Si las carnes y las demás proteínas animales se tornan por momentos incapturables; los granos alcanzan precios de espanto; la leche y sus derivados suelen parecer un lujo; capturar en la Cuba de hoy viandas, hortalizas y frutas en variedad y cantidad suficientes deviene otro atolladero cotidiano.
La escasez y carestía de la leche y toda la gama de sus derivados es un muestrario de la ineficiencia de planes gubernamentales y las retrancas absurdas a la producción no estatal para suplir las ausencias.
Odalys Lorenzo Morales, directora de la Oficoda en la capital provincial, las personas reciben una citación y «si en 72 horas no se presenta [en la Oficoda], se le da baja de oficio. Hasta el momento, no tengo conocimiento de multas, la gente murmura, pero no se nos ha dicho algo de eso».
Lo doloroso, lo realmente frustrante, es que nos hayamos adaptado tan bien, como si fuera normal, correcto y hasta plausible, a que una biblioteca, o una dirección de justicia, o un Ministerio de Transporte o un país funcionen en penumbras.
Mientras la ansiada carne, el plato fuerte, se torna cada día más jíbaro, algunos recuerdan con sorna el —varias veces declarado—, objetivo gubernamental de garantizar mensualmente cinco kilogramos de proteína animal a cada cubano.
Esta semana tratamos el tema de los productores de alimentos y la burocracia criolla; burocracia que no ha sabido generar políticas eficaces que potencien los sectores de la producción nacional de alimentos.
La cotidianidad cubana suele brindarnos, sin buscar demasiado, preciosas perlas de formidable incoherencia. Y esto, cuando se torna ácido pan del día a día, causa muchas indigestiones.    
Cada vez que desde la alta dirección político-gubernamental cubana hacían un nuevo “llamado” a exponer, a decir, a denunciar, que ahora sí vamos a erradicar todo lo feo; el Maestro solo sentenciaba: Llegó otra temporada del “Ponga su corazón sobre la mesa”.
Los descendientes de la alta burocracia cubana han abandonado las penumbras de la esotérica existencia de sus familias para salir a la luz como nuevos ricos, o mejor, hijos predilectos del magro presupuesto nacional.
Los vendedores de pizzas en la ciudad cubana de Cienfuegos han decidido emplear galletas de sal en sustitución de papel o cartón desechables, como protectores para llevarse en las manos el alimento recién sacado del horno.
La burocracia y sus mañas te hace sentir, muchas veces, atracado.
Cuando la ley permitió el pluriempleo, saqué mi patente de “Reparador de equipos eléctricos y electrónicos” porque el salario no me alcanzaba para vivir.
La Habana es, sin duda, encantadora. Es una de esas ciudades con magia, con swing, una de esas ciudades que respira, que está viva. La Habana es el ojo del caimán, el ojo abierto de un caimán dormido, o más bien, entumecido.
A veces me da la impresión de que el soborno se institucionaliza en el proceder cotidiano
Moscú, desde el aire, es una ciudad con bestiales edificios de hormigón armado que se odian entre sí, el grito de un hombre, es aplastado por ese fallido amago de progreso
Un club de autos permite realizar eventos nocturnos legales en Cuba, un respiro para los amantes de las competencias de velocidad y habilidades.
A Wilder González Díaz le tomó casi diez años advertir que el sector estatal cubano todavía no sabe aprovechar todo el potencial innovador de los graduados en Ciencia de la Computación.
El joven trovador Nelson Valdés, al tiempo que nos muestra su obra, nos habla de las regulaciones burocráticas que entorpecen la producción artística en Cuba.
¿Existen “mafias” en la música cubana? Para algunos artistas del archipiélago la respuesta es sí, porque redes de sobornos y pactos truculentos deciden carreras exitosas y consiguen beneficiosos contratos de actuación. Esto ocurre en detrimento de creadores menos conocidos y más talentosos que no pagan por colocarse en los circuitos masivos, como Nelson Valdés, un joven […]

burocracia

La burocracia es la organización o estructura que es caracterizada por procedimientos centralizados y descentralizados, división de responsabilidades, especialización del trabajo, jerarquía y relaciones impersonales.​ El término es utilizado en la sociología, en la ciencia administrativa y, especialmente, en la de administración pública. Podría definirse como un conjunto de técnicas o metodologías dispuestas para aprender o racionalizar la realidad exterior (a la que pretende controlar el poder central) a fin de conocerla y llamarla de forma estandarizada o uniforme.​ Un claro ejemplo de esta característica de las burocracias, particularmente de las de gobierno, es la contratación y asignación o remoción de personal, es decir, funcionarios, de acuerdo a criterios explícitos y relevante al desempeño de funciones. En Cuba la burocracia afecta casi todas las esferas de la sociedad y se manifiesta en el exceso de papeles, formularios, trámites, escalones múltiples para la toma de decisiones, resistencia al cambio, plantillas infladas, entre muchos otros aspectos.

