1970.
Representantes de diversos movimientos sociales de Uruguay lideraron una campaña para llevar a derogar 135 artículos de la ley, consiguiendo juntar 796 526 firmas (más del 25 % del padrón electoral); a esto también hizo referencia el presidente cubano. Con las firmas recogidas los ciudadanos uruguayos podrán próximamente revisar y votar aspectos de esta ley.
Mientras, el medio digital Cubadebate afirmó que: «la Ley Urgente provocó un 35 % más de personas por debajo del umbral de pobreza que en diciembre de 2019».
Informes oficiales del Instituto Nacional de Estadísticas de Uruguay (INE) establecen que unas 100 000 personas pasaron a estar bajo la línea de la pobreza en 2020, por lo que la cifra total de ese país ascendió al 11.6 % con respecto al 8.8 % del año anterior. Luego del inicio del mandato de LCP se puede notar un crecimiento de casi dos puntos por encima de 2019, y una superación de la línea histórica, establecida en 2013 con un 11.5 %.
Sin embargo, el INE también señala que los resultados de 2020 no son estrictamente comparables con los de años anteriores pues, debido a la pandemia, la situación económica se ha deteriorado en el mundo entero y las encuestas aplicadas no pudieron comprobarse presencialmente. Por esta razón, los números no se pueden asociar directamente a la gestión presidencial de LCP o la Ley. Por lo que lo referido por ambos medios es una información INCOMPLETA.
Gerardo Hernández Nordelo, héroe de la República y actual presidente de los CDR, también comentó en Twitter sobre la hipocresía de LCP, mientras contrastaba sus declaraciones con videos de represión en Montevideo, la capital uruguaya, en octubre y noviembre últimos.
Esta información es ENGAÑOSA. Nuestro equipo verificó los videos que acompañaban el tuit. Se corresponden con «una serie de operativos registrados en Montevideo y varios puntos del país con el objetivo de “evitar aglomeraciones, y controlar el espacio». Los videos datan del sábado 31 de octubre y el domingo 1 de noviembre pasado.
Al respecto existen dos versiones principales que se contraponen. Por un lado, una nota del Ministerio del Interior de Uruguay afirma que a partir de varias llamadas de usuarios al servicio 911 «por aglomeración de personas se envió un equipo a la Plaza Líber Seregni. La nota relata que los efectivos policiales encontraron 200 personas que no respetaban el distanciamiento social ni las medidas de protección personal por lo que leyeron el exhorto por el altavoz del móvil instando a que se dispersaran (…). Se utilizaron municiones para dispersar el enfrentamiento. Como resultado varios de los participantes fueron detenidos».
Sin embargo, la versión del Movimiento Bloque Antirracista indica «que los efectivos llegaron a la plaza y, sin dar palabra de disuasión, se bajaron violentos a reprimir y no hablaron con nadie». A partir de la violencia que sufrió uno de los participantes, comenzó un enfrentamiento en el cual reprimieron a varias mujeres y abrieron fuego con balines de goma. También afirma el texto que el número de personas que estaban haciendo uso del espacio público era reducido y no 200 como informó el Ministerio del Interior.
En general, nuestro equipo encontró que varios medios coinciden en que se trató de detenciones forzosas a un grupo de jóvenes que se encontraban haciendo uso del espacio público en la plaza. Sin embargo, no se corresponden con el «uso de un aparato represor para acallar protestas» y «encarcelamiento de opositores» como se pretende contraponer en el tuit.
Otro comentario del periodista Jorge Legañoa, emitido en la televisión nacional, sugirió una posible relación entre la intervención de Luis Lacalle en la Cumbre y la visita a Uruguay de Mauricio Claver-Carone, exfuncionario de la Administración de Donald Trump y actual titular del Banco Interamericano de Desarrollo, el 15 de septiembre.
