El Festival de Cine Instar explora el cine independiente cubano a pesar de la censura gubernamental; y se ha convertido en una plataforma de visibilización y resistencia cultural.
El cineasta independiente Miguel Coyula conversó con «elTOQUE» sobre su obra y sobre la censura a la que está expuesto de manera constante en Cuba.
Los artistas de Matraca dibujan sobre los movimientos en la directiva del Icaic y la Escuela Internacional de Cine y Televisión; también, sobre el nuevo término de la oficialidad, «guerra cognitiva».
A raíz de los sucesos alrededor del documental «La Habana de Fito» se inició un «movimiento de cuadros» en la directiva oficialista de la cinematografía cubana. Ramón Samada, Susana Molina y Waldo Ramírez son los tres funcionarios que se encuentran en el ojo de la polémica.
La Habana de Fito de Juan Pin Vilar es célebre sin haber llegado a las salas de cine. Su transmisión, sin permiso del director ni del productor del audiovisual, en el espacio Espectador crítico, de la televisión cubana, fue un escándalo cultural dentro y fuera de la isla.
Los actos de censura y vulneraciones del derecho de autor que rodearon «La Habana de Fito» llevaron a que varios jóvenes realizadores convocaran a una asamblea especial. ¿Qué sucedió allí?
La historia de la censura en Cuba, sobre todo en las artes, es parte constitutiva de la estructura que la propicia.
Quienes pretendan crear de forma independiente y libre en Cuba no encontrarán nunca protección ni en la ley ni en la institucionalidad, a menos que cambie el modelo político que hoy necesita la censura y el escarnio para continuar reproduciéndose.
La cultura que no puede ser capitalizada por los aparatos de propaganda del Estado o no sirven a una élite letrada esencialmente habanera debe ser sostenida por iniciativas locales a contrapelo de desaparecer.
Zoe y Helena inician un viaje que las ayude a encontrar, en tierra extranjera, lo que la tierra natal les secuestra: autodeterminación, reinvención y diálogo. La escritora e investigadora cubana Mabel Cuesta reseña el largometraje Febrero (2022) del realizador Hansel Porras García.
Durante varias décadas, el cine Suárez fue una referencia de la vida cultural de los bautenses. Hoy es otra la imagen.
Fresa y chocolate cumple 30 años de su estreno. A los méritos cinematográficos y el impacto social se une el hecho de ser la única película cubana nominada al Óscar como mejor película extranjera.
El ensayista y crítico de cine Reynaldo Lastre reseña «Vicenta B», la última producción cinematográfica de Carlos Lechuga.
La serie 11: once estrenó su primera temporada en junio de 2022, a través de la plataforma digital Youtube, no sin levantar polémica por ser una producción cubana independiente.
El cine insular es también la lista de censuras y purgas que matizan desde hace décadas la política cultural en Cuba. En 2022, diversos proyectos independientes buscan recuperar esas voces y relatos negados por el poder.
Este es un número del suplemento dominical Xel2 dedicado a la Muestra Joven, un espacio de cine independiente que se perdió, en gran medida, por la censura.
Más allá de las costumbres regionales y de los cambios de paradigma en la historia de las representaciones del sexo, los tabúes y los tótems siguen ahí, influyendo en los intercambios sexuales de todo tipo.
Un minidirectorio de filmes cubanos que han tratado el tema de la pobreza en las últimas décadas, a propósito de la exhibición de «Canción de barrio» (2014) en la televisión cubana.
«Mírame así» figura como una comedia romántica «con toques clásicos, por decirlo de algún modo; realmente es contemporánea con tintes de la Grecia Antigua, del mundo de los dioses; es una historia muy bonita y sobre todo bien escrita que va de la mano de un elenco variado», comenta Vilá.
El 6 de agosto de 2021 Netflix estrenó «Vivo», otro filme de esta plataforma relacionado con Cuba. Andrés, Marta Sandoval, Gaby y un kinkajú fungen como los personajes centrales de la película que se desarrolla entre La Habana y Miami.
Con el documental ¿Cómo educar a un niño?, aún en rodaje, Gretel se involucra en lo que considera un diálogo imprescindible para alcanzar «una justicia social real y la reconciliación y la fraternidad entre lxs cubanxs», después de años de «silencio e imposibilidad de debate» sobre el tema.
Me refiero a diez filmes cubanos cuyos personajes expresan el síndrome Quiero-irme-de-Cuba. Se trata de sujetos completamente poseídos por la ansiedad de romper con una cotidianidad muy concreta, insatisfactoria en cuanto al cumplimiento de expectativas materiales, sicológicas o espirituales.
A pesar de que existen algunos pesimistas que intentan sabotear la gestión del Fondo de Fomento, y aseguran que el cine cubano solo puede garantizar su independencia fuera del ICAIC y de sus estructuras, es notoria y estimulante la participación de los cineastas independientes en estas convocatorias.
El realizador audiovisual Víctor Alfonso Cedeño (Vito) —autor de las series de dibujos animados Dany y el Club de los Berracos, Yesapín García y Willy y Filly— publicó en su perfil de Facebook una petición de ayuda para viajar a Estados Unidos e incluirse en un ensayo clínico contra el cáncer que padece.
El documental Skate en Cuba está en proceso de filmación. Las entrevistas realizadas hasta el momento han demostrado que los skaters cubanos que residen en los diferentes territorios de la Isla, fuera de La Habana, suelen tener problemas similares.