Viandas, hortalizas y frutas: un lujo para muchos cubanos
Si las carnes y las demás proteínas animales se tornan por momentos incapturables; los granos alcanzan precios de espanto; la leche y sus derivados suelen parecer un lujo; capturar en la Cuba de hoy viandas, hortalizas y frutas en variedad y cantidad suficientes deviene otro atolladero cotidiano.
La escasez y carestía de la leche y toda la gama de sus derivados es un muestrario de la ineficiencia de planes gubernamentales y las retrancas absurdas a la producción no estatal para suplir las ausencias.
Mientras la ansiada carne, el plato fuerte, se torna cada día más jíbaro, algunos recuerdan con sorna el —varias veces declarado—, objetivo gubernamental de garantizar mensualmente cinco kilogramos de proteína animal a cada cubano.
Cada vez que desde la alta dirección político-gubernamental cubana hacían un nuevo “llamado” a exponer, a decir, a denunciar, que ahora sí vamos a erradicar todo lo feo; el Maestro solo sentenciaba: Llegó otra temporada del “Ponga su corazón sobre la mesa”.
La burocracia y sus mañas te hace sentir, muchas veces, atracado.
A veces me da la impresión de que el soborno se institucionaliza en el proceder cotidiano
A Wilder González Díaz le tomó casi diez años advertir que el sector estatal cubano todavía no sabe aprovechar todo el potencial innovador de los graduados en Ciencia de la Computación.
Odalys Lorenzo Morales, directora de la Oficoda en la capital provincial, las personas reciben una citación y «si en 72 horas no se presenta [en la Oficoda], se le da baja de oficio. Hasta el momento, no tengo conocimiento de multas, la gente murmura, pero no se nos ha dicho algo de eso».
Esta semana tratamos el tema de los productores de alimentos y la burocracia criolla; burocracia que no ha sabido generar políticas eficaces que potencien los sectores de la producción nacional de alimentos.
Los descendientes de la alta burocracia cubana han abandonado las penumbras de la esotérica existencia de sus familias para salir a la luz como nuevos ricos, o mejor, hijos predilectos del magro presupuesto nacional.
Cuando la ley permitió el pluriempleo, saqué mi patente de “Reparador de equipos eléctricos y electrónicos” porque el salario no me alcanzaba para vivir.
Moscú, desde el aire, es una ciudad con bestiales edificios de hormigón armado que se odian entre sí, el grito de un hombre, es aplastado por ese fallido amago de progreso
El joven trovador Nelson Valdés, al tiempo que nos muestra su obra, nos habla de las regulaciones burocráticas que entorpecen la producción artística en Cuba.
Lo doloroso, lo realmente frustrante, es que nos hayamos adaptado tan bien, como si fuera normal, correcto y hasta plausible, a que una biblioteca, o una dirección de justicia, o un Ministerio de Transporte o un país funcionen en penumbras.
La cotidianidad cubana suele brindarnos, sin buscar demasiado, preciosas perlas de formidable incoherencia. Y esto, cuando se torna ácido pan del día a día, causa muchas indigestiones.    
Los vendedores de pizzas en la ciudad cubana de Cienfuegos han decidido emplear galletas de sal en sustitución de papel o cartón desechables, como protectores para llevarse en las manos el alimento recién sacado del horno.
La Habana es, sin duda, encantadora. Es una de esas ciudades con magia, con swing, una de esas ciudades que respira, que está viva. La Habana es el ojo del caimán, el ojo abierto de un caimán dormido, o más bien, entumecido.
Un club de autos permite realizar eventos nocturnos legales en Cuba, un respiro para los amantes de las competencias de velocidad y habilidades.
¿Existen “mafias” en la música cubana? Para algunos artistas del archipiélago la respuesta es sí, porque redes de sobornos y pactos truculentos deciden carreras exitosas y consiguen beneficiosos contratos de actuación. Esto ocurre en detrimento de creadores menos conocidos y más talentosos que no pagan por colocarse en los circuitos masivos, como Nelson Valdés, un joven […]