Foto: Sadiel Mederos.
Organización del mercado cambiario: el Gobierno lo promete, pero no sabe cómo aplicarlo
4 / febrero / 2025
Durante su primera reunión de 2025, el Consejo de Ministros de Cuba evaluó las medidas para incrementar y diversificar los ingresos de divisas, así como el programa «Para corregir distorsiones y reimpulsar la economía».
Según reportaron los medios estatales, la organización del mercado cambiario oficial y el establecimiento de una tasa flotante (que anunció el primer ministro Manuel Marrero Cruz en diciembre de 2024) son solo «propuestas» y no hay detalles concretos sobre su implementación.
De acuerdo con Mildrey Granadillo de la Torre, viceministra primera de Economía y Planificación, la medida (esperada tanto por la población cubana como por el sector privado) ni siquiera se encuentra entre las 51 acciones en proceso de implementación dentro del paquete de 101 proyecciones económicas.
«Mantenemos el seguimiento de las propuestas del mercado cambiario oficial», afirmó Granadillo, sin ofrecer mayores precisiones sobre su avance o viabilidad.
Apenas unos días atrás, en la Mesa Redonda, Granadillo de la Torre mencionó que el Gobierno evalúa alternativas para estabilizar el acceso a divisas, pero no precisó si la tasa flotante entraría en vigor en el corto plazo.
Más medidas económicas «a implementar»
De acuerdo con los reportes de prensa, Marrero Cruz también aseguró que acelerarán la implementación de un nuevo mecanismo para la gestión, control y asignación de divisas a los actores económicos del país.
Hasta el momento, no se han dado a conocer los mecanismos específicos para lograrlo ni cómo se garantizará el acceso a dólares y otras monedas extranjeras dentro del sector productivo y comercial del país.
Entre los planes gubernamentales evaluados por el Consejo de Ministros está también culminar el cronograma para ordenar los flujos de divisas en los bancos comerciales e implementar un programa de dolarización parcial de la economía.
«El Gobierno cubano exagera los supuestos beneficios y relevancia de una “dolarización parcial” sin aparente conexión con una reforma estructural de la economía a la vez que presume de un programa de desdolarización que no explica», dijo en sus redes sociales el economista cubano Pedro Monreal.
De acuerdo con la prensa estatal, el programa de Gobierno está compuesto por objetivos, proyecciones, acciones, indicadores, metas y un cronograma con fechas de cumplimiento y responsables asignados. No obstante, los detalles sobre su aplicación no han sido divulgados públicamente. Sobre ese «silencio», Granadillo de la Torre reconoció que había inconformidad entre los académicos y la población.
«Dicen que no se conoce el programa, que no existe, pero sí hay un programa trazado que conducen los organismos globales de la economía; por tanto, avanzar en su implementación es importante en el presente año».
La caída de las remesas, la disminución del turismo, la pérdida de credibilidad en el sistema financiero cubano, la emigración, las fallidas políticas económicas internas, las sanciones estadounidenses y el crecimiento del sector privado, son algunas de las causas de la escasez de divisas del Gobierno cubano.
Para suplir la falta de liquidez, las autoridades de la isla han optado por la dolarización parcial —y cada vez más extendida— de bienes y servicios, lo que ha aumentado la devaluación del peso cubano y la inflación a cifras de tres dígitos.
Expertos como Mauricio de Miranda, doctor en Economía Internacional y Desarrollo, insisten en la aplicación de políticas monetarias que aumenten el valor del peso cubano, un camino que el Gobierno toma en sentido contrario.
De acuerdo con De Miranda, si en Cuba existiera un mercado cambiario formal con una tasa única determinada por la oferta y la demanda, y todas las transacciones dentro del país se realizaran exclusivamente en pesos cubanos, los turistas cambiarían sus divisas en bancos o casas de cambio con un tipo de cambio transparente y regulado por el mercado, lo cual les garantizaría operaciones seguras.
Asimismo, los exportadores depositarían sus ingresos en divisas en los bancos y no necesitarían cuentas en moneda extranjera, ya que recibirían pesos cubanos equivalentes al valor de sus exportaciones, permitiéndoles cubrir sus gastos y obligaciones dentro del país.
«Los importadores podrían adquirir con sus pesos cubanos las divisas que necesitan para importar y también lo harían en esos mercados en los que podrían competir bancos y casas de cambio estatales y privadas», añadió Mauricio de Miranda.
Desde hace varios años, la Administración de La Habana analiza diferentes propuestas para absorber el flujo de dólares que circulan fuera del sistema bancario estatal; pero poco o nada ha logrado.
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