Mientras el gobernante cubano Miguel Díaz-Canel recorría «sitios de interés» en La Habana para revisar planes de restauración e inversiones, otro cubano perdió la vida en un derrumbe. En los últimos dos meses, múltiples derrumbes han afectado a varias familias cubanas. Tras las lluvias intensas y las inundaciones, se acentúa la precariedad del fondo habitacional.
Cada dos sábados, la parroquia Santa María y la Misión San Pedro Apóstol en el reparto Flores, Santiago de Cuba, preparan y entregan cientos de raciones de comida a personas en situación vulnerable. La iniciativa, liderada por el sacerdote anglicano Rodhin A. Colomar, funciona con donaciones y el trabajo voluntario de vecinos y feligreses, que cocinan al aire libre con leña o carbón. El objetivo es atender a ancianos, niños, enfermos y familias con necesidades, sin importar creencias religiosas. 
«En Cuba no hay nadie pasando hambre», dijo el canciller Bruno Rodríguez en 2021. El video volvió a circular por estos días, pero la falsa narrativa no ha cambiado: negar lo evidente.
Jorge Luis Tapia Fonseca, vice primer ministro de Cuba, desinformó en la ONU al atribuir exclusivamente a las sanciones económicas de Estados Unidos la causa de la crisis agrícola y alimentaria en la isla. En esa narrativa ENGAÑOSA se omiten causas internas claves y se distorsiona la realidad. 
Con cortes eléctricos de hasta 18 horas, falta de agua potable y precios que superan salarios y pensiones, cocinar y alimentarse ya no es un acto cotidiano, sino una hazaña marcada por la ansiedad, la tristeza y la frustración. La inseguridad alimentaria no solo afecta al cuerpo, también erosiona la salud mental. Lee el análisis de Food Monitor Program.
En tiempos en los que el trabajo en Cuba apenas aporta ingresos para que los cubanos coman, la reciente estadística oficial sobre una Encuesta Nacional de Ocupación ofrece datos muy ilustrativos del caos nacional.
«¿Se podrá comprar huevos, algún día, a precios asequibles?», pregunta el Granma con sensibilidad y empatía. Jorge Fernández Era repasa el arte de informar con ocho páginas, esquemas cruzados y gallinicidios masivos. Porque en Cuba, antes que el huevo o la gallina, siempre va el Granma.
Una madre residente en el municipio San Miguel del Padrón, La Habana, se comunicó con elTOQUE para denunciar el déficit de leche en la alimentación de los niños cubanos a partir de su experiencia con su hijo de 4 años.
Madres cubanas denuncian que no envían a sus hijos a la escuela porque no tienen merienda para darles. El ausentismo escolar en los últimos tiempos también es consecuencia de un sistema educativo en deterioro ante la falta de maestros y los cortes de electricidad.
Según Granma, en Camagüey los niños «se han tenido que acostumbrar a tomar menos leche». La tendencia, si no cambia, hará que en tres años solo la reciban cada tres días. La promesa de una ganadería lechera de alta producción quedó en los discursos. Mientras tanto, el pueblo sigue buscando leche por tiendas, no por vacas ni por caballerías.
La ONEI reportó que el precio del huevo fue el que más subió en marzo de 2025, con un aumento de más del 10 % en el mercado formal. El valor por unidad sigue siendo elevado en comparación con los ingresos en Cuba. 
El acceso a una alimentación adecuada en Cuba varía según el sector laboral. Un trabajador del área mejor remunerada necesita más de diez salarios para cubrir una canasta básica mensual. En sectores como la agricultura, se requieren hasta 14 sueldos completos. 
Los salarios y pensiones en Cuba no alcanzan para nada o casi nada en medio de un contexto inflacionario y crisis económica aguda. Mientras, los gobernantes llamaron al pueblo a marchar el Primero de Mayo en apoyo al sistema que los empobrece.
La escasez ha llevado los precios del litro de aceite a niveles exorbitantes (1 500 CUP). Mientras la cuota de la bodega «brilla por su ausencia», las mipymes juegan un papel crucial en un entorno de incertidumbre. Ahonda en cómo las políticas impactan la oferta y por qué no hay solución a la vista.
La crisis de transportación de la sal en Cuba evidencia no solo un problema logístico sino una contradicción sistémica: los recursos estatales no se destinan eficazmente para solucionar necesidades prioritarias de la población.