Sin embargo, el no reconocimiento de LCP a las autoridades cubanas es anterior a estos hechos. Desde su elección el mandatario dejó clara su postura sobre el Gobierno de La Habana. A su ceremonia de toma de posesión como 42 presidente de Uruguay no fueron invitados los presidentes de Venezuela, Cuba y Nicaragua.
El propio LCP confirmó entonces a la prensa internacional que se trataba de una decisión personal. Su canciller designado Ernesto Talvi explicó que las razones de esta decisión se basaban en que los tres países eran «regímenes autoritarios plenos».
Durante su campaña electoral y luego de resultar ganador, LCP había expresado «a los dictadores les vamos a decir dictadores».
Consecuente con sus ideas sobre el Gobierno de la isla, no hubo representación oficial de Cuba en su acto de toma del poder.
Luis Lacalle Pou contra el bloqueo estadounidense a Cuba
Aunque el discurso de la Lacalle Pou resultó incómodo para los representantes del Gobierno cubano, un conjunto de acciones del Gobierno uruguayo no respaldan la narrativa de que esté contra Cuba.
Por ejemplo, Lacalle Pou se adhirió a la «Declaración Especial de los jefes de Estado que componen la CELAC en contra del bloqueo económico, comercial y financiero de los Estados Unidos contra Cuba», en la que se instó «al presidente de los Estados Unidos de América a modificar sustancialmente la aplicación del bloqueo contra Cuba, y al Congreso de ese país a proceder a su eliminación».
En el texto de dicha Declaración, todos los jefes de Estado firmantes, entre ellos el de Uruguay, reiteraron «su más profunda preocupación por el recrudecimiento de esta política, sobre todo en el contexto de la pandemia de COVID-19, y su rechazo a la dimensión extraterritorial del bloqueo, que ha impactado severa y negativamente las transacciones financieras internacionales de Cuba y el bienestar del pueblo cubano».
De igual modo, el presidente de la nación sudamericana respaldó la Declaración final de la Sexta Cumbre de la Celac o «Declaración de la Ciudad de México» en la cual, entre otros asuntos de interés regional, se reconocieron «los logros alcanzados por los diferentes países de la región en el desarrollo de vacunas y candidatos vacunales en diferentes etapas de ensayo clínico, los cuales contribuirán al incremento de la capacidad de respuesta de la región frente a la pandemia». Entre otras, las vacunas logradas por Cuba y también las que se encuentran en desarrollo.
Además, el pasado 23 de junio de 2021—cuando se encontraba en funciones el actual presidente— Uruguay volvió a apoyar la solicitud de poner fin al bloqueo económico, comercial y financiero contra Cuba, que desde 1992 el órgano principal de la ONU le realiza a Estados Unidos.
La resolución «Necesidad de poner fin al bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por los Estados Unidos de América contra Cuba» es presentada por Cuba cada año ante la Asamblea General de las Naciones Unidas y todos los Estados miembros tienen la libertad de votar a favor, en contra, o de abstenerse.
Condonación de la deuda externa de Cuba y Operación Milagro
Bajo el mandato de Lacalle Pou, además, se ha mantenido funcionando el centro oftalmológico creado en Montevideo a partir de un acuerdo concertado entre ambas naciones más de una década antes de su llegada al poder, en 2007, sobre la base de la denominada Operación Milagro impulsada por Cuba.
En el transcurso de su primer año de gobierno, en noviembre de 2020, fue reportada la cifra de 100 mil cirugías oculares realizadas por médicos cubanos en la referida clínica oftalmológica en esa capital sudamericana.
El funcionamiento de este hospital fue una de las razones que argumentó su predecesor, de la gobernante coalición de izquierdas Frente Amplio (FA), Tabaré Vázquez, a fines de 2015, cuando la nación sudamericana decidió condonar la deuda externa de largo plazo que mantenía el Banco Nacional de Cuba con el Banco Central de Uruguay desde 1986, la cual ascendía a 31.5 millones de dólares (más unos 18.5 millones en intereses).
