¿Por qué el litro de aceite cuesta más de mil pesos en Cuba?

Aceite en una tienda en dólares en La Habana. Foto: Tomada de redes sociales.
En una veintena de grupos en Facebook se ofrece aceite comestible. También en esa red social, las personas se avisan cuando el producto está disponible en alguna tienda en moneda libremente convertible (MLC) o dólares estadounidenses (USD).
La escasez de aceite comestible no es un fenómeno nuevo en la isla. Desde 2019, cuando el litro costaba alrededor de 25 pesos (CUP), su precio ha experimentado un aumento vertiginoso, convirtiéndose en un bien casi inaccesible para la mayoría de la población.
En el mercado informal, el costo alcanza los 1 500 CUP por litro, superando ampliamente el tope oficial de 990 CUP establecido por el Gobierno.
«Si esconden el aceite, iremos detrás, a la casa-almacén. En ese caso, no es multa ni venta forzosa; es decomiso», dijo en días recientes el primer ministro Manuel Marrero, al referirse a la venta del producto a precios superiores a los establecidos por el Gobierno. «Estas cosas no hay que esperar que se digan desde arriba».
El aceite de las mipymes
Cuba depende casi de forma exclusiva de la importación de aceite vegetal desde países como México, Brasil, España, Estados Unidos y Ucrania. La escasez de divisas, agravada por la devaluación del peso cubano, limita la capacidad del Estado y de los importadores privados para adquirir este producto en el mercado internacional.
Aunque el Gobierno y parte de la población responsabilizan a los pequeños negocios por el aumento de precios, en los últimos años el sector privado ha sido fundamental para mantener el abastecimiento de aceite y otros productos esenciales.
En septiembre de 2023, gracias en buena medida a las importaciones realizadas por mipymes, el litro de aceite tenía un precio que oscilaba entre 500 y 700 CUP, dependiendo de la localidad.
Para 2024, su presencia en tiendas privadas lo mantenía en rangos entre 800 y 1 000 CUP por litro, dependiendo de la estabilidad del suministro. Sin embargo, tras el anuncio del tope de precios en julio de 2024, varios importadores alertaron que la medida afectaría negativamente la disponibilidad del producto.
La implementación de otras medidas restrictivas, como la Resolución 56 del Ministerio de Comercio Interior (Mincin), que obliga a realizar el comercio mayorista con el Estado, también afectó el abastecimiento en los comercios privados.
Muchos importadores privados redujeron o suspendieron sus operaciones debido a la incertidumbre generada por la resolución, el temor a pérdidas económicas y la reducción de márgenes de ganancia, lo que provocó una escasez artificial que elevó drásticamente los precios.
«Antes de la Resolución 56 de 2024 del Mincin, el litro de aceite se comercializaba a 650 CUP. Tras su publicación, los actores privados redujeron drásticamente las importaciones o cerraron temporalmente sus negocios. Esta disminución en la oferta, sumada a una menor demanda por parte de distribuidores, generó una escasez artificial y provocó un aumento descontrolado de precios», reflexionó Yordanis Álvarez, un usuario en redes sociales.
«Ahora se pretende atribuir a estos actores económicos la responsabilidad exclusiva de la inflación, ignorando que fueron las políticas de control las que alteraron el equilibrio inicial», considera.
Un emprendedor comentó a elTOQUE que solía adquirir aceite de manera mayorista mediante una empresa privada importadora y distribuirlo en varios puntos de venta en Las Tunas. Sin embargo, en diciembre de 2024 cancelaron los contratos de comercialización.
«A veces creo que el Estado quiere monopolizar todo para venderlo en dólares y obtener divisas aprovechándose de la escasez», afirmó.
En un grupo de WhatsApp se ofrecía en días recientes la compra de un contenedor de aceite proveniente de Turquía, Brasil o Colombia, con un esquema de pagos dividido: 30 % al firmar el contrato y 70 % una semana antes de que llegue al puerto.
Los pagos podían efectuarse mediante transferencia a una cuenta en el exterior o en dólares dentro de Cuba, con un incremento del 10 %. El precio por unidad en estas compras desde Latinoamérica ronda los 1.59 USD, con un contenedor promedio de 32 000 unidades.
El precio no incluye gastos adicionales, como comisiones de empresas estatales importadoras, aranceles, impuestos de venta, costos de descarga de mercancías o transporte interno.