De procesar más de 500 cerdos diarios a menos de dos: la crisis porcina golpea duro en Cuba. La Empresa Cárnica de Granma ahora vende mango, hielo y comidas preparadas para sobrevivir. ¿Diversificación o colapso? 
La inflación en Cuba sigue sin frenos: en febrero de 2025 creció por sexto mes consecutivo, con un aumento mensual del 2.75 %, lo que equivale a una tasa anualizada del 38.5 %. Esto marca la mayor racha inflacionaria en dos años. 
El Ministerio de Agricultura de Cuba sigue sin respuestas claras ante la crisis alimentaria. En su última reunión, propuso más control y menos soluciones reales, mientras la producción cae y los precios suben. 
El Gobierno ha implementado un tope de precios para productos básicos como el arroz. Sin embargo, expertos advierten que estas medidas podrían no ser suficientes sin un aumento en la producción y el abastecimiento. 
Mientras que las empresas extranjeras tienen permitido explotar tierras en usufructo, las empresas privadas cubanas solo pueden participar mediante contratos de «encadenamiento» con usufructuarios y propietarios de tierras.
La escasez de harina de trigo tiene en vilo a la población cubana, que enfrenta una crisis por la falta de pan. En varias provincias, las panaderías han dejado de elaborar este producto y las autoridades no ofrecen soluciones concretas. Después de semanas sin suministros, un video de la Televisión Cubana aseguró que, el 2 de marzo de 2025, los tres molinos de la capital comenzaron a procesar trigo. ¿Se estabilizará realmente la producción de harina?
De ser una potencia azucarera, Cuba pasó a tener una industria colapsada, en caída libre. El declive es tal que ha tenido que importar azúcar para satisfacer la demanda interna.
Ante el desabastecimiento de las tiendas estatales y la escasez de oferta gubernamental, los minimercados de las mipymes —incluso con altos precios— son la «salvación» de los barrios.
¿Por qué hay menos comida en Cuba y más hoteles? Resulta que se trata de una cuestión de prioridades.
La pobreza, el hambre, los bajos salarios y las paupérrimas pensiones se extienden por la mayoría de los hogares cubanos.

alimentación

Mientras el gobernante cubano Miguel Díaz-Canel recorría «sitios de interés» en La Habana para revisar planes de restauración e inversiones, otro cubano perdió la vida en un derrumbe. En los últimos dos meses, múltiples derrumbes han afectado a varias familias cubanas. Tras las lluvias intensas y las inundaciones, se acentúa la precariedad del fondo habitacional.
Cada dos sábados, la parroquia Santa María y la Misión San Pedro Apóstol en el reparto Flores, Santiago de Cuba, preparan y entregan cientos de raciones de comida a personas en situación vulnerable. La iniciativa, liderada por el sacerdote anglicano Rodhin A. Colomar, funciona con donaciones y el trabajo voluntario de vecinos y feligreses, que cocinan al aire libre con leña o carbón. El objetivo es atender a ancianos, niños, enfermos y familias con necesidades, sin importar creencias religiosas. 
Con cortes eléctricos de hasta 18 horas, falta de agua potable y precios que superan salarios y pensiones, cocinar y alimentarse ya no es un acto cotidiano, sino una hazaña marcada por la ansiedad, la tristeza y la frustración. La inseguridad alimentaria no solo afecta al cuerpo, también erosiona la salud mental. Lee el análisis de Food Monitor Program.
Una madre residente en el municipio San Miguel del Padrón, La Habana, se comunicó con elTOQUE para denunciar el déficit de leche en la alimentación de los niños cubanos a partir de su experiencia con su hijo de 4 años.
La ONEI reportó que el precio del huevo fue el que más subió en marzo de 2025, con un aumento de más del 10 % en el mercado formal. El valor por unidad sigue siendo elevado en comparación con los ingresos en Cuba. 
La escasez ha llevado los precios del litro de aceite a niveles exorbitantes (1 500 CUP). Mientras la cuota de la bodega «brilla por su ausencia», las mipymes juegan un papel crucial en un entorno de incertidumbre. Ahonda en cómo las políticas impactan la oferta y por qué no hay solución a la vista.
La inflación en Cuba sigue sin frenos: en febrero de 2025 creció por sexto mes consecutivo, con un aumento mensual del 2.75 %, lo que equivale a una tasa anualizada del 38.5 %. Esto marca la mayor racha inflacionaria en dos años. 