Política migratoria
Antes de asumir el mandato de su nación, LCP refirió que Uruguay siempre había sido «un país de brazos abiertos para países que están expulsando a su gente, venezolanos, cubanos y de otros lugares».
De tal forma, su Gobierno ha mantenido una política migratoria cuyas leyes fundamentales, convierten a Uruguay en el único de la región que no devuelve a los migrantes irregulares, entre ellos los cubanos, sino que incluso les favorece en algunos aspectos.
Aunque Uruguay sí exige a los ciudadanos de la isla una visa para la entrada a su territorio. En el caso de la llegada irregular de cubanos a sus fronteras, la Ley 18 076 permite que las solicitudes de refugio sean realizadas en la misma frontera, para ser analizadas por una comisión del Ministerio de Relaciones Exteriores en un plazo de 90 días, en el que los migrantes pueden permanecer de manera legal en el país.
En este tiempo, pueden renunciar a la tramitación de su pedido de refugio (si creen que no lo obtendrán por aludir razones económicas y no políticas) e intentar regularizar su situación, sobre la base de las facilidades que ofrece la ley migratoria uruguaya.
Antes del comienzo del mandato oficial de LCP, al cierre de 2019, habían llegado a Uruguay 19 925 cubanos, de acuerdo con cifras de la Dirección Nacional de Migración publicadas por el El Nuevo Herald. De ellos, 5 405 lo hicieron con visados para entrar legalmente al país.
Relaciones comerciales y diplomáticas con Cuba
Según datos de la Organización Mundial del Comercio (OMC), Cuba posee acuerdos comerciales recíprocos con 44 países, de los cuales 15 se ubican en América, y uno de ellos es Uruguay.
Del mismo modo, se han mantenido durante el Gobierno actual los vínculos diplomáticos y consulares.
Álvaro Barba, nuevo embajador designado en julio de este año por LCP para representar a Uruguay en Cuba, ha manifestado desde su designación el propósito de profundizar el intercambio comercial y la cooperación bilaterales.
Asimismo, ha transmitido el interés de exportadores de productos lácteos y de arroz en continuar abasteciendo al mercado cubano, así como el de instituciones científicas y académicas en mantener contactos con sus homólogas la isla.
En 2018, cuando ejercía como senador, Lacalle Pou llegó a sugerir la posibilidad de firmar un Tratado de Libre Comercio (TLC) con Cuba, porque «la economía uruguaya es complementaria con la cubana», y porque no se le puede poner «tintes políticos a las relaciones comerciales».
Todos estos hechos han sido obviados por la matriz de opinión oficial en la isla tras los sucesos de la recién finalizada cumbre. Uruguay y Cuba son países con una larga historia de relaciones que se remonta a inicios del siglo XX. Cuba y Uruguay establecieron relaciones diplomáticas en septiembre de 1902. Luego del triunfo revolucionario de enero de 1959 fueron interrumpidas en 1964 hasta 1985 y nuevamente en 2002, pero se mantuvieron las consulares.
Durante su gobierno, LCP ha mantenido criterios y posturas consecuentes contra el Gobierno cubano y el sistema político imperante en la nación. Pero, paralelamente, ha respaldado como ejecutivo acciones en favor de las relaciones comerciales, diplomáticas, migratorias, y se ha opuesto al mantenimiento del bloqueo contra a la isla. Hechos que desmontan la narrativa oficial que describe al líder uruguayo solo como un «lacayo» de la OEA, desconocedor de la realidad cubana.
TAMBIÉN TE SUGERIMOS:
Si lees un contenido y no sabes si es cierto, envíanoslo y lo verificaremos por ti.
+53 5100 2713 en Telegram y WhatApp / @DeFactoCuba en Twitter
comentarios
En este sitio moderamos los comentarios. Si quiere conocer más detalles, lea nuestra Política de Privacidad.
Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *
Parmenio