«Con tantos gastos, el precio final casi se duplica y, si lo multiplicas por el valor del dólar en el mercado informal, supera fácilmente los mil pesos por litro», señaló el emprendedor de Las Tunas.
Aunque reconoce que un precio de 1 500 CUP puede parecer exagerado, el emprendedor entiende que muchos optan por asegurar ganancias rápidas debido a la incertidumbre generada por las políticas gubernamentales.
«La gente intenta obtener la mayor ganancia posible de inmediato, como si no hubiera un mañana. La incertidumbre sobre el valor del dólar también influye; hoy compras a 365 pesos, pero mañana podría subir mucho más. Todo eso debe tenerse en cuenta al fijar precios», concluyó.
Aceite hay… en dólares
Incluso las tiendas online cubanas sufren el desabastecimiento de aceite.
En Supermarket 23 y Tu Ambia, las únicas tiendas online en dólares que aparecen con el producto disponible al buscar en Google «aceite Cuba», el pomo de 900 ml ronda los 2.40 USD, precio que al cambio informal no supera los 990 CUP establecidos como tope oficial.
Sin embargo, el producto solo puede comprarse con tarjetas internacionales, por lo que no está al alcance de la mayoría de los cubanos.
En las tiendas físicas en USD, el envase de 900 ml se vende a aproximadamente 2.80 USD (unos 1 022 CUP al cambio informal establecido para el 28 de abril de 2025).
«No pueden garantizar el aceite y tienen el descaro de ponerle un tope de precio. No hacen cálculos reales, o peor aún, calculan los costos usando su tasa irreal de 1 USD por 120 CUP», explicó el socio de una Sociedad de Responsabilidad Limitada (SRL).
«Ahora quieren que los negocios mayoristas les vendan a ellos el aceite para luego establecer precios en dólares, mientras culpan del desabastecimiento a los puntos de venta privados en los barrios», añadió.
Algunas personas han manifestado frustración por el elevado precio en las tiendas en moneda libremente convertible (MLC), donde no se aplica el tope estatal. Sobre esto, el primer ministro Manuel Marrero indicó que es injusto hacer tal comparación.
«Nuestras tiendas recaudadoras de divisas enfrentan un contexto muy complejo. Ellas no adquieren estos recursos en los mismos mercados que las formas de gestión no estatal, ni operan en el mercado informal de divisas. Funcionan con una tasa fija de 1 USD por 120 CUP y deben acudir a mercados más lejanos y caros debido a dificultades en los pagos a proveedores. Además, tienen gastos logísticos, impuestos, aranceles y costos adicionales, lo cual incrementa sus precios», explicó en julio de 2024 durante una sesión del Parlamento.
No obstante, desde el sector privado se argumenta que, precisamente, es el Estado quien carece de divisas para importar y obliga a los privados a venderle lo adquirido, mientras coloca productos a precios elevados y exclusivos en USD.
«La gente no ve eso porque no acude a esas tiendas, sino a los puntos de venta de las mipymes, que sí garantizamos alimentos en los barrios porque ni en las bodegas hay productos. A pesar de esto, se ensañan con nosotros y nos exigen responsabilidades que realmente corresponden al Gobierno. Es muy hipócrita», concluyó un emprendedor entrevistado por elTOQUE.
Aceite por la libreta… perdido
La cuota de la bodega de 0.25 litros por persona —vital para muchas familias—, como otros alimentos, también tiene atrasos.
La única planta refinadora de aceite del país, ubicada en Santiago de Cuba, ha enfrentado paros prolongados debido a averías y mantenimiento, limitando la producción local. Aunque se han recibido buques con aceite refinado, la capacidad de procesamiento y envasado es insuficiente para cubrir la demanda nacional.
La escasez de combustible ha afectado el transporte y la distribución de mercancías. Incluso cuando el aceite llega al país, muchas veces no hay combustible suficiente para llevarlo a las provincias, lo que genera retrasos y desabastecimiento en la red de bodegas.
La escasez de divisas ha llegado a tal punto que Cuba ha tenido que recurrir a donaciones. Por ejemplo, en septiembre de 2023, Rusia envió 652 toneladas de aceite vegetal como ayuda de emergencia, pero ni siquiera así se logró estabilizar el abastecimiento interno.
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