Mientras que las empresas extranjeras tienen permitido explotar tierras en usufructo, las empresas privadas cubanas solo pueden participar mediante contratos de «encadenamiento» con usufructuarios y propietarios de tierras.
Ante el desabastecimiento de las tiendas estatales y la escasez de oferta gubernamental, los minimercados de las mipymes —incluso con altos precios— son la «salvación» de los barrios.
«En Cuba no hay nadie pasando hambre», dijo el canciller Bruno Rodríguez en 2021. El video volvió a circular por estos días, pero la falsa narrativa no ha cambiado: negar lo evidente.
En tiempos en los que el trabajo en Cuba apenas aporta ingresos para que los cubanos coman, la reciente estadística oficial sobre una Encuesta Nacional de Ocupación ofrece datos muy ilustrativos del caos nacional.
Madres cubanas denuncian que no envían a sus hijos a la escuela porque no tienen merienda para darles. El ausentismo escolar en los últimos tiempos también es consecuencia de un sistema educativo en deterioro ante la falta de maestros y los cortes de electricidad.
El acceso a una alimentación adecuada en Cuba varía según el sector laboral. Un trabajador del área mejor remunerada necesita más de diez salarios para cubrir una canasta básica mensual. En sectores como la agricultura, se requieren hasta 14 sueldos completos. 
La crisis de transportación de la sal en Cuba evidencia no solo un problema logístico sino una contradicción sistémica: los recursos estatales no se destinan eficazmente para solucionar necesidades prioritarias de la población.
El Ministerio de Agricultura de Cuba sigue sin respuestas claras ante la crisis alimentaria. En su última reunión, propuso más control y menos soluciones reales, mientras la producción cae y los precios suben. 
La escasez de harina de trigo tiene en vilo a la población cubana, que enfrenta una crisis por la falta de pan. En varias provincias, las panaderías han dejado de elaborar este producto y las autoridades no ofrecen soluciones concretas. Después de semanas sin suministros, un video de la Televisión Cubana aseguró que, el 2 de marzo de 2025, los tres molinos de la capital comenzaron a procesar trigo. ¿Se estabilizará realmente la producción de harina?
¿Por qué hay menos comida en Cuba y más hoteles? Resulta que se trata de una cuestión de prioridades.
Jorge Luis Tapia Fonseca, vice primer ministro de Cuba, desinformó en la ONU al atribuir exclusivamente a las sanciones económicas de Estados Unidos la causa de la crisis agrícola y alimentaria en la isla. En esa narrativa ENGAÑOSA se omiten causas internas claves y se distorsiona la realidad. 
«¿Se podrá comprar huevos, algún día, a precios asequibles?», pregunta el Granma con sensibilidad y empatía. Jorge Fernández Era repasa el arte de informar con ocho páginas, esquemas cruzados y gallinicidios masivos. Porque en Cuba, antes que el huevo o la gallina, siempre va el Granma.
Según Granma, en Camagüey los niños «se han tenido que acostumbrar a tomar menos leche». La tendencia, si no cambia, hará que en tres años solo la reciban cada tres días. La promesa de una ganadería lechera de alta producción quedó en los discursos. Mientras tanto, el pueblo sigue buscando leche por tiendas, no por vacas ni por caballerías.
Los salarios y pensiones en Cuba no alcanzan para nada o casi nada en medio de un contexto inflacionario y crisis económica aguda. Mientras, los gobernantes llamaron al pueblo a marchar el Primero de Mayo en apoyo al sistema que los empobrece.
De procesar más de 500 cerdos diarios a menos de dos: la crisis porcina golpea duro en Cuba. La Empresa Cárnica de Granma ahora vende mango, hielo y comidas preparadas para sobrevivir. ¿Diversificación o colapso? 
El Gobierno ha implementado un tope de precios para productos básicos como el arroz. Sin embargo, expertos advierten que estas medidas podrían no ser suficientes sin un aumento en la producción y el abastecimiento. 
De ser una potencia azucarera, Cuba pasó a tener una industria colapsada, en caída libre. El declive es tal que ha tenido que importar azúcar para satisfacer la demanda interna.
La pobreza, el hambre, los bajos salarios y las paupérrimas pensiones se extienden por la mayoría de los hogares cubanos.